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Antsetiqué… ts’umbalal chonetic. Mujeres y producción animal en los Altos de Chiapas

Trinidad Alemán Santillán. Biólogo. Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente. El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR). Unidad San Cristóbal de las Casas, Chiapas. México. 

Joven tzeltal y su becerro. T. Alemán

En la región de los Altos de Chiapas la cría de ovinos se considera una actividad económica distintiva de las comunidades indígenas, asociada a la imagen bucólica que se promociona como atractivo para el turista. Con la lana de esos animales se elabora la ropa tradicional de la mayoría de las comunidades tzotziles y tzeltales de la región, a tal grado que vestimenta y ovinos se asocian estrechamente con la vida cotidiana. A lo largo de los años, múltiples intentos se han hecho para promocionar la ropa artesanal elaborada por las mujeres indígenas como productos de marca, en Europa y en EU, con la intención de generar beneficios económicos para ellas. Los resultados no han sido los esperados y hoy día la ovinocultura parece retroceder ante el avance de muchos otros factores de ese mercado que parecía tan prometedor.

Sin embargo, esta ovinocultura es un ejemplo extraordinario del papel central que la cría de animales juega en las estrategias económicas de esta región de Chiapas, donde el concepto “ganadería” no refleja apropiadamente el significado de la producción animal en las familias campesinas e indígenas. Lejos de ser el factor destructor de recursos naturales que hoy día se quiere proyectar en los ámbitos urbanos, la producción animal es parte orgánica de las economías indígenas. Traídos por los europeos en diferentes momentos de la historia, los animales domésticos, principalmente bovinos y ovejas, formaron parte de las estrategias de apropiación de tierras seguidas por los conquistadores. En los Altos de Chiapas la intención de criar enormes rebaños de ovejas pastoreando grandes extensiones de tierra (al estilo de la meseta española) tuvo como obstáculos principales las condiciones ambientales restrictivas de la región, fuertemente extremas y estacionales: veranos muy húmedos y calurosos alternados con inviernos helados y secos.

Altas cargas parasitarias en verano y escasez severa de forraje en invierno causaron la mortandad animal e impidieron lograr lo esperado, generando decepción en los encomenderos conquistadores que perdieron interés en esta actividad. Pero las mujeres indígenas tuvieron éxito al cambiar totalmente el sistema y la estrategia de producción de animales, incorporándolos en la lógica de la producción familiar.

Cuidar las gripes, limpiar lalana, alimentar las crías, eliminar parásitos y curar heridas se transformaron en cuidados personalizados para un número reducido de animales que ante la posibilidad de nuevos beneficios (lana y estiércol principalmente), pronto conformaron el componente animal que hoy día caracteriza a toda la agricultura campesina, conjuntamente con la milpa, el traspatio, el manejo del bosque y la vida familiar. Si bien el ambiente sigue siendo la limitante más importante de la cría de animales, su atención y manejo son la responsabilidad creativa y exitosa de las mujeres tzotziles y tzeltales de la región.

Ovinos, aves y cerdos están al lado de semillas y azadones, coas y machetes, calendarios agrícolas y rituales propiciatorios para formar parte del acervo cultural, tecnológico y productivo de la unidad de producción familiar, que se maneja haciendo interactuar sus componentes animal, vegetal y humano sin sobrepasar la capacidad de trabajo que exista al interior de la familia. Diez o doce ovinos, media docena de gallinas, uno o dos jolotes y ocasionalmente algún cerdo o novillo, son el inventario pecuario que retribuye sus cuidados pastoreando acahuales y abonando parcelas en descanso, comiendo rastrojos de los cultivos y los desechos de la cocina, aflojando el suelo, aportando lana y generando recursos monetarios en tiempos de crisis financiera.

Aunque el consumo de carne y otros productos de origen animal no es tan relevante como podría creerse, comer pollo o huevos es frecuente en las familias indígenas. La venta de animales vivos tampoco es el objetivo principal de su crianza, sino los productos y servicios que generan. Entre las mujeres tzotziles los ovinos, o los novillos en el caso de las tzeltales, además de lana, estiércol y algún eventual dinero, inciden en el “prestigio social” que otorgan. Los animales pueden venderse en momentos familiares críticos, como una enfermedad, el estiércol se utiliza como abono de las hortalizas o en la milpa, la lana se usa para confeccionar la ropa, pero el buen aspecto de los animales proyecta una imagen responsable, confiable y hasta envidiable de su dueña.

Aunque la información estadística nacional no lo registra adecuadamente, esta producción animal familiar decrece rápidamente ante escenarios adversos, aún entre académicos que se niegan a aceptar su importancia y pertinencia. Al interior de las familias indígenas de los Altos de Chiapas, las nuevas generaciones, principalmente las mujeres, están en la búsqueda constante de mejores opciones de vida. Salir a estudiar o a trabajar es mejor que casarse y repetir los ciclos de sus madres y padres. Con estos cambios se van también costumbres, tradiciones, estrategias económicas y conocimientos agrícolas.

La globalización, que afecta todos los aspectos de nuestras vidas, cambia expectativas, visiones y hábitos de consumo. Los agroquímicos sustituyen tecnologías locales, la ropa industrial desplaza la vestimenta tradicional, los tiempos destinados al cuidado personalizado de los animales se destinan a trabajos remunerados, el conocimiento empírico cede ante las propuestas institucionales. En síntesis, los modos de vida indígenas se transforman arrastrando consigo a los sistemas de producción familiar. ¿Cuánto más persistirán? •

Ovinos, milpa y mujer tzotzil. T. Alemán

 

 

TEXTO PUBLICADO EN:

LA JORNADA DEL CAMPO: https://www.jornada.com.mx/2020/12/19/delcampo/articulos/antsetique-produccion-animal.html?fbclid=IwAR21NChmLnLZLC8J7bgBIBngZYGp5DkJ7YZ3A7H70np-nusPqhSo91GYgSo

Agroforestería y ganado: Una antigua y estratégica amistad

El año 2020 será recordado como un año de enormes desafíos para la humanidad, que tuvo que enfrentar la pandemia por COVID-19 ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2 y puso en evidencia la fragilidad de los sistemas político-económicos mundiales, orillando a buscar nuevos caminos socioambientales. Hoy es evidente que la deforestación y el cambio del uso del suelo en los ecosistemas, los sistemas agropecuarios extensivos, el uso de agroquímicos perversos como el glifosato, la resistencia antimicrobiana en humanos y animales por el uso desmedido de antibióticos, el uso de transgénicos y el comercio ilegal de la vida silvestre, son factores que han propiciado las actuales crisis, agravadas por el cambio climático. En este contexto, la preocupación en el campo mexicano se suma a las interrogantes a nivel mundial, con respecto a lo que sucederá en la salud pública, la agricultura y la seguridad alimentaria. Debido a que la actual pandemia amenaza a la población más vulnerable -entre las que se cuenta el sector rural-, generando desestabilidad en su economía, salud familiar, disponibilidad de fuerza de trabajo, salud de sus animales, seguridad en la obtención de insumos, precios justos de comercialización, desplazamiento seguro de sus productos, y consumo de alimentos sanos y saludables.

Los sistemas alimentarios intensivos de gran escala han profundizado la pobreza y están contribuyendo a una pobre salud de la población y a la degradación ambiental. La forma de producir los alimentos para la creciente población ha sido una de las principales causas del deterioro de la salud pública, al cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, agotamiento del agua dulce, pérdida de fertilidad de los suelos, cambio en el uso del suelo y contaminación del suelo y el agua. Por ello, urgen esfuerzos globales para transformar los hábitos alimentarios hacia formas de consumo saludable, y las formas de producir los alimentos a partir de sistemas sustentables de producción. Por ello es necesario enfocar los esfuerzos hacia una transición agroecológica, y que además permita alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible y las metas de los acuerdos de París, así como poder alimentar sanamente a 10 billones de personas para el año 2050. Lo anterior requiere, también, disminuir la pérdida y desecho de los alimentos, y realizar grandes mejoras en las prácticas para la producción alimentaria. Esto último implica que los sistemas de producción sustentable puedan operar dentro de un límite seguro, en el que no se requiera el uso adicional de tierra, se salvaguarde la actual biodiversidad del planeta, se reduzca el uso extenuante de agua dulce y aumente la responsabilidad en el manejo del agua, se reduzca sustantivamente la contaminación, se reduzca a cero las emisiones de dióxido de carbono, y que no se produzcan incrementos futuros en las emisiones de metano y óxido nitroso. También será necesario reducir (hasta en un 75%) las desigualdades sociales y la brechas que existen en la producción de alimentos, contar con opciones de implementación rápida para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura, y contar con la adopción de prácticas de manejo que permitan pasar de una agricultura contaminante y emisora de carbono a una que capture carbono, usando recursos locales en conjunción con el conocimiento tradicional.

La agroforestería -disciplina que permite el uso sustentable de la tierra y que promueve el manejo integral de árboles, cultivos y animales, incorporando el conocimiento tradicional de los productores y el avance de la ciencia- ha demostrado, en los últimos 40 años, ser una de las disciplinas científicas más robustas que han contribuido en mejorar y desarrollar sistemas agropecuarios sustentables. Así, a escala mundial, la agroforestería está jugando un estratégico papel en los programas de desarrollo y manejo sustentable de los recursos, y se ha reconocido como una ciencia que permite conciliar la producción de alimentos con la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad. Por ello, puede llegar a ser una piedra angular en el actual esquema de política agropecuaria del gobierno de la 4T, que busca atender los problemas del bienestar y la seguridad alimentaria, a través de sistemas resilientes en la producción de alimentos. En México, existe una añeja tradición en el uso y mejoramiento de los sistemas agroforestales. Las experiencias de la milpa maya, el sistema café orgánico con sombra, los sistemas agrosilvopastoriles tradicionales, las chinampas, entre otros, son ejemplos de una rica cultura agroforestal en nuestro país. El interés por la agroforestería pecuaria y los sistemas agrosilvopastoriles también son de larga tradición, y hoy su revalorización y rescate ha ido en aumento. Actualmente se reconoce la necesidad de promover participativamente ese enfoque para transformar los esquemas extensivos de producción animal que fueron impuestos por políticas neoliberales, bajo una visión extractivista y de eficiencia económica, a costa del bienestar de la sociedad rural. Por ello, el tema de la ganadería sigue siendo polémico, de importancia mundial y arduamente discutido en múltiples foros enfocados al desarrollo. En México, la crianza de animales, combinada con cultivos y árboles siempre ha sido una práctica vital para la ganadería que practican los pequeños productores. De ella dependen una inmensa mayoría de campesinos e indígenas que abastecen los mercados locales y contribuyen con la seguridad alimentaria nacional.

Hoy se reconoce la necesidad de impulsar desde abajo, de forma participativa, la agroforestería para transformar los esquemas extensivos de producción animal, reducir las desigualdades sociales y de género, evitar el deterioro de los recursos naturales, conservar la biodiversidad, y buscar el bienestar de la sociedad rural. Los trabajos aquí presentados abordan estas distintas aristas y presentan algunas experiencias “vivas”, que pretenden sensibilizar al público en general sobre la importancia de la agroforestería en México. •

Bovinos en silvopastoreo de árboles dispersos, Guillermo Jiménez Ferrer

Actualmente se reconoce la necesidad de promover participativamente ese enfoque para transformar los esquemas extensivos de producción animal que fueron impuestos por políticas neoliberales


Texto publicado en

LA JORNADA DEL CAMPO, el 19 de diciembre 2020. https://www.jornada.com.mx/2020/12/19/delcampo/articulos/agroforesteria-ganado.html?fbclid=IwAR3_gJqe4KemrRDNgG2G7fY2OWFYsdoSWv5yyv-cnT1_fnG02pzXA-l9wQQ

No sólo de pescado viven las familias pesqueras

Gabriela Ehuan Noh, ECOSUR; Alma Oliveto Andrade, ECOSUR; Alejandro Espinoza Tenorio, ECOSUR

Combatir el hambre ha sido una continua preocupación en México. En ese sentido, desde la década de los 70, en la búsqueda de aumentar la producción de alimentos en el país, se optó por industrializar el sector agropecuario, hecho que favoreció la producción de alimentos de baja calidad nutricional y una menor autonomía alimentaria de las comunidades productoras.

Derivado de esta situación, las familias vinculadas con los sectores primarios se confinaron en una ruralidad en la que el 69.9% de los hogares presentan algún nivel de inseguridad alimentaria con niveles alarmantes de desnutrición infantil y altos índices de obesidad adulta, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición 2018.

Es paradójico que, aunque 150 municipios asentados en las costas del territorio mexicano realizan actividades relacionadas con la pesca ribereña, que provee de empleo, dinero y alimento de forma directa a 300 mil habitantes y favorece indirectamente hasta a un millón de beneficiarios, su población carezca de una alimentación digna que la coloca en una condición de vulnerabilidad ante crisis como la provocada por la enfermedad COVID-19.

Entre abril y junio de este año, las comunidades del sector pesquero vieron cerrarse los mercados internacionales, así como sus tradicionales lugares de venta en el país. Asimismo, durante este periodo, debido a la pandemia, muchas comunidades costeras eligieron aislarse, lo que imposibilitó el intercambio de alimentos con el exterior y fue así como la mar se convirtió en la principal fuente abastecedora de proteína animal y en el blindaje contra la inanición.

Aunque los alimentos marinos son una rica fuente de proteínas y minerales esenciales para el cuerpo humano, la otra cara de la nutrición de las comunidades costeras es muy poco conocida. Dadas las condiciones de pobreza e inequidad en la que se desarrollan estas sociedades, su dieta se basa principalmente en alimentos marinos, pero carecen de otros suministros como cereales, frutas, verduras y otras carnes que son necesarios en una dieta balanceada, indispensable para la salud humana.

Los salarios limitados e inestables de las familias pescadoras suponen una barrera para acceder a la canasta básica, además, el aislamiento geográfico (abastecer de frutas y verduras a las familias costeras implica altos gastos de traslado) induce a los habitantes de las zonas rurales al consumo de comida industrializada, porque es más accesible en las tiendas locales que los alimentos de origen natural. Así, la dieta de las familias de pescadores suele ser rica en grasas y alimentos procesados.

Poco se sabe en México sobre el estado nutricional de las comunidades pesqueras, aunque se reconoce que el incremento de dietas altas en colesterol y triglicéridos aumentan el riesgo de sufrir dislipidemias y otras enfermedades crónico-degenerativas asociadas. Registros de otros países muestran cada vez más a pescadores con cuadros de hipertensión y a amas de casa que padecen obesidad y diabetes, eso sin hablar de otros temas como el alcoholismo. En este contexto, ya luce lejana la imagen de esos pescadores mayores, sanos y fuertes debido a su alimentación basada únicamente en comida de origen natural.

Aunque se han impulsado políticas nacionales para atender la falta de alimento de la población, nos preguntamos ¿qué sucede con las estrategias que han implementado?, ¿cómo podemos mejorarlas localmente? Como primer paso sería importante rediseñar los programas alimenticios que se han concentrado en el reparto de comida para completar el consumo calórico, sin considerar las necesidades de balance nutricional que necesitan las familias pescadoras. Subsecuentemente, es necesario promover conocimientos sobre cómo llevar una dieta balanceada a partir de ingredientes locales, de bajo costo, accesibles, adaptados a la riqueza gastronómica local y acordes a los paladares e identidades culturales de las sociedades pescadoras.

El trance por el que atraviesa la nación es una oportunidad crucial para repensar nuestras formas de comer y para construir las capacidades suficientes para que las familias pescadoras sean autónomas y puedan elegir qué comer y no dejar la nutrición en los intereses de los mercados internacionales.

El sector pesquero quedó devastado por la COVID-19, las familias costeras atraviesan momentos apremiantes para satisfacer sus necesidades básicas y rescatar su actividad productiva, por lo que es urgente atender las necesidades de alimento y salud de estos grupos sociales. •

 

TEXTO PUBLICADO EN:

LA JORNADA DEL CAMPO: https://www.jornada.com.mx/2020/12/19/delcampo/articulos/pescado-viven.html?fbclid=IwAR3GDVuLFsBTekvFcDwDBJdXtkLYQfFoGphNEvuwAOdYP19aPvrkIqsvao8

 

Cuadernos de Coyuntura

Cuadernos de Coyuntura es una publicación periódica de difusión virtual global, con énfasis en los procesos transfronterizos y geoestratégicos, no sólo de México y la región, sino de los Sures Globales.

https://www.observatoriomovilidadesyterritorios.org/cuadernos-coyuntura

TE INVITAMOS A LEERLOS:

Cuadernos de Coyuntura I

El primer número de Cuadernos de Coyuntura (20/02/2020) ya está disponible! Cuadernos de Coyuntura I

Cuadernos de Coyuntura II

En este segundo número (11/05/2020) contamos con la presentación especial de nuestro colega Jorge Choy. Cuadernos de Coyuntura II

Cuadernos de Coyuntura III

En este número (18/08/2020), coordinado por Luis Arriola y presentado por Rosario Martínez, se abordan distintos aspectos de la pandemia de COVID y las (in) movilidades humanas. Cuadernos de Coyuntura III

 

Liliana Santiago obtiene el grado de Maestra en Ciencias con tesis sobre las Multiplicidades de los Ñuu Savi [mixtecos] de San Isidro Paz y Progreso, Oaxaca

Liliana Santiago Pérez, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Estudios de Sociedad y Cultura (Generación 2018 – 2019), en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias con la tesis “Las Multiplicidades de los Ñuu Savi. La historia ambiental y los relatos de vida de San Isidro Paz y Progreso, Oaxaca”, el día pasado 17 de diciembre.

La investigación se realizó en el poblado de San Isidro Paz y Progreso, perteneciente al municipio de Santa María Yuchuiti, Oaxaca, en la región de la Mixteca Alta, y tuvo como objetivo conocer cómo el sistema de creencias, saberes y prácticas informan la manera en que los Ñuu Savi [mixtecos] se relacionan con el ambiente, utilizando como base metodológica los relatos de vida, y como campo de estudio la historia ambiental y sus tres ejes: 1) los aspectos orgánicos e inorgánicos del ambiente; 2) los modos de producción y formaciones sociales; y 3) lo intangible y humano conformado por el campo de lo mental e intelectual, conjuntándolos con las escalas espaciotemporales global, global-colonial, nacional y regional-local. Toda la información se complementó y corroboró con una exhaustiva revisión documental de fuentes escritas.

El estudio se hizo con perspectiva cualitativa, a partir del método etnográfico y de teorías decoloniales. Se realizaron 30 entrevistas semiestructuradas a 12 mujeres y 18 hombres con un rango de edad de entre 32 y 88 años, con diversos papeles sociales, todos ellos hablantes del Tu´un Savi y productores de café. Los resultados permiten conocer las razones y los procesos de desertificación que han ocurrido a lo largo de la historia en la zona, así como evidenciar las tensiones territoriales entre las comunidades aledañas y con el Estado sobre políticas agrarias y económicas, además de elucidar los saberes y las perspectivas ambientales del pasado y presente. La tesis propone la importancia del acercamiento a la historia desde los pobladores, como herramienta para entender y visibilizar los imaginarios y acciones culturales de las personas.

El Consejo Tutelar conformado por el Dr. Charles Stephen Keck (director de tesis), Dra. Erin Ingrid Jane Estrada Lugo (asesora) y el Dr. Omar Felipe Giradl Palacio (asesor); Fungieron como sinodales la Dra. Elda Miriam Aldasoro Maya, Dr. Francisco Guízar Vázquez Jr. y Dra. Carla Beatriz Zamora Lomelí.

Ana Mendoza obtiene el grado de Maestra en Ciencias con tesis sobre Prácticas agrícolas y etnoentomología mam en comunidades del volcán Tacaná, Chiapas

Ana Cecilia Mendoza Pilar, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Entomología Tropical (Generación 2018 – 2019) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias con la tesis denominada “Prácticas agrícolas y etnoentomología mam en comunidades del volcán Tacaná, Chiapas”, el pasado 16 de diciembre.

Las familias campesinas mam habitantes del volcán Tacaná han practicado históricamente una agricultura familiar de subsistencia y mantenido un vínculo simbólico-material con la entomofauna asociada a esta actividad. La presente investigación conjunta elementos de distintos campos de estudio – bioculturalidad, disciplinas etnocientíficas y agroecología– para tratar de analizar íntegramente los cambios que este vínculo ha experimentado como resultado de la transformación histórica de la actividad agrícola en la región.

En la investigación se realizó trabajo de campo mediante registro y colecta de entomofauna de importancia cultural y se emplearon herramientas etnográficas de observación participativa, conversaciones casuales y semi-estructuradas durante visitas a parcelas y hogares de las familias campesinas.

El principal hallazgo indica que la relación entre los mam y la entomofauna se construye desde el reconocimiento y valoración de distintas cualidades de los insectos, concepción que se refleja en su sistema de clasificación entomológica y en las diversas formas de interacción simbólico-material. Se reconoce a la actividad agrícola en el manejo de los agroecosistemas de milpa y cafetal como el medio a través del cual la vigencia de esta relación es posible; por tanto, su continuidad en el tiempo y espacio no solo corresponde a un medio material de subsistencia alimentaria de las familias campesinas, sino que además representa una estrategia para resistir la pérdida de la memoria entomológica ante el avance de la homogenización socioambiental.

El Consejo Tutelar conformado por el M. en C.  Benigno Gómez y Gómez (director de Tesis), M. en C. Christiane Junghans (asesora) y Dra. Elda Miriam Aldasoro Maya (asesora); Fungieron como sinodales la Dra. Helda Eleonora de Guadalupe Morales, Dr. Eduardo Rafael Chamé Vázquez y M. en C. José Alfonso López Gómez.

 

Examen de grado – Ana Cecilia Mendoza Pilar (1).mp4

Examen de grado – Ana Cecilia Mendoza Pilar.mp4

 

Felicia Berryessa-Erich obtiene grado de doctora con tesis sobre procesos de gentrificación y sus impactos socioespaciales en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas

Felicia Berryessa-Erich, estudiante de Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable con orientación en Estudios de Sociedad, Espacios y Culturas (Generación 2016 – 2019) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Doctora en Ciencias con la tesis denominada “‘Otras’ geografías de la gentrificación: Cambio socio-espacial en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas”, el pasado 15 de diciembre.

Esta investigación parte de la literatura existente sobre la gentrificación, y a partir de estos antecedentes desarrolla una serie de herramientas metodológicas novedosas para estudiar y analizar procesos recientes de cambio urbano en el centro de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

El objetivo principal de este estudio fue explorar los procesos de gentrificación y sus impactos socioespaciales en una ciudad colonial y multicultural de tamaño medio. Para lograrlo, analizamos el caso de San Cristóbal de Las Casas, donde se experimenta hoy en día, particularmente en el centro histórico de la ciudad, un incremento en el valor del suelo y las rentas, el aburguesamiento comercial, extensos cambios en el uso del suelo y la reacomodación de diferentes grupos de la población, entre otros cambios.

En este estudio, se analiza un espacio social urbano formado y regido por relaciones de poder y producción, y se utiliza el concepto de la gentrificación como una herramienta analítica para orientar la estructura metodológica y centrar temas transversales abordados en la interrogación del cambio urbano: la brecha de renta y el paisaje; la turistificación y el patrimonio; y el desplazamiento simbólico y la identidad.

La metodología empleada es la etnografía con un enfoque espacial, lo que implicó accionar los campos de la antropología y la geografía con un análisis visual del cambio paisajístico, una amplia investigación documental y la realización de entrevistas a profundidad. Nuestros hallazgos empíricos nos llevan a concluir que los cambios socioespaciales observados en los espacios centrales de esta ciudad colonial obedecen a la lógica de la patrimonialización, la turistificación y el cierre de la brecha de la renta, negociadas por la clase política y económica a través de las industrias turística y de bienes raíces. Dichos procesos y sus consecuencias son diversos y están interconectados de formas complejas en varios niveles en San Cristóbal hoy; finalmente se demuestra que se han cruzado con otros procesos vivos a nivel barrial, llevando al desplazamiento simbólico y desafiando la topología tradicional del barrio de El Cerrillo.

El Consejo Tutelar conformado por la Dra. Tania Cruz Salazar (directora de tesis), Dra. Ailsa Margaret Anne Winton (asesora de tesis), Dr. Reynaldo Germán Martínez Velasco (asesor de Tesis) y el Dr. Jan Rus (asesor de tesis). Los sinodales fueron: Dra. Gracia María Imberton Deneke, Dra. Luz Bermúdez Hernández, Dr. Martín de la Cruz López Moya.

 

Examen de grado

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Dictamen del jurado

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ECOSUR participa en la creación de la Red de Investigación y Conocimiento Canadá -Yucatán

El pasado 3 de diciembre se realizó, de manera virtual, el primer taller de la Red de Investigación y Conocimiento Canadá-Yucatán, que consistió en un evento de vinculación entre el Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado de Yucatán (SIIDETEY) y el Consorcio Canadiense de Universidades de investigación (CALDO, por sus siglas en inglés).

En la inauguración del evento se contó con la participación de Graeme Clark, embajador de Canadá en México, maestro Bernardo Cisneros Buenfil, secretario de Investigación, Innovación y Educación Superior del Gobierno del Estado de Yucatán; Rodrigo Delgado, director ejecutivo del Consorcio CALDO; y del Dr. Alejandro Adem, presidente del Natural Sciences and Engineering Research Council of Canada (NSERC), quien impartió la conferencia magistral “El Enfoque Internacional de NSERC: Oportunidades de Investigación y Formación Canadá-México”.

Posteriormente se desarrollaron mesas virtuales de colaboración académica e investigación CALDO-SIIDETEY, con temáticas relacionadas con la salud pública, estudios ambientales, matemáticas y ciencias de la computación, como un primer acercamiento para conocer propuestas de interés prioritario que puedan resultar en proyectos de investigación conjunta y para crear la Red de Investigación y Conocimiento Canadá-Yucatán.

En este evento, organizado por el Departamento de Asuntos Globales de la Embajada de Canadá en México (GAC) y la Secretaría de Investigación, Innovación y Educación Superior (SIIES) del Gobierno del Estado de Yucatán, participaron un total de 320 personas, 20 fueron personal académico de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR).

La Embajada de Canadá en México y la Secretaría de Investigación, Innovación y Educación Superior del Gobierno del Estado de Yucatán organizarán un segundo evento, durante el primer trimestre de 2021, para presentar las 29 propuestas surgidas en este encuentro, y convocar a más pares potenciales y otros organismos que pueden ser fuentes de financiamiento.

La grabación de la inauguración y conferencia magistral del evento se encuentra disponible en las redes sociales de la Embajada de Canadá: https://www.facebook.com/watch/?v=407695280418315

Nota del primer Taller Virtual SIIDETEY para la Colaboración con Canadá, realizado el 28 de octubre: https://www.ecosur.mx/ecosur-participa-en-taller-virtual-de-siidetey-para-la-cooperacion-con-canada/

Diana Lon obtiene el grado de Maestra en Ciencias con tesis sobre el tiburón toro en la planicie de inundación del río Usumacinta

Diana Cecilia Lon Laguna, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Manejo y Conservación de Recursos naturales (Generación 2018 – 2019) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias con la tesis “Historia ambiental del tiburón toro (Carcharhinus leucas) en la planicie de inundación del río Usumacinta y zona costera de influencia”, el pasado 14 de diciembre.

Carcharhinus leucas es una especie de tiburón cosmopolita con distribución en mares tropicales y subtropicales del mundo, y es de las pocas especies de tiburones capaces de penetrar en los ríos para completar parte de su ciclo biológico. Conocer la abundancia histórica de las poblaciones marinas permite realizar evaluaciones precisas de su estado actual de conservación. Sin embargo, los datos pesqueros no son suficientes ya que son posteriores al tiempo en que las especies comenzaron a explotarse y reportan las capturas en grandes grupos taxonómicos.

La presente investigación se desarrolló con metodología de historia ambiental a través del uso de la historia oral y síntesis de publicaciones históricas, y tuvo como objetivo principal describir los cambios históricos en la abundancia de la población de tiburón toro en la planicie de inundación del Río Usumacinta. Los resultados indican que el tiburón toro ingresaba río arriba hasta Tenosique en Tabasco, a más de 300 km de la costa del Golfo de México.

Las entrevistas con los habitantes de esta zona indican que fue una especie muy abundante y explotada localmente hasta la década de los 1990. Mediante la revisión de literatura histórica e historia oral se documentó que en el Río Usumacinta la captura del tiburón toro mantenía una pesquería de subsistencia que se presentó de 1950 a 1990.

Este  trabajo es un ejemplo de lo que podría pasar con otras poblaciones de C. leucas en otros ríos del mundo. Por lo tanto, considerando la biología de la especie, su vulnerabilidad y los datos obtenidos de la narrativa histórica y oral de pescadores locales se propone que este trabajo sea considerado como un antecedente regional para hacer un trabajo futuro que permita recopilar los datos para evaluar si la especie está en la categoría correcta o debiera ser incluida a la norma oficial mexicana de especies en riesgo NOM-059-SEMARNAT-2010.

El Consejo Tutelar conformado por la Dra. María Andrea Sáenz Arroyo de los Cobos (directora de tesis), Dra. María del Rocío Rodiles Hernández (asesora) y Dr. Felipe Eloy Sosa Cordero (asesor). Fungieron como sinodales la Dra. Ana Minerva Arce Ibarra, y los doctores Juan Carlos Pérez Jiménez y Matteo Cazzanelli.

 

Examen de grado – Diana Cecilia Lon Laguna.mp4

Examen de grado 1- Diana Cecilia Lon Laguna.mp4