*César Enrique Montiel Sánchez y **César Augusto de la Cruz López
El Colegio de la Frontera Sur, Unidad Villahermosa.
Estos huertos son considerados acervos de conocimientos, prácticas y creencias milenarias, así como contemporáneas pues se han adaptado a las múltiples características geográficas y culturales donde se desarrollan (González, 2007). Los HF son parte de la agricultura campesina, pues ésta se caracteriza porque las familias son la fuerza de trabajo, la siembra es diversificada, aprovecha los bienes ecológicos del entorno y la producción se destina al auto abasto (van der Ploeg, 2010). Este tipo de agricultura suele estar armonizada con los procesos ecológicos lo que genera menor impacto en la naturaleza (Toledo et al., 2019).
En contraste, la agricultura capitalista deforesta grandes extensiones de bosques para sembrar en monocultivos que requieren contratar mano de obra, aplicar agroquímicos, emplear maquinarias y sistemas de riego automatizados, además, su finalidad es generar utilidades vendiendo sus productos en amplias redes comerciales (van der Ploeg, 2010). Esta lógica agrícola genera serias afectaciones a los sistemas naturales y sociales (Toledo et al., 2019).
Por otra parte, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO, 2021, p. 23), Tabasco está ubicado al sureste de México en la denominada Llanura Costera del Golfo Sur, por lo cual la mayoría de su territorio es planicie inundable, también hay elevaciones en el estado que van de los 100 a los 1000 msnm debido a que limita con las sierras de Chiapas y Guatemala. En cuanto al clima, predomina el cálido húmedo con lluvias todo el año con un promedio anual de precipitación que va de los 1,600 a 3,600 mm y con una temperatura media alrededor de los 26°C (Ibíd., 2021, p. 61). Dada la abundancia de aguas superficiales en la entidad hay vegetación acuática; en las costas, los manglares; en laderas y planicies, selva perennifolia (Ibíd., 2021, p. 69). Por esta diversidad paisajística, los HF suelen estar compuestos de distintas variedades florísticas que dependen del grupo sociocultural y de la región del estado (Alcudia et al., 2018; Chablé et al., 2021).
En los aspectos sociales, según el censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2021), Tabasco cuenta con una población de poco más de 2 millones 400 mil habitantes. La economía del estado está principalmente vinculada a la extracción de petróleo y gas; no obstante, la agricultura, ganadería, acuicultura, pesca y minería de cal, grava y arena son actividades importantes (CONABIO, 2021, p. 101). También están presentes pueblos originarios como los ayapanecos, choles, chontales de Tabasco, nahuas, tzeltales, zoques y otros, lo cual nos habla de una diversidad cultural en el territorio tabasqueño (Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, 2020).
Para Tudela (1989) en la revisión de la historia de Tabasco, destacan dos grandes proyectos agrícolas: Plan Chontalpa (1966) y Plan Balancán-Tenosique (1972), estos planes estaban concebidos desde la lógica de la agricultura capitalista porque buscaban aumentar la producción mediante el uso de tecnologías mecánicas y agroquímicas. Siguiendo al autor, estos proyectos también implicaron grandes cambios a nivel ecológico y social, pues requirieron del drenaje de humedales mediante el represamiento de ríos en Chiapas para tener más superficie de siembra, asimismo desmontaron enormes porciones de selva, ello implicó el reordenamiento de las comunidades en ejidos, además introdujeron técnicas y variedades vegetales poco representativas para el campesinado, incitándolos a abandonar sus conocimientos.
Una investigación realizada en el municipio de Cárdenas por Chávez et. al (2012) retrata que si bien los proyectos modernizadores del agro tabasqueño pretendieron desplazar los sistemas de conocimientos campesinos, en algunos HF persisten lógicas de manejo distintas a las capitalistas. Para Avilez et. al (2020), los huertos en Comalcalco, además de contribuir a los procesos ecológicos y económicos, favorecen la comunicación de saberes, la convivencia, proveen alimentos, proporcionan belleza escénica y recrean tradiciones. Por su parte, Alcudia et. al (2018), realizaron un estudio en comunidades de los municipios de Balancán, Emiliano Zapata, Macuspana y Tenosique encontrando que las condiciones socioambientales están relacionadas con la agrobiodiversidad presente en los HF. Para el contexto urbano de Villahermosa, Montiel et al. (2023) reporta que el huerto ayuda a enseñar a las nuevas generaciones sobre la importancia del cuidado de la naturaleza, los periodos de cultivo, preparación de alimentos y medicinas, así como tejer relaciones sociales con la comunidad al intercambiar plantas o productos.
Tabasco ha vivido proyectos agrícolas capitalistas los cuales han provocado fuertes deterioros ambientales trayendo consigo pérdida en la biodiversidad y en la provisión de servicios ecosistémicos. Ante esta situación, los HF bajo la lógica campesina representan una alternativa que contribuye a enriquecer el paisaje con diversa vegetación.
En la entidad, la agricultura capital está desplazando a la campesina y originarias al considerarlas anticuadas, por ello, los HF invitan a revalorar críticamente los sistemas de conocimientos, prácticas y creencias campesinas al considerar que en ellos hay pistas para enfrentar el daño de la naturaleza, la inseguridad alimentaria y el deterioro de la cultura. Desde el ámbito de las políticas públicas, el fortalecimiento de los HF en Tabasco podría tomar en cuenta la lógica campesina y originarias, no sólo las corrientes capitalistas para que con el paso del tiempo los huertos sigan siendo valorados como agriculturas que no sólo contribuye a la preservación del ecosistema, sino que al mismo tiempo coadyuvan a la preservación de la diversidad fitogenética, social y cultura.
* Asistente de investigación: Programa de preparación al posgrado
** Estudiante de Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable
Artículo de divulgación científica publicado en la Gaceta #69 del Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado de Yucatán (SIIDETEY), página: de la 8 a la 11, y de la cual participa ECOSUR como comité editorial.