
En 2025 fue reconocido con el premio al mérito EXATEC por sus contribuciones en la contención de insectos transmisores de dengue y causantes de graves daños a la agricultura.
Se trata de una técnica que usa un poco de energía nuclear.

Desde que empezó su carrera profesional, hace cuatro décadas, Pablo Liedo ha formado parte de un proyecto que ha transformado las estrategias para el control de plagas en todo el mundo.
Este método ha probado su efectividad para contener la natalidad de especies de insectos como la mosca del mediterráneo o el mosquito Aedes aegypti, responsables de provocar graves daños a la agricultura y la transmisión de enfermedades como el dengue.
La estrategia que usan es precisa al grado de no afectar a ningún otro insecto más que aquel que se quiere controlar, a diferencia de insecticidas que pueden provocar muertes masivas de polinizadores.
Adicionalmente, esta técnica no deja ningún rastro en el ecosistema donde se implementa, volviéndolo amigable con el medio ambiente. Eso sí, ocupa un poco de energía nuclear.

¿Cómo inicia la carrera de Pablo Liedo en el control de plagas?
Era 1978 cuando Pablo Liedo, un joven ingeniero agrónomo recién egresado del Tec de Monterrey, empezó a trabajar en el control de plagas con el entomólogo Dieter Enkerlin, bajo el despliegue de la Técnica del Insecto Estéril (TIE) en México.
Se trata de una estrategia de control de natalidad donde se liberan miles de insectos previamente esterilizados, en zonas afectadas por alguna plaga. Aunque estos bichos son de la misma especie que originalmente provocó el problema, la diferencia es que aquellos liberados por los científicos intentarán aparearse sin éxito.
Esto lo logran exponiéndolos a pequeñas dosis de radiación mientras se desarrollan sus órganos sexuales. Así, cuando se encuentren con las moscas o mosquitos que estaban causando estragos en el sitio, buscarán aparearse y al poco tiempo, todos esos insectos irán muriendo naturalmente sin haber sido capaces de dejar crías que los reemplazarán. De tal forma que la población de las plagas que se quieren controlar empieza a disminuir.
Tal fue el caso de la mosca del mediterráneo, el proyecto con el que Pablo Liedo comenzó a utilizar esta técnica. El éxito que tuvieron les llevó a ampliar sus esfuerzos hacia otros insectos, como el gusano barrenador y, más recientemente, los Aedes aegypti.
¿Cuáles son las contribuciones de Pablo Liedo al control de plagas?
Por toda esa trayectoria, en 2025, Liedo fue reconocido con el premio al mérito EXATEC, para egresados destacados del Tec de Monterrey. Aunque se siente agradecido por el premio, en entrevista con TecScience argumenta que su trabajo “no es para tanto”.
Sin embargo, los avances que él y sus colegas hicieron en la implementación de la técnica del insecto estéril volvieron a México un pionero en el control de plagas.
“México es un país que ha destacado en la aplicación de la técnica del insecto estéril a nivel mundial. El caso del gusano barrenador fue icónico y, junto con Estados Unidos, fuimos los dos países que implementaron esa técnica a un nivel sin precedente en el mundo. Es el caso más exitoso de la historia en control de plagas”, explica Liedo. Aunque también matiza que actualmente estos esfuerzos se están revirtiendo.
Antes del trabajo que hicieron Pablo Liedo y sus colegas en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), estos insectos estériles sólo se habían liberado en zonas delimitadas, sin intención de controlar estas plagas a nivel regional.
El primer experimento destinado a probar la efectividad de esta técnica a gran escala fue en México, y fue para controlar a la mosca del mediterráneo. En ese entonces, Liedo todavía trabajaba en MoscaMed, la iniciativa de Enkerlin. Él recuerda las labores de persuasión que tuvieron que hacer para que las autoridades mexicanas destinaran recursos a su iniciativa:
“En un análisis que se hizo en aquel tiempo, resultaba que la relación beneficio-costo era muy favorable para hacer esa inversión. Se hablaba entonces de que, de introducirse la mosca del mediterráneo [a México], las pérdidas podrían ser del orden de los 500 millones de dólares anuales. Y el costo del programa se estimaba en ese momento que podría ser de 7 millones de dólares anuales.”
Cuando Pablo entró a trabajar a este programa, la planta de producción de moscas estériles ya estaba en construcción en el municipio de Metapa, Chiapas.
A partir de que terminaron las obras, a finales de los setentas, esta fábrica de moscas del mediterráneo empezó a producir 500 millones de pupas de mosca por semana.
“Poco antes de la emergencia [de la mosca] es cuando se irradian para provocar la esterilidad. Se hace en ese momento porque la mayor parte del organismo ya está formado y los tejidos ya no están en crecimiento, excepto los órganos sexuales. Esos se desarrollan al final, a veces ya en el estado adulto. Entonces, de esa manera evitamos daños no deseados en el insecto por la irradiación y se concentra el daño en la reproducción”, añade el investigador.
A los pocos años de funcionamiento de la planta, en 1982, México se declaró como un país libre de la plaga de la mosca del mediterráneo. Ese éxito se replicó después para la mosca responsable de la plaga de gusano barrenador. Para ese entonces, Liedo ya no era parte de MoscaMed.
En 1983 se fue a la Universidad de Southampton en Inglaterra para hacer su maestría en control de plagas. Al terminarla, se dirigió a la Universidad de California-Davis, en Estados Unidos, para un doctorado en entomología.
A su retorno, su maestro, Dieter Enkerlin, le recomendó aprovechar sus aptitudes para la investigación científica, así que lo recomendó para trabajar en Ecosur, donde ha permanecido desde hace 35 años. En 1998 se volvió Director General de este colegio, y en 2008 regresó a su posición como investigador titular.
El siguiente objetivo fue el dengue y su principal transmisor, el Aedes aegypti: “Tuvimos un proyecto aquí en Tapachula, pero no fue en Ecosur, sino que colaboramos con el Centro Regional de Investigación en Salud Pública, que depende de los Institutos Nacionales de Salud Pública”.
Este centro hizo una solicitud de financiamiento al Organismo Internacional de Energía Atómica, el cuál ha sido uno de los principales promotores de la técnica del insecto estéril. Este fue aprobado, y también comenzó a recibir apoyo del Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades (CENAPRECE). Sin embargo, llegó la pandemia de COVID-19 y todos los esfuerzos tuvieron que concentrarse en el control de esa crisis.

¿Qué sigue para México en el control de plagas?
Actualmente, además de la TIE, en México también hay proyectos de control del dengue con el uso de una bacteria llamada Wolbachia. Este patógeno, muy común en otros insectos e inofensivo para animales (incluido el humano), impide que el mosquito transmita enfermedades.
Así, similar a los insectos estériles, se producen millones de Aedes aegypti inoculados con la bacteria, para después ser liberados y reemplazar a la población de mosquitos de una región. El programa ha sido probado con éxito en varias urbes de Brasil y comienza a llegar a México.
Frente a estas dos opciones, Liedo considera que no necesariamente hay que elegir a una en vez de la otra.
“México y CENAPRECE están en una condición ideal, porque pueden comparar las diferentes alternativas. Se tiene el proyecto de Baja California Sur, que es reemplazo [Wolbachia], se tiene el proyecto de Yucatán, que combina ambas [TIE y Wolbachia], y se tiene el proyecto en Chiapas, donde estamos usando solamente técnica al insecto estéril.
“No necesitan tomar una decisión de cuál va a ser la estrategia en México. Pueden ver lo que resulta de estos proyectos piloto y, con base en eso, definir la estrategia”.
Eso sí, considera que los insecticidas son un último recurso, pues además de sus daños colaterales, puede llegar a generar resistencia en algunas especies: “Yo les digo a los estudiantes de aquí que les apuesto que cualquier caso de aplicación de insecticida termina con desarrollo de resistencia”.
ENTREVISTA PUBLICADA EN: https://tecscience.tec.mx/es/clima-y-sostenibilidad/pablo-liedo-cuatro-decadas-transformando-el-control-biologico-de-plagas/