CIESAS y Ecosur abren convocatoria del Premio Jan De Vos a la mejor Tesis de Doctorado. En este enlace pueden encontrar la convocatoria en extenso y la plataforma para el registro de las tesis. https://www.ecosur.mx/recepcion-de-propuestas-de-la-catedra/
Antonio Saldívar Moreno, director de Ecosur, junto con su equipo directivo, presentó ayer por la tarde el informe de autoevaluación del ejercicio fiscal 2024, en el marco de la Primera Jornada de las Juntas de Gobierno 2025 de Centros Públicos de Investigación de la Secihti.
Esta actividad se realizó desde la Sala Juárez de la SECIHTI de manera híbrida con representantes de los gobiernos de Chiapas, Campeche, Tabasco y Quintana Roo y de las secretarías de estado que forman parte de la junta de gobierno. De manera presencial estuvieron las direcciones del Cicy y del INECOL, centros hermanos de la Coordinación de Salud y Ambiente, de la cual forma parte Ecosur, y fue moderada por Pascual Ogarrio, director de Centros Públicos de la Secihti, en representación de Rosaura Ruiz, Secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
El informe resalta el compromiso de Ecosur por aportar desde la investigación científica, la formación de recursos humanos y la colaboración y vinculación con la Sociedad a la atención de las distintas problemáticas de la región y del país.
Junto con autoridades de las Secretarías de Hacienda y Anticorrupción y buen gobierno se aprobaron los presupuestos requeridos para el desarrollo de las actividades del centro y se presentó el resultado de la evaluación del Comité Externo de Evaluación que felicitó al centro por los logros obtenidos.
Antonio Saldívar habló de que en el marco de los 30 años que cumplió Ecosur en 2024, la institución abrió un espacio de reflexión para reconocer que la frontera sur ha sufrido cambios importantes y que Ecosur debe adecuarse al nuevo contexto para asegurar que la investigación aporte elementos para que la riqueza biocultural de la región siga teniendo posibilidades de futuro en el contexto de transformación que viven los territorios.
En el marco de la junta de gobierno se reconoció a Ecosur por su alta productividad académica (2.26 artículos por investigador/a y personal técnico) y su compromiso decidido a ser coherentes entre lo que investiga –salud, soberanía alimentaria, interculturalidad, conservación de los recursos naturales, género e inclusión– y lo que realiza y promueve al interior de la institución.
Las personas consejeras solicitaron al director de Ecosur, que hiciera extensivas las felicidades a la comunidad de Ecosur por sus logros y compromiso con la ciencia y las humanidades.
¿Qué nos hace capaces de construir comunidades, sostener vínculos y organizarnos como especie? ¿Y por qué esa misma capacidad puede llevarnos también al conflicto, la exclusión o incluso la violencia? Este video aborda el fenómeno de la cooperación humana desde una perspectiva biológica, emocional y cultural, articulando ideas provenientes de la neurociencia, la psicología evolutiva y las ciencias sociales. Ideal para quienes se interesan en el funcionamiento del cerebro social, la interdependencia humana, la historia evolutiva de la colaboración o las tensiones contemporáneas entre cooperación y conflicto.
El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) firmaron, el pasado 4 de julio, un convenio de colaboración estratégica en el marco del Primer Encuentro Ecosur-CICY “Diálogo de Sinergias: Uniendo Visiones”, celebrado en el auditorio del CICY.
Este acuerdo consolida una relación de años entre ambos centros públicos de investigación y establece una base sólida para desarrollar proyectos conjuntos con impacto tangible en la vida de las comunidades, reuniendo a equipos de investigación para compartir líneas de trabajo y potenciar soluciones conjuntas a problemáticas regionales.
Ambas instituciones mantienen desde hace varios años una relación de trabajo, sin embargo, el convenio establece una base sólida para nuevos proyectos conjuntos con impacto tangible en la vida de las comunidades.
Antonio Saldívar Moreno, director general de Ecosur, destacó la importancia de fortalecer la colaboración entre centros públicos de investigación y hacer de la ciencia una herramienta activa para enfrentar los desafíos del país y la región. “Necesitamos sumar capacidades y dialogar con los actores sociales, institucionales y, por supuesto, con el gobierno de Yucatán, que ha estado atento al papel de la ciencia en el desarrollo del estado”, expresó.
Por su parte Maira Segura Campos, titular del CICY señaló: “Este acuerdo nos permite establecer compromisos firmes y desarrollar convenios específicos a corto y mediano plazo, con la intención de aportar soluciones desde la ciencia a las necesidades reales de las y los productores del estado”.
Como acciones concretas derivadas de esta colaboración y fortalecer la presencia de Ecosur en Yucatán, Saldívar anunció que siete nuevas plazas que asignó la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI) a Ecosur, se establecerán en Yucatán. “De esta manera el Colegio de la Frontera Sur podrá consolidar su presencia en el estado y proyectarse a nivel peninsular. Es un paso firme para aprovechar al máximo nuestras capacidades compartidas como infraestructura, laboratorios y recursos humanos”.
Entre los proyectos prioritarios que se reforzarán está el Doctorado Nacional en Agroecología, que ambas instituciones desarrollan en colaboración con otros centros públicos de investigación, la seguridad alimentaria y el fortalecimiento de la milpa maya, la gestión hídrica, la transición energética y la adaptación del cambio climático, así como el impulso de la producción agroecológica libre de agroquímicos.
La muerte masiva de abejas en la Península de Yucatán es una situación que requiere acciones urgentes sustentadas en evidencia científica, advirtió Antonio Saldívar Moreno, director general de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), quien detalló que desde hace años el organismo ha acompañado a comunidades y organizaciones afectadas por el uso de agroquímicos y la expansión agrícola en la región.
“Empezamos con colaboraciones en Hopelchén, Campeche, a partir de los primeros estudios porque comenzamos adetectar la afectación que tenían las abejas por las plantaciones de soya transgénica”, explicó.
Saldívar Moreno señaló que en un principio los daños se reflejaban en la pérdida de certificaciones de miel orgánica, pero con el tiempo comenzaron a documentarse muertes masivas de colmenas relacionadas con el uso de pesticidas.
“Nos preocupa porque el número de colmenas afectadas en diferentes zonas ha ido en aumento. Esto no solo tiene implicaciones económicas para las familias que dependen de la apicultura, sino también ambientales”, reconoció.
Además del uso de agroquímicos, el especialista indicó que la deforestación y el cambio climático también son factores determinantes.
“En Campeche, personas que trabajan con la meliponicultura nos comentaban que por el exceso de calor también se están muriendo las abejas”, reveló.
Ante este panorama, Saldívar Moreno insistió en la necesidad de que la política pública incorpore el conocimiento científico. “Tenemos una oportunidad de diálogo con gobiernos, instituciones y organizaciones para orientar acciones que detengan esta crisis”, afirmó.
Ecosur también colabora en la vigilancia de otros problemas ambientales en la región, como la contaminación marina. “Monitoreamos temas como derrames, microplásticos y recientemente trabajamos con el gobierno de Quintana Roo por el tema del sargazo”, abundó.
Finalmente, celebró el fortalecimiento de vínculos con el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), con el que Ecosur firmó un convenio de colaboración.
“Estamos muy contentos de consolidar esta alianza. Son esfuerzos que permiten que el derecho humano a la ciencia se cumpla a partir del conocimiento que generamos”, concluyó.
La industria textil impacta a la degradación ambiental por el elevado consumo de recursos hídricos, energéticos y de sustancias químicas. Debido a esto, ha crecido el interés por explorar alternativas textiles, como el uso de micelios de hongos.
El micelio es la parte vegetativa de estos seres vivos, una red de filamentos blancos y ramificados, similares a raíces, llamada hifas, que se extiende a través del sustrato (suelo, madera y otros). Es la estructura que absorbe nutrientes y agua para el hongo.
Especialista
La investigadora Daniela Díaz Cruz, maestra en Ciencias con orientación en Biotecnología Ambiental por El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), realizó la investigación “Bioprospección de hongos macroscópicos para la generación de nuevos materiales textiles”.
Indicó que se estima que existen más de un millón de especies de este organismo en el mundo. Sin embargo, en el ámbito académico, solo se han publicado pocos estudios relacionados a textiles que han utilizado a los géneros más conocidos como Pleurotus.
Propósito
La especialista realizó su trabajo con el objetivo de obtener un nuevo material con aplicaciones textiles a partir de micelios de hongos poco explorados, algunos aislados de ecosistemas del sur de México.
Consideró cuatro géneros, entre ellos dos especies que se utilizan en la producción de alimentos. Para la caracterización de las cepas, determinó la velocidad de crecimiento. Obtuvo la microestructura mediante Microscopía Electrónica de Barrido y se observaron diferencias en el grosor de las hifas.
Para obtener el material fúngico, los micelios fueron cultivados con la presencia de un soporte (gasa estéril). Posteriormente, este biomaterial fue sometido a un tratamiento.
Evaluó parámetros de color, espesor, peso, densidad, retención de humedad, absorción de agua, composición química y la biodegradación del material.
Para proteger el café que se produce en el municipio de Tenejapa, organismos como El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) impulsan la obtención del reconocimiento por ubicación geográfica, que otorga el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI).
Como resultado de un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea (UE), en el que participaron organizaciones productoras, grupos de trabajo y familias cafetaleras de las localidades El Pach, Shishintonil, Tzajalchen y Kulaktik, de dicho municipio, se obtuvo información valiosa que allana el camino hacia el reconocimiento por Indicación Geográfica, una figura jurídica que reconoce y protege productos vinculados a territorios específicos, cuyas condiciones orográficas, climáticas y culturales, junto con los procesos locales de producción, les otorgan cualidades únicas y valor agregado a los productos.
De acuerdo con Ecosur, este estudio técnico, cuyos resultados fueron presentados recientemente en el panel “Gobierno y Academia para el Estudio Técnico y la Certificación”, realizado en el marco del seminario México: Herencia y origen. Denominaciones de origen e indicaciones geográficas.
Y está liderado por Carla Zamora Lomelí y Rosa Elba Hernández Cruz, con la colaboración de José Francisco Hernández Ruiz, Jaime Rafael Ruiz Blanco y los becarios Ilaria Dereani, Víctor Gómez Moreno, Roxana Velasco Rodríguez, Héctor Vázquez González y Belinda Ballinas.
“La investigación además permitió conocer las preferencias de las personas consumidoras de café en San Cristóbal de Las Casas para estimar el alcance del mercado local”, destacó este centro de investigaciones con fuerte presencia en el sureste del país.
Con los resultados, el siguiente paso será presentar ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) la solicitud de aprobación de las Reglas de Uso de la Indicación Geográfica para el “Café de Tenejapa, Chiapas”, lo cual permitirá a las y los productores de café del municipio contar con una herramienta de protección que impulse el reconocimiento y posicionamiento de su producto en mercados especializados, revalorando su cultura y trabajo productivo ancestral.
Estudiantes de ochos estados de la Especialidad Nacional para el Bienestar Comunitario en Agroecologías y Soberanías Alimentarias llevaron a cabo la etapa presencial del curso Colaboratorio Red de suelos, agua y biotecnología en los agroecosistemas que coordinan Teresita Santiago Vera, investigadora del CIESAS Sureste; Diana Ayala Montejo, investigadora de Ecosur y Sergio Pérez Landero, investigador de la Universidad Interserrana del Estado de Puebla Ahuacatlán (UIEPA).
El curso, que se llevó a cabo del 11 al 13 de junio, se realizó en tres sedes: Chiapas, Tabasco y Puebla, donde recibieron la bienvenida por Guilles Poland, director del CIESAS Sureste; Diego Díaz, coordinador de Educación Continua y Vocaciones Científicas de Ecosur y Sergio Pérez Landero, investigador por México en el CESDER, Zautla, Puebla.
En Chiapas se realizaron conferencias y prácticas en las instalaciones de CIESAS, donde se impartieron los temas sobre la vida en el suelo y composta. Participaron como ponentes Kyria Alexa Valladares Rodríguez, Miguel Ángel López Anaya, Rita Valencia, Alejandra Yarelly Gómez Pérez, Kippy Nigh, Jerónimo Reyes y Alejandra Orfin, quienes son parte de la red de investigadores aliados, facilitadores e instructores temáticas de la ENBC-ASA.
En Tabasco las actividades tuvieron lugar en el Rancho Alegre “Centro de bioinsumos” ubicado en Comalcalco, Tabasco. Víctor Mendoza, fundador, compartió su gran experiencia sobre los principios científicos para establecer un centro de bioinsumos, así como las consideraciones para elaborarlos y mantenerlos. Como complemento se compartieron metodologías socialmente apropiables para autoevaluar y analizar los procesos de elaboración y calidad de los bioinsumos con base en la Norma Mexicana de Suelos y la cromatografía de Pfeiffer, cuya facilitación realizaron Ana Pérez, Reynaldo Gordillo, Javier Zavala y Juan Carlos González, estudiantes de doctorado de Ecosur; Diana Ayala y Pablo Martínez, investigadores de Ecosur y Gloria Campos, practicante en Ecosur de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
En Puebla las actividades se realizaron en el Colectivo de mujeres de Coacal, Tenampulco-Zautla; el Laboratorio de Microbiología Forestal de Instituto Tecnológico de Zacapoaxtla; las Escuelas de Aprendizaje de Tenextatiloyan, Zautla y en la biofábrica del Rancho San Antonio en Libres, Puebla.
Al finalizar, las y los estudiantes realizaron una autoevaluación de los procesos socializados durante el curso y concluyeron que las experiencias compartidas fortalecieron su conciencia sobre la importancia de proteger el suelo como un sistema vivo y complejo, así como su sentir y reconocimiento de que la sabiduría ancestral y científica pueden convivir en la agroecología. Asimismo, reconocieron los roles de los microorganismos como colaboradores para sostener el equilibrio del ecosistema, “donde nosotras y nosotros también estamos llamados a tejer redes de cuidado, resistencia y reciprocidad con la tierra”. Conocieron los principios científicos para elaborar bioinsumos y los fundamentos para analizar su calidad.
Todos estos intercambios generaron una reflexión colectiva enfocada en que “La agroecología no se aprende solo con la cabeza, sino también con el corazón y las manos. Conocer el suelo vivo nos invita a un compromiso para regenerarlo, no como un recurso, sino como un ser con el que convivimos, porque en la vida que hay bajo nuestros pies, está el futuro que queremos cultivar. La verdadera seguridad alimentaria no viene de grandes cadenas, sino de suelos sanos y comunidades organizadas”.
El curso Colaboratorio Red de suelos, agua y biotecnología en los agroecosistemas, muestra la importancia de los procesos de vinculación entre personal de investigación de CIESAS Sureste, Ecosur y UIEPA, para cobijar a estudiantes de todo el país en la temática de suelos, biotecnología, agua y nuevas formas de hacer ciencia. Este curso se está ofreciendo en su tercera edición con el soporte de valor curricular generado por Educación Continua de Ecosur.
Con el propósito de fortalecer el trabajo conjunto entre centros públicos de investigación y consolidar su presencia en la región, El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) firmó este jueves un convenio de colaboración con el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), en el marco del Primer Encuentro ECOSUR–CICY “Diálogo de Sinergias: Uniendo Visiones”.
Durante la ceremonia, Antonio Saldívar Moreno, director general de Ecosur, anunció que las siete nuevas plazas asignadas por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI) se establecerán en Yucatán, como parte de una estrategia para fortalecer la proyección del colegio en toda la península.
“Creemos que de esta manera el Colegio de la Frontera Sur podrá consolidar su presencia en el estado y proyectarse a nivel peninsular. Es un paso firme para aprovechar al máximo nuestras capacidades compartidas como infraestructura, laboratorios y recursos humanos”, sentenció Saldívar Moreno.
El directivo subrayó que esta decisión responde a un mandato institucional: fortalecer la colaboración entre centros públicos de investigación y hacer de la ciencia una herramienta activa para enfrentar los desafíos del país y la región.
“No tiene sentido crecer de forma aislada. Necesitamos sumar capacidades y dialogar con los actores sociales, institucionales y, por supuesto, con el gobierno de Yucatán, que ha estado atento al papel de la ciencia en el desarrollo del estado”, añadió.
Maira Rubí Segura Campos, directora general del CICY, destacó que este encuentro representa una apuesta conjunta por un futuro más próspero para el sureste de México, basada en la colaboración real y el uso estratégico de los recursos.
“Desafíos como la seguridad alimentaria, la transición energética, la gestión del agua y la adaptación al cambio climático requieren una colaboración decidida. Como centros públicos de investigación, tenemos el privilegio y la responsabilidad de ser agentes de cambio”, declaró.
Segura Campos también señaló que el convenio firmado no solo formaliza una relación de trabajo ya existente, sino que establece una base sólida para nuevos proyectos conjuntos con impacto tangible en la vida de las comunidades.
El encuentro también contó con la participación de representantes de las unidades de Ecosur en Campeche y Quintana Roo, así como autoridades estatales y federales del sector científico. Ambas instituciones coincidieron en que esta alianza será un punto de partida para impulsar estrategias integrales que respondan a las necesidades sociales y ambientales del sureste mexicano.