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COVID-19: ¿Qué pasa en el campo?

Por Guillermo Jiménez Ferrer/Investigador (Ganadería y Cambio Climático) ECOSUR.

gjimenez@www.ecosur.mx

El cambio climático y la actual pandemia del COVID-19 han sido fenómenos de graves efectos y consecuencias en la población mundial. Las constantes sequias, huracanes, nevadas e inundaciones, hoy se acompañan de más de 4 millones de casos confirmados de COVID-19 y más de un cuarto de millón de muertes en todo el mundo desde que inició esta pandemia ( i). Los casos en el mundo siguen aumentando, ahora especialmente en América Latina. Estados Unidos tiene más casos que cualquier otro país, con más de 80 mil muertos al 12 de mayo, Brasil llega a 12 mil muertes y México es muy probable que tenga cerca de 5 mil fallecidos en los próximos días.

Así, la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 ha evidenciado aún más, el impacto ambiental de la sociedad, la fragilidad de la economía mundial y el modelo neoliberal y la falta de una clara estrategia global sanitaria por parte de la OMS (Organización Mundial de la Salud). También se han evidenciado los débiles programas sanitarios de los países desarrollados (USA, Francia, UK) y pobres como Brasil, Perú, Colombia y México. Sin duda, también ha hecho emerger nuestros “ángeles y demonios” debido al aislamiento necesario (#quédate en casa).

 

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CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2020/05/covid-19-que-pasa-en-el-campo/

 

COVID-19, la cruz y la pandemia: una mirada a la devoción en un barrio de San Cristóbal de Las Casas

Iván Francisco Porraz Gómez[1]

Un texto importante para leer en estos tiempos de pandemia, de miedos y de encierro, es el del historiador francés Georges Duby, su libro Año 1000, año 2000. La huella de nuestros miedos. Duby lo ilustra de la siguiente manera: “un cronista refiere que los obispos de Aquitania se reunieron en una pradera, cerca de Limoges. Habían traído reliquias de santos, el cuerpo de San Marcial y de varios otros, para que cesara una epidemia, el mal cesó de súbito. Todo ésto es muy significativo, lo sobrenatural es el único recurso. Se solicita gracia al cielo y se extrae de sus tumbas a los santos protectores” (1995:62).  El texto refiere a las reliquias de los santos como importantes objetos para el individuo europeo de esa época ya que a través de ellas se controlaban las epidemias y se curaba a los enfermos; quizás en tiempos recientes estas creencias no han cambiado, ya que muchos de estos acotecimientos religiosos los seguimos observando en algunos pueblos de Chiapas y de Latinoamérica, sobre todo en las últimas semanas frente a la incertidumbre, angustia y búsqueda de respuestas y certezas que está dejando el COVID-19 en la memoria de las personas.

El 3 mayo se celebra dentro del calendario católico a la Santa Cruz, una imagen venerada en muchos pueblos indígenas de la región Altos de Chiapas que también mantiene un sincretismo con otras deidades y el ritual agrícola; es también celebrada en algunos espacios de la periferia de la Ciudad de San Critóbal de Las Casas, y de otras latitudes.

En el barrio Ojo de Agua ubicado al norte de la ciudad, “la patrona” o “imagen principal” es la Santa Cruz, que ademásesta relacionada con las personas que se dedican al ramo de la construcción, valga mencionar que esta es una de las actividades más relevantes de los habitantes de ese lugar quienes son albañiles, peones, contratistas, carpinteros, arquitectos, entre otras actividades relacionadas.

Para muchos habitantes de Ojo de Agua este año es difícil por el tema de la pandemia, algunos están cumpliendo con las dispocisiones sanitarias que el gobierno de AMLO ha decretado, para otros más que viven al día no es tan fácil, pero en medio del caos buscan seguir haciendo la vida y se encomiendan a la divinidad. Hace algunas semanas la junta de festejos y los habitantes decidieron que no habrá festividad, que es mejor ciudarse y que hay que posponer la celebración. En la memoria de algunos habitantes esto no había pasado, respecto a ello comentan:

– Que recuerde, hace mucho tiempo no pasaba esto, no se había suspendido la fiesta, ni cuando hubo la entrada de los zapatistas, que supuestamente era díficil y no se podían quemar “cohetes” y polvora, algunos vamos a extrañar las misas, otros el convivio, lo único que esperamos es que esto acabe pronto y que las personas no resultemos enfermos…

– Con todo esto, lo único que debemos hacer es pedirle a la Santa Cruz que nos ayude. Durante los años que llevo con vida –más de 70 años- no se había suspendido, pero con esto del virus, es mejor prevenir, lo que sí hay gente que tenemos miedo, no sabemos que va a pasar, esperemos que salgamos bien de este asunto…

La organización de la fiesta patronal comienza siete o seis meses antes de la festividad, ahora tendrá que esperar; un integrante de la junta de festejos comentó que por el momento se decidió que la festividad se llevará a cabo en el mes de septiembre, tentativamente entre 13 y 14 que coincide con otro santoral católico: la exaltación de la Santa Cruz. Se espera que para ese momento lo más crítico de la epidemia haya pasado y que todos se encuentren bien. Por lo pronto, hay algunos pequeños rituales más privados que se están haciendo, la imagen de la “cruz peregrina” está visitando algunos hogares dentro del barrio, con un mínimo de personas. El 1 de mayo una pequeña comitiva de algunas colonias de la zona norte de la ciudad ofrenda oraciones acompañadas de velas e inciensos al arroyo que se encuentra en el corazón del barrio. Para el 3 de mayo se tiene prevista una misa a puerta cerrada con transmisión por Facebook en vivo; quizás esta sea la primera homilía de tales características en mucho tiempo, se espera que la mayoría de los habitantes del barrio la siga por redes sociales ese día. Sin duda, los habitantes tendrán que echar mano de la tecnología por lo que algunas personas mayores serán apoyadas por las generaciones más jóvenes. Por último, el otro ritual que se ha suspendido es el cambio de la junta de festejos, que estaba programado para este año y sería el 4 de mayo, quizás será un acto más privado en alguna otra fecha de este mes.

Las fiestas patronales convocan a una enorme afluencia de peregrinos y espectadores en cualquier santuario. El lugar donde se realizan: la calle, la pradera o fuera del atrio o iglesia, juegan un papel fundamental porque se viven momentos de expansión de la fiesta, de fusión del santo con el entorno o el paisaje, y de mezcla de lo sacro con lo profano (Porraz, 2017; Gómez, 2000), sin embargo, en tiempos del COVID-19, estos rituales parecen que se están llevando a espacios más privados o se están reprogramando para cuando sea el momento más oportuno, es decir, el fin de la pandemia. Por ahora ver una misa en vivo por Facebook sirve de aliento para recuperar la fe y la esperanza en el medio de los miedos y la incertidumbre.

En el llamado ciclo agrícola de las zonas rurales de Chiapas y otros espacios, estos rituales de celebración a la Santa Cruz también serán diferentes; lo más probable es que ocurran cambios sustanciales en la forma de llevar a cabo las festividades o que no se lleven acabo debido a las restricciones que a nivel local se impongan. En el barrio de Ojo de Agua y en otros espacios de México, no toda la gente puede ver las conferencias del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno mexicano, el Dr. López-Gatell. Más bien algunos recurren a la creencia en sus santos y esperan que sus rezos calmen esta calamidad. Por ello resulta tan interesante y pertinente entender estos espacios locales y las relaciones que se crean, cambian o mantienen, en el contexto de esta pandemia. Finalmente, vale la pena preguntarse: ¿cómo se está viviendo, o alrededor de qué se están creando imaginarios acerca del COVID-19 en los barrios y colonias de México?

Bibliografia

DUBY, Georges, 1995. Año 1000, año 2000, la huella de nuestros miedos, Editorial Andrés Bello. Italia.

DURAND, Jorge y Douglas S. Massey, 2001. Milagros en la frontera: retablos de migrantes mexicanos a Estados Unidos. El Colegio de San Luís, CIESAS. México.

Gómez Hernández, Antonio, 2000. “El encuentro de los padres eternos: la romería a la santísima trinidad en Zapaluta” en Anuario de Estudios Indígenas, IEI-UNACH, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

Porraz, Gómez Iván Francisco. 2017. Etnografía de la religiosidad en Los Altos de Chiapas. La romería en honor al Señor de Tila de Magdalenas. La tinta del silencio. Ciudad de México. 112 p.

[1] Investigador de ECOSUR-Tapachula, colaborador del Observatorio de las Democracias: sur de México y Centroamérica.

 

 

TEXTO PUBLICADO EN

CHIAPAS PARALELO:

¡Hacer vida en el sur! Ser joven migrante centroamericano en Tapachula, Chiapas

 

Las y los jóvenes no son un actor genérico u homogéneo, existen marcas internas y externas como la etnia, la clase, el género, o la latitud de donde se proviene: norte o sur. Muchos jóvenes centroamericanos que llegan a la frontera sur de México, específicamente a Tapachula,1 han descrito la vida cotidiana en sus lugares de origen de acuerdo a la noción de Lorey de “precariedad extrema” como “modo de vida”. Es decir, experiencias que conjugan la paradoja de la expropiación y apropiación de las dimensiones vitales de sus vidas cotidianas en su nicho, lo cual devela una experiencia de producción de subjetivación y de sustracción que posibilita enfrentar los desafíos de una violencia con muchos rostros y la tarea imparable de “negociar” el derecho a la vida.

Algunos jóvenes hondureños y nicaragüenses que llegan a esta puerta calurosa y húmeda de la frontera sur de México, despliegan una narrativa en relación a su experiencia de expulsión en sus lugares de origen que se compone de varios factores: huyen de la violencia de sus países, derivada de las llamadas “pandillas centroamericanas”,2 de las violencias de los Estados en Centroamérica, de no poder asegurar condiciones mínimas de vida, y/o de la persecución política.

Tapachula como muchas otras ciudades fronterizas del orbe terrestre, ha sido en gran parte forjada por migrantes que han traído costumbres, tradiciones, saberes y gastronomía desde sus tierras de origen. Tenemos a quienes son “parientes de acá nomás”, los guatemaltecos que cosechan y recolectan café; luego a salvadoreños y hondureños que tienen a La Perla del Soconusco como punto estratégico en la ruta para llegar a EEUU, y desde hace algunos años, también a nicaragüenses, caribeños, africanos y demás, que han enriquecido la diversidad en la ciudad. Sin embargo, se han fincado también miedos e incertidumbre. En todo caso, es importante anotar que la esperanza abre camino y que las prácticas y sensibilidades de la diversidad migrante irrumpen las regularidades espaciales y temporales tapachultecas, propias de las ciudades y vivencias en constante flujo y movimiento, nucleadas por fracturas, discontinuidades y relaciones de disyunción que definen el mundo global, como un mundo de flujos. (Appadurai, 1996). En ocasiones la presencia de las y los migrantes, con énfasis en la población centroamericana, ha producido rechazo, traducido en expresiones discriminatorias de tipo racial y xenofóbico, aunque estás son propiamente imaginadas e impulsadas por algunos medios de comunicación de la región, y/o por sectores empresariales.

En los intersticios de esta remota ciudad fronteriza, existen historias de jóvenes centroamericanos que decidieron no continuar con su viaje rumbo a Estados Unidos debido, entre otras circunstancias, a lo complicado que es cruzar la frontera en la Era Trump, así que la posibilidad de poder “hacer la vida” o “seguir la vida” en Tapachula se vuelve una opción. Juan es originario de Santa Ana, la segunda ciudad más importante en El Salvador, llegó a Tapachula hace 4 años, estuvo de manera irregular por dos años, pero con la llegada de la primera “caravana migrante” en 2018, decidió solicitar la condición de refugiado:

Tapachula es una ciudad complicada pero tranquila, cuando llegué iba con la idea de seguir para más arriba [EEUU], al gabacho pues, ¡¿me entendés?! Acá no hay mucho empleo y el calor es bastante, como en El Salvador, pero acá se puede hacer vida. Hace dos años me dedico hacer pupusas [comida típica de El Salvador], inicié con una prima, pero después se me ocurrió hacer para vender en las fiesta de cumpleaños y demás, ahora hago por encargo y me va bien, creo que este lugar puede estar bien para vivir alguno años… (Juan, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Ricardo, por su parte, llegó en 2018 con la “caravana migrante”, es de San Salvador, capital de El Salvador, fue uno de los primeros en obtener una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias en el inicio de la administración de AMLO:

Para mí Tapachula es una opción, acá trabajo como guardia de seguridad en una cantina, no me pagan mucho pero vivo bien, regresar a El Salvador no creo, hay mucha violencia y pocas posibilidades para uno. Ir a Estados Unidos tampoco, esta difícil ahora, acá he conocido amigos mexicanos y de otras nacionalidades, tengo una novia de Guatemala y veo que acá se puede seguir la vida… (Ricardo, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Kevin, un joven hondureño de San Pedro Sula que lleva nueve años en Tapachula, dice:

Yo llegue como a los 12 años y luego me fui al norte de México, intenté pasar dos veces y nada, después me regrese a Tapachula, conocí a una novia mexicana y nos casamos, después me separé, tengo una hija, y tengo la nacionalidad y al paso de unos años abrí un negocio que era mi sueño desde que fui al norte, tener una barbería acá cerca del parque Miguel Hidalgo. Para mí Tapachula esta bien para vivir, me gusta, veo a mi hija y hasta puedo visitar a mi familia allá en Honduras. (Kevin, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Las experiencias relatadas por estos jóvenes centroamericanos sobre sus vivencias en Tapachula, nos llevan a conocer manifestaciones de sus travesías y de sus emociones. Nos aproximan a entender cómo se abren espacios para construirse un mundo en ese lugar y en ese tiempo, es decir, una vida concreta y social. Nos acercan a vislumbrar un consumir y reconstruir en una cultura que no es propia pero tampoco ajena, una dialéctica quizás de irrupción, así sea fragmentada y precaria de las fronteras (Porraz, 2020). Se comienza a vivir pero también a mostrar qué es ser “catracho”, gentilicio del hondureño, o qué es ser “guanaco”, gentilicio del salvadoreño, así como se muestran las diferencias y afinidades culturales en una ciudad fronteriza.

Algunos periodistas y académicos han referido a Tapachula como la “Ciudad Infierno”  o el “espacio acorralado”, ya que pareciera que no ofrece sueños y esperanzas para las y los migrantes centroamericanos y de otras latitudes. En el plano de la cotidianidad, es un vivir complejo, sigue y seguirá siendo un espacio de tránsito, un lugar intermedio, donde se puede vivir o hacer vivir “el otro sueño mexicano”.

 

Iván Francisco Porraz Gómez
Investigador de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), unidad Tapachula, en el Grupo Académico de Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos del Departamento de Sociedad y Cultura.

 

Fotografías: Iván Francisco Porraz Gómez

 

Referencias

Appadurai, Arjun (1996). Modernity at Large: Cultural Dimensions of Globalization. Minneapolis: University of Minnessota Press.

Lorey, Isabell.(2016). Estado de inseguridad. Gobernar la precariedad. España: Traficante de sueños.

Nateras Domínguez, Alfredo. (2014). Vivo por mi madre y muero por mi barrio. Significados de la violencia y la muerte en el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha. México: SEDESOL/IMJUVE/UAM.

Organización Internacional para las Migraciones, informe 2018.

Porraz Gómez, Iván Francisco. (2020). ¡Salir a buscarse la vida! la experiencia de algunos jóvenes centroamericanos en la Frontera Sur. En prensa.


Este texto es una colaboración entre el Observatorio de Política Migratoria de El Colegio de la Frontera Norte y nexos.


1 En esta ciudad llegan día a día numerosas personas de Centroamérica (Guatemaltecos, salvadoreños y hondureños), pero también de otras partes del continente, sobre todo haitianos, algunos africanos. Las cifras no son exactas, pero de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el país se ha registrado la llegada de más de 450.000 personas que cruzan cada año la frontera entre México y Guatemala para pedir asilo o seguir su camino hacia Estados Unidos en 2018, la cifra a crecido en el año 2019.

2  Después de los tratados de paz en la región centroamericana, en la década de los noventa, surge una problemática de la que se habla mucho, pero se conoce poco, las “pandillas juveniles centroamericanas”. Después de 1992 Estados Unidos inicia un proceso de deportación masiva de jóvenes que se habían venido  integrando en clicas, “pandillas” o agrupamientos juveniles (Nateras, 2014). El barrio 18 y la mara salvatrucha (MS-13) agrupaban a miles de jóvenes huérfanos de la guerra civil y otros más que encontraban cobijo en la “gran familia”, las deportaciones masivas a El Salvador, Honduras y Guatemala se dan en un escenario complejo para la población juvenil, ya que muchos jóvenes pandilleros deciden enfrascarse en una guerra entre pandillas y con las fuerzas policiacas que respondieron con más violencia y una criminalización hacía ellos mismos que ha dejado miles de muertos y desplazados.

 

 

TEXTO PUBLICADO EN

NEXOS: https://migracion.nexos.com.mx/2020/04/hacer-vida-en-el-sur-ser-joven-migrante-centroamericano-en-tapachula-chiapas/?fbclid=IwAR2Fm00anA0o-IpaZBNUwLhIRdQ1-V6S2jkgzcceQ1UCvxcC81dbsp8swgI

CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/trazos/tecnologia/2020/04/vivencias-de-jovenes-migrantes-centroamericanos-en-tapachula/

Ecosur pide a gobiernos de la región garantizar la vida de migrantes

Elio Henríquez, corresponsal | martes, 14 abr 2020 14:57

San Cristóbal de Las Casas. El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) hizo un “llamado urgente” a los gobiernos de México y de los países de Centroamérica para garantizar los derechos humanos de migrantes, ya que “cientos de ellos han sido abandonados en la frontera sur”, sin las medidas sanitarias para evitar posibles contagios de Covid-19.

“Cientos de personas migrantes, sobre todo centroamericanas que han sido aseguradas por el Instituto Nacional de Migración (Inami) en el centro y norte de México o deportadas de Estados Unidos, están enfrentando en este momento abandono y rechazo, lo que los expone a crecientes riesgos”, agregó.

 

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LA JORNADA: https://www.jornada.com.mx/ultimas/estados/2020/04/14/ecosur-pide-a-gobiernos-de-la-region-garantizar-la-vida-de-migrantes-7548.html

 

NOTAS RELACIONADAS

LA JORNADA MAYA: https://www.lajornadamaya.mx/2020-04-14/Migrantes-enfrentan-abandono-y-rechazo-en-la-frontera-sur-de-QRoo–especialistas

ECOSUR realiza proyectos en el contexto de COVID-19

El Colegio de la Frontera Sur busca obtener la certificación Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicas (INDRE) con la finalidad de que el Laboratorio de Salud, ubicado en la Unidad San Cristóbal, pueda realizar pruebas de detección del COVID-19.

María del Carmen Pozo de la Tijera, directora general de ECOSUR, habla en una entrevista que ofreció al programa NCS Noticias por Radio Fórmula Campeche sobre este y otros proyectos que realiza el personal académico de dicha institución en el marco de la emergencia sanitaria que enfrenta nuestro país.

Escucha la entrevista en: https://www.ecosur.mx/entrevista-a-carmen-pozo/

(In) Movilidades (in) Humanas en tiempos de Covid

Que las migraciones eran una de las características distintivas más complejas y paradójicas del estado previo del neoliberalismo contemporáneo es algo que, a estas alturas, admite poca discusión. Los medios de comunicación, los discursos políticos y las conciencias colectivas han visibilizado hasta la saciedad las imágenes de poblaciones sirias tratando de entrar a Europa a través de Turquía, subsaharianas en cayuco atravesando el Mediterráneo, centroamericanas en La Bestia hacia Estados Unidos, africanas y asiáticas agolpándose en Tapachula, rohingyas abandonando Myanmar, venezolanas hacia Colombia, y un largo etcétera. Estas son algunas migraciones hirientes, y muy visibles: otras muchas nunca lo serán, pues justamente tratan de evitar el control de los gobiernos y corporaciones que las persiguen. Por razones económicas, políticas, ambientales, culturales… este tipo de movilidad se ha constituido como uno de los grandes problemas (fenómenos, retos, característica… según quién lo interprete) del mundo moderno, multiplicando a su alrededor imaginarios, prejuicios, corporaciones de seguridad, instituciones multilaterales, políticas de control, redes, muros. En sí, una completa y rotunda contradicción con el gran supuesto del capitalismo neoliberal, el libre movimiento de todos los factores y la desaparición (o debilitamiento) de Estados-Nación y fronteras.

Ver artículo completo en https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2020/04/05/in-movilidades-in-humanas-en-tiempos-de-covid/

México y sus trabajadores agrícolas ante la pandemia de COVID 19

Por Martha García*

Más de 1.2 millones de trabajadores y trabajadoras agrícolas en México son migrantes que se mueven a lo largo del país en diversas temporadas del año. Estos desplazamientos están presentes en la frontera sur, pues a esta fuerza laboral se agregan guatemaltecos y beliceños para las cosechas del café y la caña de azúcar.

En otras geografías, alrededor de 100 mil mexicanos y mexicanas salen a Canadá y Estados Unidos con visas laborales dentro de los programas de trabajadores huéspedes temporales. Con tales conexiones, México consolida una gran experiencia histórica como país exportador e importador de mano de obra Sur-Norte y Sur-Sur.

Como es del dominio público, una realidad patente en ambos lados de las fronteras mexicanas es la presencia de los trabajadores sin papeles multiplicando las nacionalidades de otros continentes. Con mucho, los mexicanos sin visas de trabajo rebasan las aportaciones anuales de trabajadores a los campos estadounidenses.

Las ricas dinámicas de las migraciones laborales se presentan en las regiones agrícolas y agroindustriales distribuidas en todo el territorio mexicano que atraen mano de obra, principalmente de los estados de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz, y en esta fuerza laboral están amplios grupos indígenas que han hecho de la migración una tradición.

Los millones de trabajadores que salen y entran, y que se mueven a veces de cultivo en cultivo (los llamados golondrinos) en circuitos laborales nacionales, en Centro y Norteamérica son incansables. Tan solo de abril a junio, 60 mil trabajadores agrícolas del sector azucarero se desplazarán a sus lugares de origen en México y Centroamérica, pues la zafra estará cerrando.

A penas la migración laboral es parte de la complejidad de la movilidad humana como un asunto de agenda pública que apremia en la lucha por proteger a la población y contrarrestar la expansión de la pandemia de COVID-19. Desde distintos frentes se enfatiza la emergencia sanitaria, y en lo inmediato las consecuencias sociales y las económicas.

La presente reflexión pretende enfatizar la relevancia de la investigación sobre las migraciones laborales y la importancia de entender cómo, tan solo con el ejemplo de los miles de grupos de trabajo en el sector agrícola que involucra millones de personas, se requiere atender a esa población en la misma lógica de su movilidad: origen-tránsito-destino-retorno.

Ante el dramático desequilibrio en la distribución de los servicios del Sistema Nacional de Salud, que revela las desigualdades en este país, hay que apuntar la falta de información precisa y subregistros sobre las contrataciones de los llamados genéricamente “jornaleros agrícolas” nacionales e internacionales.

Es urgente resolver un sistema viciado, el desinterés y negligencia y crear esquemas de movilidad laboral con información precisa, seguros, regulados, ordenados y con derechos. De paso se hace necesario desmantelar la desregulación que campea en los sistemas de reclutamiento, que son parte de la propia precarización laboral y de la violación de los derechos elementales.

En los análisis internacionales recientes, como el de INEGI sobre el agua, se revela que una primera condición de vulnerabilidad de grandes sectores de la población ante la emergencia sanitaria es la marginación o pobreza caracterizada, entre otros factores, por la falta de servicios. Ninguna sorpresa.

De hecho, el marco de la transición entre las enfermedades del primer mundo (crónico degenerativas) versus tercer mundo (infecto contagiosas), debe transformarse a razón de los entornos vulnerables y las prácticas de desplazamientos globales. Todavía en la última década del siglo XX, México entendía su realidad epidemiológica de esa forma.

Las naciones en el mundo comprenden sus transiciones epidemiológicas a partir de sus patrones de salud-enfermedad y la evolución natural de su población; aunado a ello se consideran aspectos económicos y sociológicos. Así, se pueden entender los seis modelos de transición epidemiológica por regiones geopolíticas.

En México y el resto de Latinoamérica prevalece el “modelo de transición intermedia”. Con niveles de ingreso medio y medio bajo, la región enfrenta “los viejos problemas de la malnutrición y los transmisibles, y el rápido incremento de las crónicas y la expansión de las emergentes”, según el informe epidemiológico de la Secretaría de Salud del 2018.

En este contexto, a la complejidad epidemiológica hay que integrar la complejidad migratoria humana para entender cómo el Coronavirus COVID-19 transciende la geopolítica, instalándose en la gran variable de las enfermedades emergentes; y pensar nuestros sistemas de salud en la conectividad global. La ficción nunca ha sido tan real.

Las siniestras fórmulas y ecuaciones que incluyen la pobreza obligan a mirar un abánico de escenarios laborales. Es de esperarse que la vulnerabilidad sea mayormente pronunciada entre los trabajadores agrícolas migrantes identificados a nivel mundial como el conjunto humano más explotado y desatendido. Sobre el tema existe una variada literatura y referentes fílmicos que reseñan lo que se ha llamado la neoesclavitud en alusión a las condiciones infrahumanas de estos contingentes en miles de puntos del planeta. Dagnósticos y evaluaciones de las condiciones de trabajo recalcan, una y otra vez, la desprotección institucional, empresarial y social.

Científicos sociales, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales cuentan en sus archivos con decenas de informes y reportes que advierten la marginación, insalubridad, ausencia de derechos y salarios de sobrevivencia. Muy lejos de cualquier aspiración de esquemas sobre trabajo digno.

Aun cuando existan intervenciones focalizadas, como iniciativas empresariales en el acondicionamiento de albergues y, sobre todo, el histórico Programa para la Atención de los Jornaleros Agrícolas, cuya eliminación ha precarizado más las condiciones de trabajo, el reto sigue siendo enorme.

La gran lección para la aldea global del Coronavirus COVID-19 frente a la complejidad de sus migraciones laborales convoca también a las ciencias sociales. Las aportaciones en este rubro son enormes de una fecha para acá y en México -este simbólico laboratorio mundial de las migraciones- tiene capacidad probada para intervenir.

Ojalá esta crisis sea también la oportunidad para pensar en una movilidad laboral segura, ordenada,  regular y con derechos que convoque a los líderes mundiales, nacionales y locales  de todos los sectores para repensar los paradigmas epidemiológicos y los migratorios, y las estructuras que los sostienen por unos más solidarios, justos y dignos.

* Investigadora de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en la Unidad Chetumal.Especialista en migraciones. Sus estudios se enmarcan en los mercados laborales agroindustriales, comunidades inmigrantes e indígenas, entre otros. Recientemente, concluyó su investigación en Fondos Sectoriales INMUJERES-CONACYT, sobre la inserción laboral femenina en la agroindustria azucarera, sector que ocupa su línea de investigación desde hace una década.

Fotos- Martha García

 

TEXTO PUBLICADO EN

CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2020/04/mexico-y-sus-trabajadores-agricolas-ante-la-pandemia-de-covid-19/

 

Avifauna única del sistema lagunar La Joya Buenavista, Tonalá

*Los sistemas lagunares costeros proveen una fuente de alimento y refugio para una elevada diversidad de aves. Galicia, Romero, López y Mera llevaron a cabo un estudio de la riqueza y abundancia de especies de aves en el sistema lagunar La Joya Buenavista, Estado de Chiapas, para obtener datos de tres hábitats Laguna, Canal y Bocabarra.

 

Michael T. Galicia García, Emilio I. Romero Berny y Jesús M. López Vila del Centro de Investigaciones del Instituto de Ciencias Biológicas junto con Ghelen Mera Ortiz del Programa de posgrado del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), realizaron un estudio de evaluación en el sistema lagunar La Joya Buenavista (LJB) se localiza en el municipio de Tonalá, Chiapas. http://www.scielo.org.mx/pdf/era/v6n17/2007-901X-era-6-17-317.pdf

La avifauna y las variables que definen sus atributos ecológicos han obtenido especial relevancia, al tratarse de un grupo con potencial bioindicador y con posibilidad de manejarse bajo un esquema de sustentabilidad mediante el aviturismo. En los sistemas lagunares costeros de Chiapas, pocas investigaciones sobre avifauna han orientado a determinar la riqueza de especies y la dinámica espacio – temporal de estos organismos.

 

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CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/destacados/2020/03/avifauna-unica-del-sistema-lagunar-la-joya-buenavista-tonala/

Conocimientos de plantas medicinales y gastronómicas por indígenas de los Altos de Chiapas

*El estado de Chiapas cuenta con una variedad florística de entre 9,000 y 10,000 especies de plantas. No sorprende saber que, en las localidades de los Altos de Chiapas, se tiene amplio conocimiento sobre plantas que se encuentran en su región y cómo utilizarlas en la vida diaria.

Cinthia Asunción Peralta González, Rodolfo Mondragón Ríos y Eduardo Bello Baltazar del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) investigaron en San Cristóbal de Las Casas (SCLC), una perspectiva constructivista y bajo el enfoque teórico de la comunicación participativa, analizar espacios socioculturales en los que habitantes participen para intercambiar conocimientos sobre plantas medicinales y alimenticias.

Establecimientos comerciales, instituciones públicas y propiedades privadas son espacios de aprendizaje que permiten la generación, selección y acumulación de saberes y prácticas respecto a la agricultura y son reproducidos por diferentes medios a través de un proceso comunicativo para permitir el intercambio de experiencias, lo que da fe de la construcción de mecanismos de comunicación para obtener conocimientos sobre las propiedades y usos de plantas medicinales y gastronómicas.

Los conocimientos se construyen en lo social y cultural en un proceso dialéctico de interacciones entre sujetos y su contexto, mediados por acciones que se convierten en experiencias de vida que dan sustento a su existencia colectiva comentaron la investigadora  e investigadoras.

Peralta, Mondragón y Bello trabajaron con integrantes de la red de agricultura urbana Sembrando Jovel (SJ) por ser pioneros en San Cristóbal de Las Casas en prácticas de agricultura urbana y periurbana, la sana alimentación y temas relacionados en plantas medicinales y gastronómicas. También, colaboraron personas del Barrio de Santa Lucía, Tianguis de Comida Sana y Cercana y de los principales mercados de la ciudad. Su objetivo fue indagar en el conocimiento que los participantes tienen acerca de plantas medicinales y alimenticias.

Los participantes de esta investigación expusieron que los conocimientos sobre los usos que dan a las plantas alimenticias y medicinales corresponden a saberes ancestrales transmitidos de una generación a otra durante años, permitiendo que se mantengan vivos.

En las plantas encontraron que son requeridas como remedio para curar, prevenir enfermedades, malestares y para sanar heridas como quemaduras, raspones o rozaduras. Son consumidas en tés, infusiones, licuados, como ungüentos, cremas, compresas, para hacer vaporizaciones o inhalaciones.

 

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CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/destacados/2020/03/conocimientos-de-plantas-medicinales-y-gastronomicas-por-indigenas-de-los-altos-de-chiapas/