El Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) y El Colegio de La Frontera Sur (ECOSUR), presentaron el libro “Movilizando el conocimiento: experiencias humanas sobre cuidados en el campo del Cáncer en México”, de Rosario García Miranda, con una perspectiva socio-antropológica, tomando como ejemplo las experiencias de actores clave en el proceso de atención oncológica en el país.
En representación del encargado de despacho del ISSET, Carlos Rafael Alipi Mena, su colaboradora Dora Nelly Martínez González, agradeció la realización del libro, cuyo enfoque es la promoción de la medicina social.
“Uno de los planes del instituto es la promoción de la medicina, desde el enfoque interdisciplinario hasta las diversas miradas de la relación paciente-doctor y los cuidadores”, indicó la especialista.
El investigador titular del Colegio de la Frontera Sur, César Antonio Irecta Nájera, destacó la fortaleza que existe en el ISSET, en el que se fomenta la investigación en el área de salud.
“Presentar este trabajo que hemos realizado con varios colegas de departamentos de salud, tiene que ver con los creadores no profesionales en el tema del cáncer”, explicó.
En su oportunidad, la autora del libro, Rosario García Miranda, dio a conocer que el objetivo del libro es dar esperanza a todos aquellos cuidadores informales, familiares que realizan la labor del cuidado de un paciente crónico, en este caso un paciente en el campo de la oncología.
“La investigación duró más de 4 años y en el que tuve la oportunidad de trabajar con estos cuidadores y sus pacientes oncológicos, y ahora me toca compartirles un poco en qué consistió escribir este libro y qué es lo que pretendo con darle difusión al contenido”, narró la también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
También asistieron a la presentación del texto, la titular de la Unidad de Enseñanza e investigaciones del Centro de Especialidades Médicas “Dr. Julián A. Manzur Ocaña” del ISSET, María Adriana García Cordero, y la representante del Colegio de la Frontera Sur, Zendy Evelyn Olivo Vidal, así como doctoras y doctores, y enfermeras y enfermeros.
A toda teta: Lactancias Maternas como fuerza amorosa desde las voces de sus protagonistas, publicación con sello ECOSUR, se presentó por sus autoras Carolina Guerrero León y Georgina Sánchez-Ramírez en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, el pasado 24 de febrero.
La obra fue comentada por Julieta Ponce-Sánchez, directora del Departamento de Intervención en Alimentación y Nutrición del Centro de Orientación Alimentaria (COA Nutrición) y quien lleva muchos años trabajando en la defensa, dentro de marcos legales, del derecho a la lactancia en el país.
La doctora Ponce destacó la relevancia de una obra como A toda Teta, debido a que son muy bajos los niveles de amamantamiento en México y en el mundo, ya que solo 4 de cada 10 bebés cuentan con lactancia materna exclusiva durante los 6 meses de vida. Sin dejar de lado la relevancia nutricional, fisiológica y de apego que tiene la lactancia materna para cada recién nacido, hizo hincapié en como en el libro, gracias a la mirada humana y feminista de ambas autoras, logra poner sobre la mesa la preponderancia de que sean las madres el foco de atención para procurar que se sientan apoyadas, cómodas y seguras en sus procesos de maternidad, incluida la lactancia.
Señaló que el libro hace una especie de “puntadas invisibles” para unir la historia, la teoría, las subjetividades, así como las realidades y las demandas sociales y políticas que están pendientes para mejorar las lactancias –en plural porque cada experiencia es personal y única– y el respeto por la procuración de la vida y los cuidados, que si bien son las mujeres madres quienes más los ejercen no por ello los varones no deben involucrarse, sino que tiene que hacerlo para continuar cambiando el mundo hacia una cultura de paz, de amor y de comunidad.
Con términos como tetadurmiendo, puerperando o transitando la Matrescencia de cada ser que llega a este mundo, la salud pública deberá actualizar su mirada y asumir los nuevos retos que desde el género y la salud requiere el país. Sin duda el libro, hace una gran labor para dar una buena luz a esa agenda de trabajo sanitario, además de ser un gran regalo para quienes se interesan en el tema de las lactancias, la nutrición y una vida feliz desde el nacimiento.
El pasado 9 de febrero un grupo de investigación de ECOSUR presentó los resultados del estudio para construir un ambiente de vida en la región Altos de Chiapas ante representantes de diversas organizaciones, colonias, integrantes de instituciones educativas y del municipio de San Cristóbal.
Las actividades del grupo de investigación se realizaron de julio a diciembre de 2023. A lo largo de este período visitaron más de 16 sitios en distintas partes de la ciudad y sus alrededores para dialogar con las y los ciudadanos sobre los problemas ambientales que viven. Destacaron las dificultades con el abasto de agua, la contaminación de las aguas usadas, los riesgos de inundación y los cambios significativos en la vida de la ciudad como resultado del crecimiento del área urbana, del turismo y de la inseguridad.
Las personas asistentes al encuentro ofrecieron comentarios y reflexiones acerca de los hallazgos del grupo de investigación de ECOSUR y propusieron acciones para contribuir a un ambiente de vida sano en la ciudad, entre las que destacan las siguientes:
La importancia de respetar las leyes y las declaratorias de áreas naturales protegidas, así como hacer un pronunciamiento para cuidar el agua, el territorio y el ambiente. Convocar a la ciudadanía para trabajar juntos, considerando las perspectivas de los distintos barrios y comunidades.
Es importante resaltar que hay interés de la población en la conservación de áreas verdes, en defender los humedales y los manantiales, y en llevar a cabo acciones en pro de la paz. Se destacó la necesidad de visibilizar los espacios naturales y su conservación, así como el trabajo continuo para involucrar a la comunidad en la protección del entorno.
Se propuso conocer y vincularse con otros territorios, disminuir la violencia a través de la gestión comunitaria y crear espacios educativos en las colonias para fomentar la comprensión de la importancia de proteger el ambiente. Se hizo hincapié en la relevancia de continuar el diálogo entre la academia y la comunidad, abriendo espacios para el intercambio de ideas y la colaboración.
Se enfatizó la necesidad de proteger el agua y el bosque desde la infancia, sembrando la semilla de la conciencia ambiental y fortaleciendo las redes de colaboración. Se destacó la importancia de la ecología como eje central, instando a la suma de esfuerzos y colaboración de todos los colectivos. Se hizo un llamado a las juventudes para que se sumen a temas de conservación y abordar los problemas ambientales.
Se resaltó la necesidad de un manejo adecuado de los residuos sólidos y de las aguas residuales, así como la colaboración con los gobiernos municipal, estatal y federal para asegurar la salud de las y los habitantes. Se planteó la necesidad de rediseñar la ciudad y repensar las consecuencias de la urbanización no planeada y la pérdida de espacios naturales.
Se propuso organizar una agenda ciudadana para reuniones y celebraciones relacionadas con la conservación del medio ambiente, y apoyarse en la academia para concienciar y visibilizar los problemas ambientales y sustentar las opciones de mejora.
El grupo de investigación de ECOSUR tiene la visión de continuar trabajando en las líneas de investigación identificadas a través de procesos transdisciplinarios reconociendo que el conocimiento de la población es relevante para construir un ambiente sano.
El estudio tuvo por objetivo proponer líneas de investigación y acciones de vinculación que contribuyan a la construcción de ambientes sanos en San Cristóbal de Las Casas y su región.
Investigadores en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Unidad Chetumal, impartirán el curso “Cámaras y Drones: Fotografía de Naturaleza” e “Introducción al análisis en Ecología del paisaje”, cuyas convocatorias ya están disponibles en la página web y redes sociales del centro de investigación.
El curso “Cámaras y Drones: Fotografía de Naturaleza” es presencial, con de cupo limitado, con fecha límite de inscripción el 9 de marzo de este 2024; y los participantes aprenderán los principios básicos de la fotografía y el manejo de la cámara, incluso del teléfono celular completamente manual, así como el manejo de drones para filmación y fotografía aérea.
El curso se impartirá del 12 al 16 de marzo de este año, de martes a viernes de 4:00 de la tarde a 8:00 de la noche, y el sábado de 7:00 de la mañana a 2:00 de la tarde; el costo por el curso es de dos mil 500 pesos.
Será impartido por el biólogo Humberto Bahena, el doctor Joan Sánchez y la maestra en ciencias, Carmen Rosas.
Para mayores informes, se pueden comunicar al correo electrónico corosas@ecosur.mx, al número telefónico 83 50440 extensión 4866 o acudir a las instalaciones de Ecosur Unidad Chetumal, ubicadas en la avenida Centenario kilómetro 5.5, colonia Pacto Obrero, en Chetumal.
En tanto que el curso “Introducción al análisis en Ecología del paisaje” es en línea y la fecha límite para inscribirse es el 1 de junio, y se impartirá del 3 al 9 de junio de 2024, con horario de 10:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, con una duración total de 70 horas.
El objetivo de aprendizaje es introducir a los alumnos del curso en el manejo de herramientas y datos geoespaciales aplicados a temas de ecología del paisaje, con el fin de que realicen análisis e interpreten resultados sobre ecología del paisaje.
Para mayor información e inscripciones, escribe a la doctora Diana Abilene Ahuatzin Flores, al correo electrónico diana.ahuatzin@ecosur.mx, o a la doctora Susana Maza-Villalobos Méndez, sumaza@ecosur.mx.
Debido a su gran tamaño, el tapir necesita consumir entre 10 y 15 kg de alimento diario; esto lo hace ingiriendo pequeñas raciones durante sus períodos de mayor actividad
JONATHAN PÉREZ-FLORES (1,2*), GIBRÁN SÁNCHEZ-HERNÁNDEZ (3) Y HUMBERTO BAHENA-BASAVE (2)
Los tapires desempeñan un papel importante en la reforestación de los bosques tropicales, debido a que dispersan las semillas de una gran variedad de plantas. Este trabajo no lo realizan solos, cuentan con la ayuda de los escarabajos peloteros, los cuales son considerados dispersores secundarios.
El tapir centroamericano (Tapirus bairdii) es el único perisodáctilo silvestre que vive en México y es el mamífero nativo terrestre más grande de Mesoamérica, con un peso aproximado de 200 a 250 kg. Debido a su gran tamaño, el tapir necesita consumir entre 10 y 15 kg de alimento diario; esto lo hace ingiriendo pequeñas raciones durante sus períodos de mayor actividad, ya que tiene una capacidad estomacal muy limitada (10 a 15 litros). En todo su intervalo de distribución geográfica, se ha registrado que su alimentación consta de más de 450 especies de plantas. Los tapires suelen consumir con mayor frecuencia hojas y frutos, y ocasionalmente cortezas y flores. Cuando hay una alta disponibilidad de frutos, los tapires consumen una gran cantidad de estos, ya que les ayuda a mantenerse hidratados durante los días más calurosos y húmedos, debido a su alto contenido de agua. Por otro lado, al consumir estos frutos, los tapires ingieren las semillas, las cuales son tragadas enteras o en partes, ya que se quiebran durante el proceso de masticación. Las semillas pasan el tracto digestivo del animal y luego son defecadas en un cuerpo de agua (laguna, río, aguada, jagüey) o en la tierra, en donde forman letrinas, las que son visitadas frecuentemente por el mismo individuo o por otros individuos.
Las letrinas tienen diferentes funciones, por ejemplo, sirven para que los individuos marquen su territorio o para comunicarse químicamente por medio del sentido del olfato con otros individuos. Las señales químicas que dejan los animales en las heces, les permite incrementar su éxito reproductivo, ya que, por medio de éstas, pueden conocer la condición reproductiva de potenciales parejas con las que podrían aparearse. También sirven para evitar la transmisión de endoparásitos por vía fecal-oral, ya que los animales seleccionan sitios de alimentación donde no exista una acumulación de heces evitando así la ingesta de parásitos. Además, son consideradas ecosistemas efímeros (que desaparecen rápidamente), y debido a la gran cantidad de nutrientes (minerales, vitaminas, carbohidratos, nitrógeno, aminoácidos y lípidos) que contienen, muchos organismos se reúnen para buscar sacar provecho de ellos.
Entre los organismos que se han documentado alimentándose de las heces de los tapires, se encuentran los escarabajos peloteros. Estos escarabajos son atraídos por los compuestos orgánicos volátiles que emiten las heces de los tapires. Los compuestos orgánicos volátiles son sustancias químicas que se convierten fácilmente en vapores o gases y que son captadas por los escarabajos con la ayuda de unas diminutas cerdas sensoriales que tienen en sus antenas y que son conocidas como sensilias olfativas. Los compuestos orgánicos volátiles actúan como una señal química que ayuda a los escarabajos a detectar y seleccionar sus heces favoritas.
Los escarabajos peloteros son conocidos también como escarabajos del estiércol o estercoleros, nombres que hacen alusión a su principal fuente de recursos, que son las heces de diversos animales (aves, reptiles y mamíferos). En el mundo existen alrededor de 7000 especies de escarabajos peloteros, pero su mayor diversidad y abundancia se encuentra en los bosques tropicales y las sabanas, en donde habitan la mayor cantidad de mamíferos que les proveen su principal fuente de alimento. En el caso del tapir centroamericano, se han registrado un total de 32 especies de escarabajos que se alimentan de sus heces. La mayoría de ellas son de hábitos generalistas (14 especies) o especialistas de heces de mamíferos (16 especies), y en menor cantidad las especies que se alimentan de carroña (necrófagas), pero que de manera eventual acuden a otros recursos dependiendo de su disponibilidad (2 especies).
Especies de escarabajos reportados alimentándose de las heces de tapir centroamericano (Tapirus bairdii).
Los escarabajos peloteros generalistas consumen heces de especies nativas (aquellas que pertenecen a una región o ecosistema determinado) y no nativas (aquellas que se encuentran fuera de su área de distribución natural), carroña de vertebrados e invertebrados, hojas, hongos y frutos. Mientras que los especialistas tienden a alimentarse únicamente de las heces de ciertas especies de mamíferos, que pueden variar de acuerdo con su localización geográfica.
De acuerdo con su comportamiento de anidación, los escarabajos peloteros se dividen en tres grupos funcionales: rodadores, cavadores y moradores. Los rodadores, esculpen pelotas de estiércol que ruedan lejos de la fuente principal de alimento para evitar la competencia con otros escarabajos, para después enterrarlas en túneles y cámaras subterráneas, donde finalmente la hembra pone los huevos dentro de las pelotas o “bolas de cría”. Los cavadores, crean los túneles por debajo o muy cerca de la fuente principal en donde entierran las bolas de cría; en ambos casos, estas bolitas sirven después como alimento para las futuras larvas. Los moradores en cambio, no hacen túneles, sino que utilizan las heces directamente para hacer sus nidos, en donde las larvas pasan la totalidad de su desarrollo.
Las heces son un microsistema efímero, en donde suceden múltiples relaciones ecológicas (competencia y depredación) a una alta velocidad e intensidad. Debido a ello, los escarabajos corren desesperadamente para llegar a ellas, ya que, en este caso, las heces de los tapires además de tener diversos nutrientes tienen una gran cantidad de semillas, lo que las hace irresistibles para algunas especies de insectos, aves y pequeños mamíferos. Al llegar a las heces, los escarabajos comienzan a actuar como dispersores de semillas secundarios, ya que interactúan incidentalmente con las semillas. Los escarabajos mueven las semillas cuando empiezan a esculpir las bolas de estiércol o cuando forman los túneles o cámaras subterráneas. En ocasiones, solo mueven las semillas de manera horizontal algunos centímetros, pero se ha llegado a observar que las pueden mover hasta 20 metros. Esto favorece al reclutamiento de plantas (establecimiento de nuevos individuos), ya que disminuye la aglomeración en el que se encuentran las semillas cuando son depositadas por el tapir (dispersor primario). Accidentalmente, los escarabajos entierran las semillas en el suelo o en el mismo estiércol a una profundidad igual o menor a 10 cm, aunque se ha registrado que pueden llegar a enterrarlas a una profundidad máxima de 40 cm. Esto ocasiona una disminución de la mortalidad de las semillas, ya que pasan desapercibidas ante posibles depredadores (roedores, aves y otros insectos). Además, el enterrar las semillas también favorece el establecimiento de nuevas plántulas, aunque hay que tomar en consideración, que algunas semillas no reaccionan de manera positiva al ser enterradas a ciertas profundidades, ya que puede afectar el surgimiento de las plántulas.
Cómo se puede observar, la dispersión de semillas en los bosques tropicales es una labor que se realiza en conjunto, ya que el tamaño de las semillas en estos ecosistemas es muy variable. En los sitios donde coexisten los tapires y los escarabajos peloteros podemos encontrar semillas muy pequeñas como las de los árboles del género Ficus que miden aproximadamente 1 mm, hasta semillas muy grandes como la del mamey zapote (Pouteria sapota) que alcanzan los 10 cm. Mientras que los tapires gracias a su corpulencia pueden consumir y defecar casi todos los tamaños y tipos de semillas que encuentran durante sus recorridos diarios en la selva. El caso de los escarabajos no es igual, ya que entre más grande es el escarabajo, mayor es la facilidad que tienen para manipular las semillas más pequeñas, las cuales pueden mover a mayores distancias y enterrar más profundamente. Este trabajo en conjunto del tapir como dispersor primario y del escarabajo pelotero como dispersor secundario aumentan la supervivencia de las plántulas que sirven para reforestar los bosques tropicales.
Dispersión de semillas en los bosques tropicales: el tapir centroamericano (Tapirus bairdii) como dispersor primario y escarabajos peloteros como dispersores secundarios. Ilustración: Jonathan Pérez-Flores.
Aunque parezca difícil de creer, los tapires y los escarabajos peloteros son más parecidos a nivel ecológico de lo que llegaríamos a imaginar. Ambos juegan un papel importante dentro de los ecosistemas tropicales y pueden considerarse como “arquitectos o jardineros de las selvas”, ya que influyen en la estructura y composición de las comunidades vegetales. Además, son especies indicadoras de la salud de los ecosistemas, ya que su ausencia nos señala que el ambiente está siendo impactado negativamente (perdiendo salud). Se ha demostrado que en ambientes que han sido perturbados por las actividades humanas (p.ej., agricultura y ganadería), el estado de salud de los tapires se deteriora, lo cual resulta en una disminución de sus poblaciones. Algo similar ocurre con los escarabajos peloteros, cuando los bosques son transformados en zonas agrícolas y ganaderas, la diversidad y riqueza de especies de escarabajos disminuye. La pérdida de tapires y escarabajos peloteros afectaría uno de los procesos ecológicos más importantes de los bosques tropicales, como lo es la dispersión de semillas. La alteración de la dispersión de semillas tendría un efecto negativo en el mantenimiento funcional y la regeneración de los bosques tropicales. Es por esto que nuestra tarea debe ser la de conservar las especies y las interacciones que se dan entre ellas, con la finalidad de tener ecosistemas saludables.
La interacción entre los tapires y los escarabajos peloteros es indispensable para seguir regenerando los bosques tropicales, esto nos ayudará a mantener ecosistemas saludables que nos ayuden a enfrentar la crisis climática en la que actualmente vivimos.
Te presentamos la entrevista realizada al Dr. Juan Manuel Weber Rodríguez, con la temática: Basureros Clandestinos y problemas de salud en el estado de Campeche, el día 22 de febrero, en NCS, programa la delgada línea roja.
Un grupo de investigadores en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur)Unidad Chetumaltrabaja en la identificación de los peces que habitan en la Laguna Chile Verde, al sureste del Caribe mexicano, con la finalidad de impulsar iniciativas para su conservación y hacer un uso sustentable de este recurso.
Hasta el momento, los investigadores han identificado 27 especies en este sistema acuático, todos vertebrados de gran importancia biológica y económica.
La Laguna Chile Verde está conectada al oeste con la Laguna de Bacalar, al sureste con la Laguna Salada, la Laguna Guerrero y la Bahía de Chetumal a través de áreas inundadas. La información fue revelada en la página oficial y redes sociales de Ecosur Unidad Chetumal.
Los peces que habitan la Laguna Chile Verde considerados de importancia económica son la mojarra rayada (Eugerres plumieri), la tenguayaca (Petenia splendida) y la mojarra maya o del sureste (Mayaheros urophthalmus).
En tanto que las especies relacionadas a otros sistemas acuáticos como Bacalar y la Bahía de Chetumal son el pez sapo (Batrachoides gilberti) y el gobio bandera (Microgobius microlepis).
Las especies no colectadas y registradas únicamente por avistamiento son la anguila falsa (ophisternon aenigmaticum) y la raya (Hypanus sp).
Las demás especies identificadas por los investigados en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Unidad Chetumal son bagre (Rhamdia guatemalensis), sardina de Bacalar (Astyanax bacalarensis), bocona o dormilón (Gobiomorus dormitor), pejerey (Chriodorus atherinoides) y picudita (Belonesox belizanus).
Además, mojarra paleta (Vieja melanurus), torito o ciclido boca de fuego (Thorichthys meeki), guapote tricolor o castarrica (Trichromis salvini), gobio gallo (Lophogobius cyprinoides), mapo aguado (Bathygobius soporator), gobio yucateco (Gobiosoma yucatanum) y el pez aguja (Strongylura notata).
Los investigadores que elaboraron la relación de los peces de la Laguna Chile Verde son Martha Valdez Moreno y Adrián Uh Navarrete, con la colaboración de Manuel Elías Gutiérrez y José Ángel Cohuó Collí.
Gerardo Alberto González Figueroa investigador del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), aseguró que en Chiapas no se puede considerar la lepra como un problema de salud pública como ocurre en el norte del país, donde la prevalencia se ha incrementado.
“Lo que estamos estudiando nosotros es el brote de nuevas enfermedades, hoy por ejemplo pareciera ser que va a la alza, la misma tuberculosis aunque ha bajado en algunos municipios en otros está teniendo mayor presencia (…) De las viejas enfermedades que están a la alza tienen mucho que ver con la zoonosis entre otras”, explicó.
El especialista dijo que actualmente se encuentran desarrollando un mapeo de las enfermedades que aparentemente desaparecieron, pero que en los últimos años han comenzado a tener presencia en algunos municipios, un ejemplo es la tuberculosis, la cual tiene una posibilidad de que vaya a la alza.
“Nosotros lo que estudiamos son estos nuevos brotes, justamente es lo que estamos tratando de encontrarlas y reportarlas más desde el punto de vista epidemiológico, es decir, cuantitativamente”, puntualizó. Otra de las enfermedades antiguas que también preocupa, es el paludismo, la cual el año pasado tuvo presencia en la Costa de Chiapas, debido al incremento del flujo migratorio pero también a otros factores como la sequía que actualmente se vive en el sur sureste de México.
Te presentamos la entrevista realizada a Natalia Labryn, Adrián Núñez y Ligia Esparza, investigadoras de ECOSUR en la Unidad Campeche, en el programa Zona Libre de Coespo Campeche, transmitido el 15 de febrero en la estación de radio Voces Campeche 920 AM. En ella nos cuentan sus historias de vida y las experiencias que han enfrentado como mujeres académicas en el ámbito científico.