el colegio de la frontera sur

Skip to main content

¡Hacer vida en el sur! Ser joven migrante centroamericano en Tapachula, Chiapas

 

Las y los jóvenes no son un actor genérico u homogéneo, existen marcas internas y externas como la etnia, la clase, el género, o la latitud de donde se proviene: norte o sur. Muchos jóvenes centroamericanos que llegan a la frontera sur de México, específicamente a Tapachula,1 han descrito la vida cotidiana en sus lugares de origen de acuerdo a la noción de Lorey de “precariedad extrema” como “modo de vida”. Es decir, experiencias que conjugan la paradoja de la expropiación y apropiación de las dimensiones vitales de sus vidas cotidianas en su nicho, lo cual devela una experiencia de producción de subjetivación y de sustracción que posibilita enfrentar los desafíos de una violencia con muchos rostros y la tarea imparable de “negociar” el derecho a la vida.

Algunos jóvenes hondureños y nicaragüenses que llegan a esta puerta calurosa y húmeda de la frontera sur de México, despliegan una narrativa en relación a su experiencia de expulsión en sus lugares de origen que se compone de varios factores: huyen de la violencia de sus países, derivada de las llamadas “pandillas centroamericanas”,2 de las violencias de los Estados en Centroamérica, de no poder asegurar condiciones mínimas de vida, y/o de la persecución política.

Tapachula como muchas otras ciudades fronterizas del orbe terrestre, ha sido en gran parte forjada por migrantes que han traído costumbres, tradiciones, saberes y gastronomía desde sus tierras de origen. Tenemos a quienes son “parientes de acá nomás”, los guatemaltecos que cosechan y recolectan café; luego a salvadoreños y hondureños que tienen a La Perla del Soconusco como punto estratégico en la ruta para llegar a EEUU, y desde hace algunos años, también a nicaragüenses, caribeños, africanos y demás, que han enriquecido la diversidad en la ciudad. Sin embargo, se han fincado también miedos e incertidumbre. En todo caso, es importante anotar que la esperanza abre camino y que las prácticas y sensibilidades de la diversidad migrante irrumpen las regularidades espaciales y temporales tapachultecas, propias de las ciudades y vivencias en constante flujo y movimiento, nucleadas por fracturas, discontinuidades y relaciones de disyunción que definen el mundo global, como un mundo de flujos. (Appadurai, 1996). En ocasiones la presencia de las y los migrantes, con énfasis en la población centroamericana, ha producido rechazo, traducido en expresiones discriminatorias de tipo racial y xenofóbico, aunque estás son propiamente imaginadas e impulsadas por algunos medios de comunicación de la región, y/o por sectores empresariales.

En los intersticios de esta remota ciudad fronteriza, existen historias de jóvenes centroamericanos que decidieron no continuar con su viaje rumbo a Estados Unidos debido, entre otras circunstancias, a lo complicado que es cruzar la frontera en la Era Trump, así que la posibilidad de poder “hacer la vida” o “seguir la vida” en Tapachula se vuelve una opción. Juan es originario de Santa Ana, la segunda ciudad más importante en El Salvador, llegó a Tapachula hace 4 años, estuvo de manera irregular por dos años, pero con la llegada de la primera “caravana migrante” en 2018, decidió solicitar la condición de refugiado:

Tapachula es una ciudad complicada pero tranquila, cuando llegué iba con la idea de seguir para más arriba [EEUU], al gabacho pues, ¡¿me entendés?! Acá no hay mucho empleo y el calor es bastante, como en El Salvador, pero acá se puede hacer vida. Hace dos años me dedico hacer pupusas [comida típica de El Salvador], inicié con una prima, pero después se me ocurrió hacer para vender en las fiesta de cumpleaños y demás, ahora hago por encargo y me va bien, creo que este lugar puede estar bien para vivir alguno años… (Juan, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Ricardo, por su parte, llegó en 2018 con la “caravana migrante”, es de San Salvador, capital de El Salvador, fue uno de los primeros en obtener una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias en el inicio de la administración de AMLO:

Para mí Tapachula es una opción, acá trabajo como guardia de seguridad en una cantina, no me pagan mucho pero vivo bien, regresar a El Salvador no creo, hay mucha violencia y pocas posibilidades para uno. Ir a Estados Unidos tampoco, esta difícil ahora, acá he conocido amigos mexicanos y de otras nacionalidades, tengo una novia de Guatemala y veo que acá se puede seguir la vida… (Ricardo, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Kevin, un joven hondureño de San Pedro Sula que lleva nueve años en Tapachula, dice:

Yo llegue como a los 12 años y luego me fui al norte de México, intenté pasar dos veces y nada, después me regrese a Tapachula, conocí a una novia mexicana y nos casamos, después me separé, tengo una hija, y tengo la nacionalidad y al paso de unos años abrí un negocio que era mi sueño desde que fui al norte, tener una barbería acá cerca del parque Miguel Hidalgo. Para mí Tapachula esta bien para vivir, me gusta, veo a mi hija y hasta puedo visitar a mi familia allá en Honduras. (Kevin, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Las experiencias relatadas por estos jóvenes centroamericanos sobre sus vivencias en Tapachula, nos llevan a conocer manifestaciones de sus travesías y de sus emociones. Nos aproximan a entender cómo se abren espacios para construirse un mundo en ese lugar y en ese tiempo, es decir, una vida concreta y social. Nos acercan a vislumbrar un consumir y reconstruir en una cultura que no es propia pero tampoco ajena, una dialéctica quizás de irrupción, así sea fragmentada y precaria de las fronteras (Porraz, 2020). Se comienza a vivir pero también a mostrar qué es ser “catracho”, gentilicio del hondureño, o qué es ser “guanaco”, gentilicio del salvadoreño, así como se muestran las diferencias y afinidades culturales en una ciudad fronteriza.

Algunos periodistas y académicos han referido a Tapachula como la “Ciudad Infierno”  o el “espacio acorralado”, ya que pareciera que no ofrece sueños y esperanzas para las y los migrantes centroamericanos y de otras latitudes. En el plano de la cotidianidad, es un vivir complejo, sigue y seguirá siendo un espacio de tránsito, un lugar intermedio, donde se puede vivir o hacer vivir “el otro sueño mexicano”.

 

Iván Francisco Porraz Gómez
Investigador de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), unidad Tapachula, en el Grupo Académico de Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos del Departamento de Sociedad y Cultura.

 

Fotografías: Iván Francisco Porraz Gómez

 

Referencias

Appadurai, Arjun (1996). Modernity at Large: Cultural Dimensions of Globalization. Minneapolis: University of Minnessota Press.

Lorey, Isabell.(2016). Estado de inseguridad. Gobernar la precariedad. España: Traficante de sueños.

Nateras Domínguez, Alfredo. (2014). Vivo por mi madre y muero por mi barrio. Significados de la violencia y la muerte en el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha. México: SEDESOL/IMJUVE/UAM.

Organización Internacional para las Migraciones, informe 2018.

Porraz Gómez, Iván Francisco. (2020). ¡Salir a buscarse la vida! la experiencia de algunos jóvenes centroamericanos en la Frontera Sur. En prensa.


Este texto es una colaboración entre el Observatorio de Política Migratoria de El Colegio de la Frontera Norte y nexos.


1 En esta ciudad llegan día a día numerosas personas de Centroamérica (Guatemaltecos, salvadoreños y hondureños), pero también de otras partes del continente, sobre todo haitianos, algunos africanos. Las cifras no son exactas, pero de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el país se ha registrado la llegada de más de 450.000 personas que cruzan cada año la frontera entre México y Guatemala para pedir asilo o seguir su camino hacia Estados Unidos en 2018, la cifra a crecido en el año 2019.

2  Después de los tratados de paz en la región centroamericana, en la década de los noventa, surge una problemática de la que se habla mucho, pero se conoce poco, las “pandillas juveniles centroamericanas”. Después de 1992 Estados Unidos inicia un proceso de deportación masiva de jóvenes que se habían venido  integrando en clicas, “pandillas” o agrupamientos juveniles (Nateras, 2014). El barrio 18 y la mara salvatrucha (MS-13) agrupaban a miles de jóvenes huérfanos de la guerra civil y otros más que encontraban cobijo en la “gran familia”, las deportaciones masivas a El Salvador, Honduras y Guatemala se dan en un escenario complejo para la población juvenil, ya que muchos jóvenes pandilleros deciden enfrascarse en una guerra entre pandillas y con las fuerzas policiacas que respondieron con más violencia y una criminalización hacía ellos mismos que ha dejado miles de muertos y desplazados.

 

 

TEXTO PUBLICADO EN

NEXOS: https://migracion.nexos.com.mx/2020/04/hacer-vida-en-el-sur-ser-joven-migrante-centroamericano-en-tapachula-chiapas/?fbclid=IwAR2Fm00anA0o-IpaZBNUwLhIRdQ1-V6S2jkgzcceQ1UCvxcC81dbsp8swgI

CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/trazos/tecnologia/2020/04/vivencias-de-jovenes-migrantes-centroamericanos-en-tapachula/

Participa catedrática de ECOSUR en foro de Políticas Públicas y Presupuesto para Ciencia, Tecnología e Innovación con proyecto de movilidad transfronteriza entre México y Guatemala

El 21 de noviembre, en el marco del foro: Políticas Públicas y Presupuesto para Ciencia, Tecnología e Innovación, realizado en la Cámara de Diputados, María Guadalupe Ortiz Gómez, investigadora de Cátedras CONACYT, inscrita al Departamento de Sociedad y Cultura en la Unidad San Cristóbal de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) presentó, en coautoría con Rosio Barajas Escamilla, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte (COLEF), la ponencia “La gobernanza en el desarrollo local de la frontera sur: la importancia del capital territorial”.

En dicha presentación las investigadoras dieron a conocer algunos resultados del proyecto en el que trabajan: “Región transfronteriza México-Guatemala; dimensión regional y bases para su desarrollo integral”, financiado por el Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (FORDECYT).

El objetivo general del proyecto es realizar el diagnóstico y análisis de las condiciones del desarrollo regional transfronterizo entre México y Guatemala desde una perspectiva multidisciplinaria la cual permita identificar y evaluar los principales procesos constitutivos de naturaleza institucional, económica, social, cultural y ambiental, identificando especialmente los principales puntos de tensión así como sus potencialidades.

Algunos de los hallazgos mencionados en la presentación fueron, por ejemplo, la coexistencia de cruces formales e informales en un solo lugar con beneplácito de autoridades, la percepción de alto grado de corrupción gubernamental en los diversos niveles, el desarrollo de una “economía” importante alrededor de población migrante y de los cruces informales, y la infraestructura en oficinas de migración del lado mexicano está en mejores condiciones que la del lado guatemalteco, pero falta mucho personal.

Se observó un estigma generalizado hacia los extranjeros centroamericanos y de otras nacionalidades así como un incremento en solicitudes de refugio por violencia o cuestiones políticas. De lado de las autoridades y la sociedad civil se encontró que hay un presupuesto limitado en agencias de desarrollo fronterizo y que la cooperación entre actores locales en apoyo a población migrante y el libre paso entre comunidades favorece la formación de espacios transfronterizos.

A partir de estos hallazgos se busca analizar la gestión de la movilidad transfronteriza entre México y Guatemala con el objetivo de generar una propuesta de apoyo al desarrollo de la frontera sur desde el fortalecimiento de conceptos como el Capital Territorial y la Gobernanza Transfronteriza, con la creación de programas que mejoren la infraestructura carretera, el sistema educativo, el cruce de personas y vehículos para ampliar el comercio, así como el fortalecimiento de centros de investigación con énfasis en el desarrollo tecnológico para el apoyo de cadenas productivas locales. También el fortalecimiento de varios activos inmateriales como el de la educación media superior en el sector de la agroindustria y manufactura, la investigación en sectores estratégicos para el desarrollo y coadyuvar con las capacidades técnicas de los servidores públicos en el área de cruces, migración, hacienda y seguridad.

Mencionaron que es importante, además, el desarrollo de acuerdos de cooperación entre países de Centroamérica sobre cooperación transfronteriza y el desarrollo de una gobernanza multinivel para actuar sobre la gestión de la migración, el desarrollo socioeconómico y la sustentabilidad, así como la coordinación intergubernamental para atacar la corrupción.

En este proyecto de naturaleza multidisciplinaria participan también instituciones como el Centro de Investigación y Docencia Económicas; Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social; Centro de Investigación en Geografía y Geomática “Ing. Jorge L. Tamayo”; Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora; El Colegio de la Frontera Sur; Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede Guatemala y Universidad de San Carlos, Guatemala.

Migrar, no hay de otra en nuestro país

Juan Carlos Velasco Santos
Técnico académico del Departamento de Salud

El hondureño Reyes Montes, junto con otros compañeros de viaje avanza en la Caravana Migrante, desde hace una semana de camino. Platicando con él en Huixtla, durante un momento en el que descansaba acostado en la banqueta, expresa que salió de su país y dejó a su familia con la finalidad de llegar a Estados Unidos, y buscar trabajo en la frontera norte de México, “cuentan que hay mucho trabajo por Chihuahua, Sonora, Tijuana, Baja California, ese es nuestro plan”.

Respecto a su paso por México y el recibimiento que han tenido de parte del pueblo mexicano, el originario del Departamento de Colón, Honduras, comentó “Estamos agradecidos con el pueblo mexicano, nos ha brindado su mano a lo máximo, cómo nos vamos a quejar. A pesar que el presidente de nuestro país habló con las autoridades del gobierno mexicano para decirle que no nos respaldaran, que nos echarán para atrás, acá estamos siempre luchando. La iglesia católica, evangélica, organizaciones, presidentes municipales, regidores y todo nos han echado la mano. Ya estamos aquí gracias a Dios, cansado por el sol, porque ni hambre ni sed no hemos aguantado. Todo nos han brindado, la gente sale a las carreteras nos espera con alimentos, agua, que bonito, nos sentimos bien”.

Reyes señalo que se enteró de la caravana porque hubo personas que los convocaron para viajar rumbo a Estados Unidos. “Salimos como 2 mil personas de San Pedro Sula, pero en el camino de San Pedro Sula a la frontera se viene uniendo mucha gente, eso quiere decir que hay mucha gente desempleada, hay mucha pobreza dicen, pues nos vamos con esta gente y nos arriesgamos. Al final ahorita ya somos 7 mil personas… Estamos acá acampados personas de Guatemala, de Nicaragua, del Salvador y de Honduras, incluso hasta un beliceño encontré que me dijo que iba a Estados Unidos”, expresó.

El hondureño relata que trabajó en las bananeras y que la gente que viene en la caravana lo hace porque no tiene un trabajo estable en una compañía o una fábrica, o con el gobierno o una institución, pues en caso contrario “nadie de esta gente se viniera, pero todos estamos desempleados allá en nuestro país”.

 

 

Exponen trabajo sobre conectividad entre agroindustrias y movilidad laboral en el sur de México

El 9 de noviembre, en la Unidad Villahermosa de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), se llevó a cabo el seminario institucional de “Conectividad socioambiental transfronteriza: Agroindustrias y movilidad laboral en el sur de Mexico”, por Martha García Ortega, investigadora adscrita al grupo de Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos, en la Unidad Chetumal.

García Ortega identificó los elementos relacionados entre los sistemas agroindustriales con los migratorios asociados a estos enclaves que, en el caso de la frontera sur, extiende sus interrelaciones con Guatemala y Belice donde se han desarrollado históricamente dos cultivos de relevancia, la caña y el café.

La investigadora de ECOSUR enfatizó la estrecha relación entre estos dos productos y la conectividad que existe entre ellos, desde la producción hasta su relación sociocultural.

Mencionó que de 2007 a 2016, más de 10 mil trabajadores agrícolas laboraron en los cañales y cafetales, provocando un movimiento migratorio fronterizo en la cosecha de cada producto entre México, Guatemala y Belice.

La información de este estudio forma parte de una amplia investigación de más de siete años, en las regiones cañeras y más recientemente en cafetaleras del sureste, a través de un enfoque antropológico.

Urge un plan de ayuda para los niños jornaleros indígenas: ECOSUR

Por cortar mil kilos de caña de azúcar se puede cobrar, máximo, 40 pesos en las zonas agroindustriales del sur de México. Ésta es la realidad que viven cerca de 10 mil jornaleros indígenas, la mitad los cuales son migrantes de Guatemala o Belice. Pero si, además, el jornalero es menor de edad, indígena y migrante centroamericano su pago será entre 28 y 35 pesos por cada tonelada de caña cosechada, y el dinero será entregado a un adulto que lo represente.

Estos son algunos de los hallazgos del estudio más profundo realizado hasta ahora sobre las condiciones de trabajo de los migrantes agrícolas en el sur de México, construido a lo largo de siete años en decenas de visitas a ingenios y campos de cultivo en los que se aplicaron 5 mil encuestas. El esfuerzo es encabezado por la antropóloga social y doctora en ciencias sociales Martha García Ortega, de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), Unidad Chetumal.

Leer nota completa:

La Crónica de Hoy. http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1030370.html

Concluyó II Diplomado Transfronterizo “Ciudadanía, Migración y Derechos Humanos”

El II Diplomado Transfronterizo “Ciudadanía, Migración y Derechos Humanos: Mesoamérica, interacción de viejas y nuevas modalidades”, realizado en la Unidad Tapachula de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), desde el 21 de abril, culminó este 17 junio, con la participación 25 profesionales que trabajan directamente en temas migratorios.

La ceremonia de clausura estuvo a cargo de Enrique Coraza de los Santos, investigador del Departamento de Sociedad y Cultura de ECOSUR, quien además fue el organizador de este diplomado, y también de Claudette Walls, representante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Ambos mencionaron sentirse satisfechos por los resultados que el diplomado ha tenido tanto en México como en Guatemala, y destacaron el interés de ambos países en capacitarse con temas relacionados a la movilidad de personas.

Al diplomado asistieron personas de instituciones gubernamentales, organizaciones civiles e internacionales y académicos de México y Guatemala, quienes compartieron experiencias a través de seminarios y prácticas de campo.

Durante las 120 horas del diplomado, adquirieron nuevos conocimientos e hicieron análisis de las movilidades asociadas con las temáticas de los derechos humanos y la ciudadanía a partir de las relaciones transfronterizas con Mesoamérica.

Este diplomado se realizó con el esfuerzo coordinado de ECOSUR, la Organización Internacional para la Migraciones (OIM) y el Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Guatemala, con el auspicio del Grupo de Trabajo de Violencias y Migraciones Forzadas del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).


Fotografía: Fabiola Roque

Realizan curso taller “Atención en salud mental a niños, niñas, jóvenes y mujeres Migrantes” en la Unidad Tapachula

El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en colaboración con la Fundación Derechos y Oportunidades y el Grupo de Trabajo Violencia y Migraciones Forzadas del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) llevaron a cabo el curso “Atención en salud mental a niños, niñas, jóvenes y mujeres migrantes”, del 17 al 20 de abril en las instalaciones de la Unidad Tapachula.

El taller estuvo dirigido a personas que están trabajando con niños, niñas y adolescentes migrantes en diferentes espacios en Tapachula, por lo que desde la Fundación Derechos y Oportunidades –Estados Unidos– en colaboración con Brown University –Estados Unidos–, Doctores del Mundo y Fundación Cornwell –Reino Unido– se organizó esta actividad en la que los asistentes compartieron experiencias con profesionales de amplia experiencia a escala internacional en campos de refugiados y países en conflicto en Europa, Asia, África y América Latina.

El objetivo del curso fue capacitar en temas de salud mental a personas que trabajan o tienen contacto con niños y niñas, adolescentes y mujeres en situación de movilidad y situaciones traumáticas.

El curso lo impartieron Asmamaw Sisay Yigeremu, de Doctores del Mundo y Lynne Myfanwy Jones, de la Fundación Cornwell, quienes abordaron temas como la salud mental de quienes trabajan con adultos y niños refugiados o migrantes; cómo trabajar con niños refugiados o migrantes que viajan solos o acompañados; desarrollo en la niñez temprana e identificación y apoyo a personas migrantes que tienen problemas mentales severos.

El curso es resultado del trabajo de vinculación del grupo académico Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos del Departamento de Sociedad y Cultura de ECOSUR, que ha generado líneas de colaboración con organizaciones de la sociedad civil, instituciones de los tres niveles de gobierno y organismos internacionales para ejercer acciones de trabajo permanente y contribuir a la solución de problemáticas asociadas con las movilidades humanas, siendo una de ellas la atención a las personas migrantes, y en este caso a los colectivos más vulnerables.

La realidad de los indígenas urbanos en México

Las precarias condiciones sociales y laborales que la población indígena ha enfrentado desde décadas atrás se han agudizado en la actualidad por los problemas económicos de las regiones rurales, lo que ha ocasionado el aumento de la migración del campo a la ciudad y con ello la exposición de los indígenas a la exclusión, discriminación y pobreza que se pontencializan en el ámbito urbano.

En su estudio Exclusión y discriminación hacia los indígenas urbanos en las ciudades mexicanas, Jorge Enrique Horbath Corredor, investigador del Departamento de Sociedad y Cultura de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), analiza los procesos de exclusión, discriminación y pobreza que viven los indígenas urbanos e indica que las causas de la migración de la población indígena rural a las ciudades son los procesos de globalización y de pauperización del campo mexicano que han vulnerado cada vez más las condiciones de vida de los grupos indígenas, lo que los obliga a migrar hacia las ciudades e incorporarse a franjas de espacios urbanos marginados, trabajando en actividades informales de bajos ingresos y con alta exposición a riesgos de todo tipo.

Indígenas urbanos y sus derechos humanos

En el proyecto de Ciencia Básica realizado de 2012 a 2016 financiado por Conacyt, el investigador de ECOSUR analizó las percepciones que tienen los indígenas migrantes en materia de sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) —educación, salud, vivienda, trabajo, y el derecho a ocupar la ciudad— en los espacios urbanos, lo que le permitió dar cuenta de la discriminación que viven específicamente en la Ciudad de México, Guadalajara-Jalisco, Tuxtla Gutiérrez-Chiapas y en el sistema urbano-regional de la península de Yucatán (Campeche y Ciudad del Carmen en Campeche, Mérida y Tizimín en Yucatán y Othón P. Blanco, Benito Juárez y Solidaridad en Quintana Roo).

Mediante entrevistas y grupos focales, las personas indígenas que participaron en el estudio contaron sus vivencias a la llegada a la ciudad e identificaron sus necesidades en los ámbitos sociales de los que son excluidos, segregados, marginados y discriminados, lo que los coloca desde la perspectiva del investigador de ECOSUR como “nuevos pobres urbanos”.

A partir del análisis de mapas y Áreas de Geoestadística Básica (AGEB’s) de las ciudades que abarcó el estudio se observa un aumento de la concentración indígena en las zonas circundantes y localidades cercanas a las ciudades. También se identificó que hay zonas dentro de las ciudades en las que la población indígena se adentra y está más expuesta a la discriminación.

Respecto al tema de la educación, las personas entrevistadas hablaron de las dificultades que enfrentan para poder acceder a ella, pues el bajo ingreso económico de las familias no alcanza para cubrir las necesidades escolares de todos los hijos. Por otro lado identifican que dentro de los espacios educativos, tanto en lo rural como en lo urbano, afrontan algunos fenómenos de interacción social como la discriminación por pertenecer a un grupo étnico o conflictos de barrera lingüística.

En el ámbito de la salud, los migrantes de comunidades originarias son los peor tratados en un centro de salud, indica el estudio, debido a que cuando se enferman y asisten a estos lugares no saben el procedimiento que deben seguir para ser atendidos. A esto se suma la falta de costumbre de hablar español, lo que genera dificultades en la comunicación y por ende mala atención y, en algunos casos, negligencia médica.

El estudio encontró que cuando los migrantes llegan a las zonas urbanas en un principio se alojan en casa de algún familiar que ya se encuentra instalado en la ciudad, su segunda opción es quedarse temporalmente en casa de algún amigo de la misma región, la tercera en un pequeño departamento en las colonias populares en el cual pueden vivir hasta seis personas, y cuando no tienen conocidos llegan a la deriva y duermen en algún espacio público.

En el apartado de trabajo se observó que la condición y el mercado laboral de los migrantes indígenas urbanos están marcados por el racismo. El estudio describe que las actividades en las que más son empleados están dentro de la economía terciaria, específicamente en los sectores del comercio y el turismo. La venta de artesanías es una actividad característica, seguida de la construcción.

La delincuencia es otro de los problemas que más aquejan a esta población, además de la exposición a riesgos, la explotación de la que son víctimas y la inestabilidad laboral.

Discriminación y exclusión

En general la población estudiada atraviesa condiciones laborales lamentables, viven malos tratos de parte de los patrones, un salario por debajo del mínimo, explotación laboral, humillación y falta de seguro de vida en el trabajo.

A pesar de todo los migrantes se arriesgan ya que consideran que en sus lugares de origen la situación aún es peor. Para los entrevistados, en la ciudad hay mayores oportunidades y se puede vivir tranquilamente, pues saben que las posibilidades de encontrar trabajo en cualquier área del turismo son mayores.

Los empleos a los que acceden no cubren ningún servicios de salud o jubilación, no tienen contrato, están mal pagados y cubren largas jornadas de trabajo, aun así insisten en que el hecho de haber migrado los ha beneficiado en obtener un poco más de ingreso.

La educación es un tema difícil ya que muy pocos logran terminar la educación básica. Diversos factores influyen para que las niñas y los niños no continúen con su educación, principalmente la falta de recursos económicos. Sin embargo, a pesar de las complicaciones, los entrevistados tienen las mejores expectativas para sus hijos, desean que no pasen por la misma situación que ellos y puedan lograr tener un buen nivel de educación.

Uno de los problemas que afecta fuertemente a la población migrante es no tener un seguro de vida que los proteja ante cualquier evento desafortunado. La protección de salud que adquiere el migrante por medio del trabajo tampoco cuenta con una buena atención por parte de los médicos y siempre hacen falta instrumentos médicos y medicinas.

Otro de los puntos sobre los que llama la atención el investigador de ECOSUR es que los indígenas para evitar ser discriminados llegan a negar su propia identidad y esconder sus orígenes étnicos. Explica que en las estadísticas censales de 2000 y 2010 y de conteo de población de 2005, se aprecia la generalizada reducción de población indígena en las zonas de origen, el aumento de población en las ciudades medianas y grandes cercanas a su entorno pero con el agravante de que en ellas dicha población no se reconoce como indígena, lo que muestra la estrategia de negación de origen cultural para poder ser parcialmente aceptados en los entornos urbanos y lograr subsistir.

Conclusiones

Horbath señala que es desalentador revisar las percepciones que tienen los indígenas que migran a las ciudades acerca de cuatro derechos fundamentales —educación, salud, vivienda y trabajo— ya que dan cuenta de la vulnerabilidad en la que se encuentran, y a pesar de ello para esta población es preferible vivir como pobres en la ciudad que morir como indígenas en los ejidos o lugares rurales de origen, lo cual tendría que ser una llamada de alerta sobre las condiciones de vida de la población en los pueblos y comunidades indígenas.

Por otro lado, plantea que la normatividad y las leyes se quedan solamente en letra muerta, pues forman parte de un modelo de simulación del Estado, donde la abundancia de los programas sociales y el discurso de la política pública se encuentra muy alejados de los migrantes indígenas, como las distancias que deben recorrer para abandonar sus tierras y familiares para insertarse a los espacios segregados de la marginalidad urbana.

Más información:
Jorge Enrique Horbath Corredor
Departamento de Sociedad y Cultura
(jhorbath@www.ecosur.mx)

Académico de ECOSUR participa en audiencia pública para discutir Iniciativa de Ley preferente que facilite revalidar estudios de migrantes que llegan a México

El 15 de febrero, Luis Alfredo Arriola Vega, investigador del Departamento de Sociedad y Cultura de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), participó en el panel Diálogo con Investigadores, impulsado por el Senado de la República para discutir una iniciativa del ejecutivo que pretende cambiar la normatividad encaminada a facilitar los trámites de equivalencias y revalidación de estudios realizados en el extranjero por parte de los migrantes que llegan a México.

La iniciativa preferente con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la ley general de educación, se trata de una medida impulsada principalmente por el posible retorno de personas de origen mexicano al país, desde Estados Unidos de América (EUA).

Arriola Vega, actual coordinador del grupo académico Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos de ECOSUR, indicó en su participación, que dentro de las acciones a tomar se debe considerar no sólo a quienes serán deportados, sino a todos aquellos migrantes que ya se encuentran en el país y que no han logrado insertarse al sistema educativo nacional, precisamente por las trabas que se pretenden eliminar.

Explicó que la región sur-sureste de México tiene ciertas especificidades que la hacen diferente de otras regiones del país en cuanto al tema central de la iniciativa y que son necesarias políticas públicas diferenciadas para resolver los problemas únicos de la región.

“Están los altos niveles de analfabetismo en algunos estados, la concentración de población indígena en la mayoría de entidades y el hecho de que la región se caracterice por mostrar las tasas de retorno desde EUA más bajas del país”, expresó.

Informó que un aspecto particular de la región sur-sureste del país lo constituye  la presencia de poblaciónes en-de tránsito, grupos en distintas etapas de asentamiento y el creciente número de solicitantes de asilo, todos ellos provenientes especialmente de Centro América.

“En ciertas entidades de la frontera sur mexicana, los migrantes menores de edad, mayormente de origen centroamericano, también tienen problemas para tener acceso al sistema educativo en México en condiciones dignas y con pleno respeto a sus derechos humanos. Muchas veces la autoridades educativas exigen presentación de la CURP para que se expidan los certificados de estudios, pero sin ese documento se les niega”, denunció.

Durante la audiencia, cuestionó si se dará la misma atención en estas reformas a los migrantes extranjeros del sur que a los migrantes nacionales llegados de EUA.

Las audiencias se realizaron en el Senado de la República, en la Ciudad de México, del 13 al 15 febrero, y se dividieron en cinco paneles: Diálogo con el Poder Ejecutivo, Diálogo con las autoridades educativas locales, Diálogo con las organizaciones de la sociedad civil, Diálogo con los investigadores y Encuentro con Universidades e Instituciones de Educación Superior.

En el panel de investigadores participaron también, Mónica Jacobo Suárez, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE); Patricia Gándara, Universidad de California, Los Ángeles; Sylvie Didou Aupetit, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINESTAV); Ángel Lara Hiram Abel, de la Universidad de Guadalajara; Rodrigo Aguilar Zepeda, de El Colegio de la Frontera Norte (Colef); Agustín Escobar Latapí, del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y Oscar Ariel Mojica Madrigal, de El Colegio de Michoacán (Colmich).

senado ley de educación

Más información:

Investigadores recomiendan fortalecer el sistema bilingüe y la capacitación a docentes

Fotos: Senado de la República. Audiencias públicas para el análisis de la Iniciativa Preferente para revalidar estudios de migrantes

 

Ver nota relacionada:

https://www.ecosur.mx/blog/abren-audiencia-para-discutir-ley-que-revalide-estudios-de-migrantes/

Conectividad laboral y migratoria en la agroindustria azucarera en la Frontera Sur de México

Informe Diciembre-Enero del Observatorio Iberoamericano sobre Movilidad Humana, Migraciones y Desarrollo (OBIMID) por Martha García Ortega.

Presenta parte de un amplio estudio, que tiene información de primera mano, sobre la agroindustria azucarera realizado desde hace siete años y, más recientemente, del café. Los hallazgos en la investigación acerca de los trabajadores agrícolas de la caña de azúcar y el complejo universo del sector agroindustrial en la frontera sur de México tienen una raíz histórica y antropológica que amplía la regionalización y a la conectividad de estos dos cultivos. La centralidad del texto está puesta en la movilidad laboral —interna y transfronteriza— atraída por la zafra mexicana, un tema poco conocido en la literatura de las migraciones y en la opinión pública sobre los límites con Centroamérica. El interés es mayor toda vez que en agosto del 2016 culminó la privatización de los ingenios mexicanos, en tanto que las proyecciones sobre el trabajo digno son lejanas.

INFORME COMPLETO

ow.ly/XNBF307kZic