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Estudiante de ECOSUR gana beca de CLACSO

Tatiana Cuenca Castelblanco, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural en la Unidad San Cristóbal, fue seleccionada para recibir la beca de investigación “Ambiente, Cambio Climático y Buen Vivir en América Latina y el Caribe”, que otorga el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

El proyecto postulado por la estudiante de ECOSUR se titula: “Resistencias al extractivismo y defensa del territorio de las mujeres zoques de Chiapas”, el cual se desprende del trabajo de investigación que está desarrollando para su tesis de grado, la cual dirige Omar Giraldo, investigador de Cátedras Conacyt, adscrito al Departamento Agricultura, Sociedad y Ambiente en la Unidad San Cristóbal.

De las 254 propuestas que fueron evaluadas por el Comité Internacional —integrado por 31 personas expertas de 12 países— se eligieron  10 por su alta calidad, su solvencia y aporte intelectual a la problemática de la convocatoria que abarcaba el análisis de las respuestas de los pueblos originarios en torno al extractivismo, la deforestación, la minería, la contaminación o el agronegocio. Las propuestas podían enmarcarse en los ámbitos de las políticas públicas, los movimientos sociales y resistencias, así como en las discusiones y experiencias sobre desarrollo, las alternativas, el ambiente y la sociedad.

Más información en https://www.clacso.org/ambiente-cambio-climatico-y-buen-vivir-en-america-latina-y-el-caribe/#resultados

Protocolo de retorno laboral agrícola: propuesta de incidencia académica ante COVID-19

Por Martha García, investigadora del Departamento Sociedad y Cultura

La pandemia ocasionada por COVID-19 reactiva la vigencia del tema de la movilidad humana en la agenda mundial en términos de garantizar la vida de millones de personas en todas las categorías migratorias reconocidas, entre ellas, los trabajadores y trabajadoras migrantes. En ese contexto, por la gran tradición y por ser un componente estructural de la economía, es hora de alentar esquemas que ofrezcan y garanticen la inserción laboral segura, regular, ordenada y con derechos en el México rural. Debemos negarnos a que pase  otro siglo buscando abolir la neoesclavitud, el reto es inmediato, la actual coyuntura obliga a generar opciones y a la academia a incidir. Por ello, en el contexto de las estrategias de mitigación sanitaria y desde nuestra experiencia en una década de investigación en el sector agroindustrial azucarero deseamos hacer contribuciones.

Considerando que ante el término del periodo de la zafra nacional aproximadamente 60 mil trabajadores se estarán desplazando desde más de 50 regiones productoras de caña de azúcar en los 15 estados donde se ubican los ingenios azucareros para regresar a sus casas y comunidades durante los meses de abril, mayo y junio, se diseñó un Protocolo de Retorno para los Grupos de Trabajo y sus Familias en el Sector Azucarero. Se trata de un esquema para la movilidad laboral que considera las lógicas y escalas de esos desplazamientos en la geografía del azúcar que conecta regiones proveedoras y demandantes de mano de obra para el corte de la caña. Esta conectividad puede imaginarse en las rutas carreteras intraestatales como las comunidades de Zongólica y varios municipios de  Veracruz, entidad que tiene casi la mitad de las fábricas de azúcar del país, así como en trayectos interestatales en Quintana Roo que atrae trabajadores de Oaxaca, Chiapas, Campeche y Tabasco; y en la conexión transfronteriza de Chiapas donde contratan cortadores de caña de Guatemala.

Estos datos se han obtenido del trabajo sistemático de dos grandes financiamientos de fondos sectoriales CONACYT con SEDESOL (2009) e INMUJERES (2016), en los que se ha tenido la responsabilidad técnica y la colaboración de estudiantes, colegas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y organizaciones de la sociedad civil. En ambos proyectos, los temas centrales han sido la vulnerabilidad laboral y social, y las migraciones. A partir de los resultados de las investigaciones recientes se realizó el Protocolo de Retorno que se puso a disposición de la Comisión Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar (Conadesuca-SADER), entidad con la que ECOSUR ha tenido distintas colaboraciones, dando como resultado la elaboración de un tríptico para ser distribuido en el sector. Si bien las recomendaciones para incidir en la acciones frente al COVID-19 se diseñaron pensando en trabajadores del sector azucarero, el modelo es válido a nivel nacional y para los trabajadores agrícolas internacionales.

Una deuda histórica

México tiene una responsabilidad moral con esta población —los trabajadores del campo que se desplazan a las y entre las regiones agrícolas y agroindustriales de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice, Estados Unidos y Canadá— debido a la pobreza y marginación imperante en sus lugares de origen que han sido golpeados sistemáticamente por las políticas migratorias, la reestructuración económica y la tendencia global del desmantelamiento de los sistemas productivos campesinos. A pesar de innovar e ir contracorriente en movimientos como la Vía Campesina, el Buen Vivir, el Comercio Justo, etcétera, las tendencias mercantiles sobre la tierra y sus productos minan las opciones de millones de personas y las empujan a salir de sus hogares y comunidades a “buscar la vida”, muchas veces en familia y hasta en comunidad, como ocurre con los grupos indígenas de México.

Sin embargo, es necesario entender que los trabajadores y trabajadoras del campo que se desplazan para laborar consideran el recurso de la migración no solo como una fuente económica sino cultural en términos de salir a conocer, de tener mundo, de conectarse y formar sus propios cuadros políticos, intelectuales y técnicos; algunas de estas personas se han vuelto expertos agentes interculturales. En este sentido, hoy no solo son héroes por díctum oficial, sino que han sido los propios héroes culturales por sacar a flote al país con las transferencias monetarias que envian al igual que el resto de los trabajadores migrantes, producto de los migradólares y los migrapesos, por lo que han sido considerados agentes del cambio en sus comunidades, como se advierte en los paisajes actuales y la gran transformación de las regiones rurales.

Independientemente de la evaluación de “los impactos de la migración”, hay que tener presente que migrar es un derecho y que para muchos grupos humanos, familias y comunidades “migrar es una tradición”. Así se puede entender, incluso, como la experiencia de salir, de “brincar” los muros y enfrentar la migra se haya convertido en un rito de paso juvenil. De ahí que los cambios sociodemográficos en los grupos campesinos incluyan más jóvenes y mujeres en sus filas laborales, personas con mayor educación y nuevos esquemas familiares.

Para cerrar esta reflexión, podemos señalar que las iniciativas a favor de colaborar en las estrategias en esta emergencia sanitaria mundial nos invita a entender el papel de las ciencias sociales en la generación de conocimiento y metodologías rigurosas para posicionar los temas de la movilidad humana en una agenda, no solo de investigación sino de incidencia, que sin duda alguna ya abrió este gran experimento social que se vive a escala global.

El tríptico se puede descargar en https://www.gob.mx/conadesuca/articulos/evita-contagios-por-covid-19

 

ECOSUR realiza el primer examen profesional en línea en el contexto de COVID-19

Irene Gómez de la Cruz obtuvo el grado de Maestra en Ciencias por ECOSUR,  el pasado 24 de abril, con la tesis denominada “Efecto de esporas y sobrenadante de micoparásitos sobre el desarrollo de la roya del café (Hemileia vastatrix Berk. & Br.)”.

La estudiante de la Unidad Tapachula determinó que existen diversos micoparásitos de la roya del café (Hemileia vastatrix) y aportó evidencias sobre el potencial de tres nuevas cepas de micoparásitos y sus metabólitos para el control biológico de dicha plaga.

Irene, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Biotecnología Ambiental, defendió su tesis ante el Comité Examinador conformado por Griselda Karina Guillen Navarro (asesora) y los sinodales adicionales Guadalupe Eugenia Zarza, Elia Diego García, Luz Verónica García Fajardo y David Herrera López. La dirección de tesis estuvo a cargo de Jaime Gómez Ruiz y de Misael Martínez Bolaños, quien fungió como codirector.

Gómez de la Cruz es la primer estudiante de ECOSUR que defiende su tesis en línea debido a las condiciones derivadas de la situación que enfrenta México por la presencia de COVID-19.

El examen se puede ver en el enlace https://we.tl/t-HqwQEUV9Zw

Mujeres embarazadas, atención segura de su salud y parto en tiempos del COVID-19. Posibilidades en el contexto mexicano

Georgina Sánchez Ramírez* y David Meléndez Navarro**

El pasado 13 de abril realizamos una entrevista al doctor Johannes Klemm, especialista en Ginecología y Obstetricia y médico-jefe del área de Ginecología del Hospital de Winsen (Alemania), que en años consecutivos ha recibido el reconocimiento por presentar una tasa  cero  de mortalidad materna y perinatal.

El Dr. Klemm (Johannes.lemm@krankenhaus-wisen-de) es jefe de todo  un equipo de cirugía especializado en diversos problemas relacionados con la salud sexual y reproductiva femenina y la atención al parto (de alto riesgo). Cabe señalar que en el área de Ginecología se encuentra la sección de atención al parto (de bajo riego) por parteras.

Derivado del conocimiento de su trabajo, deseábamos conocer algo de sus experiencias y posibles sugerencias para una oportuna atención la salud materna y perinatal que pudiera ayudar para el caso de México dentro de este contexto de pandemia de COVID-19.

A continuación presentamos nuestra conversación con él.

Dr. Klemm, en México es inminente la llegada de la fase 3 de la epidemia de COVID -19 por el virus SARS-COV 2 en las próximas semanas. Las autoridades estiman la tasa de ataque en  0.2%[1] respecto a la población en general, equivalente a 250 mil infectados, de los cuales un 80%(200,00) cursarán un proceso asintomático o con sintomatología leve de manejo ambulatorio,  14%(35,000) requerirán hospitalización y 6% (15,000) requerirán unidad de cuidados intensivos y ventiladores. Ante ese panorama, la disponibilidad de los servicios de salud reproductiva, materna y neonatal se reduce debido diversos factores: a)personal sanitario con factores de riesgo (mayor de 65 años, hipertensos, diabéticos, enfermedad cardiovascular, sistema inmune comprometido) son separados de los servicios para proteger su salud; b) las universidades separan de los servicios de salud al personal médico en formación; c) las mujeres perciben mayor riesgo al acudir a las unidades hospitalarias (hay un gran temor de la población general de acudir a los servicios hospitalarios y contraer el COVID-19). En ese contexto , en los próximos tres meses, 537 mil mujeres darán a luz en México según estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO).[2] Estos nacimientos están enmarcados en la emergencia sanitaria  causada por el COVID-19, ante ello, algunos países y organizaciones internacionales han sugerido el retorno a la atención de partos en casa (recordemos que en México el parto es mayoritariamente hospitalario desde mediados de la década del siglo pasado, borrándose paulatinamente la figura de la partera y el parto en casa) o bien la habilitación de primer nivel de atención o de espacios como hoteles para atender exclusivamente la salud materna  (y evitar así tanto el sobrecupo en las áreas hospitalarias, como el contagio de las mujeres que acudan a los servicios de salud).

Nos interesa saber cuál ha sido la preparación de Alemania  en ese sentido, qué estrategias han seguido para continuar brindando el servicio de salud materna y neonatal en esta crisis de Covid-19, sabiendo que son dos realidades de servicios de salud materna muy diferentes, porque en México aún no están del todo incorporadas parteras a los servicios públicos de salud a diferencia de Alemania, entre otros elementos.

-En Alemania, las autoridades hicieron un gran énfasis desde el principio de la epidemia por COVID-19 para no desatender la salud de las mujeres, sobre todo las que cursan un embarazo, se nos instó a que se siguieran atendiendo con la seguridad de siempre para no producir mortalidad materna o perinatal. Para eso ha sido muy importante tomar en cuenta algunas medidas:

  • En Alemania las mujeres embarazadas deben de retirarse del centro de trabajo con goce de sueldo 6 semanas antes de dar a luz y eso evita el riesgo de contagio también en el último trimestre de embarazo, de hecho, hasta hoy 13 de abril, en el país no ha habido ningún registro de casos de mujeres embarazadas infectadas de COVID-19. Aun así, en la mayoría de los hospitales de atención al parto tienen ya destinadas un área especial para atender a embarazadas que estuvieran contagiadas.
  • Las mujeres embarazadas no pueden estar cerca de los ingresos del resto de pacientes con la finalidad de evitar el riesgo de contagio de COVID-19; aunque sean hospitales de atención a las mujeres; las parturientas deben de tener un acceso muy por aparte; en otra sección o puerta de acceso exclusivo para ellas, tanto para las consultas como para el momento de llegar a la atención del
  • Otra medida muy útil (y que tal vez pueden sugerir en México) es en el caso de partos de bajo riesgo, hacerlos ambulatorios (pero una vez que la madre ingrese al hospital no volverle a pedir que se vaya a caminar antes de parir, porque todo eso es una exposición al contagio). Después de pasadas 4 horas del parto, la madre puede irse a su casa con su bebé y una partera puede hacerse cargo del seguimiento en su domicilio. Para ello son muy importante dos elementos: que el padre pueda estar presente en el parto (sin estar entrando y saliendo del  hospital para evitar ser un factor de contagio) y apoyar así desde ese momento y lo que sigue a la madre y al bebé  y EVITAR las visitas en casa de familiares y amistades para no poner en riesgo de contagio a  la madre y su criatura, esto es muy importante.

Dr. Klemm, la semana pasada en México se reportaron dos defunciones de mujeres embarazadas contagiadas de COVID-19 (pero además ambas padecían obesidad mórbida, alta presión y una de ellas presentó diabetes gestacional) ¿qué evidencias hay de que el COVID-19 sea un factor de riesgo para las mujeres embarazdas de manera especial?

Bueno, hay que aceptar que aún sabemos muy poco de este virus y su impacto en el cuerpo humano más aún cuando se presentan otras enfermedades (conmorbidad) y cada vez se está actualizando lo que se conoce respecto al COVID-19; para casos como los que mencionan es importante el trabajo de los patólogos, porque solo una necropsia puede aclarar si las muertes se deben a las afecciones por el COVID-19 o derivado de los otros padecimientos en las mujeres embarazadas que fallecieron.

Dr. Klemm Las parteras son un tema importante para la salud de las mujeres en todo el mundo, pero desafortunadamente no en todos los países las toman en serio, ¿cuál es el papel de las parteras en la atención del parto y puerperio en este momento de riesgo de contagio de COVID-19?

Acabo de mencionar que el parto ambulatorio puede ser una buena medida para evitar que las madres y los bebés permanezcan mucho tiempo en el hospital y así reducir el riesgo de contagio en mujeres que están sanas. Las parteras aquí en Alemania se hacen cargo del seguimiento hasta por diez días de la parturienta y su bebé en el hogar, van a checar que no haya fiebre, que los deshechos se expulsen bien, que haya una buena lactancia (no hay porque dejar de amantar al bebé aunque la madre tenga  COVID-19). Los primeros días las parteras van diario y luego van espaciando las visitas. A lo largo de todo un año la mujer puede llamar a su partera por cualquier complicación o consulta y está incluida tanto en los servicios de salud pública y privada en el país.

Las parteras deben de contar con todo el equipo de protección indicado para la atención médica hospitalaria, para evitar tanto contagiar como ser contagiada de COVID-19 en el momento de la atención del parto y continuar con la protección pertinente en las visitas domiciliarias. Ninguna mujer debe de ponerse en un mayor riesgo por la pandemia de COVID-19, ni trabajadoras de salud ni madres que dan a luz.

Dr. Klemm agradecemos su tiempo y su experiencia compartida.

 

[1] Secretaría de salud, versión estenográfica. Conferencia de prensa. Informa diario sobre coronavirus COVID-19 en México. 22 de marzo 2020. Disponible en https://www.gob.mx/presidencia/es/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-informe-diario-sobre-coronavirus-covid-19-en-mexico-238712?idiom=es

 

[2] Consejo Nacional de Población. Proyecciones de la población de los municipios de México, 2015-2030. Disponible en https://www.gob.mx/conapo/documentos/proyecciones-de-la-poblacion-de-los-municipios-de-mexico-2015-2030 consultado 19 abril 2020

 

*Profesora investigadora del Departamento de Salud de ECOSUR

**Secretario técnico del Comité por una Maternidad Segura en México

 

TEXTO PUBLICADO EN:

CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/opinion/invitados/2020/04/mujeres-embarazadas-atencion-segura-de-su-salud-y-parto-en-tiempos-del-covid-19-posibilidades-en-el-contexto-mexicano/

Conversatorio virtual “Transformaciones de la (in)movilidad humana en tiempos del COVID-19”

En este conversatorio que organizan FLACSO-Guatemala y ECOSUR, participarán Sergio Prieto, investigador de Cátedras-Conacyt adscrito al grupo académico “Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos” de ECOSUR y Oswaldo Samayoa, abogado y consultor en temas migratorios.

La transmisión será por FacebooLive, síguela desde el enlace: Facebook.com/flacsogt/

Lunes 20 de abril, 19:00 horas de México.

 

Llamado urgente a los gobiernos de México y de los países de Centroamérica a garantizar los derechos humanos de la población migrante

Las realidades que vivimos por la emergencia de la pandemia global producida por el COVID-19 han provocado reacciones a distintas escalas. Hay tensiones entre las actitudes individuales y los intereses colectivos, así como entre la adopción de medidas para evitar la afectación a la economía, por un lado, y la atención a la salud de las personas, por el otro.

Las medidas se han centrado –en distintos niveles– en el control del movimiento de personas, tanto entre países como al interior de estos. La alerta de importación del contagio y el confinamiento en las casas han tenido consecuencias no previstas: todo movimiento y presencia de personas que provengan de “otro lado” son considerados sospechosos, peligrosos, reprobables y rechazables, pues se les asocia, de facto, con la propagación de la pandemia.

Si bien lo responsable es resguardarse y mantener medidas sanitarias, hay grupos que no pueden hacerlo, como las personas que son forzosamente desplazadas y expulsadas múltiples veces, quienes se vuelven blanco de ataques al no tener espacios para refugiarse o resguardarse, porque los espacios públicos, privados e institucionales están controlados o cerrados en este momento. Esta es la situación de miles de personas migrantes y refugiadas en el mundo y en las fronteras de México.

En la frontera sur de México, cientos de personas migrantes, sobre todo centroamericanas, que han sido aseguradas por el Instituto Nacional de Migración (INM) en el centro y norte de México, así como ciudadanos o ciudadanas mexicanas que el gobierno de este país está recibiendo como deportadas de Estados Unidos, están enfrentando en este momento abandono y rechazo, lo que los expone a crecientes riesgos.

El INM está trasladando a migrantes centroamericanos en autobuses a la frontera de México con Guatemala, país que cerró sus fronteras desde hace casi un mes para extranjeros y ahora, a sus propios connacionales. El nivel de control formal e informal de las fronteras para blindarse e impedir la entrada de personas es algo sin precedentes en la región. Las autoridades mexicanas lo saben, sin embargo, continúan realizando estos traslados de personas hasta el límite fronterizo, dejándolas a su suerte para que busquen la manera de regresar a sus países. Algunas, intentan volver a sus casas por los cruces fronterizos informales; otras, al no poder ingresar a Guatemala, se mueven por las localidades fronterizas mexicanas buscando un lugar para descansar y tratando de conseguir algún recurso para comer o beber, pero su presencia ha provocado reacciones de rechazo, a veces violenta, de un sector de la población local que, frente al miedo de un posible contagio, les han increpado, denunciado y agredido.

La situación se ha tornado peligrosa para las personas migrantes. El gobierno mexicano, que había implementado y después desatendido esta situación de traslado, tuvo que intervenir con la Guardia Nacional y enviar autobuses para llevarse a las personas migrantes, cuya integridad física corría peligro, a las afueras de Tapachula, sin brindarles ningún tipo de ayuda ni de asistencia para que puedan sobrevivir. Hay que tener presente que la mayoría de los albergues que apoyan a migrantes se encuentran cerrados debido a la emergencia sanitaria.

Esta contingencia se suma a la situación de precarización de la población migrante, que en su mayoría no tiene documentación migratoria o está a la espera de ella, en particular en la región del Soconusco, Chiapas. Muchas de estas personas están inmóviles, ya sea por obstáculos que les impiden seguir o llegar a su destino, o porque perciben que si continúan moviéndose el riesgo puede ser mayor y, por tanto, se quedan en una inmovilización estratégica.

Por otro lado, el INM está expulsando migrantes de la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, argumentando que están rebasados en su capacidad de atención y dicha institución no ha implementado medidas de prevención de salud en esta contingencia, tanto para quienes están en las estaciones o estancias migratorias, ni para quienes son trasladados en autobuses desde otros lugares para su deportación a diversos países de centroamérica.

Por lo anterior, queremos evidenciar y visibilizar la situación de estas personas migrantes que están siendo abandonadas a su suerte:  hombres, mujeres, niños y niñas, familias, personas del colectivo LGBTI+, personas de los pueblos originarios y afrodescendientes, así como trabajadores y tabajadoras temporales. Todos ellos se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad, sin ningún tipo de ayuda o asistencia, ni del gobierno de México ni de los países centroamericanos, quienes actúan de manera irresponsable y con una actitud de deshumanización frente a dichas personas que también tienen temor de enfermarse en condiciones de abandono.

Hacemos un llamado urgente a los gobiernos de México y de la región para que tomen las medidas de protección, asistencia humanitaria y ayuda a esta población, de modo que puedan seguir los protocolos establecidos para el COVID-19 con un enfoque de derechos humanos y con una actitud de responsabilidad social y de solidaridad humana, tal como se merecen todas las personas, independientemente de su nacionalidad, su situación migratoria y social o su condición étnica, de género o edad.

 

María del Carmen Pozo de la Tijera

Directora General

El Colegio de la Frontera Sur

ECOSUR

 

Texto elaborado con la coordinación de Enrique Coraza, investigador del grupo de Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos y con el apoyo de integrantes de dicho grupo. Más información (ecoraza@www.ecosur.mx).

Foto: Angélica Pineda (es de otro momento, no de ahora)

(In) Movilidades (in) Humanas en tiempos de Covid

Que las migraciones eran una de las características distintivas más complejas y paradójicas del estado previo del neoliberalismo contemporáneo es algo que, a estas alturas, admite poca discusión. Los medios de comunicación, los discursos políticos y las conciencias colectivas han visibilizado hasta la saciedad las imágenes de poblaciones sirias tratando de entrar a Europa a través de Turquía, subsaharianas en cayuco atravesando el Mediterráneo, centroamericanas en La Bestia hacia Estados Unidos, africanas y asiáticas agolpándose en Tapachula, rohingyas abandonando Myanmar, venezolanas hacia Colombia, y un largo etcétera. Estas son algunas migraciones hirientes, y muy visibles: otras muchas nunca lo serán, pues justamente tratan de evitar el control de los gobiernos y corporaciones que las persiguen. Por razones económicas, políticas, ambientales, culturales… este tipo de movilidad se ha constituido como uno de los grandes problemas (fenómenos, retos, característica… según quién lo interprete) del mundo moderno, multiplicando a su alrededor imaginarios, prejuicios, corporaciones de seguridad, instituciones multilaterales, políticas de control, redes, muros. En sí, una completa y rotunda contradicción con el gran supuesto del capitalismo neoliberal, el libre movimiento de todos los factores y la desaparición (o debilitamiento) de Estados-Nación y fronteras.

Ver artículo completo en https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2020/04/05/in-movilidades-in-humanas-en-tiempos-de-covid/

México y sus trabajadores agrícolas ante la pandemia de COVID 19

Por Martha García*

Más de 1.2 millones de trabajadores y trabajadoras agrícolas en México son migrantes que se mueven a lo largo del país en diversas temporadas del año. Estos desplazamientos están presentes en la frontera sur, pues a esta fuerza laboral se agregan guatemaltecos y beliceños para las cosechas del café y la caña de azúcar.

En otras geografías, alrededor de 100 mil mexicanos y mexicanas salen a Canadá y Estados Unidos con visas laborales dentro de los programas de trabajadores huéspedes temporales. Con tales conexiones, México consolida una gran experiencia histórica como país exportador e importador de mano de obra Sur-Norte y Sur-Sur.

Como es del dominio público, una realidad patente en ambos lados de las fronteras mexicanas es la presencia de los trabajadores sin papeles multiplicando las nacionalidades de otros continentes. Con mucho, los mexicanos sin visas de trabajo rebasan las aportaciones anuales de trabajadores a los campos estadounidenses.

Las ricas dinámicas de las migraciones laborales se presentan en las regiones agrícolas y agroindustriales distribuidas en todo el territorio mexicano que atraen mano de obra, principalmente de los estados de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz, y en esta fuerza laboral están amplios grupos indígenas que han hecho de la migración una tradición.

Los millones de trabajadores que salen y entran, y que se mueven a veces de cultivo en cultivo (los llamados golondrinos) en circuitos laborales nacionales, en Centro y Norteamérica son incansables. Tan solo de abril a junio, 60 mil trabajadores agrícolas del sector azucarero se desplazarán a sus lugares de origen en México y Centroamérica, pues la zafra estará cerrando.

A penas la migración laboral es parte de la complejidad de la movilidad humana como un asunto de agenda pública que apremia en la lucha por proteger a la población y contrarrestar la expansión de la pandemia de COVID-19. Desde distintos frentes se enfatiza la emergencia sanitaria, y en lo inmediato las consecuencias sociales y las económicas.

La presente reflexión pretende enfatizar la relevancia de la investigación sobre las migraciones laborales y la importancia de entender cómo, tan solo con el ejemplo de los miles de grupos de trabajo en el sector agrícola que involucra millones de personas, se requiere atender a esa población en la misma lógica de su movilidad: origen-tránsito-destino-retorno.

Ante el dramático desequilibrio en la distribución de los servicios del Sistema Nacional de Salud, que revela las desigualdades en este país, hay que apuntar la falta de información precisa y subregistros sobre las contrataciones de los llamados genéricamente “jornaleros agrícolas” nacionales e internacionales.

Es urgente resolver un sistema viciado, el desinterés y negligencia y crear esquemas de movilidad laboral con información precisa, seguros, regulados, ordenados y con derechos. De paso se hace necesario desmantelar la desregulación que campea en los sistemas de reclutamiento, que son parte de la propia precarización laboral y de la violación de los derechos elementales.

En los análisis internacionales recientes, como el de INEGI sobre el agua, se revela que una primera condición de vulnerabilidad de grandes sectores de la población ante la emergencia sanitaria es la marginación o pobreza caracterizada, entre otros factores, por la falta de servicios. Ninguna sorpresa.

De hecho, el marco de la transición entre las enfermedades del primer mundo (crónico degenerativas) versus tercer mundo (infecto contagiosas), debe transformarse a razón de los entornos vulnerables y las prácticas de desplazamientos globales. Todavía en la última década del siglo XX, México entendía su realidad epidemiológica de esa forma.

Las naciones en el mundo comprenden sus transiciones epidemiológicas a partir de sus patrones de salud-enfermedad y la evolución natural de su población; aunado a ello se consideran aspectos económicos y sociológicos. Así, se pueden entender los seis modelos de transición epidemiológica por regiones geopolíticas.

En México y el resto de Latinoamérica prevalece el “modelo de transición intermedia”. Con niveles de ingreso medio y medio bajo, la región enfrenta “los viejos problemas de la malnutrición y los transmisibles, y el rápido incremento de las crónicas y la expansión de las emergentes”, según el informe epidemiológico de la Secretaría de Salud del 2018.

En este contexto, a la complejidad epidemiológica hay que integrar la complejidad migratoria humana para entender cómo el Coronavirus COVID-19 transciende la geopolítica, instalándose en la gran variable de las enfermedades emergentes; y pensar nuestros sistemas de salud en la conectividad global. La ficción nunca ha sido tan real.

Las siniestras fórmulas y ecuaciones que incluyen la pobreza obligan a mirar un abánico de escenarios laborales. Es de esperarse que la vulnerabilidad sea mayormente pronunciada entre los trabajadores agrícolas migrantes identificados a nivel mundial como el conjunto humano más explotado y desatendido. Sobre el tema existe una variada literatura y referentes fílmicos que reseñan lo que se ha llamado la neoesclavitud en alusión a las condiciones infrahumanas de estos contingentes en miles de puntos del planeta. Dagnósticos y evaluaciones de las condiciones de trabajo recalcan, una y otra vez, la desprotección institucional, empresarial y social.

Científicos sociales, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales cuentan en sus archivos con decenas de informes y reportes que advierten la marginación, insalubridad, ausencia de derechos y salarios de sobrevivencia. Muy lejos de cualquier aspiración de esquemas sobre trabajo digno.

Aun cuando existan intervenciones focalizadas, como iniciativas empresariales en el acondicionamiento de albergues y, sobre todo, el histórico Programa para la Atención de los Jornaleros Agrícolas, cuya eliminación ha precarizado más las condiciones de trabajo, el reto sigue siendo enorme.

La gran lección para la aldea global del Coronavirus COVID-19 frente a la complejidad de sus migraciones laborales convoca también a las ciencias sociales. Las aportaciones en este rubro son enormes de una fecha para acá y en México -este simbólico laboratorio mundial de las migraciones- tiene capacidad probada para intervenir.

Ojalá esta crisis sea también la oportunidad para pensar en una movilidad laboral segura, ordenada,  regular y con derechos que convoque a los líderes mundiales, nacionales y locales  de todos los sectores para repensar los paradigmas epidemiológicos y los migratorios, y las estructuras que los sostienen por unos más solidarios, justos y dignos.

* Investigadora de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en la Unidad Chetumal.Especialista en migraciones. Sus estudios se enmarcan en los mercados laborales agroindustriales, comunidades inmigrantes e indígenas, entre otros. Recientemente, concluyó su investigación en Fondos Sectoriales INMUJERES-CONACYT, sobre la inserción laboral femenina en la agroindustria azucarera, sector que ocupa su línea de investigación desde hace una década.

Fotos- Martha García

 

TEXTO PUBLICADO EN

CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2020/04/mexico-y-sus-trabajadores-agricolas-ante-la-pandemia-de-covid-19/

 

Huertos escolares, ¿para todo el mundo?

Bruce G. Ferguson Grupo de Agroecología, Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente, El Colegio de la Frontera Sur  bgfecosur@gmail.com


El huerto es punto de partida para un sinfín de procesos de investigación.
FOTOS: Laboratorios para la vida

Los huertos escolares son una propuesta educativa sumamente atractiva y potente. Desde 2009, con el equipo de Laboratorios para la Vida (http://redhuertos.org/Labvida/) y cientos de colaboradores más, hemos sido proponentes apasionados de esta forma de aprender haciendo. Somos testigos del potencial del huerto para aportar a una educación eficaz, relevante y feliz.

No obstante, nos preocupamos al escuchar llamados para poner un huerto en cada escuela. Nos preocupamos más cuando la iniciativa de un huerto arranca con el reparto de paquetes de materiales como tablones, cercos, invernaderos y semillas. Estas cosas pueden ser de gran utilidad; sin embargo, como punto de partida ignoran, por un lado, los tremendos retos que implica establecer, mantener y aprovechar un huerto y, por otro, el significado que adquiere un huerto cuando enfatizamos sus funciones como espacio de aprendizaje y encuentro.

Nota completa:

La Jornada del Campo. https://www.jornada.com.mx/2018/12/15/cam-escolares.html