María Solano obtiene el grado de Maestra en Ciencias con la tesis Perspectivas locales sobre la coexistencia entre apicultura y agricultura en un contexto de intensificación agrícola en Hopelchén, Campeche.
Publicado el 8 abril, 2022
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María Cristina Solano Picazo, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Agricultura, Sociedad y Ambiente (Generación 2019 – 2020) de la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias, el día 05 de abril, con la tesis denominada Perspectivas locales sobre la coexistencia entre apicultura y agricultura en un contexto de intensificación agrícola en Hopelchén, Campeche.
La investigación tiene como objetivo analizar la diversidad de percepciones entre productores agrícolas y apícolas locales, en el marco de los modelos productivos de la agricultura y su relación de coexistencia con la apicultura, a través de una metodología cualitativa en el ejido Crucero San Luis, ubicado en el municipio de Hopelchén, Campeche.
El trabajo de campo inició en febrero de 2020 y se vio interrumpido por la contingencia sanitaria mundial. Durante el tiempo que fue posible permanecer en el ejido, se realizó un registro de observación directa en parcelas de uso colectivo con cultivos de jitomate, así como en cinco apiarios propiedad de tres apicultores, y 27 entrevistas en profundidad.
Como resultado del proceso investigativo se construyó una tipología de productores locales y se documentó un gradiente de percepciones respecto a la coexistencia entre agricultura y apicultura en el contexto de intensificación agrícola.
Una vez establecidas las percepciones de cada tipo de actor se identificaron cinco puntos de tensión socioambiental derivados de la interacción entre apicultura y agricultura intensiva: deforestación, mecanización del trabajo agrícola, uso de herbicidas, uso de insecticidas, venta y renta de tierras.
Se concluye que la coexistencia entre estas actividades en Crucero San Luis, a pesar de estar determinada por factores externos, presenta áreas de oportunidad como la difusión de técnicas alternativas al uso de agroinsumos, que ya son conocidas por algunos productores.
María Melina Arredondo Velázquez, estudiante del Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable con orientación en Estudios de Sociedad, Espacios y Culturas (Generación 2018 – 2021) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Doctora en Ciencias con la tesis denominada Juventud, identidad étnica y reivindicación cultural dentro del colectivo de jóvenes chujes de Hakib’al, este 08 de abril.
Partiendo de las categorías esperanza, conocimientos culturales, virtud y razonadores prácticos independientes, como bases teóricas, la presente investigación tiene como objetivos identificar y analizar las maneras como se construye al interior de Hakib’al, colectivo de jóvenes del pueblo Maya-Chuj, su identidad y la representación social en torno al “ser joven chuj”, así como las formas en las cuales su participación en el grupo ha influido en la vida de sus integrantes. Implementando la investigación acción participativa y la hermenéutica existencial, se siguió la triangulación metodológica para el desarrollo del trabajo de campo y la teoría fundamentada para el análisis e interpretación de los datos generados.
Como herramientas para la recolección de información se realizaron entrevistas a profundidad, entrevistas estructuradas, guías de observación, relatos de vida, elaboración de minutas y el diseño e implementación de un taller de reflexión colectivo.
Los principales hallazgos son que, en el pueblo chuj, la categoría de “joven” sí es considerada dentro de las etapas de la vida. Sin embargo, sus características se han modificado a raíz de las experiencias de vida de las nuevas generaciones. Por otro lado, si bien la construcción identitaria y representación social del ser “joven chuj” al interior de Hakib’al están cargadas de tensiones, acuerdos y reestructuraciones, su reivindicación desde una perspectiva crítica ha ayudado a que sus integrantes tomen en cuenta y valoren la voz de las abuelas y los abuelos para, con base en los principales valores culturales (destacadamente respeto y humildad), formarse y caminar hacia el ser “buenas jóvenes chujes”.
Finalmente, se identificó que su participación en el colectivo ha provocado una transformación trascendental a nivel personal, familiar, colectivo, comunitario y cultural y los ha forjado como sujetos conscientes, con capacidad de discernir y de actuar a favor del bien común.
Con gran éxito ECOSUR llevó a cabo la Semana de Intercambio Académico (SIA) 2022, del 28 de marzo al 1 de abril, teniendo como lema “Límites y alcances de la investigación con incidencia en sistemas socioecológicos”.
El evento se llevó a cabo de manera presencial y virtual, lo que permitió que cada unidad fuera sede del evento un día de la semana en el siguiente orden: Chetumal, San Cristóbal, Tapachula, Villahermosa y Campeche.
La SIA se realiza anualmente con el objetivo de que el personal académico y estudiantes de posgrado intercambien ideas y dialoguen sobre el papel que tiene la ciencia, desde una perspectiva transversal y multidisciplinaria, en las problemáticas de la frontera sur de México.
Las actividades de la SIA comenzaron el lunes 28 de marzo en la Unidad Chetumal con el tema “Logros y desafíos de la conservación de la biodiversidad en el sureste de México”. El Dr. Felipe Eloy Sosa Cordero, coordinador de la Unidad, dio las palabras de bienvenida e invitó a todas las unidades a unirse a las actividades programadas durante la semana. Por su parte la Dra. María del Carmen Pozo de la Tijera, directora general, dio una breve explicación sobre la SIA y su historia en ECOSUR y posteriormente inauguró el evento.
Para finalizar la jornada del día se realizó la entrega de reconocimiento a personas que se jubilan y a personal con 20 y 25 años de servicio. Por la tarde, Don Fidel Villanueva Madrid, cronista vitalicio de Isla Mujeres, impartió la plática “Isla Mujeres a través del tiempo” y más tarde se realizó de manera virtual un Torneo de ajedrez.
El martes 29, las actividades continuaron en la Unidad San Cristóbal con el tema “Investigación e incidencia en sistemas sociológicos. Miradas transdisciplinarias”. El M. en C. Benigno Gómez y Gómez, coordinador de la Unidad, y la Dra. Dora Elia Ramos Muñoz, coordinadora general de posgrado, dieron la bienvenida y mencionaron que la SIA es un evento relevante para conocer las investigaciones recientes que se están realizando en la institución y acercar a los estudiantes de posgrado con la comunidad académica para discutir temáticas de investigación.
La parte académica inició con la conferencia magistral “Investigación transdisciplinaria: Co-creando saberes, prácticas y poderes hacia la transformación sociológica”, impartida por la Dra. Juliana Mercon, de la Universidad Veracruzana. Posteriormente se desarrolló el conversatorio “Límites y alcances de la investigación con incidencia en sistemas socioecológicos”, con la participación del Dr. Eduardo Bello Baltazar, la Dra. Rosa Elba Hernández Cruz, el Dr. Eric Vides, la Dra. María Lorena Soto Pinto, el Dr. Mateo Mier y Terán Giménez Cacho y el Dr. Manuel Roberto Parra Vázquez, quienes compartieron con los asistentes el trabajo que han realizado con diferentes enfoques y perspectivas sobre dicha temática. Para finalizar la jornada se entregaron reconocimientos a personal con 20, 25 y 30 años de servicio y a personas que se jubilan.
El miércoles 30, la Unidad Tapachula fue sede de la SIA con el tema “Retos y experiencias de la investigación de incidencia a través de la multidisciplina, interdisciplina y transdisciplina”. El Dr. Edi Álvaro Malo Rivera, coordinador de la Unida, y la Mtra. Leticia Espinosa Cruz, directora de Administración, dieron las palabras de bienvenida y resaltaron la importancia de dicho evento como un espacio que fomenta los aprendizajes colectivos en todo el personal de ECOSUR.
La conferencia magistral “Interdisciplina y transdisciplina en la investigación ambiental. Retos y alcances de la incidencia esperada” fue dictada por el Dr. Gerardo Bocco, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Posteriormente se desarrolló el conversatorio “Retos y experiencias de la investigación de incidencia a través de la multi-inter y transdisciplina. Retos: Captación de recursos, evaluación, reconocimientos, culturas académicas” con la participación de los doctores Daniel Guadalupe Pech Pool, Francisco Delfín Gurri García, Cristian Tovilla Hernández y David Nemesio Olvera Alarcón. Para finalizar la jornada se realizó la entrega de reconocimientos al personal académico y administrativo con 20 y 25 años de servicio.
La Unidad Villahermosa fue escenario de la SIA el jueves 31, con el tema “Retos locales y regionales ante cambios globales en la era del antropoceno”. Los doctores Rodimiro Ramos Reyes, coordinador de la Unidad, y Everardo Barba Macías, coordinador general académico, dieron las palabras de bienvenida a los asistentes. El invitado para la conferencia magistral fue el Dr. Edward Allan Ellis, de la Universidad Veracruzana, quien abordó el tema “Las selvas manejadas de la Península de Yucatán: Una solución natural contra el cambio climático y para el bienestar social”. Posteriormente se desarrolló el panel “Retos locales y regionales ante cambios globales en la era del Antropoceno” en la que participaron los doctores Miguel Ángel Castillo Santiago, Darío Alejandro Navarrete Gutiérrez, Rodimiro Ramos Reyes y Óscar Fabián Reyes Mendoza. Para finalizar la jornada se entregaron reconocimiento a personal con 20 y 25 años de servicio y en la tarde se realizó la tradicional Velada Literaria.
En la segunda mesa el tema central fue “Salud” con la presentación de dos ponencias magistrales “Una salud” por el Dr. Juan Garza Ramos, de la UNAM, Facultad de Medicina Veterinaria y “Análisis de señales fisiológicas en enfermedades crónicas” dictada por la doctora Ana Leonor Rivera López, de la UNAM, Centro de Ciencias de la Complejidad. Una vez terminado el panel, se realizó la entrega de reconocimientos a personal con 20 y 25 años de servicio.
La doctora María del Carmen Pozo de la Tijera, directora general, clausuró los trabajos de la SIA 2022 con un reconocimiento por los temas expuestos en cada unidad porque se “logró tocar el tema transversal desde diferentes ángulos y visiones”. Comentó que la comunidad se queda con aprendizajes importantes para mejor la incidencia en la investigación y que el evento ha hecho visible que desde hace tiempo varias personas de la institución han realizado investigación con incidencia. Asimismo comentó que en este evento no solo existe conocimiento académico sino también reconocimiento social y cultural. “Durante la SIA se conectaron en línea alrededor de 1039 personas y 50 personas estuvieron de manera presencial por Unidad, del total 580 fueron mujeres y 450 hombres”, señaló.
San Juan Cancuc y Chanal son dos municipios chiapanecos que se encuentran entre los diez municipios con mayor cantidad de población en situación de pobreza, 99.3 y 99.1% respectivamente (Coneval, 2020). No es casual que en ambos municipios 98% de su población sea hablante de una lengua indígena (INEGI, 2020). Tzeltales en su mayoría, se enfrentan día a día a limitaciones económicas que les impiden ejercer derechos básicos como salud, educación, empleo digno, alimentación y el bienestar en general.
En ambos municipios, las niñas, los niños y las/os adolescentes ven limitado su derecho a la educación pues no existe suficiente oferta de bachilleratos, la educación secundaria es lo máximo a lo que se puede acceder, más aún si se pertenece a localidades alejadas de las cabeceras municipales.
Para el caso de las niñas y las adolescentes la situación se profundiza. El acceso a la educación es más complicado ya que por su condición de edad y de género se enfrentan a mayores obstáculos derivados de la falta de infraestructura, como alumbrado público, lo que les genera sensación de inseguridad para ir y regresar de la escuela, así como algunos aspectos culturales que favorecen la creencia de que las mujeres pertenecen al espacio privado y deben mantener el orden de género vinculado al trabajo reproductivo y de cuidados.
De ahí que San Juan Cancuc y Chanal sean de los principales municipios proveedores de fuerza de trabajo de servicio doméstico para los centros urbanos del estado de Chiapas, incluso de otras entidades federativas. Desde muy temprana edad (8 o 9 años), las niñas y las adolescentes migran hacia las ciudades de San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez a buscar empleo como trabajadoras del hogar. Su incorporación a este tipo de trabajos se da de formas muy diversas, que van desde adopciones informales que implican llegar a un hogar de terceros para recibir comida y sustento a cambio de trabajo doméstico hasta un trato directo entre las empleadoras/es y las niñas y adolescentes sin que medie otro adulto o algún tipo de coacción (Miranda, 2018).
En este contexto, es muy difícil conocer la cifra exacta de cuántas niñas y adolescentes estén trabajando a puerta cerrada bajo eufemismos tales como ahijadas, entenadas, sobrinas e hijas. Lo que se sabe es que el estado de Chiapas detenta el segundo lugar a nivel nacional de mujeres de 15 a 17 años que trabajan como empleadas en una vivienda particular o casa ajena con 30% frente a 11.8% a nivel nacional (INEGI, 2016).
En una investigación que realicé entre 2017 y 2018 titulada “Migración, trabajo doméstico y violencia de género. Niñas, niños y adolescentes en el sureste de México”, se encontraron algunos elementos sobre la forma en que estas niñas y adolescentes experimentan cotidianamente varias opresiones. En sus comunidades de origen sufren marginación y pobreza; en sus hogares están expuestas a violencias intrafamiliares derivadas de la fuerte persistencia del alcoholismo en los hombres, además, tienen escasas posibilidades de estudiar y trabajar, por lo que muchas de ellas deciden migrar para ahorrar dinero y poder seguir con sus estudios (Miranda, 2018).
Lamentablemente, al llegar a trabajar a las ciudades encuentran nuevas formas de opresión vinculadas con ser niñas o adolescentes, ser pobres, ser indígenas y ser migrantes. En sus estancias en hogares de terceros se enfrentan a humillaciones, violencias y explotación económica. Se les raciona la comida, se les somete a horarios extensos de trabajo, sufren acoso sexual, en ocasiones se les encierra bajo llave y es común que les queden a deber el pago por los servicios prestados.
Algunas de ellas expresan malestar por los insultos, las burlas y los regaños que les propinan los miembros de las familias para quienes trabajan, tales humillaciones son el resultado de las estructuras machistas, racistas, clasistas y adultocéntricas que persiste en la actualidad y que permean todos los aspectos de la vida social.
Un ejemplo de ello es el siguiente relato de Luz,[2] una niña de 12 años originaria de Chanal y hablante de tzeltal. Luz expresa lo siguiente ante la pregunta de qué es lo que no le gusta de su trabajo: “no me gusta que me burlen de mis ropas, ni de mis enaguas, nos burlan de ser de Chanal, me dicen la chanela y me gritan que haga bien las cosas, si las de chanal somos sirvientas” (Luz, 12 años, 2018).
Foto: Sarai Miranda Juárez.
Por su parte Mariela, también tzeltal, subraya que preferiría poder salir los domingos como sus primas que trabajan en otras casas y a quienes sí se les permite tener un día de descanso. Mariela proviene de San Juan Cancuc, llegó a Tuxtla Gutiérrez por invitación de una profesora de la escuela primaria de su comunidad para que le ayudara a cuidar a dos bebés. Dado que sus primas tuvieron la misma experiencia desde muy jóvenes, Mariela decidió seguir el mismo camino a los 13 años, una vez terminada la educación primaria. No obstante, ha permanecido encerrada tres meses en la vivienda donde trabaja debido a que sus empleadores le expresan preocupación porque se vaya a ir y los deje abandonados con el trabajo de cuidados que realiza. Así, la estrategia es no permitirle salir:
no he salido desde que llegué, sólo a veces me viene a ver mi prima, pero no tengo permiso de salir, no me deja la señora, no puedo llevar nada de aquí, me dijo la señora que puedo robar algo o irme y no regresar y ella no puede con todo el trabajo… dice que me va a pagar cuando termine de las cosas que hago (Mariela, 13 años, 2018).
Ante estos abusos y humillaciones y a pesar de toda la estructura social que permite la práctica del trabajo infantil y adolescentes sin vigilancia ni control por parte del Estado, las niñas y las adolescentes son capaces de ejercer su agencia y decidir sobre su presente y su futuro. El caso de Luz es ejemplificador.
Luz cuenta que decidió trabajar desde los 8 años con una señora en su comunidad. Así podía comprar sus útiles escolares y no pedirle a su mamá. Durante los periodos vacacionales trabajaba en la casa y la tienda de la señora, y recibía un salario de 60 pesos a la semana, con eso compraba lápices, colores y libretas. Una vez que terminó la primaria su padre le prohibió ir a la secundaria, temía que le pasara algo en el trayecto pues sólo pasaba una combi a las 9 de la mañana y las clases iniciaban a las 7 de la mañana. Ante un evento de violencia familiar y sin posibilidades de asistir a la escuela secundaria, Luz, a los 11 años de edad, decidió migrar al igual que otras adolescentes de Chanal. Había escuchado que podía tomar un taxi colectivo hacia San Cristóbal de las Casas y así lo hizo. Tomó una bolsa de plástico, guardó una falda, una blusa y unas pastillas para el dolor de estómago y fue en busca de trabajo en casa, su objetivo era trabajar para ahorrar dinero y poder estudiar la secundaria en San Cristóbal.
Durante un año, Luz cambió de trabajo en varias ocasiones, no le gusta que la maltraten y que le queden a deber dinero. Cuando no desea tolerar groserías y malos tratos busca nuevo trabajo en los mercados. A decir de la propia Luz: “si vas al mercado, le dices a las señoras si necesitan una muchacha y ahí encuentras otro trabajo, también hay letreros en las carnicerías” (Luz, 12 años, 2018).
Luz logró hacerse de algunos ahorros que le permitieron inscribirse en el sistema de secundaria abierta. Dice que le gusta estudiar matemáticas. En ese entonces sus tareas escolares las iniciaba a las 9 o 10 de la noche, justo cuando terminaba su jornada laboral. Luz ha logrado negociar con varias empleadoras para que pueda salir tres días a la semana de las 16 a 18 horas a las asesorías que le brindan en la escuela abierta. Ha comprado sus libros y cuadernos y en las fiestas navideñas fue a Chanal a visitar a su mamá, le pudo llevar un poco de dinero para ayudarla.
Ante la pregunta sobre de dónde sacó valor para viajar tan joven desde su pueblo, Luz contestó: “no tenía mucho miedo, he trabajado en casa desde niña, me encomiendo a Dios y ya”. En la actualidad, Luz ha logrado pasar ocho materias de la secundaria abierta, pero también ha tenido que pasar algunos periodos sin trabajo pues no está dispuesta a tolerar que la insulten o la humillen por provenir de Chanal.
El ejercicio de su agencia ha estado presente desde una edad muy temprana en su vida. Ha aprendido a desplegar estrategias para hacer frente a las desigualdades de poder a las que se enfrenta en los hogares donde trabaja, sin ningún apoyo del Estado o de su familia, Luz ha construido redes de apoyo con otras jóvenes en similares circunstancias.
Como afirma Pavez (2017), las niñas y adolescentes cuentan con capacidad de agencia y participan de relaciones de poder generacionales y de género con otros actores sociales, ya sea en sus familias o en los espacios que habitan. Bajo esta premisa, las distintas estructuras de opresiones que enfrentan las niñas y adolescentes indígenas de Chanal y San Juan Cancuc las llevan a optar por la migración y el trabajo en hogares de terceros desde la niñez.
Pero el hecho de que sean sujetas activas, capaces de elegir y desplegar estrategias no elimina las limitaciones que les impone el contexto histórico y espacial donde se desenvuelven. Una lacerante realidad para las niñas y adolescentes indígenas tzetales es que tiene que trabajar largas y extenuantes jornadas laborales bajo tratos inhumanos que les vuelven mucho más complicado construir trayectorias educativas con posibilidades de movilidad social ascendente.
Los casos de Luz y Mariela muestran la situación de vulnerabilidad frente a violencias estructurales debido a su género, su condición de clase, su origen indígena y su edad. Nacieron en contextos locales y regionales marcados por bajos niveles de bienestar y escasas ofertas educativas. Su condición de indígenas las coloca en un sector de la población que históricamente se ha incorporado a empleos relacionados con tareas domésticas y de cuidados, con condiciones de informalidad y expuestas a malos tratos y abusos por parte de los empleadores.
Ante ello, cabe reflexionar sobre la deuda histórica que mantiene la sociedad mexicana frente a las niñas y las adolescentes indígenas que experimentan múltiples subordinaciones, en una sociedad adultocéntrica, patriarcal, racista, y con graves niveles de violencia y desigualdad.
Bibliografía
Coneval (2020), Medición de la pobreza 2016-2020, México.
INEGI (2020), Censo de Población y Vivienda 2020, México.
——————- (2016), Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, México.
Pavez Soto, Iskra (2017), “La niñez en las migraciones globales: perspectivas teóricas para analizar su participación”, en Tla-melaua. Revista de Ciencias Sociales, vol. 10, núm. 41, pp. 96-113.
Miranda, Sarai (2018), “Ser niña, indígena y migrante. Curso de vida y agencia en contextos sociales signados por la violencia de género y la desigualdad. El caso de una niña tsotsil originaria de los Altos de Chiapas”, en Journal de Ciencias Sociales, vol. 5, núm. 11, pp. 52-73.
La laguna Bacalar, ubicada en el estado de Quintana Roo, es el cuerpo superficial de agua dulce más grande de la península de Yucatán, alberga el arrecife de estromatolitos más grande del mundo y una biodiversidad única que incluye diversos humedales y manglares a lo largo de sus orillas. Tanto los arrecifes de estromatolitos como los manglares capturan toneladas de carbono, producen oxígeno, filtran el agua y alojan a una gran biodiversidad, además de ofrecer múltiples servicios ambientales.
Sin embargo, la también llamada Laguna de los Siete Colores se encuentra en un contexto de interacción socioambiental desequilibrado e insostenible a mediano y a largo plazo, situación que motivó a investigadores y especialistas de la Unidad Chetumal de ECOSUR, UNAM Campus Yucatán – Instituto de Ecología, Escuela Nacional de Estudios Superiores, Campus Mérida, CINVESTAV-Mérida, y de las organizaciones de la sociedad civil Agua Clara Ciudadanos por Bacalar, Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible y Geoalternativa a elaborar una Tarjeta de Reporte de este importante ecosistema.
El objetivo de este documento que concentra el resultado de 10 años de trabajos de investigación científica y numerosos esfuerzos de la academia y sociedad civil es comunicar el resultado de la evaluación de la condición general del sistema lagunas de Bacalar, a partir de indicadores relevantes, en un contexto de interacción de las actividades económicas y los ecosistemas.
La Tarjeta de Reporte de Laguna Bacalar ofrece información relevante para la sociedad en general, pero sobre todo pretende ser un instrumento que aporte a la toma de decisiones locales y estatales. Representa una herramienta para ser usada como un indicador del desempeño de las políticas públicas que busquen un desarrollo sustentable y un balance razonable entre las ganancias económicas y la conservación de la salud de los ecosistemas que conforman a Laguna Bacalar, y en consecuencia la calidad de vida para la población.
En México se distribuyen seis especies de manglares, dos de ellas tienen presencia en Bacalar y se encuentran en estatus de “amenazados”.
El folleto “Manglares y humedales de Bacalar, Quintana Roo”, ofrece una descripción gráfica de los diferentes tipos de humedales y manglares presentes en la ribera de la Laguna de Bacalar, hace referencia a su importancia, relevancia ecológica y a las amenazas que enfrentan.
Este materia, resultado de la suma de esfuerzos y colaboración entre la sociedad civil, gobierno local y academia, busca contribuir al cuidado y conservación de Bacalar.
Este 23 de marzo, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y el Instituto Interdisciplinario para las Relaciones entre la Unión Europea, América Latina y del Caribe (IRELAC), firmaron un convenio de colaboración que establece las bases de colaboración entre ambas instituciones en relación con la educación académica superior, la investigación e innovación en los planos económico-social, ecológico, científico, tecnológico, político, y cultural.
Durante la firma del convenio, celebrada de manera presencial-virtual, la Dra. María del Carmen Pozo de la Tijera, directora general de ECOSUR, señaló que este convenio tiene como objetivo la formación de recursos humanos de alto nivel en educación superior y la realización de investigaciones conjuntas y que permitirá la vinculación de Europa con América Latina y Centroamérica, en áreas de interés como la salud pública, las migraciones, el cambio climático, la economía eco-sustentable y políticas económicas, las instituciones democráticas y movimientos políticos, la innovación educativa, las tecnologías limpias, y la nueva ciencia -transformaciones ecohumanas conscientes-.
La directora general de ECOSUR señaló que estamos viviendo cambios muy fuertes en temas de migración, salud y cambio climático y que ECOSUR siempre se ha interesado en abordar estas problemáticas desde un punto de vista multi e interdisciplinario.
El Dr. Cristian Ghymers Hanot, presidente del Comité IRELAC, comentó que América Latina y el Caribe son socios esenciales para la Unión Europea en áreas como el cambio climático, el desarrollo sostenible, la paz, la seguridad y los derechos humanos. En el campo de la educación superior, la investigación e innovación, existen una serie de programas e iniciativas entre ambas regiones y tanto IRELAC como ECOSUR son instituciones experimentadas en la educación superior y expertos en la investigación e innovación, por lo que desde esta perspectiva un convenio entre IRELAC y ECOSUR puede contribuir a la transformación de un nuevo desarrollo humano, político y cultural.
Por su parte, el Dr. Héctor Ochoa Díaz-López, investigador del Departamento de Salud de ECOSUR y responsable del convenio, además de resaltar que ECOSUR es una institución multidisciplinaria, con una vocación regional, señaló que este convenio es un plan de cooperación estratégica particularmente en tiempos de crisis sanitaria, económica y de violencia que afecta tanto al país como a otras regiones del mundo, además de sentar las bases para una cooperación con IRELAC en Europa y permitir la colaboración con diversas instituciones europeas y de la región Latinoamericana y del Caribe, lo que para ECOSUR tiene particular importancia en el plano de desarrollo sustentable.
Finalmente, el Dr. Carlos González Carrasco, miembro del Comité Ejecutivo IRELAC y responsable del convenio, mencionó que esta colaboración da la oportunidad de desarrollar nuevas formas de pensamiento, de trabajar, cooperar y colaborar en la búsqueda de nuevas formas y prácticas de relaciones humanas en el contexto ecológico, económico y de salud.
En la firma del convenio también estuvieron presentes por parte de ECOSUR el Dr. Everardo Barba Macías, coordinador general académico; la Dra. Alma Beatriz Grajeda Jiménez, coordinadora general de Vinculación e Innovación; el M. en C. Benigno Gómez y Gómez, coordinador de la Unidad San Cristóbal y la Lic. María del Rosario Domínguez Oseguera, responsable del Área de Contratos y Convenios.
Te compartimos la entrevista que le realizaron a la Dra. Georgina Sánchez Ramírez, investigadora del departamento de Salud en ECOSUR, en el programa Escucha Atenta, en ella nos da panorama del aborto con medicamentos en México.
El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y el Instituto Tecnológico Nacional de México (TecNM) campus Comitán, firmaron un convenio de colaboración, el pasado 18 de marzo, para que las y los estudiantes del TecNM puedan llevar a cabo su residencia profesional en ECOSUR y poner en práctica los conocimientos y habilidades desarrolladas durante su formación académica.
La maestra Liliana Patricia Moreno Cansino, directora del Instituto Tecnológico Nacional de México Campus Comitán, y la Dra. María del Carmen Pozo de la Tijera, directora general de ECOSUR, expresaron su beneplácito por la firma del convenio y confiaron que será fructífero para ambas instituciones y para la región sureste de México.
La directora de ECOSUR destacó que la institución es un centro de investigación público perteneciente al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) clasificado como un centro de excelencia, que tiene como interés la región sur-sureste y en las comunidades que la habitan. Expresó “la juventud es un tesoro por lo que es importante apoyar su profesionalización y ofrecerles una formación de calidad que le permitan tener buenas oportunidades de trabajo”.
En la firma del convenio también estuvieron presentes por parte del TecNM campus Comitán el Mtro. Ricardo Morales Moreno, director académico; el Ing. Salomón Velazco Bermúdez, subdirector de Planeación y Vinculación; y la Dra. Patricia Guadalupe Flores Guerra, docente adscrita al Departamento Ciencias Económicas y Administrativas. Por ECOSUR estuvieron conectados en línea el Dr. Everardo Barba Macías, coordinador general académico; la Dra. Alma Beatriz Grajeda Jiménez, coordinadora general de Vinculación e Innovación; el M. en C. Benigno Gómez y Gómez, coordinador de la Unidad San Cristóbal; el Ing. Enrique Ayala Covarrubias, coordinador de la Unidad de Tecnologías de la innovación y comunicación (UTIC); el Mtro. Jorge Alberto Alvares Flores, integrante de la UTIC; y la Lic. María del Rosario Domínguez Oseguera, responsable del área de Contratos y Convenios.
El 7 y 8 de marzo, en las instalaciones la Unidad San Cristóbal de ECOSUR, se realizó el taller para implementar una prueba piloto de una metodología para la evaluación de la efectividad de las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC). El evento se realizó en el marco del Proyecto piloto para el desarrollo de una metodología para la evaluación voluntaria de la efectividad del manejo de las ADVC, que se desarrolla por el grupo de investigación conformado por Cecilia Elizondo, Ivett Peña Azcona, Mariana Pineda Vázquez, Tonantzin Camacho Sandoval y Alejandro Ortega Argueta, con financiamiento de la Agencia Francesa de Desarrollo, mediante el Proyecto Bioconnect, que es ejecutado por Vo.Bo. Asesores Integrales, S.C.
Las ADVC son una estrategia de conservación voluntaria de tierras que ha favorecido la descentralización de la protección de la biodiversidad, la conservación de la flora y fauna en riesgo y la diversidad de ecosistemas, así como en el manejo sustentable de los paisajes bioculturales, favoreciendo así procesos socioambientales.
A veinte años de la creación de esta figura de conservación, existen 371 predios certificados como ADVC, los cuales se distribuyen en 24 entidades federativas y abarcan 596,867 ha. Aun cuando se reconocen sus alcances socioambientales potenciales, sus logros y contribuciones reales aún no están documentados. Por esto es necesario generar información útil para su manejo que facilite un seguimiento sistematizado de su gestión por parte de quienes están a cargo de su manejo, los propietarios y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
En atención a esta necesidad, durante los dos días del taller se presentó la importancia de dicha iniciativa para la CONANP y a las personas responsables de su manejo. Se dialogó sobre el contexto y motivaciones para mejorar la gestión de las ADVC, así como de la propuesta metodológica con indicadores de autoevaluación que fue aplicada, como prueba piloto, a 17 representantes de ADVC. Además, en grupos de trabajo y en reuniones plenarias se emitieron opiniones de manera amplia sobre la aplicación práctica de la metodología y sus resultados.
Participaron 50 personas de los sectores involucrados en la gestión de las ADVC, como propietarios de tierras, organizaciones no gubernamentales (ONG) y personas servidoras públicas de la CONANP.
Este proyecto puede tener trascendencia en la conformación de una red de ADVC de todo el país, y apoyar procesos de mejora de la gestión por parte de las personas propietarias, la CONANP y las ONG involucradas. La metodología de evaluación propuesta también puede tener relevancia internacional en los esfuerzos para estimar las contribuciones socioeconómicas y de conservación en las tierras manejadas por ejidos, comunidades, entes privados y pueblos indígenas.
Mayores informes: Cecilia Elizondo (celizond@ecosur.mx) y Alejandro Ortega Argueta (aortega@ecosur.mx)