El proyecto de los doctores Javier Arellano Verdejo y Hugo Lazcano Hernández se nutre con diferentes fuentes de información sobre la presencia se sargazo en las playas y combina diferentes tipos de programas de cómputo o software
Investigadores de la Unidad Chetumal de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) desarrollaron un sistema de redes neuronales artificiales que ayuda a monitorear la presencia de la macroalga sargazo en las costas del Caribe mexicano. Las redes neuronales artificiales son racimos de programas de cómputo que intentan reproducir, de manera básica, el comportamiento que tienen las neuronas biológicas, con procesos equivalentes como: entrada de información, suma, activación de proceso y resultado.
El proyecto de los doctores Javier Arellano Verdejo y Hugo Lazcano Hernández se nutre con diferentes fuentes de información sobre lapresencia se sargazo en las playas y combina diferentes tipos de programas de cómputo o software. Su principal insumo son fotografías de sargazo en las costas, enviadas por ciudadanos, las cuales se contrastan con fotografías tomadas por drones en zonas específicas de las costas de Quintana Roo.
Este proyecto es diferente a la Red de Monitoreo de Sargazo de Quintana Roo, que ha adquirido gran presencia en medios de comunicación desde que se convirtió en una preocupación nacional la llegada a las costas mexicanas de grandes volúmenes de las algas marinas llamadas sargazo, procedentes de África.
Alejandra Guadalupe Trujillo Gómez, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural en la Unidad San Cristóbal, fue seleccionada para recibir la beca “Programa Beca Tesis para Posgrado 2022” que otorga El Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de Chiapas (ICTIECH).
El proyecto postulado por la estudiante de ECOSUR se titula “Prácticas agrícolas en huertos familiares de las mujeres cafetaleras Metik ante el COVID-19: Una mirada desde el ecofeminismo”, el cual forma parte del trabajo de investigación que desarolla para su tesis de grado, la cual dirige la doctora Erin Ingrid Jane Estrada Lugo y es asesorada por las doctoras Georgina Sánchez Ramírez y María Lorena Soto Pinto, investigadoras de ECOSUR.
Benigno Gómez y Gómez, coordinador de la Unidad San Cristóbal de ECOSUR y Alejandra Guadalupe Trujillo Gómez, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural en la Unidad San Cristóbal.
Alejandra Guadalupe fue seleccionada para ofrecer unas palabras en representación de los galardonados en la ceremonia de entrega de reconocimientos, llevada a cabo el pasado 5 de agosto en el ICTIECH en Tuxtla Gutiérrez, a la cual asistió Benigno Gómez y Gómez, coordinador de la Unidad San Cristóbal de ECOSUR. La estudiante de nuestra institución ofreció un panorama del proceso de investigación en áreas rurales y sobre todo con mujeres e hizo hincapié en lo valioso que resultan este tipo de apoyos para los procesos de investigación con incidencia en el estado de Chiapas.
El “Programa de Beca Tesis para Posgrado 2022” está dirigido a ciudadanas y ciudadanos chiapanecos que cursan el último periodo escolar, personas egresadas o en proceso de presentar el examen de grado, que estén realizando tesis de estudios de maestría o doctorado en instituciones de educación superior, públicas o privadas, o en centros de investigación en el estado de Chiapas.
Del 24 al 30 de julio se realizó el Décimo Taller de Ciencia para Jóvenes Campeche, el cual tiene como objetivo formar y consolidar las vocaciones científicas entre estudiantes que cursan el bachillerato, así como mostrar que el estado de Campeche es una excelente opción para realizar estudios profesionales y de posgrado.
En esta edición del taller se recibieron 108 solicitudes y se seleccionó para su participación a 40 jóvenes —25 mujeres y 15 hombres—; 20 son originarios de Campeche, 5 de estados de la frontera sur (Quintana Roo, Chiapas, Yucatán y Tabasco), 14 de otras entidades del país y una persona de Colombia.
Los temas abordados fueron fotoquímica y nutrición, biocatálisis y biología sintética, desarrollo sustentable, ecología y cambio climático, abejas meliponas, astrofísica, robótica y electrónica, extracción de ADN, lombrices, tiburones y rayas, ganadería tropical, ciencia de los estereotipos y genética, entre otros.
Las y los jóvenes participantes tuvieron la oportunidad de convivir de cerca con investigadoras e investigadores de instituciones estatales como el Colegio de Posgradudados (COLPOS), la Universidad Autónoma de Campeche (UAC) y ECOSUR, además de instituciones como el Instituto Nacional en Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quienes impartieron a los talleres para despertar la vocación científica de las personas participantes.
El sábado 30 de julio concluyó formalmente el evento. La clausura estuvo a cargo del Dr. Daniel Pech, coordinador de la Unidad Campeche de ECOSUR, del Dr. Yuri Peña, investigador de ECOSUR y coordinador general del Taller y del Lic. Rafael Alcalá Ortiz, director del Consejo Estatal de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico de Campeche. También asistieron los padres y madres de familia de los y las jóvenes participantes del taller y la Dra. Alma Grajeda, Coordinadora General de Vinculación e Innovación de ECOSUR.
Los frutos del Taller
Desde su creación en 2013 hasta 2022, los organizadores del evento han recibido más de 1300 solicitudes. Han participado 400 estudiantes, 60% mujeres y 40% hombres, 60% de Campeche y 40% del resto del país. Actualmente, más del 60% de quienes han participado cursan carreras y posgrados de corte científico-tecnológico en diversas instituciones de educación superior del país y del extranjero.
Organizadores del evento
Este taller es impulsado por ECOSUR y el Consejo Estatal de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico de Campeche.
Escrito por Susana Maza-Villalobos y Alfredo Castillo- Vera
Foto: Emanuel Rodríguez, tomada de https://pixabay.com
Llevo más de una hora entretenida viendo y pensando qué tanto hacen las hormigas en las hojas de mi enorme y bella mafafa (Xanthosoma robustum). Curiosamente, las hormigas no se lleven pedacitos de las hojas como suelen hacer con otras plantas de mi jardín, por el contrario, solo dan vueltas y vueltas, suben y bajan de la planta, algunas hormigas llevan a otros bichitos sobre sus espaldas y las dejan sobre las hojas, pero no sé quiénes son esos bichitos. Como no soy mirmecóloga (alguien que se dedica al estudio de las hormigas) o entomóloga (persona especialista en insectos), he decidido buscar información científica y visitar a especialistas para que me platiquen de estos maravillosos insectos: las hormigas, y de paso, de los bichitos acompañantes que estas llevan.
Los expertos me comentaron que las hormigas pertenecen a la orden Himenóptera y a la familia Formicidae. Se caracterizan por ser insectos sociales, viven formando colonias u hormigueros de unos cuantos individuos, o incluso de cientos de hormigas. En cada colonia, por lo regular, existe una o algunas reinas que se dedican exclusivamente a poner huevos con ayuda de un grupo de zánganos, quienes solo copulan con la reina. Gran parte de la colonia está formada por hormigas obreras o soldados, que son hembras infértiles que se encargan de cuidar y defender la colonia, buscar alimento, entre otras tareas.
Foto: Gobson, tomada de https://pixabay.com
¿De qué se alimentan las hormigas?
Yo pensé que las hormigas se comían todo eso que se llevan cargando en sus espaldas, pero resulta que no. Por ejemplo, las hormigas que acarrean pedacitos de hojas y dejan podadas las plantas de nuestros jardines, lo hacen para cultivar dentro de sus hormigueros, los hongos de los cuales se alimentan. Lo más impactante para mí, es saber que este tipo de hormigas pueden detectar qué planta le sirve al hongo para crecer y tener un buen sabor y qué planta no. Ahora entiendo por qué las hormigas no se llevan la hierba de mi jardín y por qué atacan ferozmente los rosales de mi mamá. ¡Ah! Pero también existen hormigas que se alimentan de carne o de miel, ya sea producida por alguna planta o animal. Incluso hay una especie llamada hormiga Drácula (Adetomyrma venatrix), que solo vive en Madagascar y que se considera pseudo caníbal o caníbal inofensiva porque, aunque se alimenta de otras hormigas de su especie, solo obtiene fluido de estas, sin hacerles daño.
Foto: Andrei Arz, tomada de https://pixabay.com
Las hormigas y sus relaciones con otras especies
Las hormigas, además de formar sociedades bien organizadas, mantienen relaciones con otras especies, generando diversas interacciones bióticas, es decir, relaciones con otros seres vivos como plantas, invertebrados, hongos, aves, mamíferos y muchos otros organismos.
En estas interacciones bióticas, las hormigas pueden ser las heroínas de la historia, al defender y cuidar al organismo con quien se asocia. Por ejemplo, hay unas hormigas muy feroces, como la especie Pseudomyrmex ferrugineus, que habita en los árboles de huizache (Acacia cornigera) de los bosques tropicales secos o de los matorrales de México y que son fieles defensoras de esta planta la cual, a cambio de defensa, les proporciona a las hormigas una casa segura para vivir. ¿En dónde crees que viven las hormigas que están en el huizache? Ni más ni menos que en esas grandes espinas en forma de cuerno, que son huecas y perfectas como departamentos para que las hormigas habiten. Cuando la planta de huizache es sacudida o tocada por algo, muy probablemente otro animal con ganas de comerse un plato de huizache, las hormigas, que sienten la vibración del movimiento, salen corriendo en defensa de la planta; incluso, muchas de ellas saltan y se avientan, como en las películas de cine, sobre el animal que ha osado interrumpir a la planta y que, como penitencia, recibe pequeñas pero fuertes mordidas por parte de las hormigas. Ante este enorme dolor, al herbívoro no le queda más que alejarse del huizache y aprender la lección. Seguro que no volverá a asomarse por ahí. Por eso, cuando andes cerca de uno de estos árboles, ten mucho cuidado porque las hormigas están a la defensiva y cualquier contacto físico con la planta puede costarte una decena de dolorosas mordeduras.
De hecho, estas mismas hormigas mantienen a los huizaches libres de enredaderas, ya que en cuanto las ramitas empiezan a envolverlo, estas usan sus fuertes mandíbulas como tijeras de podar y cortan la enredadera. De no hacerlo, la enredadera puede envolver al huizache y reducir la cantidad de sol que este árbol necesita para obtener su alimento. ¿Qué tal? ¡Las hormigas están en todo!
Aunque las hormigas parecen ser las aliadas perfectas para las plantas porque las protegen de diversos daños, no siempre resulta ser así. ¿Recuerdan esos bichitos acompañantes que llevan las hormigas a mi mafafa? Los expertos me han explicado algo extraordinariamente interesante. Esos bichitos resultan ser unos insectos llamados áfidos o pulgones, pertenecientes a la familia Aphididae que se alimentan de la savia de las plantas mediante una estructura, a manera de popote, que insertan en la planta y a través del cual la succionan. Después de comer, los áfidos excretan como desecho una especie de miel dulce que vuelve locas a las hormigas, pues es un alimento rico en azúcares, e incluso contiene proteínas y grasas.
En sus primeras etapas de desarrollo, los pulgones están en el suelo, pero después tienen que vivir sobre una planta para alimentarse. Como a veces transportarse requiere mucha energía y es riesgoso para ellos, pues son muy chiquitos, lentos y pueden ser fácilmente depredados, algunas especies han logrado asociarse con las hormigas, quienes cargan con ellos y los llevan hasta las plantas, cuidándolos de los depredadores y teniendo como recompensa la mielecilla de los pulgones. Como podemos ver, en esta interacción hormiga-pulgón-planta, la hormiga se comporta como villana ante la planta, pero es la heroína del pulgón. Para este tipo de interacción biótica, además de pulgones, también se ha reportado la actividad de otros insectos como piojos harinosos (familia Pseudococcidae) y escamas (superfamilia Coccoidea), quienes usan a las hormigas como protección y transporte.
Foto: Myriams, tomada de https://pixabay.com
Las hormigas en el control biológico de plagas
Estas observaciones interesantes han permitido que se desarrollen investigaciones científicas sobre el control biológico de plagas, es decir, el manejo de especies dañinas a través de interacciones con otros organismos vivos. El uso de hormigas como control biológico de plagas es muy antiguo, desde hace muchísimos años en China se usa la hormiga tejedora u hormiga verde (Oecophylla smaragdina) para controlar plagas. De hecho, esta misma especie es actualmente usada para el manejo de palomillas (lepidópteros), áfidos y escarabajos (coleópteros) en cultivos de cítricos. Con el uso de estas hormigas, los productores ahorran la mitad de dinero en la compra de agroquímicos para controlar a las plagas de cítricos.
Lo anterior, permite disminuir la inversión económica y reducir el impacto al ecosistema por contaminación de agroquímicos. Este tipo de manejo también se desarrolla en nuestro continente, un ejemplo, es el estudio en los sembradíos de maíz (Zea mays) en Nicaragua, en donde al exterminar a todas las hormigas con cebos especiales, se descubrió que la población de gusano cogollero aumentó muchísimo, dañando severamente los cultivos de maíz; antes de ser exterminadas las hormigas, el daño por este gusano, e inclusive de otras plagas, era menor.
Sería maravilloso que todas las plagas pudieran controlarse biológicamente, así dejaríamos de usar tantos agroquímicos. Sin embargo, para el caso de las hormigas, una de las limitaciones a la cual se enfrenta la comunidad científica es la variación en su alimentación, ya que, aunque en algunas especies puede ser muy específica, su dieta puede cambiar en un tiempo y espacio determinado. Otras especies comen casi de todo, como la hormiga de fuego (Solenopsis invicta) que es una especie muy agresiva, con poblaciones abundantes y que se ha convertido en una plaga invasiva en muchos lugares del mundo. Excepcionalmente, algunas especies de hormigas tienen una alimentación extremadamente especialista y comen un solo tipo de alimento, como las especies del género Discothyrea, que solo comen huevos de arañas.
Aun considerando este gran reto, el potencial que tienen las hormigas como controladoras de plagas es muy amplio y falta mucho por descubrir. Por ejemplo, con los resultados de una investigación que se hizo en los cafetales de Chiapas, se descubrió que las hormigas del género Azteca, tradicionalmente asociadas a áfidos, también servían para controlar larvas de Pieris rapae, un lepidóptero defoliador del café. Sin duda, es muy valioso que se sigan realizando estudios científicos que permitan conocer el alcance de estos hermosos insectos y otros invertebrados en el control natural de plagas.
Por lo pronto, de ahora en adelante miraré con otros ojos a las hormigas que me encuentre en el camino, tratando de descubrir si son villanas o heroínas.
Ramón Bonfil Sanders, investigador del Departamento de Sistemática y Ecología Acuática de ECOSUR, participó en julio en una jornada de ciencia ciudadana en Puerto Pollensa, España.
Alejandro Espinoza Tenorio, investigador del grupo académico Manejo sustentable de cuencas y zonas costeras de ECOSUR, ha sido reconocido por la Comisión de Pesca del Atlántico Centro-Occidental (COPACO) por los aportes que ha realizado como académico al sector pesquero.
El investigador de la Unidad Campeche de ECOSUR obtuvo este reconocimiento como resultado de una convocatoria impulsada por la (COPACO), en el marco del Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales ( IYAFA 2022), con el objetivo de reconocer a individuos o entidades que han desempeñado un papel importante en el sector y que tienen el potencial de influir aún más en el progreso en el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles de pesca y acuicultura en pequeña escala.
La Secretaría de la COPACO recibió y aceptó 34 nominaciones de toda el área de competencia, incluidos los de los Estados miembros y las organizaciones asociadas. El comité directivo de COPACO IYAFA seleccionó posteriormente a 24 campeones de la pesca y la acuicultura en pequeña escala de toda la región que representan a la academia, la sociedad civil, los responsables políticos, los líderes de la pesca y la acuicultura en pequeña escala (SSF/A) y las organizaciones. Estos campeones jugarán un papel activo en las celebraciones participando en actividades regionales y nacionales.
El IYAFA 2022 fue impulsado por la Organización de las Naciones Unidas en reconocimiento a los millones de pescadores artesanales, piscicultores y trabajadores de la pesca que proporcionan alimentos saludables y nutritivos a miles de millones de personas en todo el mundo y contribuyen a erradicar el hambre.
Ciertas ocupaciones que en el mundo anglosajón se conocen como empleos triple D (dangerous, difficult and dirty), peligrosos, difíciles y sucios, por lo general se identifican con labores masculinas. En países como México, las tareas del campo pertenecen al dominio masculino. Pero mujeres de México y Guatemala se integran cada vez más, por ejemplo, a la agroindustria.
Por Martha García Ortega*
Las imágenes de los hombres rudos, tiznados con machete y trepados en los camiones de redilas son estampas clásicas en la vida rural mexicana. También lo son aquellas fotografías en donde se reflejan las condiciones de explotación laboral y la deplorable vida en las galeras. Dentro de mis estudios he reportado las jornadas superiores a 8 horas diarias, el pago a destajo apenas arriba del mínimo si un cortador promedio lograr acumular más de cinco toneladas al día con un precio, este año, de 60 pesos por mil kilos de caña cortada, pago según la zona. Y algo inconcebible: sin seguridad social, aunque los empleadores están obligados por ley.
Sería injusto decir que todo el sector practica y reproduce o tienen los mismos niveles de explotación: las excepciones son las menos. En otros trabajos he señalado lo que en la jerga de la gobernanza se nombra “buenas prácticas”, indicador muy lejano para el sector agroindustrial. Es decir, sorprende que avance otro siglo, de cinco que ya llevamos produciendo azúcar en esta parte del mundo, sin cuestionar las condiciones de explotación humana para que un producto esté en la canasta básica y al alcance de la mano a diario en la mesa familiar y en las cafeterías gourmet. Y es en ese contexto de precariedad en que las mujeres de México y Guatemala se integran cada vez más, según diversas investigaciones que he realizado sobre la inserción laboral femenina en la agroindustria azucarera de México.
Cortadoras de caña
Históricamente, las mujeres han pasado invisibilizadas en la evolución de este mercado laboral agrícola, a pesar de que siempre han contribuido con su fuerza humana a las zafras nacionales. Ello debido a que su participación es escasa en las tareas de producción y cosecha, por no señalar su menor cuota en las fábricas en donde las varas dulces se transforman en azúcar. A lo largo del tiempo, la presencia femenina ha cambiado; en ciertas regiones cañeras de México, como en la región Occidente, las mujeres cortadoras ya son parte de la tradición oral, en los pueblos se recuerdan cuadrillas familiares con hijas acompañantes laborales del padre y hermanos. Estas mujeres y otras han contribuido a escribir esas leyendas locales muy extendidas en todos los ejidos cañeros: “las cortadoras que son aguantadoras, más limpias y cumplidas que los hombres”. En ningún caso, he registrado algún estereotipo negativo de las cortadoras, más bien se acerca al modelo del personal requerido para la zafra, apegado a los estándares de calidad del corte impuesto por los ingenios.
Al oír de esas mujeres míticas hace varios años salí en su busca, aunque mi interés ya estaba declarado cuando en mis primeras incursiones sobre las condiciones laborales de los cortadores de caña en la zona de Río Hondo en Quintana Roo -hace más de diez años-, vi, platiqué, comí y tomé fotografías de estas trabajadoras agrícolas. La leyenda tomó cuerpo en mujeres enfundadas en pantalones de mezclilla, camisas o faldas largas, gorras, sombreros, trenzas y sandalias o botas. Algunas de ellas con un rebozo atravesado a medio cuerpo cargando un pequeño ser sin chistar por el calor, o echando un ojo a las crías refugiadas en una sombra en el cañal y a la vez que calculaba la estocada del machete para cortar la caña a ras de la tierra como exige el buen corte.
En efecto, las mujeres dedicadas a la cosecha de la caña de azúcar son pocas numéricamente, no alcanzan ni el uno por ciento del total de cortadores calculado en todo el país (más o menos 70 mil). Aunque, en grupos de cosecha conformado por población indígena, las mujeres son muy visibles como ocurre con las nahuas de la región de Zongolica o de la Montaña de Guerrero. Otras trabajadoras son locales o foráneas y se contratan como cualquier cortador. En mis estudios he documentado cómo estas mujeres han dejado de ser las “acompañantes laborales” para convertirse en agentes económicos independientes que reciben y administran su propio salario producto de las toneladas de caña acumuladas en sus jornadas.
Sembradoras
Entre las trabajadoras agrícolas están las sembradoras de caña, algo raro de encontrar. Hay cuadrillas en Campeche; estas últimas son de origen guatemalteco o mexicano-guatemaltecas, aunque se encuentran sembradoras mestizas. Sus historias son de conquistas familiares y comunitarias, mujeres desafiantes retando las ideas arraigadas sobre el supuesto lugar doméstico asignado por la tradición de donde nunca deben o debieron salir por el anclaje de los regímenes de género reproducidos por la costumbre. Así fue, salieron y no volvieron, entre ellas se organizan para las labores de cuidados, como atender a personas en infancia y adultez mayor, son dueñas de su tiempo programado en la doble o triple jornada. No solo siembran, sino que eventualmente cortan.
Estas cuadrillas echan mano de sus redes para trabajar, nada distinto a sus pares urbanas: obtener un salario y pagar a quien se encarga del trabajo doméstico. Su ventaja como trabajadoras locales, frente a las cortadoras migrantes, es que no se desplazan y son dueñas de su tiempo, un cálculo racional ya establecido en los modelos de los empleos informales. En el grupo de sembradoras hay jóvenes (entre 16 a 20 años) y adultas entre 21 y 40 años y representan el 62 por ciento en un estudio reciente; estas trabajadoras son solteras, madres solteras, casadas y en unión libre; el 32 por ciento es jefa de familia; destacan su nivel educativo (cerca del 60 por ciento tiene estudios de preparatoria y técnicos).
Flores de caña
Lo escrito anteriormente es un grosero recorte del trabajo de varias mujeres que participaron en el citado estudio hecho en varias regiones cañeras en estados de la frontera sur, Veracruz, Michoacán, Colima, Nayarit, Puebla, Morelos y Oaxaca, entre otros, con trabajadoras agrícolas y de servicios. Con este título aparecerá este año un libro y un documental (García, 2022); he presentado resultados en foros dedicados al Día Internacional de la Mujer, organizado por la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (2021 y 2022), y ante ONG (nacionales e internacionales) y dependencias en la materia que han considerado ya incluir el tema de género en el sector. Y esto es una conquista de todas, y un primer paso.
Investigadora Martha García Ortega, adscrita a El Colegio de la Frontera Sur, Unidad Chetumal.
Esta producción es una síntesis de una investigación amplia sobre el sistema migratorio regional en la Península de Yucatán, y cómo la población de las comunidades méxico-guatemaltecas participan en las dinámicas de movilidad en esta parte de México, tras una larga ruta producto del refugio guatemalteco en la frontera sur. Las modalidades migratorias son muy amplias en circuitos de Centroamérica-México-Estados Unidos-Canadá. Sin embargo, resaltamos en este video sus desplazamientos regionales de tipo laboral, educativo y familiar, en este último caso relacionado a los matrimonios mixtos entre personas de origen guatemalteco unidas con otras fuera de la comunidad. Se destaca la impronta pluriactiva y la diversificación migratoria y cómo esta población se ha consolidado como una comunidad con varias identidades lingüísticas y una riqueza cultura a la que agregan nuevos elementos producto de su integración en tierras mexicanas. Este producto fue parte de un proyecto en varias regiones de la frontera sur.