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Analizan situación de la violencia de género en ámbitos de educación superior

Analizan situación de la violencia de género en ámbitos de educación superior

30 noviembre, 2016

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, el 25 de noviembre se realizó el conversatorio “Estado actual de la violencia de género en la educación superior”, organizado por El Colegio de La Frontera Sur (ECOSUR), en La Enseñanza, Casa de la Ciudad, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

Flor Marina Bermúdez Urbina, investigadora del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (UNICACH-CESMECA), mencionó que la violencia en las instituciones de nivel superior ha existido desde siempre como una forma de disciplina corporal que ejercían anteriormente los docentes hacia los alumnos.

En la actualidad, en el ámbito de la educación superior el tema de la violencia de género empieza a convertirse en un tema de agenda política y académica, donde instituciones con una larga trayectoria, como la UNAM y el Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM), fundado en El Colegio de México (El Colmex), han generado acciones que permitan erradicar la violencia contra la mujer.

“La violencia de género, empieza a convertirse en un tema de la agenda política de las universidades en el año 2009, a partir de una declaratoria que se llamó -Caminos para la Equidad de Género en las Instituciones de Educación Superior-, que emite la UNAM junto con otras instituciones. Quienes además del Instituto de la Mujer, juegan un papel muy importante en la promulgación de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que además de identificarla también la describe, y establece dentro de la misma Ley el hostigamiento y el acoso educativo”, mencionó.

La investigadora indicó que algunas legislaciones universitarias ya reconocen la violencia hacia las mujeres como un tipo de discriminación, algunos la consideran como una falta de ética grave, que es sancionable. Asimismo se han creado en algunas instituciones comités de ética que atienden este tipo de casos, sin embargo, no existe un documento puntual que hable de cómo se ha abordado en las legislaciones universitarias de las instituciones públicas estatales y los centros públicos CONACYT.

José María Duarte Cruz, investigador comisionado de Cátedras CONACYT en ECOSUR, mencionó que las y los docentes en ocasiones utilizan acciones violentas y estereotipos que son modelados en el aula de clases, a veces en forma consciente o inconsciente, provocando que los estudiantes aprendan estas acciones como formas de relacionarse, es decir, muchas de las ideas y estereotipos sexistas que se presentan en los y las estudiantes son compartidas y promovidas por los y las docentes, quienes tienen en sus manos la formación y educación de los niños y niñas.

“Muchas y muchos docentes asocian las características de delicadeza, sumisión, belleza, tranquilidad, inteligencia, timidez y pasividad, como comportamientos esperados para las niñas, y características como la agresividad, intranquilidad, hiperactividad, rudeza, rebeldía e informalidad, como comportamientos propios de los niños. Tal distinción no hace más que acrecentar diferencias inexistentes y discriminatorias entre los niños y las niñas; además de promover identidades y concepciones estereotipadas sobre lo que es ser un hombre y una mujer”, señaló.

Alma Amalia González Cabañas, investigadora del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (CIMSUR-UNAM), ejemplificó que la violencia de género se vive desde cosas muy sencillas, como el solicitarle a la mujer un certificado de no embarazo para acceder a un trabajo, hasta cosas complejas, como el maltrato, el abuso y la discriminación.

Angélica Aremy Evangelista García, investigadora del Grupo Académico Estudios de Género de ECOSUR, indicó que muchas de las investigaciones que se han realizado en torno a la violencia de género, mencionan que el acoso es mucho más frecuente que el hostigamiento. Definiendo al acoso como aquella conducta de persecución o molestia que se da entre pares, mientras que el hostigamiento son aquellos comportamientos ofensivos que se dan en una relación de jerarquía y de poder.

Ambas conductas, el acoso y el hostigamiento sexual son prácticas reconocidas por distintos instrumentos internacionales y nacionales, pero además son delitos tipificados en los ordenamientos jurídicos de México y acreditan diferentes sanciones.

Finalmente, indicó que en ECOSUR, por mucho tiempo, se llevó a cabo un programa denominado “Comité de Equidad y no Discriminación”, cuyo propósito era incidir en políticas institucionales que promovieran la equidad de género y la equidad en términos amplios en la institución. Así como atender quejas de actos de discriminación, acoso y hostigamiento sexual.

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