el colegio de la frontera sur

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Mayra Romero obtiene grado de Maestra en Ciencias con tesis sobre la participación de las mujeres en la gestión del agua

Mayra Romero García, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Estudios de Sociedad y Cultura (Generación 2019 – 2020) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias con la tesis denominada “Mujeres y empoderamiento. Experiencias de participación en el programa de NuestrAgua Franquicia Social en Francisco Sarabia”, el pasado 11 de diciembre.

Dentro del contexto de la actual problemática ambiental del agua, se ha invisibilizado la participación de las mujeres en la gestión de este bien común. A lo largo del tiempo se ha limitado su contribución al uso del recurso para realizar sus actividades domésticas y de cuidados.

Así entonces, empoderar a las mujeres en torno a la gestión del agua por parte de organizaciones internacionales, gubernamentales y civiles, ayudaría a mejorar el acceso al insumo y garantizar el consumo de agua segura en comunidades rurales. Tal es caso del programa impulsado por Fundación Cántaro Azul con presencia en siete comunidades perteneciente a la región meseta comiteca tojolabal en el estado de Chiapas, denominado NuestrAgua Franquicia Social (NAFS).

A partir de una metodología cualitativa, se aplicaron 10 entrevistas semi estructuradas, cuatro fueron dirigidas a mujeres participantes del programa NAFS, dos a sus familiares y cuatro al personal operativo y directivo del programa. El objetivo del trabajo de investigación fue comprender las experiencias de las mujeres y sus familias durante la intervención del programa NAFS en Francisco Sarabia, identificando los logros y dificultades en torno al empoderamiento en términos de las dimensiones personal, de relaciones cercanas y colectiva propuesta por Jo Rowlands. Sin embargo, los principales hallazgos parten de la identificación de los valores asignados al agua, mismos que dan cuenta de otros factores relacionados con la gestión del agua que dificultaron el empoderamiento de las mujeres del grupo de NAFS en Francisco Sarabia.

El Consejo Tutelar estuvo conformado por la Dra. Angélica Aremy Evangelista García (directora de tesis), y como asesoras las doctoras Erin Ingrid Jane Estrada Lugo y Esperanza Tuñón Pablo. Fungieron como sinodales la Dra. Guadalupe del Carmen Álvarez Gordillo, M. en C. Juan Iván Martínez Ortega y M. en C. Fátima Edith Oseguera Arias.


Examen de grado_Mayra.mp4

Juramento de examen de grado_Mayra.mp4

 

El virus que pegó en la costa mexicana

Alejandro Espinoza Tenorio y Nemer E. Narchi

 

México es un país costero. Sus dos litorales suman más de 11,000 km de costas en los que se integran los modos de vida y economías de 150 municipios con frente de playa y otros 113 con diferentes grados de influencia costera.1 Hasta 2019 había más de 10 millones de personas viviendo en localidades costeras y alrededor de 100 000 se identificaban como pescadores.2

Predominan estereotipos románticos sobre las localidades costeras, como que la vida pasa despacio, que se está aislado de la urgencia de la modernidad, que habitar ahí es vivir en “abundancia”, que la comida es siempre sana y sin las tentaciones de la comida industrializada. Sin embargo, la realidad es otra. La pandemia nos obligó a reconocer las condiciones en que subsisten muchas de las personas que habitan en la costa y dependen de las pesquerías, así como a impulsar los esfuerzos encaminados a alcanzar pesquerías sostenibles. Revalorar la importancia de la actividad frente a futuras crisis, implica una reflexión en torno a la pesca en nuestro país.

Ilustración: Estelí Meza

La importancia de la pesca para el México del siglo XXI

Desde hace décadas, México está entre los veinte países con mayor producción pesquera, dando sustento directo a cerca de 250 000 personas. Si consideramos toda la cadena productiva, esta cifra asciende a dos millones de hombres y mujeres, quienes operan dentro de la flota de pequeña escala y producen más de la mitad de los productos del mar mexicano. En ese sentido, la pesca genera numerosos empleos en los países con costas, pero sobre todo es clave en regiones donde provee de ingresos, nutrientes y medicinas a las poblaciones costeras, las cuales apoyan a reducir la malnutrición en gran parte de la población de nuestro país. La pesca significa seguridad alimentaria. A pesar de esta importancia, desconocemos mucho sobre ese sector. Por ejemplo, ignoramos las dimensiones de la pesca que se dedica al autoconsumo; es decir, el valor tanto económico como nutricional de todo el pescado que va directamente a la mesa de las familias pesqueras. Por ello, si un pescador dejara de serlo, seguramente no podría percibir en su nuevo empleo los ingresos que se requieren para proveer de la cantidad y de la calidad del alimento que le proporcionaba la pesca.

El impacto de la pandemia sobre la pesca

La pandemia fue un golpe fuerte para la pesca, lo mismo que con todas las actividades productivas. A inicios de 2020 las actividades de la flota de pequeña escala se vieron afectadas por la contingencia sanitaria. En México, al ser un país preponderantemente católico, se vio severamente golpeado desde los primeros meses del confinamiento, sufriendo la reducción y posterior cese de sus actividades durante la cuaresma, que es la mejor época del año para pescadores y distribuidores de productos marinos. Se estima que el 90 % de los pescadores de algunas regiones de México llegaron a parar sus actividades3 y, en total, la industria pesquera disminuyó sus ventas en un 85 %.4 Este impacto fue significativo debido a diversos factores, incluyendo que los mercados disminuyeron o de plano cerraron, los precios de los pescados y mariscos se fueron a la baja, tuvieron problemas para distribuir y comercializar sus productos, y dejaron de pescar por los riesgos de salud que implica trabajar en espacios reducidos, como las pangas. Además, quedaron incomunicados en sus comunidades.

¿Cómo nos encontró la covid-19?

La pandemia complicó un escenario de por si complejo en el país, en donde la mayoría de los productos son sobreexplotados además del problema que supone la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada; situación que se complica debido a una sistemática falta de vigilancia. Otro tema relevante es el trabajo de la mujer, que es invisibilizado. Tan sólo en 2019, se estimó que al menos el 12 % del sector lo componían mujeres, quienes laboran principalmente en actividades de procesamiento (28 %)5 y que, pese a ser invisibilizadas y subrepresentadas en las pesquerías de todo el mundo, desempeñan papeles clave, tanto para la seguridad alimentaria como para la provisión de recursos económicos emergentes en sus hogares mediante la adopción de actividades económicas alternativas.6 En total hay poco más de 20 mil mujeres trabajando en la pesca y la acuacultura.  Otro proceso social poco reconocido es el relevo generacional, pues cada vez hay menos jóvenes pescadores en la actividad y los que hay, no necesariamente son los hijos de los pescadores.

Otra amenaza importante a la pesca es el incremento de las importaciones. El producto nacional está cediendo terreno ante una creciente importación de basa, tilapia y camarones. El precio de estos pescados importados es menor; sin embargo, el precio se fija por el peso,  pero resulta que sus empaques tienen hielo, hasta en un 30% según Oceana México, por lo que la competencia no es justa.

También hay que considerar las condiciones en las que viven los pescadores. Si bien, algunos habitan en pequeñas ciudades (donde incluso compiten por espacio con otras actividades, como el turismo), la mayoría vive en zonas rurales, con pocos servicios básicos. Algunos viven en pequeños asentamientos humanos ubicados en zonas ganadas a los humedales costeros y que se caracterizan por ser muy vulnerables ante los fenómenos meteorológicos, como los huracanes.7 En estas zonas los pescadores tienen que alternar sus actividades con otras como jornaleros, albañiles, agricultores y ganaderos.

Los ecosistemas donde se pesca están muy deteriorados, por los potenciales impactos del cambio climático, la reducción de la biodiversidad, las especies invasoras y la contaminación. Actualmente, la expresión más reciente de la contaminación son los plásticos. De acuerdo con Greenpeace México, se han detectado plásticos en varias de las especies sujetas a pesca.

La pesca en la “nueva normalidad”

En este momento, en que las economías del mundo están reactivándose para luego volver a cerrar en una suerte de rebrotes intermitentes, se prevé un sensible aumento global en los niveles de pobreza e inseguridad alimentaria.8 Se estima que el número de personas subalimentadas en el mundo a partir de la covid-19 aumentará entre 83 y 132 millones.

En países como México, con 60 millones (41.9 % de la población) de personas en situación de pobreza y un panorama que no apunta a una oferta masiva de empleos posterior a la pandemia, podemos esperar que la diáspora latinoamericana hacia la costa9 se acelere. No será la primera vez que surjan nuevas y desorganizadas poblaciones pesqueras a partir del colapso de otras actividades económicas.10 Esto representará una reconfiguración geográfica inesperada y un riesgo socioambiental potencial. Es muy probable que quienes lleguen en busca de comida lo hagan sin tener el conocimiento necesario para asegurar una práctica sustentable.

La pesca podría ser “el héroe” de la nueva normalidad, sobre todo si posicionamos a la pesca como el producto insignia de un nuevo mercado nacional. El término “Héroes de la alimentación” fue acuñado por la FAO el Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre de 2020) para reconocer a todos los productores de alimento que no han parado de trabajar para que no falte el alimento a la mayoría de la población. En ese sentido, hay que aplaudir la transición hacia la nueva normalidad en la costa, donde la solidaridad del gremio ha relucido. De acuerdo con Comunidad y Biodiversidad, A. C., en todas las costas del país se registraron créditos entre pescadores, repartición de ahorros, ajustes a los salarios de los socios, dotación de equipo y material de salubridad.

Para lograr que las y los pescadores se consoliden como héroes permanentes, hay que reactivar el sector primario por medio del diseño y diseminación de estrategias específicas. Es en este sentido, que las 190 000 personas relacionadas con la pesca recibieron de manera adelantada el programa Bienpesca (21 % de las beneficiarias son mujeres). Este útil apoyo se diluye ante las enormes necesidades de los pescadores, sobre todo frente a las recientes decisiones de retirar los subsidios de gasolina, mejoramiento pesquero e inspección y vigilancia.  Algunos actores sugieren seguros para futuros desastres, lo que pudiera ser especialmente útil para las pesquerías de exportación, que, como pasó con la langosta, fueron de las primeras impactadas por el cierre de los grandes mercados internacionales.

También hay espacio para promover la pesca como el trampolín hacia una alimentación sana. Ya se han concretado esfuerzos para que instituciones gubernamentales, como la Secretaría de la Defensa Nacional, compren directamente a los productores de pescado. La meta debería de ser más ambiciosa y alcanzar un mercado nacional. La reducción de comorbilidades que tanto nos han dolido, está siendo atacada de fondo mediante una estrategia de orientación nutricional que busca procurar una alimentación informada, saludable, sostenible y nutritiva. La campaña nutricional coordinada por la Profeco, “La transformación empieza, con lo que llevas a la mesa”, debería hacer de los pescados y mariscos mexicanos los productos insignia de la campaña. El uso de plataformas digitales, especialmente redes sociales para la venta y comercialización de los productos marinos dentro del mercado nacional es también parte de esta innovación.

A pesar de todo el sufrimiento que trae consigo esta crisis, podemos sacar algo positivo de ella. En la pesca y la acuicultura sostenibles están parte de la respuesta de la alimentación del mañana. ¡Comamos pescado!

 

Alejandro Espinoza Tenorio
El Colegio de la Frontera Sur.

Nemer E. Narchi
El Colegio de Michoacán.


1 INEGI. (2011).  XIII Censo General de Población y Vivienda 2010. México.

2 Cantú-Calderón, R., Domínguez, S., López-Sagástegui, C., López-Sagástegui, R. & Villa-Juárez, S. (2019). Los perfiles sociodemográficos del sector pesquero en México. dataMares. InteractiveResource.

3 Comunidad y Biodiversidad, A.C. (2020)Reporte Mensual, Noviembre 2020: Impactos ambientales a partir del COVID-19: perspectivas de las comunidades pesqueras.

4 Gómez, Carolina (2020). “Venta y exportación de pescado se derrumbaron por Covid-19: Canaipesca. Sociedad y Justicia”, La Jornada, miércoles 3 de julio.

5 INEGI. (2019). Censos Económicos 2019.

6 Lopez-Ercilla, Ines; Torre, Jorge; Solano, Neyra y Fernández-Rivera Melo, Francisco. (2020). Women in the small scale fishing sector in Mexico are key drivers ensuring food security and community wellbeing during the COVID-19 pandemic. 61. 16-18.

7 Espinoza-Tenorio, A.; Millán-Vásquez, N. I.; Vite-García, N. y Alcalá-Moya, G. (2019). People and Blue Carbon: Conservation and Settlements in the Mangrove Forests of Mexico. Human Ecology47(6), 877–892.

8 Laborde, D., Martin, W. y Vos, R. (2020). Poverty and food insecurity could grow dramatically as COVID-19 spreads. International Food Policy Research Institute (IFPRI), Washington, D. C.

9 Barragán, J. M., y de Andrés, M. (2016). “Expansión urbana en las áreas litorales de América Latina y Caribe”. Revista de Geografía Norte Grande, (64), 129-149.

10 Narchi, N. E., Domínguez, W. y Rodríguez Armenta, D. J. (2018). “El ocaso de la abundancia: pescadores y pesquerías en Bahía Magdalena en el siglo XXI”. Relaciones. Estudios de historia y sociedad, 39(153), 167-198.

 

TEXTO PUBLICADO EN:

https://medioambiente.nexos.com.mx/?p=1324

Villahermosa: una nueva crónica de inundación anunciada

Dora Elia Ramos

 

Villahermosa y Tabasco están inundados de nuevo. La ciudad está llena de costales, nadie quiere ver los ríos. Las noticias declaran “lluvias extraordinarias”, “nos inundaron” las presas, la “CFE es culpable” o el neoliberalismo lo es. En comparación con 2007, esta vez se extraña culpar a la “luna de octubre”. Lo cierto es que hoy, así como en 1999, 2007 o 2009, se tiene una nueva crónica de inundación. Acá se intenta explicar que las dos últimas de 2020, son iguales que las anteriores: inundaciones anunciadas.

Tabasco (en gris en el gráfico 1) está en la parte baja de la cuenca Grijalva-Usumacinta, la que, de acuerdo con CONAGUA, concentra dos terceras partes del agua renovable del país. Junto con parte de Chiapas, la cuenca incluye no solo territorio de México sino buena parte de Guatemala y hasta Belice. La cantidad de agua en los ríos y humedales de Tabasco resulta de sus propias lluvias, más los escurrimientos de las sierras chiapanecas y guatemaltecas cercanas al Pacífico y las del Petén de Guatemala y Belice.

Gráfico 1

Gráfico 1

Elaborado por Gerardo M. Williams Jara; reproducido con autorización.

La condición tabasqueña de tierras bajas requiere de una metáfora para entenderse: los ríos y los humedales son como pulmones; en las épocas de secas se vacían y en la época de lluvias se expanden. Esas dos temporadas marcan los tópicos y también los pulsos de agua, pero dimensionarlo no es fácil. Para lograrlo, el gráfico 2 (de Alex Horton) describe cómo sucede. Ahí, con datos de 55 años (1959-2014) sobre el caudal de una sección del río Usumacinta, se ilustra la cantidad de agua que lleva este río cada mes; la línea punteada azul es la media anual. Entonces, claramente se identifican abril o mayo como los meses secos. Pero al revisar la zona gris del gráfico notaremos otro asunto: hay años en los que lo valores máximos son muy altos y en otros no. Por ejemplo, un registro de octubre con una descarga de 9,000 m3/s se resalta en el gráfico con un círculo y, en ese mismo mes pero de otro año, apenas se tuvieron 1500 m3/s —marcado con un tríangulo—. Esos pulmones se expandieron muchísimo para aguantar los 9000 m3/s y ni necesitaron replegarse para una siguiente época de secas, cuando tuvieron 1500 m3/s.

Gráfico 2

Gráfico 2

Elaborado por Alex Horton con datos de Conagua. Reproducido con autorización.

Por ello es que los humedales y ríos no tienen el mismo pulso cada año: algunas veces, por ciertas razones, hay más lluvias y se expanden mucho. En este gráfico 2 también aparecen unas líneas de colores. Alex y otros colegas identificaron que entre más vegetación existe en la cuenca del Usumacinta los escurrimientos que llegan a una parte del río son diferentes, puesto que el agua se queda en las montañas. La línea en rojo muestra cómo se puede incrementar la media de escurrimiento si disminuimos la vegetación.

Es decir, ahora entramos en un asunto que va más allá del fenómeno natural de las lluvias y los escurrimientos. La vegetación que existe en esa cuenca es resultado de muchas decisiones personales y de gobierno. No se discutirán aquí ahora, pero es bueno subrayar que la cantidad y tipo de vegetación inciden en la cantidad de agua que llega a los ríos y humedales de Tabasco. Y entre más vegetación arbórea tengamos en toda la cuenca, los ríos y humedales tendrán menos agua.

Entonces, teniendo claro: 1) el funcionamiento —replegarse y extenderse— de los ríos y humedales y, 2) las grandes diferencias anuales de lluvias y escurrimientos; puede comprenderse por qué mucha de la zona urbana de Villahermosa queda a merced de las inundaciones. Así, cada año la ciudad puede enfrentar una nueva crónica de inundación anunciada.

Villahermosa es una ciudad que refleja el proceso de modernización del trópico mexicano: un lugar que debía convertirse en granero del mundo y en donde se materializó la gran extracción petrolera mexicana desde 1970. La ciudad pasó de ser un pueblo de personas dedicadas al comercio, al corte de madera, a la producción de plátanos, a la pesca y caza; donde la vida transcurría al lado y a través de ríos, riachuelos y lagunas; donde la arquitectura tradicional y el vestuario reflejaban los efectos incesantes de las inundaciones; para convertirse en una ciudad rodeada de carreteras, periféricos y calles, donde buena parte de sus humedales, lagunas y ríos fueron rellenados o reconducidos y controlados por presas. Se convirtió en una ciudad que brinda servicios citadinos a quienes trabajan en la extracción y transformación petrolera cercana, en el comercio y la ganadería.

Ilustración: Kathia Recio

Antes de este intenso proceso de modernización, Villahermosa estaba aislada de México, encerrada entre ríos, humedales y selvas. Para 2020, está más conectada que nunca por tierra; pero ahora se encuentra encerrada bajo una crisis de esta modernización: las inundaciones. Sí, una modernización impulsada por las ideas de control del trópico y el dinero del petróleo mexicano.

Y, ¿qué podemos tener más moderno que controlar los ríos por medio de las presas? Así se hicieron cinco sobre el río Grijalva y le dieron esa viabilidad como ciudad; le aseguraron un control de inundaciones para el crecimiento urbano en las décadas de 1960-1980… pero que hoy la inundan. ¿O qué más moderno que controlar el trópico por medio de la agricultura? Lo cual destrozó sus selvas y deforestó la cuenca, que hoy escurre más que nunca y apenas mantiene a una modesta agricultura, a una precaria ganadería y a incipientes plantaciones forestales. ¿Y qué decir de la moderna extracción de petróleo, que le dio dos grandes y tremendos impulsos a su economía, la llenó de migrantes y reconfiguró su trazo, pero hoy la contamina y la hace vivir al vaivén de sus precios?

El esfuerzo persistente con el que Tabasco y Villahermosa se enfrentan a las condiciones tropicales y orográficas hoy es un buen ejemplo de su propia derrota. Quienes vivimos en Tabasco, ¿somos culpables?, ¿estamos así por nuestros propios pecados? ¿O nos inundaron? Nos fuimos a vivir en esas tierras “ganadas” a los humedales a costa de rellenos y, hoy, ante las intensas lluvias, estos se expanden. ¿Nos faltan bombas para sacar el agua de ahí o son quienes controlan las presas los que nos inundan o el cambio climático es el culpable?

¿Hay futuro aquí? Dejar el futuro de Tabasco en manos de la ingeniería no fue ni será la solución. Tampoco lo es dar $10,000 a cada hogar damnificado. Pero, ¿hay una mejor respuesta? Pues sí, donde siempre estuvo: en el manejo ciudadano de las aguas en las que vivimos, en el conocimiento y monitoreo del sistema hídrico del que formamos parte. En realizar acciones vistas de manera integral, en comprender el trópico.

Casa damnificada censada.
Fotografía: Jari Gunnar, reproducida con autorización

En Villahermosa no estamos condenados a inundarnos, mas sí debemos revisar cómo y dónde construimos nuestras casas y negocios, dónde plantamos o cortamos árboles, qué carretera o camino hacemos. Es urgente repensar los ríos como lo que son: caminos que se mueven. El agua está aquí, se repliega y expande, no la podemos borrar. Las causas y consecuencias de las inundaciones se viven de manera diferenciada. Aun cuando los ricos y pobres se inundan, unos y otros aprenderán de la experiencia, pero es necesario hacerlo rápidamente y distribuir socialmente esos éxitos y fracasos.

En resumen, vivir en Tabasco y en Villahermosa requiere de comprender al trópico, de convivir con el agua, de levantarnos y reconstruir de una manera más inteligente. Requiere no perder de vista que tenemos agua y esa es una virtud. Vaya, un reto para el siglo XXI.

 

Dora Elia Ramos
El Colegio de la Frontera Sur.

Gracias al Centro Documental de Estudios sobre el Agua, Villahermosa, Tabasco.

 

Referencias

Horton A, Nygren A, Diaz-Perera M and Kummu M. (2020) Flood severity along the Usumacinta River, Mexico: identifying the anthropogenic signature of tropical forest conversion. Earth and Space Science Open Archive, 32 [preprint]

Ramos Reyes, R., y Palomeque de la Cruz, M. Ángel. (2019). La gran inundación del 2007 en Villahermosa, Tabasco, México: antecedentes y avances en materia de control. Anales De Geografía De La Universidad Complutense39(2), 387-413. https://doi.org/10.5209/aguc.66944

Conferencia de Miguel Angel Díaz Perera, aquí.

Río Usumacinta.

 

 

TEXTO PUBLICADO EN

Florentina Pérez se gradúa como Maestra en Ciencias con tesis sobre conectividad eoclógica en los humedales costeros de Tabasco

Florentina Pérez Arias, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Manejo y Conservación de Recursos Naturales, (Generación 2019 – 2020) de la Unidad Villahermosa, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias con la tesis denominada “Índice de conectividad ecológica estructural en los humedales costeros de Tabasco, México”, el pasado 14 de diciembre.

Los humedales costeros son uno de los ecosistemas más frágiles e importantes a nivel mundial, actualmente se ven amenazados por el cambio de uso de suelo, las actividades antropogénicas, la subsidencia y el incipiente incremento del nivel del mar a causa del cambio climático.

En Tabasco, el 27.7 % del territorio corresponde a humedales, de los cuales 15.6 % del total son humedales costeros, es un estado altamente impactado por la actividad petrolera y diversos programas de modernización. El nivel de incertidumbre sobre la condición de los humedales ante los efectos que conllevará el cambio climático es alto.

Con el fin de contribuir al conocimento de la conectividad en humedales, la presente investigación evaluó el grado de conectividad ecológica estructural en los humedales costeros del estado de Tabasco, mediante el uso de sistemas de información geográfica, con el objetivo de realizar un diagnóstico y generar recomendaciones para incrementar o mantener la conectividad de dichos ecosistemas.

La metodología consistió en el procesamiento de imágenes satelitales Sentinel 2 a través de los programas QGIS, ArcGIS y TerrSet, en un período de lluvias y secas del año 2017. Con lo anterior se generaron mapas base sobre los cuales se calcularon métricas del paisaje mediante el programa Fragstats. Como resultado, se generó un diagnóstico del nivel de conectividad ecológica en que se encuentran los humedales costeros durante lluvias y secas. Los resultados mostraron índices de conectividad bajos pese a distancias euclidianas bajas y proximidades altas pero con tamaños de borde elevados, asimismo, se observa fragmentación aparente en tiempos de lluvias con un número y tamaños de parches mayores a la temporada de secas.

Con base a los resultados obtenidos se proponen recomendaciones en cuanto a estrategias de desarrollo y conservación.

El Consejo Tutelar conformado por el Dr. Rodimiro Ramos Reyes (director de tesis), Dra. Lilia María Gama Campillo (codirectora) y Dr. Everardo Barba Macías (asesor). Fungieron como sinodales la Dra. Mariana Elvira Callejas Jiménez, M. en C. Holger Weissenberger, M en C. Armando Hernández de la Cruz y el Dr. Miguel Ángel Castillo Santiago.

Enlace al veredicto del examen

https://ecosur365p-my.sharepoint.com/:v:/g/personal/coordinacionposgrado_ecosur_mx/EWFNM2MaVcNMuWGa8pH7LUsB64Vvli7Z8AdPkMiOB9uqjw?e=bWT806

Nathan Einbinder obtiene grado de Doctor en Ciencias con tesis sobre agroecología en la periferia: un caso de Baja Verapaz, Guatemala

Nathan Einbinder Looney, estudiante del doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable con orientación en Agroecología y Sociedad (Generación 2016 – 2019) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Doctor en Ciencias con la tesis denominada Agroecología en la periferia: un caso de Baja Verapaz, Guatemala.

En las últimas dos décadas la agroecología ha sido reconocida como una alternativa viable al destructivo modelo agro-industrial. Basada en una mezcla de saberes locales y científicos, la agroecología apunta a principios más que a recetas; procura la transformación del sistema alimentario hacia un aumento de la diversidad, el rediseño de los agroecosistemas, sobre la base de los recursos locales y la naturaleza, y fomenta los movimientos sociales en torno a la producción familiar.

Pese a que abundan las evidencias que confirman sus beneficios y tiene el respaldo de una amplia gama de organizaciones en todo el mundo, la agroecología aún no se practica en amplios territorios. Las barreras que han sido identificadas, generalmente, tienen que ver con la falta de organización, a políticas adversas; así como afirmaciones equivocadas con respecto a su eficiencia, falta de acceso a los recursos por los campesinos y la pobreza extrema, entre otras. No obstante, hay mucha información que todavía no conocemos sobre el por qué hay territorios donde la agroecología florece y otros donde no.

Esta investigación pretende contribuir a entender mejor cómo la agroecología florece en algunos territorios a pesar de que todas las circunstancias parecen ir en contra. Este es el caso del territorio Maya-Achí, Guatemala, una región que pese a la marginación y represión histórica, la falta de tierras y con una política hostil, alberga un movimiento agroecológico importante. A partir de métodos etnográficos se muestran diversas motivaciones de las familias campesinas para el cultivo agroecológico y se documenta el papel de decenas de organizaciones

gubernamentales y de la sociedad civil que desde hace algunos años promueven la agroecología.

Las conclusiones sugieren que la fuerte relación entre la agroecología y la cultura ancestral Achí es una de las principales motivaciones para practicar la agroecología. Muchas de las prácticas agrícolas ancestrales se enfocan en mantener la agrobiodiversidad y un suelo vivo y sano, lo que les permite mantener una vida digna, el Utziil k’asleem, para caminar el territorio en armonía y fortalecer los lazos con sus vecinos.

Es de celebrar que la mayoría de las organizaciones que trabajan en la zona han dejado atrás la agricultura basada en agroquímicos y promueven prácticas agroecológicas. Lamentablemente, la mayoría de estas siguen ignorando las prácticas y conocimientos locales, y promueven recetas de otros lugares. Las familias campesinas Maya-Achí son grandes experimentadoras y les gusta probar nuevas prácticas ante el cambio climático y sus nuevos estilos de vida, pero también se cansan de probar técnicas que requieren mucho trabajo o inversión económica que luego descubren no están adaptadas a sus suelos, clima y modos de vida, y que podrían provocar una erosión cultural en el territorio.

Es sorprendente que a cuarenta años del trabajo de Efraín Hernández X. en México, reclamando partir de los saberes campesinos, y de las primeras publicaciones sobre la agroecología a escala internacional, se deba seguir insistiendo que para una masificación agroecológica exitosa no debemos olvidar que la agroecología se basa en principios, no en recetas, y que es fundamental el diálogo de saberes considerando primero los saberes y condiciones locales. Urge pues tomar acciones en la formación de técnicos, cuadros de organizaciones agrícolas y promotores agroecológicos para que la agroecología florezca en nuetros territorios.

El Consejo Tutelar estuvo conformado por la Dra. Helda Eleonora de Guadalupe Morales (directora de tesis), Dr. Bruce Gordon Ferguson (asesor), Dr. Ronald Byron Nigh Nielsen (asesor), Dra. Elda Miriam Aldasoro Maya (asesora) y el Dr. Mateo Mier y Terán Giménez Cacho (asesor). Los sinodales fueron el Dr. Omar Felipe Giraldo Palacio, Dra. Birgit Inge Schmook y Dr. Matthew J. Taylor.

Enlace al examen

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Veredicto del jurado

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Amayrani Meza se gradúa como Doctora en Ciencias con tesis sobre la construcción social del paisaje forestal de La Sepultura, Chiapas

Amayrani Meza Jiménez, estudiante de Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable con orientación en Agroecología y Sociedad (Generación 2017 – 2020) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Doctora en Ciencias con la tesis denominada Construcción social del paisaje forestal de La Sepultura, Chiapas: el papel de la agencia de los actores locales desde una perspectiva de interfaz.

 

En este estudio se analizó el efecto que el Régimen Socioambiental (RSA), predominante en un área natural protegida (ANP), ha tenido sobre la configuración de los modos de vida (MV) de los grupos domésticos rurales (GDR) y sobre la construcción de los paisajes forestales de dos ejidos de la Cuenca Alta del Río el Tablón (CART), ubicada en la Reserva de la biosfera La Sepultura, Chiapas.

A partir del enfoque de los Sistemas Territoriales Campesinos (SITCA) se desarrolló un proceso de investigación-acción-participativa que incluyó varias etapas de trabajo: la construcción de la línea base y el diagnóstico del SITCA, la evaluación de los MV campesinos, el análisis de la gobernanza al interior del ANP, y la búsqueda de alternativas. Se diseñó y se desarrolló una metodología cualitativa que, desde el paradigma constructivista, generó procesos de diálogo y de reflexión con los actores locales.

La metodología incluyó recorridos en el territorio para caracterizar unidades de paisaje, entrevistas participativas con actores clave en el manejo del territorio, talleres participativos sobre MV, juegos de roles, un intercambio de experiencias entre productores, talleres participativos para la búsqueda de alternativas, y la construcción colectiva de camas de cultivo como ejercicio de organización local.

El estudio ofrece una evaluación crítica del SITCA desde una perspectiva transdisciplinaria. Los resultados sugieren que el SITCA de la CART tiene restricciones en sus cuatro componentes y no ha alcanzado la capacidad de reproducirse socialmente. Los GDR no alcanzan a reproducirse económicamente,

carecen de capitales necesarios e indican que han perdido capacidad de acción, individual y colectiva para transformar su situación. Un cambio en el régimen territorial de la CART es posible y podría lograrse mediante una gobernanza adaptativa centrada en los GDR, que articule de manera integral a todos los elementos del SITCA: los paisajes, los GDR, los grupos socioacadémicos y el grupo gubernamental-empresarial.

El Consejo Tutelar conformado por el Dr. Manuel Roberto Parra Vázquez (director de tesis), Dra. Erin Ingrid Jane Estrada Lugo (asesora), Dr. Gerard Verschoor (asesor), Dr. Luis Enrique García Barrios. Los sinodales fueron los doctores Timothy Roderick Hamilton Trench, Conrado Márquez Rosano y Obeimar Balente Herrera Hernández.

Enlace al examen

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Veredicto del jurado

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ECOSUR y Fondo para la Paz firman un convenio de colaboración

ECOSUR y Fondo para la Paz firmaron un convenio de colaboración este 14 de diciembre en el marco del Día Internacional de las Montañas

Dicho convenio tiene como busca apoyar y promover la organización de actividades conjuntas de investigación ligadas a los programas de posgrado; promover la organización de cursos, talleres y seminarios; intercambiar material bibliográfico y audiovisual; desarrollar proyectos conjuntos; y brindar asesoría y apoyo técnico para la identificación y solución de problemas sociales con el objetivo de conservación de la biodiversidad y los recursos naturales.

El convenio fue signado por la doctora María del Carmen Pozo de la Tijera, directora general de ECOSUR y la M.C. Magali Jauregui Montalvo, directora de desarrollo comunitario de Fondo para la Paz; acompañaron este acto Benigno Gómez, Manuel Parra y Lorena Soto, académicos de ECOSUR; así como Liliana Zaragoza, Alejandro García y Stephany Pérez, de Fondo para Paz.

La Dra. María del Carmen Pozo de la Tijera, directora general de ECOSUR, señaló que tanto ECOSUR como Fondo para la Paz tienen interés en contribuir en la erradicación de la pobreza extrema en México.

Por su parte, Magali Jauregui, explicó que la firma de este convenio tendrá una incidencia en el ámbito de operación a nivel nacional de Fondo para la Paz en sus tres ejes: compartir conocimientos y saberes, mejorar condiciones de vida y el fortalecer la organización comunitaria.

Posterior a la firma del convenio, Benigno Gómez, Manuel Parra y Lorena Soto, impartieron las exposiciones “Importancia Ecológica de las montañas”, “Modos de vida en las zonas de montaña” y “El café y las acciones transdiciplinarias en zonas de montaña”, respectivamente. Mientras que Liliana Zaragoza, Alejandro García y Stephany Pérez, expusieron el tema “PDCS en zonas de montaña FPP”. Así, ambas instituciones celebraron el Día Internacional de las Montañas.

Misraim Rodríguez se graduó como Maestro en Ciencias con tesis sobre atracción de escarabajos del estiércol a volátiles liberados por el milpiés

Misraim Edivaldo Rodríguez López, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Entomología Tropical (Generación 2018 – 2019), en la Unidad San Cristóbal obtuvo el grado de Maestro en Ciencias, con la tesis denominada “Atracción de Canthon vazquezae (Coleoptera: Scarabaeinae) a compuestos volátiles liberados por Messicobolus magnificus (Diplopoda:Spirobolida), Chiapas México”, el pasado 11 de diciembre de 2020.

La atracción de los escarabajos del estiércol es mediada por los compuestos liberados de los recursos que usan como alimento (estiércol, hongos, frutas en descomposición y cadáveres). Generalmente dicha atracción se produce a distancia ya que estos organismos son capaces de volar alrededor de 1000 m diarios en su búsqueda.

A pesar de que su dieta es diversa, existen ciertas especies de escarabajos que utilizan a los milpiés como recurso alimenticio. El objetivo del presente estudio fue identificar los volátiles liberados por el milpiés Messicobolus magnificus (Causey, 1954) que atraen al escarabajo Canthon vazquezae (Martínez, Halffter y Halffter, 1964) en el Parque Nacional Cañón del Sumidero, Chiapas, México.

Los volátiles liberados por M. magnificus en estado estresado, herido y muerto se analizaron por cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas (CG-MS). Se identificaron seis compuestos correspondientes a 2-methil-p-benzoquinona, trimetil-p-benzoquinona, 1,2,4-trimetoxibenzeno, 2-metil hydroquinona, 2,5-dimetoxitiofenol y 3,4-dimetoxifenol. Los compuestos 2-metil-p-benzoquinona (42.96%) y trimetil-p-benzoquinona (55.21%) resultaron ser los más abundantes y están presentes en los tres estados físicos evaluados, aludiendo a que son los compuestos que actúan como atrayentes para C. vazquezae.

El Consejo Tutelar estuvo conformado por el M. C Benigno Gómez y Gómez (director de tesis), y como asesores los doctores Edi Alvaro Malo Rivera y Julián Bueno Villegas. Fungieron como sinodales los doctores Leopoldo Caridad Cruz López, Jaime Gómez Ruiz y la doctora Rebeca González Gómez.

 

Examen de grado – Misraim Edivaldo Rodríguez López.mp4

Juramento.mp4