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¡Hacer vida en el sur! Ser joven migrante centroamericano en Tapachula, Chiapas

 

Las y los jóvenes no son un actor genérico u homogéneo, existen marcas internas y externas como la etnia, la clase, el género, o la latitud de donde se proviene: norte o sur. Muchos jóvenes centroamericanos que llegan a la frontera sur de México, específicamente a Tapachula,1 han descrito la vida cotidiana en sus lugares de origen de acuerdo a la noción de Lorey de “precariedad extrema” como “modo de vida”. Es decir, experiencias que conjugan la paradoja de la expropiación y apropiación de las dimensiones vitales de sus vidas cotidianas en su nicho, lo cual devela una experiencia de producción de subjetivación y de sustracción que posibilita enfrentar los desafíos de una violencia con muchos rostros y la tarea imparable de “negociar” el derecho a la vida.

Algunos jóvenes hondureños y nicaragüenses que llegan a esta puerta calurosa y húmeda de la frontera sur de México, despliegan una narrativa en relación a su experiencia de expulsión en sus lugares de origen que se compone de varios factores: huyen de la violencia de sus países, derivada de las llamadas “pandillas centroamericanas”,2 de las violencias de los Estados en Centroamérica, de no poder asegurar condiciones mínimas de vida, y/o de la persecución política.

Tapachula como muchas otras ciudades fronterizas del orbe terrestre, ha sido en gran parte forjada por migrantes que han traído costumbres, tradiciones, saberes y gastronomía desde sus tierras de origen. Tenemos a quienes son “parientes de acá nomás”, los guatemaltecos que cosechan y recolectan café; luego a salvadoreños y hondureños que tienen a La Perla del Soconusco como punto estratégico en la ruta para llegar a EEUU, y desde hace algunos años, también a nicaragüenses, caribeños, africanos y demás, que han enriquecido la diversidad en la ciudad. Sin embargo, se han fincado también miedos e incertidumbre. En todo caso, es importante anotar que la esperanza abre camino y que las prácticas y sensibilidades de la diversidad migrante irrumpen las regularidades espaciales y temporales tapachultecas, propias de las ciudades y vivencias en constante flujo y movimiento, nucleadas por fracturas, discontinuidades y relaciones de disyunción que definen el mundo global, como un mundo de flujos. (Appadurai, 1996). En ocasiones la presencia de las y los migrantes, con énfasis en la población centroamericana, ha producido rechazo, traducido en expresiones discriminatorias de tipo racial y xenofóbico, aunque estás son propiamente imaginadas e impulsadas por algunos medios de comunicación de la región, y/o por sectores empresariales.

En los intersticios de esta remota ciudad fronteriza, existen historias de jóvenes centroamericanos que decidieron no continuar con su viaje rumbo a Estados Unidos debido, entre otras circunstancias, a lo complicado que es cruzar la frontera en la Era Trump, así que la posibilidad de poder “hacer la vida” o “seguir la vida” en Tapachula se vuelve una opción. Juan es originario de Santa Ana, la segunda ciudad más importante en El Salvador, llegó a Tapachula hace 4 años, estuvo de manera irregular por dos años, pero con la llegada de la primera “caravana migrante” en 2018, decidió solicitar la condición de refugiado:

Tapachula es una ciudad complicada pero tranquila, cuando llegué iba con la idea de seguir para más arriba [EEUU], al gabacho pues, ¡¿me entendés?! Acá no hay mucho empleo y el calor es bastante, como en El Salvador, pero acá se puede hacer vida. Hace dos años me dedico hacer pupusas [comida típica de El Salvador], inicié con una prima, pero después se me ocurrió hacer para vender en las fiesta de cumpleaños y demás, ahora hago por encargo y me va bien, creo que este lugar puede estar bien para vivir alguno años… (Juan, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Ricardo, por su parte, llegó en 2018 con la “caravana migrante”, es de San Salvador, capital de El Salvador, fue uno de los primeros en obtener una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias en el inicio de la administración de AMLO:

Para mí Tapachula es una opción, acá trabajo como guardia de seguridad en una cantina, no me pagan mucho pero vivo bien, regresar a El Salvador no creo, hay mucha violencia y pocas posibilidades para uno. Ir a Estados Unidos tampoco, esta difícil ahora, acá he conocido amigos mexicanos y de otras nacionalidades, tengo una novia de Guatemala y veo que acá se puede seguir la vida… (Ricardo, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Kevin, un joven hondureño de San Pedro Sula que lleva nueve años en Tapachula, dice:

Yo llegue como a los 12 años y luego me fui al norte de México, intenté pasar dos veces y nada, después me regrese a Tapachula, conocí a una novia mexicana y nos casamos, después me separé, tengo una hija, y tengo la nacionalidad y al paso de unos años abrí un negocio que era mi sueño desde que fui al norte, tener una barbería acá cerca del parque Miguel Hidalgo. Para mí Tapachula esta bien para vivir, me gusta, veo a mi hija y hasta puedo visitar a mi familia allá en Honduras. (Kevin, comunicación personal, Tapachula, Chiapas).

Las experiencias relatadas por estos jóvenes centroamericanos sobre sus vivencias en Tapachula, nos llevan a conocer manifestaciones de sus travesías y de sus emociones. Nos aproximan a entender cómo se abren espacios para construirse un mundo en ese lugar y en ese tiempo, es decir, una vida concreta y social. Nos acercan a vislumbrar un consumir y reconstruir en una cultura que no es propia pero tampoco ajena, una dialéctica quizás de irrupción, así sea fragmentada y precaria de las fronteras (Porraz, 2020). Se comienza a vivir pero también a mostrar qué es ser “catracho”, gentilicio del hondureño, o qué es ser “guanaco”, gentilicio del salvadoreño, así como se muestran las diferencias y afinidades culturales en una ciudad fronteriza.

Algunos periodistas y académicos han referido a Tapachula como la “Ciudad Infierno”  o el “espacio acorralado”, ya que pareciera que no ofrece sueños y esperanzas para las y los migrantes centroamericanos y de otras latitudes. En el plano de la cotidianidad, es un vivir complejo, sigue y seguirá siendo un espacio de tránsito, un lugar intermedio, donde se puede vivir o hacer vivir “el otro sueño mexicano”.

 

Iván Francisco Porraz Gómez
Investigador de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), unidad Tapachula, en el Grupo Académico de Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos del Departamento de Sociedad y Cultura.

 

Fotografías: Iván Francisco Porraz Gómez

 

Referencias

Appadurai, Arjun (1996). Modernity at Large: Cultural Dimensions of Globalization. Minneapolis: University of Minnessota Press.

Lorey, Isabell.(2016). Estado de inseguridad. Gobernar la precariedad. España: Traficante de sueños.

Nateras Domínguez, Alfredo. (2014). Vivo por mi madre y muero por mi barrio. Significados de la violencia y la muerte en el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha. México: SEDESOL/IMJUVE/UAM.

Organización Internacional para las Migraciones, informe 2018.

Porraz Gómez, Iván Francisco. (2020). ¡Salir a buscarse la vida! la experiencia de algunos jóvenes centroamericanos en la Frontera Sur. En prensa.


Este texto es una colaboración entre el Observatorio de Política Migratoria de El Colegio de la Frontera Norte y nexos.


1 En esta ciudad llegan día a día numerosas personas de Centroamérica (Guatemaltecos, salvadoreños y hondureños), pero también de otras partes del continente, sobre todo haitianos, algunos africanos. Las cifras no son exactas, pero de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el país se ha registrado la llegada de más de 450.000 personas que cruzan cada año la frontera entre México y Guatemala para pedir asilo o seguir su camino hacia Estados Unidos en 2018, la cifra a crecido en el año 2019.

2  Después de los tratados de paz en la región centroamericana, en la década de los noventa, surge una problemática de la que se habla mucho, pero se conoce poco, las “pandillas juveniles centroamericanas”. Después de 1992 Estados Unidos inicia un proceso de deportación masiva de jóvenes que se habían venido  integrando en clicas, “pandillas” o agrupamientos juveniles (Nateras, 2014). El barrio 18 y la mara salvatrucha (MS-13) agrupaban a miles de jóvenes huérfanos de la guerra civil y otros más que encontraban cobijo en la “gran familia”, las deportaciones masivas a El Salvador, Honduras y Guatemala se dan en un escenario complejo para la población juvenil, ya que muchos jóvenes pandilleros deciden enfrascarse en una guerra entre pandillas y con las fuerzas policiacas que respondieron con más violencia y una criminalización hacía ellos mismos que ha dejado miles de muertos y desplazados.

 

 

TEXTO PUBLICADO EN

NEXOS: https://migracion.nexos.com.mx/2020/04/hacer-vida-en-el-sur-ser-joven-migrante-centroamericano-en-tapachula-chiapas/?fbclid=IwAR2Fm00anA0o-IpaZBNUwLhIRdQ1-V6S2jkgzcceQ1UCvxcC81dbsp8swgI

CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/trazos/tecnologia/2020/04/vivencias-de-jovenes-migrantes-centroamericanos-en-tapachula/

Ecosur pide a gobiernos de la región garantizar la vida de migrantes

Elio Henríquez, corresponsal | martes, 14 abr 2020 14:57

San Cristóbal de Las Casas. El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) hizo un “llamado urgente” a los gobiernos de México y de los países de Centroamérica para garantizar los derechos humanos de migrantes, ya que “cientos de ellos han sido abandonados en la frontera sur”, sin las medidas sanitarias para evitar posibles contagios de Covid-19.

“Cientos de personas migrantes, sobre todo centroamericanas que han sido aseguradas por el Instituto Nacional de Migración (Inami) en el centro y norte de México o deportadas de Estados Unidos, están enfrentando en este momento abandono y rechazo, lo que los expone a crecientes riesgos”, agregó.

 

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LA JORNADA: https://www.jornada.com.mx/ultimas/estados/2020/04/14/ecosur-pide-a-gobiernos-de-la-region-garantizar-la-vida-de-migrantes-7548.html

 

NOTAS RELACIONADAS

LA JORNADA MAYA: https://www.lajornadamaya.mx/2020-04-14/Migrantes-enfrentan-abandono-y-rechazo-en-la-frontera-sur-de-QRoo–especialistas

ECOSUR realiza proyectos en el contexto de COVID-19

El Colegio de la Frontera Sur busca obtener la certificación Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicas (INDRE) con la finalidad de que el Laboratorio de Salud, ubicado en la Unidad San Cristóbal, pueda realizar pruebas de detección del COVID-19.

María del Carmen Pozo de la Tijera, directora general de ECOSUR, habla en una entrevista que ofreció al programa NCS Noticias por Radio Fórmula Campeche sobre este y otros proyectos que realiza el personal académico de dicha institución en el marco de la emergencia sanitaria que enfrenta nuestro país.

Escucha la entrevista en: https://www.ecosur.mx/entrevista-a-carmen-pozo/

(In) Movilidades (in) Humanas en tiempos de Covid

Que las migraciones eran una de las características distintivas más complejas y paradójicas del estado previo del neoliberalismo contemporáneo es algo que, a estas alturas, admite poca discusión. Los medios de comunicación, los discursos políticos y las conciencias colectivas han visibilizado hasta la saciedad las imágenes de poblaciones sirias tratando de entrar a Europa a través de Turquía, subsaharianas en cayuco atravesando el Mediterráneo, centroamericanas en La Bestia hacia Estados Unidos, africanas y asiáticas agolpándose en Tapachula, rohingyas abandonando Myanmar, venezolanas hacia Colombia, y un largo etcétera. Estas son algunas migraciones hirientes, y muy visibles: otras muchas nunca lo serán, pues justamente tratan de evitar el control de los gobiernos y corporaciones que las persiguen. Por razones económicas, políticas, ambientales, culturales… este tipo de movilidad se ha constituido como uno de los grandes problemas (fenómenos, retos, característica… según quién lo interprete) del mundo moderno, multiplicando a su alrededor imaginarios, prejuicios, corporaciones de seguridad, instituciones multilaterales, políticas de control, redes, muros. En sí, una completa y rotunda contradicción con el gran supuesto del capitalismo neoliberal, el libre movimiento de todos los factores y la desaparición (o debilitamiento) de Estados-Nación y fronteras.

Ver artículo completo en https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2020/04/05/in-movilidades-in-humanas-en-tiempos-de-covid/

México y sus trabajadores agrícolas ante la pandemia de COVID 19

Por Martha García*

Más de 1.2 millones de trabajadores y trabajadoras agrícolas en México son migrantes que se mueven a lo largo del país en diversas temporadas del año. Estos desplazamientos están presentes en la frontera sur, pues a esta fuerza laboral se agregan guatemaltecos y beliceños para las cosechas del café y la caña de azúcar.

En otras geografías, alrededor de 100 mil mexicanos y mexicanas salen a Canadá y Estados Unidos con visas laborales dentro de los programas de trabajadores huéspedes temporales. Con tales conexiones, México consolida una gran experiencia histórica como país exportador e importador de mano de obra Sur-Norte y Sur-Sur.

Como es del dominio público, una realidad patente en ambos lados de las fronteras mexicanas es la presencia de los trabajadores sin papeles multiplicando las nacionalidades de otros continentes. Con mucho, los mexicanos sin visas de trabajo rebasan las aportaciones anuales de trabajadores a los campos estadounidenses.

Las ricas dinámicas de las migraciones laborales se presentan en las regiones agrícolas y agroindustriales distribuidas en todo el territorio mexicano que atraen mano de obra, principalmente de los estados de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz, y en esta fuerza laboral están amplios grupos indígenas que han hecho de la migración una tradición.

Los millones de trabajadores que salen y entran, y que se mueven a veces de cultivo en cultivo (los llamados golondrinos) en circuitos laborales nacionales, en Centro y Norteamérica son incansables. Tan solo de abril a junio, 60 mil trabajadores agrícolas del sector azucarero se desplazarán a sus lugares de origen en México y Centroamérica, pues la zafra estará cerrando.

A penas la migración laboral es parte de la complejidad de la movilidad humana como un asunto de agenda pública que apremia en la lucha por proteger a la población y contrarrestar la expansión de la pandemia de COVID-19. Desde distintos frentes se enfatiza la emergencia sanitaria, y en lo inmediato las consecuencias sociales y las económicas.

La presente reflexión pretende enfatizar la relevancia de la investigación sobre las migraciones laborales y la importancia de entender cómo, tan solo con el ejemplo de los miles de grupos de trabajo en el sector agrícola que involucra millones de personas, se requiere atender a esa población en la misma lógica de su movilidad: origen-tránsito-destino-retorno.

Ante el dramático desequilibrio en la distribución de los servicios del Sistema Nacional de Salud, que revela las desigualdades en este país, hay que apuntar la falta de información precisa y subregistros sobre las contrataciones de los llamados genéricamente “jornaleros agrícolas” nacionales e internacionales.

Es urgente resolver un sistema viciado, el desinterés y negligencia y crear esquemas de movilidad laboral con información precisa, seguros, regulados, ordenados y con derechos. De paso se hace necesario desmantelar la desregulación que campea en los sistemas de reclutamiento, que son parte de la propia precarización laboral y de la violación de los derechos elementales.

En los análisis internacionales recientes, como el de INEGI sobre el agua, se revela que una primera condición de vulnerabilidad de grandes sectores de la población ante la emergencia sanitaria es la marginación o pobreza caracterizada, entre otros factores, por la falta de servicios. Ninguna sorpresa.

De hecho, el marco de la transición entre las enfermedades del primer mundo (crónico degenerativas) versus tercer mundo (infecto contagiosas), debe transformarse a razón de los entornos vulnerables y las prácticas de desplazamientos globales. Todavía en la última década del siglo XX, México entendía su realidad epidemiológica de esa forma.

Las naciones en el mundo comprenden sus transiciones epidemiológicas a partir de sus patrones de salud-enfermedad y la evolución natural de su población; aunado a ello se consideran aspectos económicos y sociológicos. Así, se pueden entender los seis modelos de transición epidemiológica por regiones geopolíticas.

En México y el resto de Latinoamérica prevalece el “modelo de transición intermedia”. Con niveles de ingreso medio y medio bajo, la región enfrenta “los viejos problemas de la malnutrición y los transmisibles, y el rápido incremento de las crónicas y la expansión de las emergentes”, según el informe epidemiológico de la Secretaría de Salud del 2018.

En este contexto, a la complejidad epidemiológica hay que integrar la complejidad migratoria humana para entender cómo el Coronavirus COVID-19 transciende la geopolítica, instalándose en la gran variable de las enfermedades emergentes; y pensar nuestros sistemas de salud en la conectividad global. La ficción nunca ha sido tan real.

Las siniestras fórmulas y ecuaciones que incluyen la pobreza obligan a mirar un abánico de escenarios laborales. Es de esperarse que la vulnerabilidad sea mayormente pronunciada entre los trabajadores agrícolas migrantes identificados a nivel mundial como el conjunto humano más explotado y desatendido. Sobre el tema existe una variada literatura y referentes fílmicos que reseñan lo que se ha llamado la neoesclavitud en alusión a las condiciones infrahumanas de estos contingentes en miles de puntos del planeta. Dagnósticos y evaluaciones de las condiciones de trabajo recalcan, una y otra vez, la desprotección institucional, empresarial y social.

Científicos sociales, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales cuentan en sus archivos con decenas de informes y reportes que advierten la marginación, insalubridad, ausencia de derechos y salarios de sobrevivencia. Muy lejos de cualquier aspiración de esquemas sobre trabajo digno.

Aun cuando existan intervenciones focalizadas, como iniciativas empresariales en el acondicionamiento de albergues y, sobre todo, el histórico Programa para la Atención de los Jornaleros Agrícolas, cuya eliminación ha precarizado más las condiciones de trabajo, el reto sigue siendo enorme.

La gran lección para la aldea global del Coronavirus COVID-19 frente a la complejidad de sus migraciones laborales convoca también a las ciencias sociales. Las aportaciones en este rubro son enormes de una fecha para acá y en México -este simbólico laboratorio mundial de las migraciones- tiene capacidad probada para intervenir.

Ojalá esta crisis sea también la oportunidad para pensar en una movilidad laboral segura, ordenada,  regular y con derechos que convoque a los líderes mundiales, nacionales y locales  de todos los sectores para repensar los paradigmas epidemiológicos y los migratorios, y las estructuras que los sostienen por unos más solidarios, justos y dignos.

* Investigadora de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en la Unidad Chetumal.Especialista en migraciones. Sus estudios se enmarcan en los mercados laborales agroindustriales, comunidades inmigrantes e indígenas, entre otros. Recientemente, concluyó su investigación en Fondos Sectoriales INMUJERES-CONACYT, sobre la inserción laboral femenina en la agroindustria azucarera, sector que ocupa su línea de investigación desde hace una década.

Fotos- Martha García

 

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CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2020/04/mexico-y-sus-trabajadores-agricolas-ante-la-pandemia-de-covid-19/

 

Avifauna única del sistema lagunar La Joya Buenavista, Tonalá

*Los sistemas lagunares costeros proveen una fuente de alimento y refugio para una elevada diversidad de aves. Galicia, Romero, López y Mera llevaron a cabo un estudio de la riqueza y abundancia de especies de aves en el sistema lagunar La Joya Buenavista, Estado de Chiapas, para obtener datos de tres hábitats Laguna, Canal y Bocabarra.

 

Michael T. Galicia García, Emilio I. Romero Berny y Jesús M. López Vila del Centro de Investigaciones del Instituto de Ciencias Biológicas junto con Ghelen Mera Ortiz del Programa de posgrado del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), realizaron un estudio de evaluación en el sistema lagunar La Joya Buenavista (LJB) se localiza en el municipio de Tonalá, Chiapas. http://www.scielo.org.mx/pdf/era/v6n17/2007-901X-era-6-17-317.pdf

La avifauna y las variables que definen sus atributos ecológicos han obtenido especial relevancia, al tratarse de un grupo con potencial bioindicador y con posibilidad de manejarse bajo un esquema de sustentabilidad mediante el aviturismo. En los sistemas lagunares costeros de Chiapas, pocas investigaciones sobre avifauna han orientado a determinar la riqueza de especies y la dinámica espacio – temporal de estos organismos.

 

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CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/destacados/2020/03/avifauna-unica-del-sistema-lagunar-la-joya-buenavista-tonala/

Conocimientos de plantas medicinales y gastronómicas por indígenas de los Altos de Chiapas

*El estado de Chiapas cuenta con una variedad florística de entre 9,000 y 10,000 especies de plantas. No sorprende saber que, en las localidades de los Altos de Chiapas, se tiene amplio conocimiento sobre plantas que se encuentran en su región y cómo utilizarlas en la vida diaria.

Cinthia Asunción Peralta González, Rodolfo Mondragón Ríos y Eduardo Bello Baltazar del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) investigaron en San Cristóbal de Las Casas (SCLC), una perspectiva constructivista y bajo el enfoque teórico de la comunicación participativa, analizar espacios socioculturales en los que habitantes participen para intercambiar conocimientos sobre plantas medicinales y alimenticias.

Establecimientos comerciales, instituciones públicas y propiedades privadas son espacios de aprendizaje que permiten la generación, selección y acumulación de saberes y prácticas respecto a la agricultura y son reproducidos por diferentes medios a través de un proceso comunicativo para permitir el intercambio de experiencias, lo que da fe de la construcción de mecanismos de comunicación para obtener conocimientos sobre las propiedades y usos de plantas medicinales y gastronómicas.

Los conocimientos se construyen en lo social y cultural en un proceso dialéctico de interacciones entre sujetos y su contexto, mediados por acciones que se convierten en experiencias de vida que dan sustento a su existencia colectiva comentaron la investigadora  e investigadoras.

Peralta, Mondragón y Bello trabajaron con integrantes de la red de agricultura urbana Sembrando Jovel (SJ) por ser pioneros en San Cristóbal de Las Casas en prácticas de agricultura urbana y periurbana, la sana alimentación y temas relacionados en plantas medicinales y gastronómicas. También, colaboraron personas del Barrio de Santa Lucía, Tianguis de Comida Sana y Cercana y de los principales mercados de la ciudad. Su objetivo fue indagar en el conocimiento que los participantes tienen acerca de plantas medicinales y alimenticias.

Los participantes de esta investigación expusieron que los conocimientos sobre los usos que dan a las plantas alimenticias y medicinales corresponden a saberes ancestrales transmitidos de una generación a otra durante años, permitiendo que se mantengan vivos.

En las plantas encontraron que son requeridas como remedio para curar, prevenir enfermedades, malestares y para sanar heridas como quemaduras, raspones o rozaduras. Son consumidas en tés, infusiones, licuados, como ungüentos, cremas, compresas, para hacer vaporizaciones o inhalaciones.

 

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CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/destacados/2020/03/conocimientos-de-plantas-medicinales-y-gastronomicas-por-indigenas-de-los-altos-de-chiapas/

“La selva que se come a los migrantes”: Las experiencias de cruzar el Darién entre Colombia y Panamá

Iván Francisco Porraz Gómez

“Hay un lugar que se llama Darién, cruzar ahí es peligroso, es otro punto del que escuchamos hablar desde que decidimos venir por tierra, escuchamos decir que es un pedazo de selva que se come a los migrantes que cruzan por ahí”  (Daleb, migrante haitiano) 

Analizar la movilidad y el desplazamiento no significa pensar solamente en cifras, estadísticas y demás, significa sobre todo pensar en sus actores protagónicos, los sujetos migrantes, reducidos a una “nuda vida”; no sólo por el “mercado imperfecto de la fuerza de trabajo” que define Bustamante (2013), sino también por la sociedad receptora más amplia que los coloca en condiciones de vulnerabilidad absoluta. Y resulta aparentemente incomprensible observar cómo, frente a este territorio espacial y social minado, el fenómeno migratorio no sólo se configure por hombres en edad laboral, sino también por mujeres, jóvenes y niños, lo que dice mucho de las condiciones de vida y violencia que existen en los lugares de origen.

Cruzar las fronteras no sorprende a todos por igual. Muchos haitianos y africanos que llegaron el año pasado a Tapachulareconocieron que tenían información sobre lo que significaba cruzar las fronteras para llegar a los Estados Unidos; en sus relatos era común escuchar que valía la pena arriesgarse: “está uno dispuesto a todo, hasta la muerte, antes que desbaratar los sueños”. Y así es… “Aventarse a cruzar la frontera es poner la vida en juego, se te puede ir”.

Si bien la frontera México-Estados Unidos es una de las más peligrosas y difíciles de cruzar en el mundo, también se habla de otra, que conocemos poco, al menos desde el sur de México, la frontera del Darién, o también conocida como el tapón del Darién, territorio que comparten Panamá y Colombia a lo largo de 266 kilómetros cuadrados. Una frontera natural, una área selvática, un lugar que separa por momentos el continente americano. Un espacio conocido por comerciantes legales e ilegales, viajeros, aventureros, cargado del misticismo que le imprimen los Kunas, un grupo indígena binacional que habita la zona.

Con el paso de los años esta región se ha convertido en un importante paso de migrantes; según cifras de Migración Colombia, a nivel nacional (no solo para salir por la frontera con Panamá) se entregaron 47.504 salvoconductos en 2016; el 54 % a haitianos y cubanos. Al año siguiente, la cifra cayó a 21.911 (el 51 % a venezolanos), mientras que hasta el 30 de septiembre de 2018 el total de salvoconductos fue de 21.291 (66 % a venezolanos). Para 2019, la cifra aumento nuevamente.

 

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Necesario, proyecto concreto para construir pasos de fauna

STEPHANIE SÁNCHEZ V.

El director general del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Daniel Pech Pool, indicó que aún no existe un proyecto concreto sobre los pasos de fauna que serían construidos en la zona selvática de Calakmul por la obra del Tren Maya, los cuales fueron anunciados por el Gobierno Federal, con la finalidad de proteger la biodiversidad.

Lamentó que hasta ahora no se ha lanzado convocatoria ni se ha designado un monto específico y tampoco se ha informado a la gente sobre su función o ubicación.

“Lo que ha pasado en las reuniones son ideas, medidas de mitigación para no acabar con la fauna, pero todavía no hay nada. Hablamos de programas de manejo, de calcular cuánta gente puede soportar los hábitats y la capacidad para estos pasos de fauna. De tener listados de aves, de especies, de la zona para generar folletos o información para la gente”, dijo.

Indicó que a los investigadores les preocupa sobre todo la zona de Calakmul, en particular que diversas instituciones sumaron esfuerzos para darle la acreditación verde, es decir es biológica-cultural. Este proyecto, que si bien traerá beneficios, es una interrupción en ese proceso, por lo que es importante dialogar y poner sobre la mesa los planes de mitigación.

Agregó que la ruta requiere una atención especial sobre la protección del entorno y los pasos de fauna son necesarios en prácticamente todo el recorrido del transporte. Ecosur tiene información de años de cámaras trampa que ha registrado jaguares, jabalís, tapires, etcétera, información para ser analizada y para complementar las propuestas de las instituciones.

“No hay una propuesta de cuántos pasos de fauna serán, pero si hay una propuesta de que son necesarios, hay que determinar qué tan anchos son, dónde hacerlos, por arriba o por abajo, por dónde, necesitamos primero saber el proyecto del tren porque no lo tenemos y una vez que lo tengamos, trabajar sobre eso”, finalizó.

 

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Necesario, proyecto concreto para construir pasos de fauna

 

Más de 87 Mil Estudiantes de Primaria de 10 Ciudades del País Beneficiados con el Programa “Pasaporte del Conocimiento Científico”.

René R.Coca

• Instancias inscritas en la Academia Mexicana de Ciencia llevan 12 años de trabajo.
• Tapachula y SCLC presentes a través del Colegio de la Frontera Sur.

Tapachula, Chis; FEB. 24 (interMEDIOS).- A pesar de que en el anterior y el presente sexenio federal se han tenido reducciones importantes al presupuesto para impulsar la ciencia y la tecnología, instancias paralelas a estas actividades han implementado mecanismos para involucrar a la niñez y juventud en este mundo, por lo que el programa “Pasaporte al Camino del Conocimiento Científico” llegó a su XII aniversario a través de las instancias pertenecientes e involucradas a la Academia Mexicana de Ciencia, donde Chiapas tiene representatividad a través de las unidades Tapachula y San Cristóbal Las Casas del Colegio de la Frontera Sur.

Ecosur informó que este programa busca incentivar las vocaciones científicas de la niñez de nuestro país, a través de las pláticas que reciben de investigadores para conocer y comprender mejor su entorno, y que a la fecha suman más de 87 mil estudiantes de primaria beneficiados a través de las diez ciudades sedes, cuyo programa ofrece todos los sábados temas interesantes y nada aburridos a como erróneamente se concibe la ciencia o la tecnología.

 

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DESDE PUEBLA: https://desdepuebla.com/2020/02/24/mas-de-87-mil-estudiantes-de-primaria-de-10-ciudades-del-pais-beneficiados-con-el-programa-pasaporte-del-conocimiento-cientifico/