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La riqueza de las memorias en nuevo libro de los uruguayos Enrique Coraza de los Santos y Silvia Dutrénit Bielous

CIUDAD DE MÉXICO (Uypress) – “Historia reciente de América Latina – Hechos, procesos y actores” es el título del libro que acaba de editarse en México y tiene como editores a los investigadores uruguayos Enrique Coraza de los Santos y Silvia Dutrénit Bielous.

 

El extenso trabajo contó con el apoyo del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora y El Colegio de la Frontera Sur -instituciones donde se desempeñan los editores-, centros públicos de investigación del Conacyt. Según las prologuistas, Patricia Flier y Mónica Gatica, estamos frente a “un texto construido a partir de una larga tarea de investigación colectiva, que se desarrolló en distintos y constantes seminarios en el reconocido Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora en alianza estratégica con El Colegio de la Frontera Sur-ECOSUR-, que posibilitaron no sólo la reflexión conjunta, sino un diálogo fructífero y enriquecedor para focalizar, delimitar, y comparar temas y problemas sustantivos del pasado reciente o del tiempo presente, -de acuerdo a cómo se lo nomine, y muchas veces utilizándolo de modo indistinto-, pero que en definitiva conllevan a dar cuenta de las problemáticas que irrumpen, y que se imponen, traduciéndose en preguntas formuladas para la construcción de un futuro inclusivo e integrador”.

Siguen señalando que “este libro es un ejemplo acabado de los dilemas que hacen a este quehacer historiográfico, poniendo en evidencia sus potencialidades para comprender y explicar los pasados que no pasan en la extensa y policromática América Latina. Es un texto intenso en el que están presentes las relaciones entre las implicancias subjetivas, la dimensión política y el trabajo inter y transdisciplinar, que se constituyen en condiciones centrales de este campo de estudio, y al que las y los investigadores del Cono Sur no dudamos y preferimos nombrar como Historia Reciente”.

Enrique Coraza de los Santos

De acuerdo a los reseñado, en la obra “se privilegian y abordan experiencias y derroteros de actores y sujetos no hegemónicos, se investigan individualidades y la singularidad de ciertos acontecimientos; la emergencia de performances y de actores que ofrecen y representan a colectivos y movimientos. Los autores recuperan la riqueza de las memorias, sus ciclos y recorridos, para analizarlos e interpretarlos, tejiendo puentes y propiciando una verificación objetiva y crítica, documental, factual; develando contradicciones, omisiones y silencios que siempre habilitan revisar texturas y significados”.

Silvia Dutrénit Bielous

El libro está compuesto de cinco partes:

I)                    Acercamientos historiográficos y metodológicos.

II)                  Violencias, actores y espacios.

III)                Movilidades humanas: dinámicas y memorias.

IV)               Tribunales internacionales: jueces y justicia.

V)                 Búsqueda de los desaparecidos. Por verdad y reparación: familiares y antropólogos forenses.

“En las acertadas cinco partes del texto el lector podrá encontrar demandas que atraviesan las múltiples temporalidades, así como preguntas que no cesan de interpelarnos, indagaciones a partir de un nuevo régimen relacional entre pasado, presente y futuro”, señalan las prologuistas.

 

TEXTO PUBLICADO EN:

https://www.uypress.net/Secciones/La-riqueza-de-las-memorias-en-nuevo-libro-de-los-uruguayos-Enrique-Coraza-de-los-Santos-y-Silvia-Dutrenit-Bielous-uc110796

RVT Conociendo a ECOSUR, Unidad Villahermosa

Conoce más sobre ECOSUR, un centro de investigación con resultados en beneficio de la sociedad. También que ofrece posgrados en conjunto con CONACYT, con becas que pueden ser obtenidas por tabasqueños que desean continuar con su formación profesional. Invitado a la entrevista Dr. Rodimiro Ramos Reyes, quien habla acerca de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), Unidad Villahermosa.

El régimen de la afectividad: poder ecocida y gobierno de la sensibilidad

El actual proyecto de muerte se sostiene en una forma de orientar los afectos. Por eso disputar la hegemonía implica reorganizar la sensibilidad y el deseo de acuerdo a las condiciones que hacen posible la vida en la Tierra.

Autores del libro ‘Afectividad ambiental. Sensibilidad, empatía, estéticas del habitar’
Detalle de la portada del libro ‘Afectividad ambiental. Sensibilidad, empatía, estéticas del habitar’.

 

Esta sociedad depredadora y ecocida se apoya en gran medida en lo que llamamos un régimen de la afectividad. Con este término entendemos el sistema de poder que gobierna la sensibilidad, las percepciones, el pensamiento, las emociones y el deseo, y cuya función es establecer lo que puede y lo que no puede sentirse.

Este régimen constituye un repertorio de sensibilidades y anestesias: una suerte de mapa de flujos sintientes por medio del cual la experiencia corporal se orienta para seguir determinadas elecciones, inclinaciones, preferencias y gustos estéticos. El régimen ofrece los guiones, las respuestas recurrentes, las formas de aprehensión de la vivencia humana, lo cual realiza mediante la selección, distribución y organización de los afectos, instituyendo así cuáles elementos se permite amar y cuáles otros resultarán indiferentes. Se trata de un orden que brinda el esquema de referencia afectiva que constriñe la experiencia vital y guía para sentir según los fines del engranaje acumulativo e industrial de nuestro tiempo.

Acuñamos la noción para pensar la pregunta de por qué somos capaces de infligir actos tan crueles contra la tierra, con tan poca empatía en nuestro cuerpo. Vivimos al interior de una tutela afectiva en donde las huellas de la guerra contra los seres de la naturaleza, las ruinas de la devastación, el desierto creado, no hacen parte del reino de los afectos que pueden sentirse como tristeza, pues este sistema de poder ha creado un gozo narcisista por la ocupación de los espacios y una indiferencia por la tierra desolada.

En este régimen, el dolor de la montaña no puede sentirse como dolor, ni el grito de los ríos como grito, pues la naturaleza, para el orden afectivo de la modernidad capitalista, es un simple y despoetizado stock de recursos muertos e inertes que podrán ser saqueados, explotados y extinguidos sin efecto alguno en la experiencia de nuestro cuerpo.

La sociedad capitalista ha creado una anestesia social frente a las heridas dejadas sobre la piel de la tierra, lo que resulta indispensable para el normal desarrollo de la empresa predadora. Una vez los cuerpos entre los cuales vivimos no son percibidos y sentidos como seres vivos, sino como objetos, cosas, recursos disponibles o utensilios que prestan servicios, es fácil entender que se corte el contagio empático ante la vivacidad del mundo y nuestra sensibilidad se oriente hacia el imperio de las mercancías.

Por eso, la destrucción planetaria, mucho más que un problema tecnológico o económico, es una amenaza para la supervivencia inscrita en las bases más profundas de nuestro cuerpo, en la intimidad de nuestra piel y nuestras entrañas. Es un desecamiento que está corporizado en la intensidad y la tonalidad de nuestros afectos, en nuestros deseos, en nuestras percepciones, en nuestras capacidades sensomotrices.

Y es que los paisajes mutilados acaban por habitarnos y van creando profundas psicopatías asociadas a la discapacidad de sentir el dolor de otros cuerpos. No importa si el objetivo de la violencia ecocida es un bosque, un arrecife de coral o un humedal. Una vez hemos sido despojados de la habilidad de ser afectados por la consunción de la vida y la capacidad de crear vínculos empáticos con los demás seres, sabiéndolo o no, acabamos por ser cómplices de la devastación y la normalización de la crueldad hacia todas las formas de vida.

El dolor de la montaña no puede sentirse como dolor, ni el grito de los ríos como grito, pues la naturaleza para el orden afectivo de la modernidad capitalista es un simple y despoetizado stock de recursos muertos e inertes

Hemos sido gobernados a través de la desafección ante la guerra que le hemos declarado a la vida, y nuestros afectos han sido orientados hacia las obsesiones del mercado, pues este sistema que padecemos requiere de la discapacidad empática para que la destrucción de territorios periféricos no cree en nosotros un sentimiento. Una vez normalizada la crueldad mediante la transmutación de los entramados sensibles en cosas, nuestros cuerpos se desconectan, se vuelven insensibles, y la mutilación de la tierra se banaliza y justifica en nombre del progreso y la victoria de la tecnología.

Pero además de desempatizarnos, el régimen afectivo modifica nuestros sentidos. Nos hace incapaces de ver, oler, escuchar, tocar, conectar con la belleza de la vida, y traslada nuestros gustos estéticos hacia los objetos fabricados a costa de la destrucción planetaria. Cambia nuestro sesgo estético y con él acabamos por elegir el proyecto de muerte mientras rechazamos las condiciones que hacen posible la vida. No reconocemos lo que nos hace bien, lo apropiado para cada lugar y, en cambio, favorecemos todo aquello que niega la reproducción de las tramas vitales y lo que nos pone en los límites del colapso.

La afectividad como lucha política

Comprender el régimen afectivo es crucial para la lucha política contra-hegemónica, pues todo proyecto que pretenda afirmar la vida estará a todas luces incompleto si no emprende la difícil tarea de desterritorializar este régimen que estructura el actual orden sentipensante y territorializa lo que denominamos una afectividad ambiental.

Necesitamos distanciarnos del modo como el sistema le imprime direccionalidad a lo que puede o no sentirse; emanciparnos de la estrategia con que este régimen se inscribe en nuestros cuerpos, coloniza nuestros sentidos, configura la sensibilidad, el deseo, y todas las relaciones afectivas que convierten la vitalidad del mundo en una colección de cosas inertes y desprovistas de alma.

Si lo que deseamos es tejer otra forma de habitar que permita nuestro estar en la tierra, habremos de in-corporar a la lucha política un antagonismo ante aquel régimen de la afectividad que tanto dominantes como dominados comparten, y sin el cual sería imposible seguir reproduciendo el actual modelo ecocida. Estamos convencidos de que no podremos tener éxito en un levantamiento político por la vida si no atendemos el modo de organización afectiva y las vías sensibles reproducidas por este sistema indolente; si no se desestructura, desmonta y desnormaliza la anestesia ante la destrucción, la insensibilidad del cuerpo ante la muerte y el desafecto ante la devastación.

Y desacomodarnos de este régimen implicará emprender procesos creativos que sean, al unísono, políticos y poéticos, de modo que, poco a poco, podamos desencarnar el régimen que guía nuestra experiencia sensible, mientras reorientamos los afectos en clave del sentido de la tierra.

Enfrentar la crisis civilizatoria requerirá cultivar una afectividad ambiental por medio de la cual aprendamos a ser tocados por la emoción de otros cuerpos, volvamos a recobrar la confianza en nuestros sentidos, llenemos de tierra el contenido de nuestras enunciaciones y abramos la percepción sensible adormecida por el régimen afectivo de la civilización industrial.

Pero este empeño no podrá hacerse con una crítica racional ni creando culpa por nuestros hábitos de consumo, sino disputando el deseo con el capitalismo para hacer un desplazamiento de la identificación del sentido y de los afectos que vienen aparejados con las mercancías. De lo que se trata es de crear una especie de fuerza de gravedad que atraiga los cuerpos hacia otras formas de vivir más deseables, más consonantes con los ciclos de la tierra. No es haciendo sentir mal a las personas, ni a través de enjuiciamientos morales, ni instaurando nuevas obligaciones, como lograremos transformar el sentido de nuestra civilización predatoria, sino a través del contagio de otro deseo, de una pulsión por la vida, de modo que, por franco desinterés, se abandone la ecología deseante y el orden sensible que sostiene a este régimen desbocado que niega la vida.

La productividad del desastre

Desmarcarse del régimen de la afectividad involucra también ver la oportunidad en una contradicción inherente a este sistema: el hecho de que el deseo de vida emerge cuando los proyectos de muerte cobran mayor fuerza. Los pueblos no son marionetas, sino agentes activos que al resistirse ante las condiciones que amenazan su existencia y las de los demás seres vivos, expresan, en cada vez más lugares, su deseo de que la vida siga siendo vida.

Los trazos de muerte tienen también la capacidad de generar una sed de vida que toma forma a través de proyectos compatibles con los ciclos, ritmos y silencios de nuestro planeta vivo. Ante el creciente bucle de desafecciones, los pueblos responden conformando tejidos de redes amorosas que realizan acciones concretas con la esperanza de establecer relaciones mutuamente enriquecedoras entre ellos y el espacio habitado. Sin embargo, debe entenderse que estos procesos funcionan por un deseo anhelante de vida que toma la forma de decisiones políticas concretas en territorios singulares, las cuales irrumpen frente a la frenética máquina que consume la tierra.

Una de las características más interesantes de la respuesta política frente al proyecto de muerte, es que los colectivos y pueblos van creando un entorno estético adecuado que sirve para cambiar la posición en la que participan sus percepciones, afectos y sensibilidades. Por eso la ética de la vida es al tiempo una estética: un proceso en el que los entornos reverdecidos van despertando los sentidos y los saberes ambientales.

Se trata de una afectividad ambiental que de forma paulatina va recuperando la empatía, la sensación de la buena mezcla de lo que está bien para el lugar porque así lo indican los sentidos, el sesgo estético que favorece la vida, y da potencia al cuerpo para obrar en acoplamiento con el territorio en el cual se mora. Los lugares nos habitan, y por eso, también, los lugares transformados a través de la diversidad tienen el inmenso poder de transformar nuestros cuerpos.

Las buenas composiciones estéticas son precondición para liberarnos del yugo del régimen afectivo ecocida. A medida que van brotando jardines de huertos y bosques de flores, a ese mismo ritmo se van abriendo los sentidos marchitos. Los lugares transformados de manera amorosa tienen la inmensa capacidad de modificar el cuerpo, de redireccionar el deseo, de despejar nuestra sensibilidad, de crear una afectividad en una dirección opuesta al régimen impuesto por esta sociedad confundida.

Ante el creciente bucle de desafecciones, los pueblos responden conformando tejidos de redes amorosas concretas con la esperanza de establecer relaciones mutuamente enriquecedoras entre ellos y el espacio habitado.

Para cambiar el reparto de sensibilidades y anestesias que le son imprescindibles al capitalismo moderno, es necesaria la estética de la vida: crear irrupciones estéticas que nos reconecten con la vida. Pero esas irrupciones estético-políticas, además de la regeneración de los saberes ambientales, requieren ir a contracorriente de la simbolización antropocéntrica de la modernidad capitalista, mediante un lenguaje que cree en el campo de la palabra otros órdenes simbólicos acordes con la pródiga tierra.

No podemos construir un ethos ambiental que desestructure el régimen de la afectividad si no prestamos todo el cuidado en abandonar las locuciones y convenciones verbales de un mundo convertido en objeto-mercancía. Las cadenas discursivas universalizables, descontextualizadas y desterritorializadas de los juegos del lenguaje economicista son base de este régimen y, por tanto, un frente fundamental de la lucha política de la afectividad ambiental.

Es preciso recordar que existe una relación profunda entre la palabra y el cuerpo, en la percepción, la sensibilidad, la consciencia y la inconsciencia. Por eso, la forma como nuestros sentidos, afectos, pensamientos y deseos se liguen o desliguen de la tierra viva que somos, dependerá de nuestra capacidad de lenguajear un mundo de forma poética. De ahí la importancia de una política poética capaz de urdir símbolos que abran el mundo a los sentidos y que nos hagan entender nuestro estar en el cosmos, en constante interrelación e interdependencia con los seres entre los cuales habitamos.

Al fin y al cabo, hacer emerger una afectividad ambiental que nos potencie a reescribir nuestro cuerpo, en las condiciones que hacen posible la vida en la tierra, no es un asunto opcional: es, de hecho, la única posibilidad que nos queda, para evitar sucumbir ante el que hoy nos amenaza como el mayor de los peligros.

Descarga gratuita aquí del libro completo de los autores: Afectividad Ambiental. Sensibilidad, empatía, estéticas del habitar, editado por Ecosur y la Universidad Veracruzana (México, 2020).

“Las y los exploradores científicos del sur”. Ciencia ciudadana con la participación de niñas y niños

La divulgación de la ciencia y la estimulación temprana de las vocaciones científicas es una tarea fundamental para la formación de las futuras científicas y científicos mexicanos.

 

El Pasaporte al Camino del Conocimiento Científico (PCCC),  un programa de la Academia Mexicana de Ciencias, en el que participa ECOSUR, junto con el Centro de Estudios Avanzados-IPN-Mérida y el Centro de Investigación Científica de Yucatán-Cancún, entre otros centros de investigación, ha sido uno de los embajadores de la divulgación del conocimiento científico y tecnológico, para las niñas y niños del sureste de México. A través de él se da a conocer el conocimiento científico y las investigaciones que se realizan en México y el mundo.

En ECOSUR realizamos investigación de frontera que contribuye, entre otros temas, al avance del conocimiento sobre la taxonomía y diversidad molecular de arácnidos y otros organismos. En la Unidad Tapachula de ECOSUR trabajamos con especies de arácnidos en la región de la frontera sur de México, muchas de las cuales son poco conocidas, no han sido estudiadas y otras ni siquiera han sido descritas formalmente. Con nuestro trabajo generamos conocimiento de nuevas especies de arañas y componentes moleculares del veneno de alacrán, como las toxinas, las cuales recientemente se están conociendo y caracterizando.

En el marco del PCCC y en el contexto de la pandemia de COVID-19 surgió la convocatoria  “Las y Los Exploradores Científicos del Sur”, pensando en fortalecer la ciencia ciudadana y la exploración científica con niños y niñas. Sabemos que durante este periodo de confinamiento han permanecido más tiempo en casa y a través de esta convocatoria quisimos impulsarlos a estar más atentos a su entorno y ha convertirse en observadores y observadoras de su medio ambiente.

Un grupo de investigadores e investigadoras del Laboratorio de Biotecnología Ambiental y Agroecológica (LaBTAA, ECOSUR), la Colección de Arácnidos del Sureste de México (CASEM, ECOSUR) y el PCCC, nos propusimos impulsar esta actividad solicitándoles que realizaran una exploración científica mediante la búsqueda de arácnidos en su ambiente, sin salir del confinamiento y resguardo en casa.

A través de la convocatoria quisimos fortalecer las habilidades de observación, dibujo, fotografía y la curiosidad por conocer lo que hay en el entorno de las zonas urbanas o rurales.

Nuestra convocatoria inició de la siguiente manera:

Buscamos niñas y niños exploradores científicos, que estén en su casa y nos ayuden a realizar un monitoreo participativo de arácnidos de las zonas urbanas del sur de México. ¿Nos ayudas a conocer qué arácnidos hay en tu casa?”

La respuesta fue inmediata. Recibimos más de 90 fotografías y dibujos provenientes de niñas y niños entre 5 y 12 años de edad. Sus contribuciones incluyeron diversas especies de arácnidos distribuidas en el centro y sur-sureste de México. Adicionalmente, recibimos algunas contribuciones de personas mayores de 12 años, que no participaron en el concurso pero que comparten el gusto por la fotografía y la observación de nuestras especies de arácnidos.

El impacto y respuesta fue mayor del esperado. Con sus contribuciones, iniciamos un censo o monitoreo de arácnidos en diversas partes de México. Estamos sorprendidos porque nuestras exploradoras y exploradores enviaron sus contribuciones desde 10 entidades federativas que incluyeron Chiapas, Hidalgo, Morelos, Tabasco, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Veracruz, Yucatán y la Ciudad de México.

Nuestro jurado tuvo un proceso de selección de ganadores y ganadoras muy complicado, había excelentes dibujos y fotografías, muchas contribuciones maravillosas, el puntaje tan cerrado nos llevó al empate en algunas categorías.

A continuación los nombres de los ganadores y ganadoras de la convocatoria, ¡felicidades!

  • Valeria Gutiérrez (Tapachula, Chiapas) y Nathalia Velázquez (Zimapán, Hidalgo) ganadoras del 1er Lugar en la Categoría I, Mejor fotografía (5-8 años); el 2do lugar es para Víctor Kaleb Pérez (San Cristóbal, Chiapas).

 

  • Wilber Sánchez (Tuzantán, Chiapas) es el ganador en la Categoría II, Mejor fotografía (9-12 años); el 2do lugar para Yari Pérez (San Cristóbal, Chiapas) y Jimena Ramos (Teopisca, Chiapas).

 

  • Idaly Guadalupe Negrin (Chetumal, Quintana Roo), 1er lugar en la Categoría III, Mejor dibujo científico; y el 2do lugar para Etán Armando Velasco (Villa Comaltitlán, Chiapas), Paulina Osorio (Cuernavaca, Morelos) y Josselyn del Carmen Penagos (San Cristóbal, Chiapas).

 

  • Nathalia Velázquez (Zimapán, Hidalgo) gana en la Categoría IV, Mejor dibujo imaginativo; llevándose el 2do lugar Ernesto Alfredo Perera (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas) y Emily Sofía Hernández (San Cristóbal, Chiapas).

 

Queremos disculparnos por el retraso al dar a conocer a las niñas y niños ganadores de la convocatoria. Nunca fue nuestra intención fallar y estamos listos para la premiación, que consiste en un libro de las Arañas, un regalo extra y diploma para los primeros lugares. Los segundos lugares recibirán diplomas de reconocimiento y un pequeño obsequio.

Es importante mencionar que el apoyo incondicional de los padres, madres o algún miembro de la familia de nuestros exploradoras o exploradores científicos fue fundamental. Recibimos mensajes describiendo la emoción y entusiasmo de los y las participantes, incluso fotografías de la audacia de los niños y niñas al realizar tomas fotográficas en los rincones de la casa o jardín.

Deseamos hacer una mención especial a la niña Yari Peréz por el entusiasmo observado en el número de fotografías enviadas y su calidad (3 de ellas obtuvieron el 2do lugar). De igual manera al niño Edgar Atzin Martínez, de 11 años de edad (Santa María Atzompa, Oaxaca), al mostrar interés en las descripciones de sus contribuciones y en el video que nos envío.  ¡Felicidades  a ambos!

Nos dio gusto recibir diversos mensajes informándonos de algunos exploradores que perdieron el miedo a las especies de arácnidos, además de que conocieron y leyeron información sobre las especies encontradas. Ahora, “Las y Los Exploradores Científicos del Sur” realizan la observación más detallada de su entorno y siguen alimentando su conocimiento.

Agradecemos la contribución de cada participante y apreciamos mucho la ayuda de sus familias para impulsarlos a conocer y explorar nuestros ecosistemas.

Este concurso contribuye a la búsqueda de conocimiento de las especies mexicanas, a explorar nuestros ecosistemas mediante la generación de ciencia ciudadana e impulsar el respeto y conservación de nuestras especies de arácnidos. Deseamos que las exploradoras y los exploradores científicos del sur, continúen descubriendo, aprendiendo y experimentando el conocimiento.

¡A seguir explorando!

Participantes de la actividad: Elia Diego, Guillermo Ibarra, Pablo Liedo, Cecilia Limón, Karina Guillén, Héctor Montaño, Dalila Aldana, Susana Maza, Ariane Dor, Dieter Waumans. Agradecimiento a compañeros y colegas que contribuyeron en la divulgación de la convocatoria y al personal de la Coordinación de Vinculación de ECOSUR.

Podcast: “Lengua materna”

Programa: Voces de la ciencia desde el sur

Participa: Fernando Limón Aguirre, investigador de ECOSUR.

Tema: “Lengua materna”

Estación Radiofónica: La Radio del ColMich

 

Te invitamos a escuchar nuestro programa “Voces de la ciencia desde el sur” transmitido todos los jueves a las 12:00 hrs por la Radio del ColMich (www.radiodelcolmich.com)

Irais Brito se gradúa como Maestra en Ciencias con tesis sobre el efecto de la asociación maíz-frijol-calabaza en la orientación de un endoparasitoide del gusano cogollero

Irais Brito Bonifacio, estudiante de Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Entomología Tropical (Generación 2019 – 2020) en la Unidad Tapachula, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias con la tesis “Efecto de la asociación maíz-frijol-calabaza en la orientación de Chelonus insularis, un endoparasitoide del gusano cogollero”, el pasado12 de febrero.

Las interacciones biológicas entre plantas e insectos ocurren en ambientes complejos, donde el olor de fondo puede afectar o mejorar el proceso de búsqueda y localización del recurso de interés.

En esta tesis se estudió el efecto de la diversidad de plantas en la orientación de Chelonus insularis a volátiles de plantas sanas de maíz o dañadas por Spodoptera frugiperda. Mediante pruebas de olfatometría en laboratorio e imitando un ambiente diverso se sembraron en asociación plantas de maíz-frijol-calabaza y evaluamos los posibles efectos que a nivel de búsqueda de huésped pueden tener los volátiles emitidos en ambientes complejos.

Se encontró que las plantas no hospederas, frijol y calabaza, enmascaran el olor de la planta de maíz, afectando la respuesta de Ch. insularis para localizar a su huésped. Consideramos que estudiar el comportamiento de parasitoides en la búsqueda de huésped es esencial para mejorar las estrategias de manejo del hábitat.

El Comité Tutelar estuvo conformado por el Dr. Edi Alvaro Malo Rivera (director de tesis), Dr. Julio César Rojas León y M. en C. Juan Cisneros Hernández (asesores), y fueron sinodales adicionales las doctoras Lislie Solís Montero, Rebeca González Gómez y el doctor Jaime Gómez Ruiz.

Alimentación, comunidad y aprendizaje. Recursos para docentes.

Te compartimos el video: Alimentación, comunidad y aprendizaje. Recursos para docentes.
Helda Morales y Bruce Ferguson, integrantes del grupo académico Agroecología del Departamento Agricultura, Sociedad y Ambiente, nos platican como nació el libro “Alimentación, comunidad y aprendizaje. Recursos para docentes” y como puede contribuir para hacer la ciencia más popular y ayudarnos a resolver problemas de nuestra vida cotidiana.

Mirell De León obtiene grado de Maestra en Ciencia con tesis sobre inseguridad ciudadana y rendimiento escolar

Mirell Alexandra De León Trejo, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural, con orientación en Salud, Equidad y Sustentabilidad (Generación 2018 – 2019) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias con la tesis denominada “Inseguridad ciudadana y rendimiento escolar en estudiantes de educación básica secundaria en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas”, el pasado 5 de febrero.


El trabajo de investigación analiza el impacto de la inseguridad ciudadana en el rendimiento escolar en estudiantes de nivel secundaria en un contexto urbano de alta incidencia delictiva en el estado de Chiapas. Toma como estudio de caso la Escuela Secundaria Industrial No- 103 en Tuxtla Gutiérrez, ubicada geográficamente en las colonias con mayor prevalencia e incidencia delictiva de dicha ciudad: las Granjas, Km4, Cruz con Casitas, entre otras.

El método de análisis es fundamentalmente cualitativo, basado en la elaboración de talleres y grupos focales con estudiantes de los tres diferentes grados escolares.
Adicionalmente, se apoya de un cuestionario autoaplicado, con una muestra de 156 estudiantes, que permitió la identificación de quienes participarían como informantes claves.

También se realizaron entrevistas semiestructuradas a personal docente, orientadores educativos y al director del centro escolar, ya que se reconoce que dichos actores sociales son claves en el proceso de aprendizaje y socialización de las y los estudiantes.

Los principales resultados muestran que el factor ambiental asociado a un contexto de desorden social es parte importante en la configuración del sentimiento de inseguridad en las y los adolescentes. Las conductas delictivas o antisociales que se reportan con mayor frecuencia y que provocan el sentimiento de inseguridad en ellas y ellos son el consumo de alcohol en la calle, robos o asaltos, consumo de droga, secuestro, pandillerismo y presencia de espacios oscuros.

La condición de género se asocia con un mayor sentimiento de inseguridad. Las mujeres adolescentes sin distinción de grado escolar y edad mostraron una mayor preocupación por la inseguridad en su barrio. Esto se debe a que en general son víctimas de acoso o han tenido familiares que han sufrido de acoso o violencia asociada a la condición de género.

Desde la visión del personal docente el bajo rendimiento escolar se asocia más a cuestiones familiares que al entorno inseguro. No obstante, aclaran que se han perdido clases y en más de alguna ocasión han tenido estudiantes que han sido víctimas directas de algún hecho delictivo que ha repercutido en su estado de ánimo.

Las y los adolescentes manifiestan que la disminución en su rendimiento escolar se debe principalmente a factores relacionados con ellos mismos, como la falta de compromiso o falta de atención. Consideran sentir inseguridad asociada con el delito, que la violencia es algo normal y que en su mayoría no afecta sus actividades escolares. Se aprecia una normalización de la violencia y la inseguridad.

El Consejo Tutelar conformado por el Dr. Ernesto Benito Salvatierra Izaba (director de tesis), Dr. José María Ramos García (asesor) y M. en C. Gerardo Alberto González Figueroa (asesor). Fungieron como sinodales, la Dra. Verónica Gutiérrez Villalpando, Dra. Dominga Austreberta Nazar Beutelspacher y el Dr. Arturo Torres Dosal.

Examen de grado – Mirell Alexandra De León Trejo (1).mp4

Juramento de examen de grado – Mirell Alexandra De León Trejo.mp4

 

 

Podcast: “Humedales”

Programa: Voces de la ciencia desde el sur

Participa: María del Rocío Rodiles Hernández,María Andrea Sáenz-Arroyo de los Cobos, investigadoras de ECOSUR.

Tema: “Humedales”

Estación Radiofónica: La Radio del ColMich

 

Te invitamos a escuchar nuestro programa “Voces de la ciencia desde el sur” transmitido todos los jueves a las 12:00 hrs por la Radio del ColMich (www.radiodelcolmich.com)