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Reportan brote masivo del “Mosquito Bobo” en el sur de QRoo

  • Prolifera la presencia del “Mosquito Bobo” por la excesiva contaminación a los cuerpos de agua, principalmente en la Bahía de Chetumal

El cambio climático y la contaminación con agroquímicos son daños al medio ambiente que están provocando el brote masivo del “Mosco Bobo” en la bahía de Chetumal, advirtió el investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Yann Hénaut.

La propagación del insecto de nombre científico “Aedes sollicitans”, se debe principalmente al exceso de nutrientes en la bahía. En los últimos años, la plaga se alcanza a visibilizar a lo largo de todo el bulevar Bahía de Chetumal hasta la comunidad turística de Calderitas. De acuerdo con Yann Hénaut, la presencia masiva es el resultado también del uso de pesticidas y agroquímicos para actividades agropecuarias.

Por otro lado, Edgar Raziel, también investigador biólogo de Ecosur, propone “sanear” por completo la Bahía de Chetumal, principalmente donde se da la contaminación.

De acuerdo con los especialistas, en el año 2021 la presencia de estos mosquitos se extendió a lo largo del bulevar Bahía y afectó a por lo menos unas tres mil viviendas asentadas en las inmediaciones.

LEE LA NOTA COMPLETA EN: https://www.milenio.com/politica/comunidad/quintana-roo-brote-masivo-mosquito-bobo-cambio-climatico

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Trabajo infantil agrícola: los niños que no existen

  • El día del niño, Leo y sus amigos de generación de cortadores no recibieron regalo porque estaban trabajando

MARTHA GARCÍA ORTEGA*

Trabajo infantil en un ingenio. Martha Garciia Ortega.

Como a las ocho de la noche cientos de pueblos del México rural ya duermen. Uno puede imaginar las escenas nocturnas de esos ejidos cansados por la jornada del día. El silencio de panteón sepulta el trajín de la zafra nacional: por lo menos 70 mil cortadores y cortadoras de caña cayeron rendidos envueltos en la bruma translúcida de la luna nueva, de las lámparas públicas y caseras de los hogares dedicados a fabricar azúcar.

Las bestias mecánicas también descansan, se aceitaron alzadoras de caña, camiones y remolques estorban el paisaje plácido de las calles campesinas. Las cosechadoras, lo último en tecnología para sustituir a la mano de obra, también quedaron listas. Aunque el trabajo es arduo, todo el mundo es feliz porque hay empleo por casi seis meses en 15 estados cañeros que aportan diario el dulce de los atoles matutinos y los interminables cafés.

Estados productores de caña en México

Campeche   Morelos         San Luis Potosí

Chiapas        Nayarit           Sinaloa

Colima         Oaxaca           Tabasco

Jalisco          Puebla            Tamaulipas

Michoacán Quintana Roo Veracruz

En esas regiones, el reposo se interrumpe en plena madrugada por el silbato del transporte alertando a la gente. Los machetes empiezan el día, se afilan, chocan, el sonido metálico se mezcla con la bulla de los cortadores y las órdenes de las mujeres en zapoteco, tsotsil, náhuatl, mam, huichol, cora, rarámuri, tlapaneco o chinanteco, incluso en inglés por los llegados de Belice. Las cocineras contratadas o familiares llevan hora y media despiertas echando la tortilla para los itacates o “lonches”, según el argot local muy al estilo espanglish por las costumbres de quienes han ido al norte.

Hacia las cuatro de la mañana los fantasmas deambulan, son figuras delgadas y de otros gruesos; aun portando ropa limpia, el tizne los delata como jornaleros cañeros; son señores grandes, curtidos, de rostros agrios forjados en el monte y los surcos de varias milpas y enésimas cosechas en enclaves agroindustriales dentro y fuera del país. “Bien trabajados”, dicen que están.

En medio del barullo en las galeras varias siluetas resurgen con sus faldones, pantalones y paliacates, van bien forradas para soportar el calor de más de 30 grados. Tales mujeres son parte del ejército femenino empleado en la zafra. Unas van con su séquito infantil cargando a sus crías y guiando el camino con la punta del machete tumbando caña, improvisando un refugio en la rala sombra.

Niños cortadores

En equis pueblo cañero, en ese desfile de almas madrugadoras resaltan sombras menos duras, más ágiles y parlanchinas, unas son diminutas. Ahí está Leo, un niño cortador de caña con 12 años, aunque aparenta diez. Todavía con sueño y frío se cuelga del brazo atrás del camión para ver la salida del sol. Desde hace tiempo corta caña con su familia y tiene enquistadas las sentencias del abuelo inculcando la disciplina del jornalero para enseñarse a ser hombre, igualito al papá, a sus hermanos y al resto de los trabajadores del pueblo, una comunidad -entre cientos- abastecedora de la fuerza laboral para la cosecha del único cultivo mexicano con una ley.

Leo pertenece a esos grupos de corte de caña desplazados desde las sierras de Veracruz, Guerrero, Puebla, Chihuahua, Nayarit, Oaxaca o Chiapas; del norte de Guatemala o de los distritos fronterizos beliceños. Hace más de medio siglo, sus antepasados inauguraron la tradición de migrar para trabajar llegando cada año a los ingenios azucareros.

Posiblemente, este niño estará en el cañal más de ocho horas, cortará sus toneladas de caña por 60 pesos cada una, quizá corte tres. Estará a las seis am, en “la pegada”, pedazo de surcos para cortar ese día; desayunará tortillas con frijol y chile con refresco, y a la una comerá. El mismo Leo lleva un radio con su música favorita, su ánfora con agua que cuidará del sol en las extendidas hectáreas de caña a cielo abierto.

Una tarde lo reconocí de regreso a la galera con su cuadrilla de trabajadores, venía sentado con sus pies colgando atrás en la camioneta, lleno de tizne, “sucio, sucio”, como dice su madre. El día del niño, Leo y sus amigos de generación de cortadores no recibieron regalo porque estaban trabajando. Ellos y otros cientos en las más de 50 regiones cañeras quedan fuera de cualquier lista altruista. Tampoco están en las estadísticas que los borran del mapa porque califican en las “malas prácticas” de los indicadores internacionales.

Familias y empleadores los esconden, los niegan por muchas razones: esos menores de 18 años son padres de familia, encabezan hogares con la madre sin presencia paterna, escaparon de hogares con violencia, necesitan una computadora, un celular, un balón, uniformes, zapatos, “ayudar a la familia”. Tal experiencia se extiende ocasionalmente a adolescentes cortadoras.

El destierro de estos infantes del mercado laboral carece de un destino final, algo omitido en los indicadores del programa Cero tolerancia al trabajo infantil en el corte de caña aceptado por el gobierno mexicano en 2016. ¿Qué hacer con los millones de niños y niñas desempleados de la agricultura amenazados en su desarrollo integral y sano? En zonas de riesgo, hasta se teme su reclutamiento por grupos delictivos.

Una vez vi a Leo jugar a los carritos en el solar polvoriento de su casa, me había acostumbrado a reconocerlo con un machete limpiando y cortando caña, un trabajo de alto riesgo, según los parámetros mundiales. La ONU tiene razón, pero este preadolescente se forjó ahí con una larga historia de aprendizaje familiar y comunitario como dicta la costumbre para hacer personas de bien. Después de todo, no hay escuela que valga si no le gusta leer, si el maestro no va a la comunidad o humilla a estudiantes, si hay castigos por hablar el idioma original, si no hay para ir a las clases.

Los grupos de cosecha indígenas mexicanos, guatemaltecos y beliceños son parte de la historia de explotación en la producción de un producto, el azúcar mexicano, del que se podría estar orgulloso si se abandona la madeja interminable de abusos que empaña tristemente las victorias agrarias y políticas, y las buenas prácticas de algunos en el sector.

Pararse en los campos cañeros en pleno siglo XXI y hablar del trabajo infantil nos acerca al México Profundo y a las clásicas escenas del cine nacional con sus caciques despiadados, no muy alejadas de estos tiempos de avances tecnológicos y científicos, apenas imaginables en las mentes jornaleras por el acceso al internet y sus redes transnacionales.

En su universo, Leo seguirá regresando a la galera cada tarde colgado en un camión de cortadores de caña viendo algún ocaso con el tizne en la cara. Y mientras, avanzamos hacia otro siglo de vergüenza global con las peores formas de trabajo y, en otras latitudes, con ideas para erradicar el trabajo infantil con indicadores ignorados por las familias trabajadoras.

* Investigadora de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR)

mgarciao@aflores

TEXTO PUBLICADO EN: https://www.cronica.com.mx/academia/trabajo-infantil-agricola-ninos-existen.html

Documentan explosiones demográficas de pez diablo

Desde que llegó el pez diablo a la cuenca del Usumacinta, hace poco más de 16 años, causó tal revuelo que los pescadores le temían y pensaban que todo se había acabado, pues de la noche a la mañana pasó a ser la principal especie en sus redes de pesca. Algunas estimaciones han calculado que de cada 10 peces, entre ocho y nueve son pez diablo.

Debido a lo anterior, se presentó la investigación “El impacto del pez diablo en la región Usumacinta en Tabasco y Chiapas”, realizada por la asociación civil Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (Cobius), El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT). Se trata de un trabajo de cuatro años que documenta los daños ecológicos y económicos que ha generado esta especie al ecosistema invadido.

“Los resultados actuales del proyecto contemplan que la calidad del agua en el río Usumacinta, en los sitios donde se captura el pez diablo, es de calidad baja a media, según datos físicos-químicos del agua; de igual forma, la calidad de la vegetación de ribera es de calidad media baja”, destaca la investigación.

La investigación resalta que esta contaminación también tiene relación con la densidad de la población humana, ya que por las márgenes de la cuenca viven cerca de 147 mil 281 habitantes.

Otro de los resultados indica que también se debe a la presencia de plaguicidas que se usan en la agricultura y que actualmente están prohibidos tras diversas muestras de tejido del músculo del pez diablo, el cual arrojó niveles de estas sustancias tóxicas cancerígenas.

“Sin embargo, aún no tenemos datos de referencia para determinar si las concentraciones encontradas son elevadas”.

Durante estos 16 años se han generado investigaciones e iniciativas para buscar, por un lado, incorporarlo a la gastronomía regional, y por el otro, controlar sus poblaciones para convertirlo en alimento.

“Sin embargo, hay muchas incógnitas que despejar sobre la especie y los esfuerzos por controlarlos son muy puntuales, pues solo ha habido destellos de éxito en emprendimiento comercial, pero sin tener un mayor impacto en la población del pez diablo”.

En la investigación se observó “que la población del pez diablo, en el Usumacinta, fluctúa considerablemente al grado de bajar sus tasas de captura y moverse con la dinámica hidrológica de la región, dando descansos y luego explosiones demográficas a tal grado que, en temporadas, puede pasar de uno a ocho veces esta especie por cada 10 peces capturados en el Usumacinta”.

NOTA PUBLICADA EN: https://www.cuartopoder.mx/chiapas/documentan-explosiones-demograficas-de-pez-diablo/443314/

Campesinos, protectores de la agricultura tradicional

En la agricultura tradicional descansa un proceso histórico importante, pues nuestra alimentación actual deviene de un “tiempo bastante lejano” cuando el ser humano domesticó una cantidad de plantas y animales, explicó el investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Ramón Mariaca Méndez.

“La gran cantidad de alimentos que comemos son producto de un trabajo de años de lucha por adaptar a las plantas y los animales a la convivencia humana, un proceso que implica la posibilidad de reproducirlos y hacerlos mansos, de tal forma que podamos y ellos puedan vivir en sincronía”, expone el integrante de la Unidad San Cristóbal del Ecosur.

La domesticación de estas especies son pilar de la “gran riqueza” mexicana, por lo cual “tenemos que darle muchísimo de nuestro gran agradecimiento a los campesinos y campesinas de México”, quienes han hecho que el país sea “considerado en el mundo como uno de los cinco países con mayor presencia de esta biodiversidad”.

Pueblos indígenas, los conservadores

Mariaca Méndez destaca que de acuerdo a las investigaciones sobre el campo mexicano, gran parte de esta biodiversidad y conocimientos están con una fuerte presencia en los territorios de pueblos originarios, quienes se han encargado de proteger estas tradiciones.

“Ellos son quienes conservan, quienes a través de su formación y de su conciencia de la relación entre el hombre y la naturaleza, a la cual la han dotado como si se tratara de seres superiores, le guardan respeto y por tanto la tenemos conservada en gran parte de nuestras selvas, bosques y ríos”, dijo.

En los territorios indígenas es donde “están presentes los campesinos tradicionales de México, dando ofrendas a los ríos y la tierra, protegiéndolos con plena conciencia de que no son una propiedad, sino un bien que han recibido y cuya obligación es dejárselo a sus hijos”.

Sin embargo, resaltó que históricamente el campo ha sido abandonado por la economía nacional, lugares donde se encuentran las zonas de mayor pobreza.

“En tales circunstancias tenemos campesinos que se encuentran en la línea de supervivencia y ellos son los que practican la agricultura tradicional, donde es indispensable una inyección de capital importante”, expuso.

NOTA PUBLICADA EN: https://www.cuartopoder.mx/chiapas/campesinos-protectores-de-la-agricultura-tradicional/442264/

Aumenta violencia contra infantes del sexo femenino

Psicológica, física, sexual y patrimonial, de 2011 a 2021 se han incrementado todas las formas de violencia que viven las mujeres de 15 a 17 años en Chiapas, destacó la Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (Redias).

De acuerdo a la investigadora de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Saraí Miranda Juárez, la entidad presenta rezagos estructurales históricos que impactan en la niñez que vive y transita por el territorio.

Redias destaca que el 40.9 % de las mujeres de 15 años en adelante que vive en Chiapas, señaló haber sufrido violencia durante la infancia, mientras que el porcentaje de mujeres que señaló haber sido victima de violencia sexual pasó del 35.7 % en 2011 al 53.6 % en 2021.

LEE LA NOTA COMPLETA EN: https://www.cuartopoder.mx/chiapas/aumenta-violencia-contra-infantes-del-sexo-femenino/442023/

Plaga «Piojo Harinoso» Afecta Severamente a las Cosechas de Rambután: Productores

*En Riesgo Miles de Toneladas Para Exportación.

El «Piojo Harinoso» (Planococcus citri) es una plaga que desde hace muchos años ha estado afectando al cultivo del Rambután, desde el municipio de Cacahoatán hasta el de Frontera Hidalgo, lo que reduce de manera considerable la exportación.
Así lo dio a conocer el doctor, Alfredo Castillo, investigador especialista en control biológico de plagas en cultivos tropicales y vectores de enfermedades emergentes en el Colegio de la Frontera Sur, quien manifestó que a la fecha han estado trabajando sobre cuatro plagas que afectan a esa fruta, incluida la Cochinilla Rayada y la Rosada.
La Rayada es la más numerosa, porque se encuentra por muchos lados y su distribución es más amplia en toda la región. Para mala fortuna solo aparece cuando ya está la fruta y por eso, su combate es más difícil, dijo.
En el caso del Rambután, señaló, a pesar de que se trata de una fruta introducida al país desde hace unos 40 años, el número de plagas que posee es menor, en comparación a otro tipo de cultivo.
Además que la aparición de esas plagas cuarentenarias en los cultivos son muy importantes, ya que, si en un embarque para exportación es detectado un solo insecto, inmediatamente es regresado todo, con las consecuentes pérdidas económicas para el productor.
Por eso la preocupación de que esas plagas no avancen y se les combata de manera frontal, porque está en riesgo la exportación que goza de aceptación y popularidad en muchos lugares del mundo.

NOTA PUBLICADA EN: https://elorbe.com/seccion-politica/local/2023/03/12/plaga-piojo-harinoso-afecta-severamente-a-las-cosechas-de-rambutan-productores.html

8M: La tabasqueña Esperanza Tuñón, empodera a la mujer desde el ámbito académico

La tabasqueña Esperanza Tuñón Pablos, Doctora en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), investigadora emérita en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y fundadora del Centro de investigación del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), unidad Villahermosa en 1995, desde el ámbito académico ha empoderado a la mujer.

A través de su trabajo de investigación el concepto ha encontrado una forma más para desarrollarse, fuera del significado que pueda mostrar un texto especializado. Para entender cómo ella ha tocado este término, es necesario conocer de dónde surge.

Al escuchar empoderamiento de la mujer, probablemente lo relacionemos con la libertad, y en muchos casos, sino es que en todo, tenga implícita la palabra. El alcance del concepto, desde su origen en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, 1995, toca la igualdad de género, tanto en el plano social como empresarial.

Esperanza Tuñón y su relación con el empoderamiento de la mujer

La relación de ambos se reflejó en las palabras de Sandra Ojiambu, CEO del Pacto Mundial de Naciones Unidas: “La evidencia es clara: cuando las mujeres están empoderadas, todos se benefician”.

Lo expresado encuentra sentido en el quehacer de Esperanza Tunón, al escribir un libro, publicar un artículo en una revista de divulgación científica, colaborar en una investigación, entre otros productos de este tipo, porque hay un beneficio, un aporte a la sociedad o a cualquier campo del conocimiento, sólo basta con reinterpretar lo que ella razonó, escribió y finalmente plasmó en un documento.

Primera investigadora tabasqueña nivel III

Uno de sus éxitos, pero no el único, fue, el ser la primera mujer científica en Tabasco, en lograr el nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). El cual, debe estar sustentado en una trayectoria de excelencia y aporte del conocimiento científico y formación de nuevas generaciones académicas, según la página diputados.gob.mx.

Logros y éxitos, dos palabras que han estado implícitas en su trayectoria como catedrática e investigadora, y el sitio see.unam.mx, muestra su labor en favor del conocimiento:

Logros

  • Investigadora Titular C de tiempo completo de tiempo completo en el Colegio de la Frontera Sur, en el Departamento de Salud, Equidad y Desarrollo
  • Ganadora del Premio Anual 1997 al desarrollo Institucional de Ecosur
  • Ganadora de la Medalla Gabino Barreda, otorgada por la UNAM en 1993
  • Primer lugar, en el Primer Concurso de Tesis Sobre la Mujer, otorgado por el Programa de Estudios de la Mujer, UNAM
  • Premio a la Mejor Reseña de Historia 1981, otorgado por el Comité Mexicano de Ciencia Históricas
  • Además cuenta con un amplia trayectoria en publicaciones. Algunos libros son: Jóvenes Mexicanos del s. XXI. Encuesta Nacional de Juventud 2000. Tabasco, con Ramfis Ayús, Instituto Mexicano de la Juventud, México, 56 pp.
  • Las Mujeres en Tabasco. Diagnóstico sociodemográfico y de salud de las mujeres en Tabasco (coord), ECOSUR-Instituto Estatal de las Mujeres, México, 381 pp.
  • Actores y realidades diversas. Investigación y Debates en la Frontera Sur (ed. con Hugo Angeles, Laura Huicochea y Antonio Saldivar), ECOSUR-COESPO Chiapas, México, 376 pp.

En general, sus líneas de investigación abordan los temas de migración, salud sexual y reproductiva, empoderamiento de las mujeres y proyectos productivos, y ha publicado ocho libros, más de 250 artículos y capítulos de diversos libros.

NOTA PUBLICADA EN: https://www.elheraldodetabasco.com.mx/doble-via/8m-la-tabasquena-esperanza-tunon-empodera-a-la-mujer-desde-el-ambito-academico-9727439.html

Se violenta a las mujeres indígenas al no garantizarles su derecho a la educación superior

  • En una investigación que realizamos con mujeres indígenas en la UT Calakmul se encontró que la interrupción escolar universitaria responde a múltiples factores y se construyen a lo largo de la trayectoria escolar

LANDY RAFAEL RIVEROS * Y DORA ELIA RAMOS MUÑOZ **

Las mujeres indígenas sufren violencia institucional cuando no se les garantiza el acceso a los servicios públicos y programas sociales con pertinencia cultural.

En México apenas el 0.9% de la de población hablante de lenguas indígenas mayor a 24 años ha completado tres años de educación superior (INEGI 2019) y no existen datos desagregados por sexo o región.

En el municipio de Calakmul, Campeche, solamente el 4.2% de la población de 15 años y más tiene educación superior, lejos del 21.6% nacional (INEGI 2021). Dicho porcentaje se explica a partir de un contexto territorial que fue colonizado en los últimos 50 años y donde la primera universidad (Universidad Tecnológica de Calakmul) se creó apenas en el 2015. Si bien esto representa una oportunidad, las estudiantes calakmulenses interrumpen su trayectoria escolar en un 41% en la UT Calakmul, la principal institución de educación superior del municipio.

Para comprender las situaciones que propician la interrupción escolar universitaria es necesario visualizar el contexto socioeconómico que viven las y los habitantes de Calakmul. Su composición étnica es diferente a las zonas centro y norte del estado de Campeche donde predomina el pueblo maya. Las localidades de Calakmul son pluriétnicas, producto de la inmigración de familias campesinas de más de 20 estados de la República Mexicana, principalmente de Chiapas, Tabasco y Veracruz. Debido a esto, el 26% habla alguna lengua originaria (ch´ol, tseltal, maya y tsotsil) mientras que el 68% se autoadscribe como indígena (INEGI 2021).

Además, es el municipio del estado de Campeche con el mayor porcentaje de población en situación de pobreza con el 83% y el segundo con el más alto porcentaje de personas en pobreza extrema con 30.3%, ambos por arriba de la media nacional. Las principales carencias sociales encontradas en el municipio son “carencia por acceso a la seguridad social”, “carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda” y “carencia por acceso a la alimentación” (Coneval 2021).

Brecha salarial en Campeche es del 35%

En Campeche, la brecha de género demuestra que falta mucho por hacer puesto que las mujeres perciben ingresos 35% más bajos en comparación con los hombres y 68% menos si hablan alguna lengua indígena. En este contexto, la educación superior es su oportunidad para cambiar su calidad de vida, ya que las mujeres con una carrera profesional llegan a percibir salarios superiores en un 57% respecto a las que cuentan con estudios de preparatoria (INEGI 2020).

En una investigación que realizamos con mujeres indígenas en la UT Calakmul se encontró que la interrupción escolar universitaria responde a múltiples factores y se construyen a lo largo de la trayectoria escolar. Las mujeres indígenas sufren violencia institucional cuando no se les garantiza el acceso a los servicios públicos y programas sociales con pertinencia cultural.

Al respecto una de las colaboradoras señaló “si nos decepcionamos, porque no es que sea culpa del gobierno que uno esté en las condiciones que esté ¿verdad? Pero, así como nos pasó a nosotros le pasa a la mucha gente, porque simplemente mi mamá no pudo entender muchas cosas porque no hablaba español, solamente ch´ol, entonces ella no sabía las cosas que se tenían que hacer, por ejemplo -hay que firmar- y ella no sabía hacerlo ni sabía dónde está el nombre o si tenían alguna actividad que hacer. Sin embargo, a las instituciones eso no les importa y simplemente si no vas te dan de baja, ya ni pelear, porque no podíamos hacer nada”-GY, 25 años. A esto se suma la violencia del sistema educativo al no brindar educación intercultural en la lengua materna y al no diseñar planes de estudio conforme a la visión del presente y futuro de los pueblos que habitan el territorio.

Para acceder a la universidad, las mujeres indígenas tienen que solventar sus gastos por lo que combinan el estudio con el trabajo, sin embargo, los horarios escolares no son flexibles ante este tipo de realidades y además no pueden confiar en las becas por ser inestables o porque llegan tarde. Otra de las causas directas de interrupción escolar son los embarazos no deseados, consecuencia de la ausencia de educación integral en sexualidad, además que el espacio educativo no está diseñado para que las estudiantes puedan combinar la maternidad con sus actividades escolares. En relación a eso, una colaboradora indicó “Me puse triste porque dejé la escuela porque me embaracé, no porque quise y dije que tal vez no iba a poder con los dos“–SN, 22 años.

En un entorno precarizado las jóvenes sienten estrés, cansancio y frustración durante su paso por la universidad que se refleja en su salud física y emocional. Una de las mujeres indicó “Pues fue ahí, hasta el punto donde mi cuerpo dijo hasta aquí, ya no puedo más, siento que me colapsaba porque era demasiado el trabajo, más que el estudio, pero también de parte de la universidad. No solo te dejan una investigación, te dejan un sinfín de tarea para el día siguiente, entonces yo traté de cumplir con algunas tareas, pero en el proceso mi cuerpo se colapsaba, yo me quedaba dormida y ya no, me llegué a irritar bastante al punto de que dije -saben que hasta aquí llegué, me estoy matando sola, con la pena, no puedo más-. Aunque yo quisiera, pero ya mi capacidad para seguir estudiando no me da, ya no puedo” –GY, 25 años.

Ante historias como estas, el 8M es una oportunidad para poner en la agenda pública las situaciones que seguimos atravesando las mujeres indígenas de Calakmul y de cualquier parte del país. En la medida que pensemos la educación superior de manera integral, contemplando aspectos culturales, de género, emocionales, económicos, el anhelo de las mujeres indígenas de retomar sus estudios en este país será una realidad. Sólo así el ciclo se romperá y las mujeres se convertirán en la primera generación en su familia con educación superior.

* Egresada del posgrado de ECOSUR (landy.rafael@posgrado.ecosur.mx)

** Investigadora de ECOISUR (dramos@ecosur.mx)

NOTA PUBLICADA EN: https://www.cronica.com.mx/academia/violenta-mujeres-indigenas-garantizarles-derecho-educacion-superior.html