el colegio de la frontera sur

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ECOSUR celebra su 28 aniversario

Una mirada histórica

El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) nació con la finalidad de desarrollar capacidades científicas en uno de los contextos más difíciles del país, marcado de manera especial por la pobreza y el rezago en las condiciones de vida de los habitantes de la región, además de su diversidad étnica y cultural, la gran cantidad de recursos biológicos y energéticos existentes y la cercanía con Centroamérica, hacen de la frontera sur una zona que ofrece grandes retos en materia de estudio e intervención.  El quehacer de ECOSUR enfatiza en el bienestar de las poblaciones, la conservación de los sistemas culturales, recursos naturales y riqueza biológica.

Antecedentes

La historia de nuestra institución se remonta a 1994, cuando en Chiapas el Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste (CIES, fundado en 1974 ) se transforma en ECOSUR bajo la dirección del doctor Pablo Farías. Este cambio obedeció a la necesidad de ampliar el ámbito regional y temático de la institución, con lo que se fortalecieron sus recursos académicos. Con la incorporación en 1995 del Centro de Investigaciones de Quintana Roo (CIQRO, fundado en 1979), ECOSUR expande su campo de acción y conforma las bases para un programa de desarrollo en la región.

El programa de trabajo de ECOSUR se basa en el objetivo planteado en el decreto que le dio origen (publicado en el Diario Oficial de la Federación el 19 de octubre de 1994) y en las experiencias y capacidades de sus grupos académicos. Los retos particulares del programa son esencialmente utilizar el potencial de la investigación para crear nuevas alternativas de desarrollo y generar las bases de conocimientos, tecnologías y capacidades para su aprovechamiento en el entorno regional de la frontera sur.

ECOSUR inició con tres unidades: Chetumal, San Cristóbal y Tapachula. En 1995 se constituyó la Unidad Villahermosa y en 1996 la Unidad Campeche. Así se erigió una importante institución de investigación científica que ahora cuenta con cinco sedes —Campeche, Chetumal, San Cristóbal de Las Casas, Tapachula y Villahermosa— y cobertura en la región maya de México conformada por los cuatro estados que integran la frontera sur del país. En 2017 se inauguró la Oficina de Enlace de ECOSUR en el Parque Científico y Tecnológico de Yucatán, con lo que se completa la presencia de nuestra institución en la península de Yucatán.

En el contexto de la publicación de la Ley de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica, en el año 2000, se otorgó a ECOSUR el reconocimiento como Centro Público de Investigación por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Este esfuerzo de consolidación permitió la posibilidad de establecer un Convenio de Desempeño y que se contara con un Plan Estratégico a corto, mediano y largo plazo.

El posgrado inicia ofreciendo la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural desde 1994, orientada a la investigación; la Maestría en Ecología Internacional creada en 2009, en colaboración con la Universidad de Sherbrooke, Canadá; y la Maestría en Agroecología, instituida en 2021, ambos programas con orientación profesional. Así como, un Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable desde 1998. Todos los programas están acreditados por el CONACYT.

Desde el primer año de operación de ECOSUR se invirtieron recursos diversos en la conformación de las bibliotecas, laboratorios, colecciones biológicas, oficinas y demás apoyos que brindaran soporte a las investigaciones.

Año con año, el esfuerzo ha ido en aumento para consolidar las bases de investigación, formación de recursos humanos, y vinculación, con el fin de crear nuevas alternativas de desarrollo para los pobladores de los estados de la frontera sur.

Personas que han dirigido a ECOSUR

NOMBRE PERIODO DE GESTIÓN
Dr. Pablo Farías Campero 1994 – 1998
Dr. Pablo Liedo Fernández 1998 – 2003
Dr. Pablo Liedo Fernández 2003 – 2008
Dra. Esperanza Tuñón Pablos 2008 – 2013
Dr. Mario González Espinosa 2013 – 2018
Dra. Carmen Pozo de la Tijera 2019 – Actualmente

Proyecto sobre microbioma del proceso mezcalero obtiene beca de MGI México

El proyectoÓmicas para desenmarañar el mezcal. Un trago con un destilado complejo” que lidera Yuri Peña Ramírez, investigador del Departamento Ciencias de la Sustentabilidad en la Unidad Campeche de ECOSUR, resultó ser uno de los ganadores de financiamiento de MGI México

El proyecto es parte de la tesis doctoral Microbioma del proceso mezcalero. Origen, diversidad, cambios y contribución, de la M en C Patricia Alejandra Becerra Lucio, generación 2021-2024 de la orientación de Biotecnología Integrativa.  Esta tesis se enfoca en mapear detalladamente la microbiota involucrada en el proceso de fermentación de mezcal artesanal, incluyendo muestras de endófitos, suelo, insectos, herramientas y, por supuesto, mostos en distinto estado de fermentación y a distintas profundidades de los tanques, todo esto en cuatro palenques o vinatas de Oaxaca y Michoacán.

La herramienta metagenómica que se empleará implica la secuenciación masiva del ADN de la microbiota, con una profundidad equivalente a secuenciar 600 veces el genoma humano (aproximadamente 750,000,000,000 pares de bases de ADN). Este análisis, brindará información con un detalle sin precedentes sobre la diversidad microbiana incluyendo bacterias, levaduras, hongos filamentosos, protozoarios y virus. Además permitirá explorar los mecanismos bioquímicos, metabólicos, genómicos y ecológicos que están involucrados en la producción de mezcal y su relación con las propiedades sensoriales de la bebida. Está información podrá ser empleada como insumo para la protección del patrimonio biológico y reparto justo de beneficios.

La beca de MGI México es una alianza con Química Valaner SA de CV, empresa que ha instalado en México los primeros secuenciadores masivos con tecnología de nanoesferas de ADN, que brinda mayor precisión y longitud de lecturas en comparación del sistema Illumina. El proyecto de ECOSUR fue uno de los seleccionados como proyectos inaugurales de esta infraestructura.

Más información Yuri Peña Ramírez (ypena@ecosur.mx)

 

Celebran el Segundo Congreso Mexicano de Agroecología

Del 6 al 9 de septiembre de este año, la Sociedad Mexicana de Agroecología (SOMEXA), la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR)  y múltiples organizaciones sociales, participan en el Segundo Congreso Mexicano de Agroecología, que lleva el lema “Construyendo territorios, saberes y políticas públicas para el buen vivir”. Este gran evento que reúne a cientos de productores, científicos y estudiantes de la Agroeocología, se está realizando en el campus de Texcoco de  la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).

En el evento inaugural, realizado este 6 de septiembre, el presídium estuvo integrado por Alejandro Hernández, presidente de SOMEXA; Virginia González, directora de Agroecología (UACh), José Solís Ramírez, rector de la UACH y María Lorena Soto Pinto, vicepresidenta de la SOMEXA e investigadora titular del grupo académico de Agroecología de ECOSUR.

La investigadora de ECOSUR dio un mensaje de bienvenida a las personas participantes en este Segundo Congreso Mexicano de Agroecología. Agradeció al comité local y comentó sobre los avances de las agroecologías como ciencia, técnica y movimiento, así como de los desafíos para seguir construyendo una vida mejor para todas las personas en el campo como en la ciudad.

José Solís Ramírez recalcó que la nueva revolución agroecológica promueve la producción de alimentos  sin agroquímicos con el propósito de garantizar  una alimentación sana y que Chapingo y el CONACYT trabajan juntos para eliminar el uso de agroquímicos en la agricultura de nuestro país.

“México es la tierra de grandes pensadores y creadores de agroecología, es el punto norte de resistencia. ¡Gracias México! por contribuir al futuro saludable para Latinoamérica”, resaltó la doctora Georgina Catacora Vargas, presidenta de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología.

Helda Morales, de la Alianza de Mujeres en Agroecología  e investigadora de ECOSUR, mencionó que gracias a la agroecología incluyente se ha permitido el aprendizaje de saberes compartidos por grupos minoritarios. Leticia López Zepeda, representante del Movimiento Agroecológico Mexicano, advirtió que no solo es necesario transformar el modelo de alimentación sana, sino que se requiere la protección ante iniciativas de reforma a la Ley de Variedades Vegetales, a fin de salvaguardar la biodiversidad genética mediante el compromiso social, académico y gubernamental.

La primera conferencia magistral “Agrobiodiversidad de milpas y maizales en México”,  fue impartida por Rafael Ortega Paczka, profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo.

Durante cuatro días, se impartirán 4 conferencias magistrales, 26 simposios, 7 talleres, 113 ponencias orales y 20 carteles, distribuidos en 12 mesas de trabajo.

Foto: Chapingo

Las misteriosas vidas de tiburones y rayas son reveladas en nuevo estudio

 

 Investigador marcando un tiburón ballena. Crédito de foto: Uli Kunz

Los científicos conservacionistas han descifrado los misterios de cómo las especies de tiburones y rayas se mueven hacia arriba y hacia abajo en la columna de agua del océano, en un esfuerzo por comprenderlos mejor y asegurar su futuro.

Ramón Bonfil, investigador de la Unidad Chetumal de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), participó en un nuevo estudio que mapea los movimientos verticales de tiburones y rayas, que dirigieron la organización benéfica de conservación ZSL (Sociedad Zoológica de Londres) y la Estación Marina Hopkins de la Universidad de Stanford en un intento por proteger a las especies amenazadas.

Este estudio que es el primer análisis global de cómo la comunidad de elasmobranquios (tiburones y rayas) utiliza la dimensión vertical del océano fue publicado este viernes 19 de agosto en la revista Science Advances.

Usando datos de 989 marcas de bio-telemetría, marcas que permiten mediciones remotas de la actividad del comportamiento, el equipo global de 171 investigadores de 135 instituciones entre las cuales se encuentra ECOSUR, analizó 38 especies de elasmobranquios desde el Pacífico Norte hasta el Océano Índico y desde el Ártico hasta el Caribe.

Se encontraron trece especies que se sumergen a profundidades superiores a un kilómetro bajo la superficie. Se descubrió que los tiburones ballena (Rhincodon typus) se sumergían a la asombrosa profundidad de 1896 metros, mientras que los tiburones blancos (Carcharodon carcharias) a más de 1200 metros, lo que proporciona información nueva e importante sobre el comportamiento de estos gigantes oceánicos.

Los datos también revelaron cómo algunas especies varían su profundidad en diferentes partes del mundo y cómo esto cambia entre los períodos nocturno y diurno a medida que los depredadores se mueven hacia arriba y hacia abajo en el agua para cazar a sus presas y, en algunos casos, para evitar ser cazados ellos mismos.

Aunque las razones por las que las especies generalmente conocidas por frecuentar aguas poco profundas se registraron sumergiéndose en aguas profundas y oscuras no están confirmadas, el estudio sugiere que es probable que sea una combinación de búsqueda de fuentes de alimento, regulación de la temperatura corporal, reproducción, y para evitar a los depredadores.

El equipo descubrió que, aunque muchas especies pueden y realizarán inmersiones profundas, 26 de 38 especies, incluido el tiburón oceánico de puntas blancas (Carcharhinus longimanus), el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), el tiburón martillo común (Sphyrna lewini) y el tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis) pasaron más del 95% de su tiempo en los 250 metros superiores de la columna de agua, profundidades donde es más probable que interactúen con artes de pesca.

El Dr. David Curnick, investigador del Instituto de Zoología ZSL y coautor principal del artículo, señala que “La forma en que los grandes animales marinos usan el espacio horizontal en nuestro océano ha sido bien estudiada. Sin embargo, hasta ahora, los estudios comparativos en los planos verticales han sido limitados, a pesar de que el océano tiene una profundidad promedio de 3,5 kilómetros y los elasmobranquios ocupan todos los niveles dentro de este entorno dinámico”.

“Investigar cómo los elasmobranquios usan las dimensiones verticales de su hábitat es clave para comprender la forma en que viven, pero también cómo los estresantes antropogénicos los están afectando. Esto nos ayuda a encontrar formas de protegerlos mejor a través de estrategias de monitoreo más informadas, por ejemplo. Al observar una amplia gama de especies de elasmobranquios en este estudio, demostramos cómo se enfrentan a riesgos superpuestos, como la pesca dirigida y quedar atrapados en las redes dirigidas a otras especies, también conocido como “captura incidental”.

Más de un tercio de todos los tiburones y rayas están en peligro de extinción, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. Tener un mapa tridimensional de cómo los elasmobranquios usan el océano es vital para comprender los roles que desempeñan en ecosistemas más amplios y para determinar su exposición individual a las amenazas.

La becaria de investigación postdoctoral de Stanford y coautora principal del artículo, la Dra. Samantha Andrzejaczek, explica “Este conjunto de datos masivo proporciona nuevos conocimientos sobre los patrones de movimiento vertical de tiburones y rayas a escala global por primera vez. Este es un paso importante tanto para comprender que tiburones y rayas tienen más probabilidades de enfrentar amenazas, como para considerar cómo los cambios en la temperatura y los niveles de oxígeno pueden influir en sus distribuciones verticales”.

A medida que el mundo se calienta debido al cambio climático se predice que la estructura del océano también cambiará. Con muchas áreas sufriendo agotamiento de oxígeno y cambios en la química del océano muchas especies ya han sido empujadas a territorios y hábitats desconocidos. Sin embargo, una mejor comprensión de su ecología fundamental puede informar predicciones sobre cómo la disponibilidad reducida de oxígeno a ciertas profundidades podría limitar los movimientos verticales de tiburones y rayas y ayudar a predecir las implicaciones más amplias del cambio climático.

El Dr. Ramón Bonfil, catedrático del CONACyT adscrito a ECOSUR y co-autor del estudio, mencionó que “este tipo de estudios de meta-datos son un ejemplo de la enorme importancia de la colaboración interinstitucional y entre investigadores que trabajan temas similares de investigación; sin compartir y contrastar los resultados de cada uno de nuestros estudios nunca tendríamos la poderosa visión global y comparativa que hemos logrado en este estudio. El acecho de las actividades humanas a la fauna marina se hace cada vez más patente y nos proporciona evidencia con la cual redirigir nuestros esfuerzos para lograr una co-existencia sustentable con la naturaleza”.

A medida que ingresamos en una temporada histórica para nuestro planeta con conferencias internacionales como la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP27 de la CMNUCC y la COP15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica que ponen de relieve los grandes problemas que afectan a la biodiversidad, ZSL hace un llamado a los líderes mundiales para que pongan la naturaleza en el centro de todas las decisiones globales. Se puede apoyar el trabajo científico y de conservación global de ZSL y obtener más información en www.zsl.org/natureatheart.

Los investigadores e investigadoras de este consorcio global esperan que esta nueva información ayude a mejorar los planes de gestión de conservación que anteriormente se veían obstaculizados por la falta de datos para ciertas especies.

El artículo completo (en inglés) está diponible en: Science | AAAS

Para mayor información:

Ramón Bonfil Sanders, co-autor del estudio e investigador de ECOSUR, ramon.bonfil@ecosur.mx

 

Investigadores de ECOSUR contribuyen en la mayor base de datos de peces de agua dulce en el Neotrópico

Juan Jacobo Schmitter Soto, Martha Valdez Moreno y Everardo Barba Macías, investigadores de ECOSUR participan en el estudio Peces neotropicales de agua dulce: Un conjunto de datos de ocurrencia y abundancia de peces de agua dulce en el Neotrópico, publicado en la revista Ecology, de la Sociedad Ecológica de América (ESA).

La región Neotropical —que comprende México y el Caribe en el norte, hasta los límites del sur en Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay— alberga a 4,225 especies de peces de agua dulce, lo que la sitúa como la región más diversa de peces de agua dulce del mundo.  Con información generada por 176 autores de 14 países, este estudio presenta el primer inventario de peces de agua dulce neotropicales, en el que se compilaron 185,787 registros de distribución para 4,225 especies.

Los doctores Juan Jacobo Schmitter y Martha Elena Valdéz están adscritos al grupo académico Sistemática, Ecología y Manejo de Recursos Acuáticos (SEMRA) del Departamento de Sistemática y Ecología Acuática, y el doctor Everardo Barba Macías, en el grupo académico de Manejo Sustentable de Cuencas y Zonas Costeras (CYZCO), del Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad de ECOSUR.

Los 176 autores del estudio pertenecen a instituciones académicas, universidades y centros de investigación, así como a diversos laboratorios de Brasil, México, Costa Rica, Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador, Reino Unido, Francia, EU, Noruega, Venezuela, República Checa y Canadá.

Esta publicación se puede consultar en:

Tonella, Lívia Helena, Renata Ruaro, Vanessa Salete Daga, Diego Azevedo Zoccal Garcia, Oscar Barroso Vitorino Júnior, Tatiana Lobato-de Magalhaes, Roberto Esser dos Reis, et al. 2022. “NEOTROPICAL FRESHWATER FISHES: A Dataset of Occurrence and Abundance of Freshwater Fishes in the Neotropics.” Ecologye3713. https://doi.org/10.1002/ecy.3713

Mas información:

Juan Jacobo Schmitter Soto jschmitt@ecosur.mx

Martha Elena Valdez Moreno mvaldez@ecosur.mx

Everardo Barba Macías ebarba@ecosur.mx

Uno de cada tres indígenas tiene como idioma materno al español

Por Fernando Limón Aguirre, investigador del Departamento Sociedad y Cultura

Otro 21 de febrero. Otro “día mundial de las lenguas maternas”. ¿Otro día para recordar cómo se les está maltratando a las lenguas que no son las encumbradas por parte de los Estados-nacionales, identificados con una sola sociedad y un solo idioma?

Este texto quisiera llegar a quienes laboran dentro de las instancias de gobierno, sobre todo de la Secretaría de Educación Pública. ¡Sepan que es en su cancha donde recae la principal responsabilidad de lo que está ocurriendo: el asesinato de las lenguas indígenas! Ya lo expresó con claridad Yásnaya Aguilar, escritora ayuujk/mixe ante los Diputados, cuando la ONU proclamaba al 2019 como Año Internacional de las Lenguas Indígenas. Así que no hay más que de dos: o hacen algo diferente a lo que vienen haciendo o seguirán perpetrando tan atroz despropósito: el lingüicidio etnocida, la muerte de las culturas originarias, de las raíces culturales de todo México.

Ya que al parecer no hay poder humano que los frene, le toca a la sociedad, a los pueblos afectados y al gobierno en turno en cada una de sus carteras y acciones, esmerarse por lograr que tal asesinato no continúe. Nos corresponde quitarnos las manos de encima de quienes nos están ahorcando, exigirles respeto y hacer lo que podamos. Sin ingenuidad, la inercia de la SEP es continuar y seguir usando recursos del erario para eso. Pero, si su voluntad, como parte de una auto-elogiada 4T, es sincera, lo tiene que demostrar con acciones determinadas y contundentes.

El Censo poblacional de 2020 reporta 7 millones 364 mil 645 personas hablantes de alguna de las 68 lenguas originarias nacionales. Todas ellas son integrantes de la población indígena de nuestro país, cuyo total asciende a 11,800,247 personas. ¿Qué quiere decir esto? Que las personas hablantes de la lengua de su propio pueblo, habitando en hogares dentro de sus propias localidades, comunidades y/o con sus familias, sólo son el 62.4%. Es lo mismo que decir que una de cada tres personas indígenas habitando con sus propias familias y/o comunidades no habla su idioma. 37.6% de personas indígenas -4,435,602- no habla su lengua y tienen por lengua materna al español, la lengua del dominador.

Tal cantidad de hablantes corresponde al 6.1% de la población total del país. Y, una vez más, ¿cómo podemos leer este dato? Este dato significa una disminución de medio punto porcentual respecto de 10 años atrás, que era el 6.6% (aun cuando la población indígena sigue teniendo una mayor tasa de natalidad; es decir que, incluso, debería crecer el porcentaje si las cosas se mantuvieran estables). En 1995, un año después del levantamiento zapatista que detonó los más grandes cambios en la relación de los pueblos originarios con el Estado mexicano, el porcentaje era de 6.84%. En otras palabras, con todo y las Mesas de Diálogo (los tan históricos Acuerdos de San Andrés, hace exactamente 25 años), los cambios legales de las últimas décadas, la fundación de instituciones nacionales, el año internacional de la lengua materna y la fanfarronería gubernamental al respecto e, incluso, toda acción verificada e implementada por los propios pueblos y comunidades, la merma en la población indígena que hable su idioma continúa.

La agonía de muchas lenguas avanza. ¡No es muerte por causa natural! ¡No es una eutanasia por elección libre y soberana! Es consecuencia de la asfixia y el dolor; de la horrenda discriminación;

de la cantidad enorme de recursos destinados a las políticas “nacionalistas” que, desde hace décadas, perpetran tal lingüicidio etnocida.

Hace 10 años había 1,096,512 personas monolingües hablantes de lenguas indígenas y ahora son 865,972. ¿Usted cree que es obra de una alfabetización en castellano? ¿No corresponde más bien a 200 mil personas menos, eliminadas con todo y su lengua, sus memorias, su cultura y su mundo? Si fuera obra de una alfabetización en apoyo a los pueblos indígenas y a su cultura, ¿no sería mejor la implementación de verdaderas campañas de alfabetización a la población monolingüe español? Esto modificaría los datos y la situación de las lenguas de los pueblos originarios. Esta consigna-tarea correspondería organizarla a la lingüicida-etnocida SEP, con la coadyuvancia del INALI (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas) y del INPI (Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas), pero orquestada por los propios pueblos, representados por personas verdaderamente amantes de su lengua, su pueblo y su cultura.

La vida el futuro son derechos y elección de todo pueblo, con independencia de su condición rural o urbana. La población indígena no es la antípoda de la vida urbana. Nada tiene que ver una condición cultural, su lengua y su comunidad de vida, con quedar identificados-amarrados a un ámbito de organización espacial específico. Los pueblos y las culturas lo somos en movimiento, en constantes cambios. Hoy por hoy el 60.3% de la población hablante de una lengua indígena vive en localidades de menos de 2500 habitantes, en tanto que para las ciudades de entre 50 mil y 100 mil habitantes el dato corresponde al 2.4% y al 5.3% para el caso de las ciudades apenas mayores de 15 mil habitantes. Estos datos son precisamente los que hablan de la erradísima convención social de que lo urbano y lo indígena no son compatibles. Estos datos ponen de manifiesto uno de tantos mecanismos del sistema para desaparecer a los indígenas y a sus lenguas.

Las políticas favorables a los pueblos y a sus idiomas no deben restringirse a los espacios rurales, pues tan sólo en tres ciudades: la de México, San Cristóbal de Las Casas y Mérida son más de 250,000 hablantes de múltiples lenguas. Además de que debe tenerse en cuenta que decenas de ciudades, como la misma CdMx, corresponden a espacios fundados y hasta urbanizados por parte de los pueblos originarios. Políticas favorables a la diversidad lingüística nacional encontrarían en dichos espacios mucho éxito y con ellos se estaría ganando, además, en interculturalidad.

Constitucionalidad de los idiomas indígenas, diversidad de sistemas educativos, autonomía de los pueblos, respeto a sus territorios, políticas eficaces y veraces a favor del multiculturalismo y la interculturalidad, desquebrajamiento y rechazo absoluto a toda discriminación, educación en el aprecio real por nuestras raíces históricas, espacios urbanos de diálogo e interaprendizaje, enseñanza de las filosofías y las espiritualidades indígenas, reglas y criterios en las universidades favorables a los pueblos, sus culturas, mundos de vida y sus lenguas. Todo esto y más corresponde a una verdadera política de respeto a nuestras lenguas nacionales. En pocas palabras: respeto irrestricto a los derechos humanos en toda su lógica de integralidad e interdependencia.

Ni un solo indígena que no hable la lengua de su pueblo. Ni un solo mexicano ni una sola mexicana que no hable alguna de nuestras lenguas originarias y nacionales. ¿A quiénes les corresponde esta responsabilidad para que se verifique el respeto pleno a los derechos humanos como derechos universales? A múltiples instancias y sectores, pero la SEP debe comenzar a hacer lo propio.

 

TEXTO TAMBIEN PUBLICADO EN:

CHIAPAS PARALELO: https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2021/02/uno-de-cada-tres-indigenas-tiene-como-idioma-materno-al-espanol/

José Pablo Sandoval Rivera obtiene grado de Maestro en Ciencias con tesis sobre la historia ambiental del delta Mezcalapa-Grijalva-Usumacinta

José Pablo Sandoval Rivera, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Manejo y Conservación de Recursos Naturales, (Generación 2018 – 2019), en la Unidad San Cristóbal obtuvo el grado de Maestro en Ciencias con la tesis denominada “Historia ambiental del delta Mezcalapa-Grijalva-Usumacinta y su impacto en la vulnerabilidad de las poblaciones costeras”, el pasado 17 de noviembre.

La planicie deltaica conformada por los ríos Mezcalapa, Grijalva y Usumacinta ha sufrido modificaciones a partir del siglo XVII como consecuencia de factores naturales y antrópicos. Alteraciones del balance erosión-transporte-sedimentación en la morfodinámica costera y sus impactos en la evolución de la línea de costa son evidentes en mapas y archivos históricos, herramientas que permiten evaluar a distintas resoluciones temporales las modificaciones de la zona costera. Por ello, la narrativa de la historia ambiental con énfasis en la deforestación y la modificación de los ríos, así como los impactos producidos en la línea de costa de la planicie deltaica del sur del Golfo de México, fueron analizadas a través de la digitalización, análisis y comparación de imágenes aéreas y mapas históricos. Los resultados se discuten teóricamente desde la vulnerabilidad de las poblaciones.

La perspectiva histórica abordada permite la compresión de las fases socioambientales que reconfiguraron la vulnerabilidad de las poblaciones costeras. Los resultados muestran un generalizado retroceso de la línea de costa en los sitios donde se modificó el sistema hidrológico a través de la construcción de presas y obras de desviación de los ríos y, por otro lado, azolvamiento en los sistemas estuarinos con intensa deforestación registrada en las cuenca media y alta. Los mapas históricos, como herramienta de “proxy data” y de apoyo para la comprensión de la evolución de procesos ecológicos, demostraron la capacidad de abordar adecuadamente el síndrome de base desplazante. Más aún, los procesos de progradación en la planicie deltaica analizada mostraron indicios de la alteración ocurrida debido a la construcción de presas hidroeléctricas, formación de rompidos, cambios de uso de suelo, así como la intensa deforestación ocurrida en las cuencas a partir del siglo XX.

 

El Consejo Tutelar estuvo conformado por la doctora María Andrea Sáenz Arroyo de los Cobos (directora de tesis), doctora María del Rocío Rodiles Hernández (asesora) y Dr. Juan Carlos Alcérreca Huerta (asesor). Fungieron como sinodales, las doctoras Vera Camacho Valdez y Laura Elena Carrillo Bibriezca, y el doctor Matteo Cazzanelli.

Enlace para ingresar al examen.

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Enlace al dictamen del jurado.

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