
Campaña de Rescate y conservación del Cerrito de San Cristóbal.
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David Ismael Gutiérrez Gamboa, egresado de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en su tesis de maestría titulada “Violencia hacia mujeres transgénero trabajadoras sexuales en el estado de Chiapas”, destaca que las mujeres transgénero son un grupo expuesto a diversas expresiones de violencia por transgredir la heteronormatividad a través de características, comportamientos y prácticas sexuales no correspondientes a su sexo biológico, pues en la sociedad las prácticas sexuales que se consideran correctas son las heterosexuales.
Explica que las mujeres transgénero —hombres que se identifican con el género femenino— en algún momento de su vida sienten cierto rechazo a las normatividades sexuales al no identificarse con las características y comportamientos atribuidos a su sexo biológico, así inician el proceso de construcción de identidad de género.
El egresado de ECOSUR destaca que “la naturalización de la violencia es algo muy cotidiano, pues debido a que todas las personas han interiorizado las normas sexuales y de género, cuando ven algo diferente a lo establecido tienden a violentarla, tal es el caso de las mujeres transgénero, quienes son víctimas de violencia estructural, directa e institucional, situación que las condiciona a una vida precaria”.
El autor retoma el concepto de vida precaria propuesto por Butler (2006), para señalar la exclusión social que viven las mujeres transgénero. Afirma que todas las personas son vulnerables a cualquier daño físico, pero que algunas están en una situación de vulnerabilidad maximizada debido al abandono del Estado, tal es el caso de este grupo poblacional.
En su tesis, define la violencia institucional como aquella que provoca daños en la satisfacción básica de las necesidades, como son la salud, educación y trabajo. Es decir, aquella que se da dentro de las instituciones públicas y afecta los derechos de las personas. Mientras que la violencia directa es aquella que se da en las relaciones cara a cara, en la que puede llegar a existir violencia psicológica o sexual.
Ámbitos familiar, escolar y laboral
Las primeras experiencias de violencia directa que sufren las mujeres transgénero ocurren generalmente dentro del ámbito familiar. En un segundo momento son víctimas de violencia institucional dentro de la escuela, no solamente al ser discriminadas por parte de sus compañeros sino también por parte de los directivos al no garantizarles un espacio libre de estigmas y discriminación.
Esta situación ha sido una de las principales causas por las que las mujeres transgénero han desertado de la escuela, hecho que les ha impedido posteriormente el acceso a determinados empleos. Asimismo, quienes logran tener empleos formales son discriminadas e inclusive rechazadas, por la no concordancia entre sus documentos oficiales y su apariencia física.
“En Chiapas no existe la posibilidad para que ellas puedan modificar su identidad. Esta situación ha orillado a muchas de ellas a ciertas actividades feminizadas, relegadas al campo de lo privado, como es la estética, el trabajo doméstico y en el último de los casos el trabajo sexual, situación que maximiza la violencia que viven las mujeres transgénero”, afirma Gutiérrez Gamboa.
Trabajo sexual
Explica que en Chiapas solo existe la regularización del trabajo sexual para mujeres biológicas, quienes ejercen dicha actividad dentro de las zonas de tolerancia -espacios a las afueras de las zonas urbanas-, mientras que las mujeres transgénero –al no tener esta regularización- lo hacen poniendo anuncios en páginas de internet, WhatsApp y espacios callejeros, así como en la modalidad del fichaje, que consiste en acudir a bares donde no está permitido el trabajo sexual, en un primer momento, ofrecen a los clientes sus servicios de compañía y posteriormente brindan el servicio sexual en hoteles, moteles, cuartos rentados, coches o en el último de los casos en espacios callejeros.
Menciona, que esta situación las expone a la violencia directa por compañeras de trabajo, clientes y personas transfóbicas, pero también a la violencia institucional al negarles los servicios básicos de salud y seguridad por su identidad de género, la cual asociada con los estigmas que recaen en el trabajo sexual maximiza la vulnerabilidad de este grupo.
“Creemos que la reafirmación de la identidad como mujer trangénero es un elemento que particulariza e inclusive maximiza la violencia hacia este grupo. Ellas se encuentran en una dicotomía, pues al estar en contacto con el otro, constantemente tratan de reafirmar su identidad como mujer transgénero, pero al momento de estar expuestas a la violencia tienen que recurrir a los rasgos masculinos para protegerse, como el uso de la violencia. Por esta razón, para ellas es importante transformar el cuerpo, pues además de permitirles concordar su identidad de género con su apariencia física, en gran medida dicho proceso las hace pasar desapercibidas y talvez vivir menos episodios de violencia”, asevera.
Propuestas
David Ismael Gutiérrez Gamboa señala que si bien el sistema sexo-género es una estructura bastante sólida difícil de romper, no es imposible fracturarla, ya que se pueden generar cambios a través de un proceso constante e individual en el que cada persona reflexione y evite seguir reproduciendo esta lógica excluyente, y en la medida de lo posible hacer reflexionar a personas cercanas.
Asimismo sugiere realizar acciones institucionales para evitar la discriminación en espacios educativos, además de cambios en las normatividades escolares de tal manera que no se continúe reproduciendo esta lógica binaria hombre-mujer, entre ellas: impartir asignaturas de género desde edades tempranas, cursos constantes al personal administrativo y académico, acciones legales para facilitar y economizar la modificación de nombres, financiamiento y/o asesoría para transformar el cuerpo —ya sea a través de hormonas o por reasignación sexual—, y una regularización en el trabajo sexual con base en las particularidades de las mujeres transgénero.
Por último, menciona que son necesarios cursos de género e inclusive imponer sanciones dentro de las instituciones de salud y de seguridad pública para aquellos que no cumplen con sus obligaciones y violenten a las personas por su identidad de género.
Fotografía de Sipse
https://www.ecosur.mx/blog/mujeres-transgenero-un-grupo-social-excluido-y-orillado-a-una-vida-precaria-ecosur/
El miércoles 4 de enero, la comunidad de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) ofreció una cálida bienvenida a los nuevos estudiantes del posgrado, a quienes se les exhortó a ser promotores del cambio.
Esta generación está integrada por 122 estudiantes, 66 ingresaron a la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural, 50 al Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable y 6 a la Maestría Profesionalizante en Ecología Internacional, la cual tiene como socio a la Universidad de Sherbroke. La Unidad San Cristóbal tendrá 53 estudiantes, las Unidades Campeche y Chetumal recibieron a 18 estudiantes cada una, 23 la Unidad Tapachula, y 14 la Unidad Villahermosa.
Mario González Espinosa, director general de ECOSUR, expresó en su mensaje de bienvenida, que el posgrado ECOSUR, en especial la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales, es un programa ejemplar a escala nacional e internacional. Desde su creación –hace 23 años– llegó a establecer un nuevo paradigma del ejercicio de la educación de posgrado en las temáticas que trabaja ECOSUR con programas multidisciplinarios, mientras que el Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable se ha distinguido por ser un programa inter y multidisciplinario.
Everardo Barba Macías, director de posgrado, destacó que los tres programas de posgrado de la institución pertenecen al Padrón del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del CONACYT y ofrecen más de 130 cursos y 60 seminarios, que permiten a los estudiantes planear y establecer sus programas de estudio y de trabajo. Asimismo, explicó a las y los estudiantes que estarán respaldados por más de 166 investigadoras e investigadores que conforman los 6 departamentos académicos de ECOSUR, de los cuales, más del 86% pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en sus diferentes categorías.
“El año pasado tuvimos nuestro graduado número mil, eso también nos llena de satisfacción. Seguimos contribuyendo a la formación de recursos humanos en esta zona del sureste, que es un gran reto y también es una gran oportunidad en la que pueden tomar cursos en las diferentes unidades, en los diferentes contextos sociales y culturales, eso también es una fortaleza para sus programas e investigaciones y un gran reto para encontrar soluciones a las problemáticas de esta zona”, expresó.
Los responsables de las orientaciones de la Maestría y el Doctorado en Ciencias, así como la responsable de la Maestría Profesionalizante en Ecología Internacional presentaron el quehacer de sus respectivas orientaciones e invitaron a los estudiantes a mantener una estrecha relación con sus tutores.
Al concluir el enlace por videoconferencia cada sede continuó con un programa de actividades propio, diseñado por las coordinaciones de posgrado que operan en cada unidad.
En la Unidad San Cristóbal, el programa incluyó la inauguración del nuevo edificio de posgrado cuya construcción fue impulsada por Austreberta Nazar, exdirectora del posgrado.
Programa de transmisión: “Enciclopedia Radio”, por XERA – Radio Uno 760 AM y 101.5 FM
Tema: Migración en movimiento
Dra. Martha Lus Rojas Wiesner
Unidad San Cristóbal
Programa de transmisión: “Enciclopedia Radio”, por XERA – Radio Uno 760 AM y 101.5 FM
Tema: Percepciones sobre uso de tecnologías en la red socio productiva de Zinacantán. Perspectivas de cambio
Lic. Vanessa Córdoba Sandoval
Estudiante de posgrado
Unidad San Cristóbal
Investigadores de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) colaboran con la Secretaría de Gobernación, 23 alcaldes de municipios fronterizos y con el gobierno de Alemania, en un proyecto llamado “Municipios Fronterizos en Derechos Humanos”, que identifica a los grupos con mayor carga de vulnerabilidad social en la región limítrofe sur de México, como migrantes, indígenas, mujeres o adultos mayores, y diseña políticas públicas enfocadas a esos grupos.
Ellos buscan contrarrestar la violación a cualquiera de los 30 derechos humanos reconocidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Ver nota completa:
La Crónica de hoy: http://www.cronica.com.mx/reportaje.php?id_nota=999088
Notas relacionadas.
ADN Sureste. http://adnsureste.info/buscan-crear-23-municipios-en-derechos-humanos-en-la-frontera-sur-1400-h/
Portavoz Chiapas. https://www.facebook.com/notes/portavoz/una-mirada-de-la-frontera-sur-desde-los-derechos-humanos/676605352502325
Por Amapola Nava
Guadalajara, Jalisco. 5 de diciembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Con el objetivo de difundir el conocimiento científico generado a partir de la investigación, los Centros Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) especializados en ciencias sociales y humanidades estuvieron presentes en la trigésima edición de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL).
Para el responsable de Fomento Editorial y Comercialización de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), Oscar Chow Lutin, la FIL representa un espacio donde el libro, como producto del conocimiento y la investigación científica, reivindica su importancia social.
“El quehacer del ECOSUR se demuestra en varios productos y uno de ellos son sus libros. Independientemente de los formatos digitales y de los artículos científicos, el libro es una pieza importantísima en la que está plasmado todo el conocimiento que generamos”.
Ver nota completa:
Conacyt Prensa. http://www.conacytprensa.mx/index.php/sociedad/politica-cientifica/12256-centros-conacyt-fil-2016
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, el 25 de noviembre se realizó el conversatorio “Estado actual de la violencia de género en la educación superior”, organizado por El Colegio de La Frontera Sur (ECOSUR), en La Enseñanza, Casa de la Ciudad, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Flor Marina Bermúdez Urbina, investigadora del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (UNICACH-CESMECA), mencionó que la violencia en las instituciones de nivel superior ha existido desde siempre como una forma de disciplina corporal que ejercían anteriormente los docentes hacia los alumnos.
En la actualidad, en el ámbito de la educación superior el tema de la violencia de género empieza a convertirse en un tema de agenda política y académica, donde instituciones con una larga trayectoria, como la UNAM y el Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM), fundado en El Colegio de México (El Colmex), han generado acciones que permitan erradicar la violencia contra la mujer.
“La violencia de género, empieza a convertirse en un tema de la agenda política de las universidades en el año 2009, a partir de una declaratoria que se llamó -Caminos para la Equidad de Género en las Instituciones de Educación Superior-, que emite la UNAM junto con otras instituciones. Quienes además del Instituto de la Mujer, juegan un papel muy importante en la promulgación de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que además de identificarla también la describe, y establece dentro de la misma Ley el hostigamiento y el acoso educativo”, mencionó.
La investigadora indicó que algunas legislaciones universitarias ya reconocen la violencia hacia las mujeres como un tipo de discriminación, algunos la consideran como una falta de ética grave, que es sancionable. Asimismo se han creado en algunas instituciones comités de ética que atienden este tipo de casos, sin embargo, no existe un documento puntual que hable de cómo se ha abordado en las legislaciones universitarias de las instituciones públicas estatales y los centros públicos CONACYT.
José María Duarte Cruz, investigador comisionado de Cátedras CONACYT en ECOSUR, mencionó que las y los docentes en ocasiones utilizan acciones violentas y estereotipos que son modelados en el aula de clases, a veces en forma consciente o inconsciente, provocando que los estudiantes aprendan estas acciones como formas de relacionarse, es decir, muchas de las ideas y estereotipos sexistas que se presentan en los y las estudiantes son compartidas y promovidas por los y las docentes, quienes tienen en sus manos la formación y educación de los niños y niñas.
“Muchas y muchos docentes asocian las características de delicadeza, sumisión, belleza, tranquilidad, inteligencia, timidez y pasividad, como comportamientos esperados para las niñas, y características como la agresividad, intranquilidad, hiperactividad, rudeza, rebeldía e informalidad, como comportamientos propios de los niños. Tal distinción no hace más que acrecentar diferencias inexistentes y discriminatorias entre los niños y las niñas; además de promover identidades y concepciones estereotipadas sobre lo que es ser un hombre y una mujer”, señaló.
Alma Amalia González Cabañas, investigadora del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (CIMSUR-UNAM), ejemplificó que la violencia de género se vive desde cosas muy sencillas, como el solicitarle a la mujer un certificado de no embarazo para acceder a un trabajo, hasta cosas complejas, como el maltrato, el abuso y la discriminación.
Angélica Aremy Evangelista García, investigadora del Grupo Académico Estudios de Género de ECOSUR, indicó que muchas de las investigaciones que se han realizado en torno a la violencia de género, mencionan que el acoso es mucho más frecuente que el hostigamiento. Definiendo al acoso como aquella conducta de persecución o molestia que se da entre pares, mientras que el hostigamiento son aquellos comportamientos ofensivos que se dan en una relación de jerarquía y de poder.
Ambas conductas, el acoso y el hostigamiento sexual son prácticas reconocidas por distintos instrumentos internacionales y nacionales, pero además son delitos tipificados en los ordenamientos jurídicos de México y acreditan diferentes sanciones.
Finalmente, indicó que en ECOSUR, por mucho tiempo, se llevó a cabo un programa denominado “Comité de Equidad y no Discriminación”, cuyo propósito era incidir en políticas institucionales que promovieran la equidad de género y la equidad en términos amplios en la institución. Así como atender quejas de actos de discriminación, acoso y hostigamiento sexual.
El 17 y 18 de noviembre se realizó el Foro-Café 2016 “Hacia la renovación de la cafeticultura”, en las instalaciones de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en San Cristóbal de Las Casas.
El objetivo de este evento fue generar un espacio de intercambio, reflexión y análisis de las experiencias y conocimientos generados entre productores, investigadores y tomadores de decisiones, para contribuir al desarrollo sustentable de las zonas cafetaleras y asimismo, promover la cooperación.
Durante la inauguración del evento, Mario González Espinosa, director general de ECOSUR, dio la bienvenida a los asistentes e indicó que desde hace 40 años la institución se ha distinguido en el sur sureste de México por tener un firme compromiso en la implementación de proyectos de vanguardia en cuanto a cafeticultura se refiere.
Carlos Ildelfonso Jiménez Trujillo, director general del Instituto de Café de Chiapas (INCAFECH), resaltó la importancia que ha tenido la recuperación del café en México desde que sufrió la afectación más grave por la roya.
“Hace algunos años en México la afectación de la roya había sido de un 60%. En el caso de Chiapas, dos millones 200 mil quintales se produjeron antes de la roya, de ello, un millón de quintales fueron afectados. Reconocemos que nos hemos recuperado; en Chiapas podemos señalar que esa recuperación es del 30%, es decir, en la cosecha 2015-2016 obtuvimos alrededor de un millón 500 mil quintales, en este año estaremos alcanzando un poco más de esta cifra”.
Señaló que esta recuperación se debe al trabajo en conjunto que han realizado diversas instituciones, entre las que destacan INCAFECH, ECOSUR y la Federación Indígena Ecológica de Chiapas (FIECH).
“Hoy México ocupa el doceavo lugar, cuando era el quinto en la producción de café. Estamos seguros que con esta inercia de seguir renovando los cafetales y seguir trabajando con todos los actores, estaremos llegando a la producción que traíamos antes de la roya en Chiapas, que era de dos millones 200 mil quintales y en México de cinco millones de quintales”, explicó.
El programa del Foro-Café 2016 se integró por dos paneles en los que se discutió sobre el futuro de las zonas cafetaleras del en un escenario de 15 años, su situación y sus oportunidades; cuatro conferencias magistrales: “Las familias de las zonas cafetaleras”, “Tendencias y mercados emergentes del café”, “Redes de investigación, Triple hélice” y “La nueva institucionalización del sector cafetalero”; así como por ocho mesas de trabajo con los temas: las familias cafetaleras, el cafetal del futuro, acción colectiva, comunicación y formación de recursos humanos, las empresas sociales en territorios cafetaleros, soberanía alimentaria y diversificación productiva, mercados y calidad, y políticas públicas para zonas cafetaleras.
El evento fue organizado en el marco del 15º aniversario del Grupo de Investigación de ECOSUR en Zonas Cafetaleras (GIEZCA) , coordinado por Obeimar Balente Herrera, técnico académico del Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente; la Federación Indígena Ecológica de Chiapas (FIECH) y el Instituto del Café de Chiapas (INCAFECH).
Programa de transmisión: “Enciclopedia Radio”, por XERA – Radio Uno 760 AM y 101.5 FM
Tema: Violencia contra la mujer
Dra. Saraí Miranda Juárez
Unidad San Cristóbal