Gilda Caamal Dzib estudiante del Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable con orientación en Estudios de Sociedad, Espacios y Culturas (Generación 2019 – 2022), de ECOSUR Unidad Campeche obtuvo el grado de Doctora en Ciencias, el día 17 de diciembre de 2024, con la tesis denominada “Impacto del incumplimiento en la proveeduría económica sobre las dinámicas afectivas en la vida en pareja: Perspectivas de hombres en San Francisco de Campeche, Campeche”.
Resumen:
En la presente investigación se buscó revisar e interpretar desde el punto de vista de varones de mediana y avanzada edad que viven en San Francisco de Campeche, Campeche (SFC), las experiencias sentimentales y las acciones emprendidas cuando se está en una relación o vínculo de pareja difícil y con problemas económicos. Los mandatos sociogénericos, en especial: tener trabajo y ser proveedores económicos (Ramírez 2020) de la familia y/o pareja fueron una guía para abordar lo que experimentaban los participantes del estudio, en lo afectivo y en lo económico, viviendo en un contexto laboral precario.
Lo anterior resultó de mucho interés dado que el contexto de vida socioeconómico en SFC, lugar de nacimiento o adscripción de los participantes, es precario y cumplir con esos mandatos se vuelve crítico por la inestabilidad laboral y económica del lugar. Además, en Campeche no existe estudio alguno asociado a la emocionalización de la vida en pareja, tomando en cuenta el punto de vista de los hombres y revisando las afectaciones que les acarrea incumplir con sus mandatos de género, menos si se considera que están situados en un contexto económico precario o viven en un contexto sociocultural campesino como fue el caso de uno de ellos. Se hicieron entrevistas semiestructuradas a siete varones seleccionados que habitaban en SFC, en específico el registro de algunos episodios de las trayectorias laborales y de las historias de vida que los participantes decidieron compartir.
Entre los principales resultados se identificó que, las experiencias y las prácticas registradas dependieron del ámbito sociocultural y económico en donde se desarrollaron los varones, es decir, una unidad familiar campesina o una que se adscribe a un contexto más urbano, donde las vivencias dolorosas, tienden a resolverse de manera individualizada. Esto es, si se vive en una unidad familiar campesina las afectaciones al rol como proveedor económico se subsanan a través de acciones como buscar trabajo acordando colaborar entre los miembros de la familia, porque lo que se busca es conservar el vínculo familiar, ya que cada integrante respalda el acervo económico y laboral del que dependen dada la permanente precarización del trabajo y por los beneficios para la subsistencia que esa unidad otorga, cada integrante de manera diferencial abona en lo material (dinero, trabajo o bienes comunales) y también afectivo (respaldo, ayuda, cooperación). En cambio, si se vive fuera de una unidad familiar campesina, en contextos urbanos, las afectaciones sentimentales de pareja difícilmente se resuelven buscando el bien común. Las preocupaciones, dificultades económicas y crisis afectivas se atendían prioritariamente de manera individualizada y con pocas o nulas posibilidades de encontrar comprensión, respeto, apoyo o acuerdos con la pareja, al menos en lo que toca a la experiencia narradas por los seis varones participantes. En esos casos, la búsqueda de soluciones a las afectaciones se remitió a encontrar otra pareja o entablar nueva comunicación con la expareja y resolver los problemas económicos en lo individual sin observarse el respaldo de algún integrante de la familia de manera profunda, lo que reiteraría las afectaciones económicas y afectivas.