

Conoce más sobre este trabajo en el que participa El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR).
El Observatorio Social de Tuberculosis de México, en alianza con Socios En Salud de Perú, el Observatorio Social Regional de Tuberculosis y la Coalición de TB de las Américas, implementa el proyecto: Promoviendo el monitoreo liderado por la comunidad en México. Este proyecto es financiado por Stop TB Partnership y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 11 países del continente, incluido México, a través de su mecanismo de subvención Challenge Facility for Civil Society, Round 12.
MONITOREA – TB México es una estrategia innovadora para mejorar el control de la tuberculosis, especialmente en los sectores más vulnerables. Busca involucrar a las personas afectadas por la TB en el proceso de vigilancia y de seguimiento de la enfermedad. Este rol es fundamental porque permite un enfoque cercano y accesible, es decir, ahí mismo donde el sistema de salud enfrenta desafíos importantes, como la falta de infraestructura o personal capacitado y sensible, entre otros.
Cristina Gordillo, investigadora posdoctoral del Colegio de la Frontera Sur, miembro del OBSERVATB-México y líder de MONITOREA, dijo, a Corresponsales Clave, que la finalidad del proyecto es abordar la detección, diagnóstico y atención integral centrada en las personas para identificar las brechas de oportunidad y la propuesta de estrategias de mejora en la atención en salud a través de iniciativas de incidencia con impacto positivo en la reducción de casos y muertes por TB.
Agregó que MONITOREA se realiza en dos ciudades: Acapulco y Tijuana que tienen una alta incidencia de TB. Así, comentó, quedarán representadas una ciudad del norte y otra del sur del país con características sociales, económicas y de salud pública distintas. Tijuana, por un lado, explicó, enfrenta retos derivados de su ubicación como ciudad fronteriza, la alta migración y el acceso desigual a la salud, mientras que Acapulco, lidia con desafíos relacionados con la pobreza, la falta de infraestructura en áreas rurales y el acceso limitado a servicios de salud.
“Ambos contextos requieren estrategias específicas de control y prevención para abordar la tuberculosis de manera efectiva y reducir su impacto en las poblaciones más vulnerables”, afirmó Gordillo.
La profesional declaró que, hasta ahora, la implementación del MONITOREA ha ofrecido valiosas lecciones. Por un lado, ha permitido tener información sobre el acceso y la calidad de los servicios, caracterizar las poblaciones vulnerables y la vulneración de sus derechos en los servicios de salud e identificar las barreras y brechas de oportunidad para mejorar la atención de las personas con TB.
En los próximos meses, el OBSERVATB-México estará compartiendo los resultados obtenidos de las encuestas realizadas a alrededor de 100 personas con TB a través de la participación activa de la comunidad, especialmente liderada por asociaciones civiles, como Grupo de Amigos con VIH (GAVIH) y Albergue Las Memorias. Con estos, se espera convocar y unir voluntades para identificar oportunidades para el diagnóstico, el tratamiento y el control de la TB, en las poblaciones vulnerables de Acapulco y Tijuana.
Gordillo espera que el monitoreo liderado por la comunidad sobre TB se replique en más países para evaluar la respuesta a esta pandemia, conocer a las poblaciones afectadas y utilizar los hallazgos para políticas y buenas prácticas. “Esto desde un enfoque inclusivo, es decir, que contemple los aspectos de género e interculturalidad en los que se apropien las ideas, experiencias y propuestas de las personas con TB, de manera que ellas y ellos identifiquen el impacto real que puede tener su participación”, reafirmó la investigadora.
En el marco de su 30 aniversario y con el objetivo de acercar la ciencia y la tecnología a la sociedad chiapaneca, este 16 de noviembre El Colegio de la Frontera Sur realizó su evento “Ecosur a Puertas Abiertas”, en las instalaciones del MUSAC, en el centro histórico de San Cristóbal de Las Casas.
Desde el 2004, Ecosur a través de este evento presenta al público general exposiciones, pláticas, talleres y demostraciones, que dan cuenta de los trabajos de investigación que se realizan en la institución en las áreas de las ciencias sociales, la salud, conservación de los recursos naturales, género, entre otras.
En esta ocasión se expusieron ocho estands, en los que el personal académico ofreció algunas pláticas y demostraciones con los temas: Mujeres en la ciencia; Conoce el asombroso mundo de los mamíferos de Chiapas; ¿Conoces los problemas socioambientales de San Cristóbal de Las Casas?; El mundo de los peces; ¿Quién paga por detener el cambio climático?; Yo separo los residuos en mi casa y reutilizo algunos ¿y tú?; Lo bueno, lo malo y lo feo de la Cuenca; Cuidando mi salud y Divulgación inclusiva.
Asimismo, al atardecer se realizó una Tarde Bohemia, en la que participaron estudiantes y personal académico con diversas demostraciones artísticas, exposiciones fotográficas y música: son jarocho, música clásica con violín, guitarra y piano.
Wilber Sánchez Ortiz (wilber.sanchez@ecosur.mx) y Anne Damon (adamon@ecosur.mx),
Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco, El Colegio de la Frontera Sur, Unidad Tapachula, Chiapas
Los tuzantecos han sido minimizados desde siempre, pero ahora trabajamos para que vuelvan a lucir su historia, su legado y su estrecha relación con las selvas del Soconusco. Ellos son mayas, hablantes de qato’ok, y pasaron desapercibidos en el recuento de los pueblos indígenas de México desde el período colonial hasta los tiempos actuales. Hoy en día, ya no queda ni un solo hablante de su lengua, aunque algunos ancianos longevos sí la recuerdan.
Los habitantes de la selva alta perennifolia del Soconusco fueron obligados a reducir la extensión de sus tierras comunales desde fines del siglo XIX, y no fue sino hasta el período de la reforma agraria del siglo XX cuando tuvieron que gestionar los derechos para usar la tierra que antaño les pertenecía. Así fue como fraccionaron sus formas de vida vinculadas a la cacería, la recolección de cacao y la vida familiar y comunitaria, centrada en los quebraderos de la mazorca e inmersa en su rica tradición oral. Ésta fue una vida que a su vez garantizaba la disponibilidad de los múltiples satisfactores que la selva les proporcionaba, así como la posibilidad de producir tres cosechas habituales de maíz: dos en las tierras medias y una adicional llamada “chahuite”, en la zona pantanosa de las tierras bajas.
Con el reparto agrario de los años 30´s, los tuzantecos, por su cercanía geográfica, genética y cultural con los mayas guatemaltecos, fueron sometidos a un brutal y exitoso proceso de mexicanización que los obligó a negar su lengua, rituales y vestidos tradicionales, mientras que de manera colateral fueron inf luenciados para desapegarse de la selva. Su población autóctona tendió a separarse entre quienes habitaron la cabecera municipal, ligada al bosque, y los que se desplazaron a las tierras bajas a vivir en los pantanos, mismos que se convirtieron en su reservorio para la pesca de agua dulce, pero quea partir de entonces los han ido desecando. Nuestro jardín, creado en 1994 bajo el nombre de “Jardín Botánico Regional del Soconusco (JBRS)”, fue establecido en el municipio de Tuzantán, en la costa de Chiapas. A partir del año 2021, asumimos las metas promovidas por la nueva Red Nacional de Jardines Etnobiológicos (RENAJEB) y aprovechamos la oportunidad para lograr un mejor acercamiento hacia los tuzantecos, siento éste uno de los principales enfoques y objetivos del ahora denominado “Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco (JESS)”.
Para comenzar nuestro trabajo, realizamos un estudio etnobotánico y etnoecológico con los descendientes de quienes hablaban el qato’ok; incluso todavía hubo oportunidad de entrevistar a hombres y mujeres que hablaron la lengua durante su infancia. Estos individuos ahora se encuentran totalmente abandonados por los tres órdenes de gobierno, viviendo en la penumbra de la pobreza, las enfermedades y el olvido. Quisiéramos pensar que, a través de nuestro trabajo, aportamos un poco de paz y reconocimiento a estas personas que han sido y son el resguardo de la memoria viva de su pueblo.
A través de estudios posteriores, identificamos las plantas de interés cultural para los tuzantecos, entre las más de quinientas especies que albergan las colecciones botánicas vivas del JESS. Así, destaca el policultivo de cacao, una de las aportaciones más importantes de este pueblo a la cultura mesoamericana y que permite conservar elementos valiosos de la selva original dentro de un agroecosistema que a su vez ofrece sustento al tuzanteco. En estos policultivos se refugian animales como aves, insectos, mamíferos y reptiles, mientras que entre las especies de plantas se encuentran las espectaculares lianas, los últimos árboles con más de 30 m de altura asociados a la selva tropical alta húmeda, tales como el zope negro Vatairea lundellii, de la familia Fabaceae. A la par, estos árboles proveen de sombra, leña, alimentos, herramientas y materiales para rituales y construcción de casas.
En el JESS hemos priorizado el resguardo audiovisual de las f iestas rituales, siendo testigos de la última celebración a Las Ánimas, ocurrida en los primeros días del mes de noviembre en el año 2021; como resultado, editamos un video que, además de compartir en nuestras redes sociales, distribuimos al interior de la comunidad. Asimismo, la comunidad tuzanteca nos invitó a compartir otras manifestaciones de su cultura, por lo que logramos realizar un video sobre el “pash pash” (juego de pelota con hojas de maíz) y otro más sobre la persecución política de los años veinte, misma que las familias todavía recuerdan.
Con el fin de fortalecer la historia oral, se montó una exposición museográfica en la cabecera municipal y en sus comunidades aledañas. Además, en el JESS se encuentra instalada una representación de las casas tradicionales techadas con hojas de la palma manaca (Attalea butyracea: Arecaceae). Como parte de nuestro trabajo, contamos con trípticos, artículos científicos, infografías y dos libros: “Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco” (ECOSUR, 2022) y “Los tuzantecos” (Conaculta-UNACH, 2022).
A pesar de nuestros logros, el JESS afronta diversos obstáculos. Por ejemplo, cada vez tenemos mayores problemas para entrevistar, organizar y estudiar a los depositarios del conocimiento de los tuzantecos, debido a que la población niega sus propios orígenes o los desconocen. Si bien es posible que al menos haya una pareja de ancianos que aún utiliza la lengua entre sí, niegan su uso ante la gente externa a la comunidad, siendo incluso vilipendiados dentro de la misma unidad familiar cuando la emplean.
¡Te invitamos a conocer nuestro jardín! Ya que por medio de tu visita puedes conocer en vivo a las plantas y a los animales utilizados por “Los tuzantecos” y ayudar a difundir el conocimiento de este pueblo que aporta de manera significativa a la diversidad de los pueblos mexicanos. ●
Videos disponibles:
El Jardín Botánico Regional del Soconusco, Halagar a la muerte: el ritual tuzanteco de festejar a Las Ánimas del purgatorio, Pash pash: El juego de la alegría qato´ok, Verdes y colorados: una historia que no ha sido contada en Tuzantán del Soconusco
ARTÍCULO PUBLICADO EN: La Jornada del campo 16/11/24, Pag. 18