Recientemente el Dr. José Pablo Liedo Fernández, Departamento Ecología de Artrópodos y Manejo de Plagas en la Unidad Tapachula, ha sido reconocido como Investigador Nacional Emérito por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCyT).
Liedo Fernández, ingresó a ECOSUR en 1990 y en su trayectoria en ECOSUR ha generado 194 publicaciones arbitradas, ha formado a 11 tesistas de doctorado y 16 de maestría. Ha sido responsable de 28 proyectos, y en el periodo 1998-2008 fue director general de ECOSUR. Es reconocido en nuestra comunidad por su gran calidad humana, compromiso y cariño por nuestra institución.
Por Iván Francisco Porraz Gómez[i], Bruno Miranda[ii]
En el sur de México, resulta importante destacar cómo en las últimas décadas las acciones de gobierno enfocadas hacia el tema migratorio se han caracterizado por el fortalecimiento del vínculo entre seguridad y migración, si no discursivamente, sí a través de prácticas concretas, como el envío de militares y la permanencia de operativos de la Guardia Nacional en el espacio fronterizo de la frontera Tecún-Umán-Ciudad Hidalgo hasta Tapachula, Chiapas y de ahí hacia el extenso corredor migratorio que articula Huixtla-Arriaga, a lo largo de la carretera costera de la región.
Detención, deportación, expulsión violenta y la criminalización migratoria generalizada son partes de un dispositivo que tiene impactos a nivel local. El centro urbano de Tapachula, por ejemplo, fue convertido en un espacio de espera migratoria, que es al mismo tiempo diverso y desigual, donde la presencia migrante se distingue por la nacionalidad, por los recursos y el capital que llevan, por la racialidad de sus cuerpos, pero también por el imaginario sobre el “buen migrante” o el “migrante ideal” vs el que “afea” la ciudad, dicen algunos medios y personas locales. Su presencia irrumpe las regularidades espaciales y temporales, propias de las vivencias en movimiento, nucleadas por fracturas, discontinuidades y relaciones de disyunción que definen el mundo global como un mundo de flujos (Appadurai, 1999).
La reconstrucción del parque Miguel Hidalgo es un mensaje directo, una respuesta de las autoridades municipales en el sentido de ordenar y regular la presencia en el espacio público de las y los migrantes en tránsito, en espera, solicitantes de refugio y retornados en la ciudad. La visión desde el ayuntamiento local es ambigua y se refiere al “rescate del espacio” que sea propicio para la llegada del turismo de la región y de Guatemala, mientras que algunos activistas locales denuncian la falta de planeación en la remodelación, y otros más asocian la tala de los árboles que vivían en la memoria de las y los tapachultecos, con ecocidio.
Un video que circuló en redes en enero de este año, dio lugar a una nueva controversia. En él, un funcionario municipal argumentó a un ciudadano que, en el reglamento actual, la estancia en el parque no podría ser por mucho tiempo, que no podía quedarse más. Esta situación hizo que hubiera un debate sobre el espacio público y los migrantes en la ciudad. Por un lado, se logró remover a las y los haitianos que por algunos años se asentaron en el parque Benito Juárez, conocido por algunos locales como el “parque de las etnias”. Asimismo, se logró disuadir a las personas migrantes que no contaban con un lugar para pernoctar para que se refugiaran en el Miguel Hidalgo y sus calles aledañas.
La reconfiguración de dicho espacio fue precedida, meses atrás, por el desalojo de un minimercado nocturno de comida haitiana, enfrente del Mercado Sebastián Escobar. Ambas iniciativas tuvieron como blanco directo a las personas migrantes, especialmente las y los comerciantes haitianos. Una vez forzados a esperar en Tapachula (por la próxima caravana, por remesas, por el documento migratorio o de la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados: COMAR), la pujante economía migrante local se ha diversificado para atender tanto a los “migrantes deseados”, los que dejan sus recursos en la ciudad y se hospedan en hoteles y posadas, como para las familias migrantes forzadas a pernoctar en las calles.
Todos esos grupos, de una u otra forma, consumen alimentos o compran chips para celulares en el comercio informal. Al remodelar el parque central y restringir el comercio minorista, la alcaldía oculta o mitiga la presencia de migrantes ante los ojos de sus votantes o del poco turismo que llega. Pero vuelve a precarizar a muchos grupos y familias con niñeces migrantes forzadas a instalarse en la ciudad, ya que limita sus opciones de reproducción y movilidad cotidiana de la vida.
La arquitectura hostil y antimigrante en la principal localidad de aglutinación de migrantes de Sudamérica, Caribe, África y Asia en el sur de México, se suma a otro mecanismo que fomenta el desahogo de migrantes de la ciudad. Desde 2022, toda persona solicitante de asilo en EEUU debe poder bajar la aplicación digital ‘CBP One’ y conseguir una cita para una determinada fecha y hora en alguno de los puertos fronterizos del país del Norte. Pero la “app” solo funciona a partir de determinada latitud en México, de la Ciudad de México hacia arriba. De ahí que quieran abandonar la ciudad lo más pronto que se pueda.
Las afectaciones espaciales y fronterizas del cambio en la política de asilo estadounidense son variadas y tienen efecto dominó en el territorio mexicano. Mientras se supone que Tapachula se desahoga, la Ciudad de México se convierte en nuevo espacio de instalación temporal de grupos migrantes. La frontera de la espera se internaliza.
La vía terrestre fue una opción para una gran mayoría de migrantes venezolanos y centroamericanos que no contaban con recursos económicos para agilizar el tránsito o contratar a un “coyote”, y que no aguantaron más la burocracia y el desgaste que las autoridades migratorias, confabularon nuevamente. Así que la estrategia de caminar en pequeños grupos por las carreteras del Soconusco apareció poco a poco y se fueron sumando de otras nacionalidades.
En uno de los recorridos que hicimos por la carretera costera observamos varios grupos avanzando sobre el asfalto y con el calor incesante que hay en esta región. En Pijijiapan conversamos con un grupo de venezolanos, observamos algunas mujeres solas, infantes y numerosos jóvenes, en otro punto, encontramos un grupo de siete jóvenes africanos subsaharianos de Mali, Burkina Faso y de Benín. Tenían mucha energía y ganas de avanzar, muy atentos a los cobros realizados por jóvenes locales motociclistas, que fue un negocio que propició el migrar por la carretera, pero no todos podían pagar por este servicio que oscilaba entre 300 y 500 pesos mexicanos, dependiendo el tramo de avance. Los grupos de personas caminantes son diversos: latinoamericanas, caribeñas y africanas, algunos asiáticos se pasaban entre sí, pero muchas veces ni siquiera se hablaban. No obstante, se espejeaban los unos en los otros, como para apoyarse en una referencia a lo largo del camino, compartiendo la misma ruta, la misma travesía. Llegamos a Tonalá y seguimos hasta Arriaga, donde paramos en una gasolinera, otro gran entrecruce y disyunción hacia el centro del país, un grupo numeroso de venezolanos: maracuchos (de Maracaibo), gochas (de Táchira), una persona de Miranda, quienes nos preguntaron sobre el camino, sobre las distancias entre un lugar y otro. Es claro que no se sabe con exactitud la ruta, por ahora Oaxaca era el siguiente objetivo.
En todo caso, lo más visible fue la cantidad de grupos pequeños de jóvenes africanos subsaharianos caminantes, un indicio de la transcontinentalidad de ese corredor de 300km que es difícil de ignorar. Lo cambiante que puede llegar a ser ese corredor se refleja en las diversas nacionalidades y condiciones tan diversificadas. Junto a los centroamericanos y venezolanos caminan también africanos y asiáticos.
Frente a ello, el nivel de control migratorio es inestable dada la falta de personal del INM, de presupuesto operativo, sumado a las pasadas vacaciones decembrinas en las oficinas de COMAR en Tapachula, y la prioridad de las elecciones presidenciales en la agenda política nacional. Este corredor controlado/afectado remotamente desde Washington desde 2019 con el gobierno de Donald Trump, también responde a cuestiones institucionales de la propia entidad migratoria y de refugio mexicanas, eventualmente precarizada incluso para retener, detener y deportar migrantes.
[i] Investigador de ECOSUR-Tapachula, colaborador del Observatorio de las Democracias: sur de México y Centroamérica.
[ii] Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS-UNAM).
Referencia:
Appadurai, Arjun. (1999). Modernity at Large: Cultural Dimensions of Globalization. Minneapolis: University of Minnessota Press.
El Jardín Etnobiológico de la Selva del Soconusco, ubicado en la ranchería La Guardianía en el municipio de Tuzantán, Chiapas, fue abierto en 1994 y es un sitio en el que trabajan para mantener 480 especies de plantas ante el cambio climático, como es la actual sequía.
Wilber Sánchez Ortiz, técnico académico de El Colegio de la Frontera Sur y encargado del jardín, platicó con Diario del Sur e indicó que este lugar hay especies de plantas que están en riesgo de extinción, algunas de las cuales son muy antiguas e incluso están asociadas a grupos Mames que antiguamente eran de los Mayas y que ellos utilizaban, entre estas algunas que nombraban con nombres comunes que hablaban en sus lenguas, derivando de ahí el nombre del lugar como Etnobiológico.
El lugar es un proyecto federal, que depende del Colegio de la Frontera Sur, donde tienen identificadas por su nombre científico. Este jardín botánico fue creado por la doctora Anne Damon, quien lo empezó con una hectárea y actualmente ha crecido a 2.5 hectáreas de terreno, catalogándolas por sus nombres científicos, el uso de cada planta, así como la forma de reproducirla, ya que esto constituye el núcleo central de la horticultura y forma parte del cuidado con el que se trabaja en este espacio natural.
El sitio puede ser visitado por estudiantes desde preescolar a posgrado, siempre y cuando se agende una cita 15 días antes y sean grupos reducidos, para poder atenderlos durante el recorrido que es completamente gratuito, aunque se aceptan donaciones que serán útiles para el propio espacio, por lo que puso a disposición el número 9641157595 para cualquier tipo de información que requieran.
Para el Jardín Botánico la época de sequía es buena para efecto de aprendizaje porque les permite enseñar ciertas condiciones climáticas a quienes los visitan, sin embargo, no es considerado como el momento óptimo para ver un jardín con plantas muy verdes, porque no cuentan con un sistema de agua entubada potente o pozo profundo, por lo que no es tan bonito, aunque ellos buscan tomar decisiones que ayuden a su sobrevivencia y la forma de cómo adaptarlas al cambio de clima.
“Muchos piensan que un jardín botánico tiene los suficientes ingresos, pero este solo cuenta con un pequeño presupuesto anual, aunque hay pasión de quienes aquí laboran por lo que se mantienen dándole vida con el arduo trabajo que realizan”, concluyó el técnico.
Te presentamos una entrevista que le realizaron a Abraham Mena Farrera, investigador del Departamento de Sociedad y Cultura, quien trabaja activamente temas de género y masculinidad. Actualmente su tema de interés es la despatriarcalización de las tecnologías de la información en las instituciones de educación superior. Leela y escuchala en:
El Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) y El Colegio de La Frontera Sur (ECOSUR), presentaron el libro “Movilizando el conocimiento: experiencias humanas sobre cuidados en el campo del Cáncer en México”, de Rosario García Miranda, con una perspectiva socio-antropológica, tomando como ejemplo las experiencias de actores clave en el proceso de atención oncológica en el país.
En representación del encargado de despacho del ISSET, Carlos Rafael Alipi Mena, su colaboradora Dora Nelly Martínez González, agradeció la realización del libro, cuyo enfoque es la promoción de la medicina social.
“Uno de los planes del instituto es la promoción de la medicina, desde el enfoque interdisciplinario hasta las diversas miradas de la relación paciente-doctor y los cuidadores”, indicó la especialista.
El investigador titular del Colegio de la Frontera Sur, César Antonio Irecta Nájera, destacó la fortaleza que existe en el ISSET, en el que se fomenta la investigación en el área de salud.
“Presentar este trabajo que hemos realizado con varios colegas de departamentos de salud, tiene que ver con los creadores no profesionales en el tema del cáncer”, explicó.
En su oportunidad, la autora del libro, Rosario García Miranda, dio a conocer que el objetivo del libro es dar esperanza a todos aquellos cuidadores informales, familiares que realizan la labor del cuidado de un paciente crónico, en este caso un paciente en el campo de la oncología.
“La investigación duró más de 4 años y en el que tuve la oportunidad de trabajar con estos cuidadores y sus pacientes oncológicos, y ahora me toca compartirles un poco en qué consistió escribir este libro y qué es lo que pretendo con darle difusión al contenido”, narró la también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
También asistieron a la presentación del texto, la titular de la Unidad de Enseñanza e investigaciones del Centro de Especialidades Médicas “Dr. Julián A. Manzur Ocaña” del ISSET, María Adriana García Cordero, y la representante del Colegio de la Frontera Sur, Zendy Evelyn Olivo Vidal, así como doctoras y doctores, y enfermeras y enfermeros.
A toda teta: Lactancias Maternas como fuerza amorosa desde las voces de sus protagonistas, publicación con sello ECOSUR, se presentó por sus autoras Carolina Guerrero León y Georgina Sánchez-Ramírez en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, el pasado 24 de febrero.
La obra fue comentada por Julieta Ponce-Sánchez, directora del Departamento de Intervención en Alimentación y Nutrición del Centro de Orientación Alimentaria (COA Nutrición) y quien lleva muchos años trabajando en la defensa, dentro de marcos legales, del derecho a la lactancia en el país.
La doctora Ponce destacó la relevancia de una obra como A toda Teta, debido a que son muy bajos los niveles de amamantamiento en México y en el mundo, ya que solo 4 de cada 10 bebés cuentan con lactancia materna exclusiva durante los 6 meses de vida. Sin dejar de lado la relevancia nutricional, fisiológica y de apego que tiene la lactancia materna para cada recién nacido, hizo hincapié en como en el libro, gracias a la mirada humana y feminista de ambas autoras, logra poner sobre la mesa la preponderancia de que sean las madres el foco de atención para procurar que se sientan apoyadas, cómodas y seguras en sus procesos de maternidad, incluida la lactancia.
Señaló que el libro hace una especie de “puntadas invisibles” para unir la historia, la teoría, las subjetividades, así como las realidades y las demandas sociales y políticas que están pendientes para mejorar las lactancias –en plural porque cada experiencia es personal y única– y el respeto por la procuración de la vida y los cuidados, que si bien son las mujeres madres quienes más los ejercen no por ello los varones no deben involucrarse, sino que tiene que hacerlo para continuar cambiando el mundo hacia una cultura de paz, de amor y de comunidad.
Con términos como tetadurmiendo, puerperando o transitando la Matrescencia de cada ser que llega a este mundo, la salud pública deberá actualizar su mirada y asumir los nuevos retos que desde el género y la salud requiere el país. Sin duda el libro, hace una gran labor para dar una buena luz a esa agenda de trabajo sanitario, además de ser un gran regalo para quienes se interesan en el tema de las lactancias, la nutrición y una vida feliz desde el nacimiento.
El pasado 9 de febrero un grupo de investigación de ECOSUR presentó los resultados del estudio para construir un ambiente de vida en la región Altos de Chiapas ante representantes de diversas organizaciones, colonias, integrantes de instituciones educativas y del municipio de San Cristóbal.
Las actividades del grupo de investigación se realizaron de julio a diciembre de 2023. A lo largo de este período visitaron más de 16 sitios en distintas partes de la ciudad y sus alrededores para dialogar con las y los ciudadanos sobre los problemas ambientales que viven. Destacaron las dificultades con el abasto de agua, la contaminación de las aguas usadas, los riesgos de inundación y los cambios significativos en la vida de la ciudad como resultado del crecimiento del área urbana, del turismo y de la inseguridad.
Las personas asistentes al encuentro ofrecieron comentarios y reflexiones acerca de los hallazgos del grupo de investigación de ECOSUR y propusieron acciones para contribuir a un ambiente de vida sano en la ciudad, entre las que destacan las siguientes:
La importancia de respetar las leyes y las declaratorias de áreas naturales protegidas, así como hacer un pronunciamiento para cuidar el agua, el territorio y el ambiente. Convocar a la ciudadanía para trabajar juntos, considerando las perspectivas de los distintos barrios y comunidades.
Es importante resaltar que hay interés de la población en la conservación de áreas verdes, en defender los humedales y los manantiales, y en llevar a cabo acciones en pro de la paz. Se destacó la necesidad de visibilizar los espacios naturales y su conservación, así como el trabajo continuo para involucrar a la comunidad en la protección del entorno.
Se propuso conocer y vincularse con otros territorios, disminuir la violencia a través de la gestión comunitaria y crear espacios educativos en las colonias para fomentar la comprensión de la importancia de proteger el ambiente. Se hizo hincapié en la relevancia de continuar el diálogo entre la academia y la comunidad, abriendo espacios para el intercambio de ideas y la colaboración.
Se enfatizó la necesidad de proteger el agua y el bosque desde la infancia, sembrando la semilla de la conciencia ambiental y fortaleciendo las redes de colaboración. Se destacó la importancia de la ecología como eje central, instando a la suma de esfuerzos y colaboración de todos los colectivos. Se hizo un llamado a las juventudes para que se sumen a temas de conservación y abordar los problemas ambientales.
Se resaltó la necesidad de un manejo adecuado de los residuos sólidos y de las aguas residuales, así como la colaboración con los gobiernos municipal, estatal y federal para asegurar la salud de las y los habitantes. Se planteó la necesidad de rediseñar la ciudad y repensar las consecuencias de la urbanización no planeada y la pérdida de espacios naturales.
Se propuso organizar una agenda ciudadana para reuniones y celebraciones relacionadas con la conservación del medio ambiente, y apoyarse en la academia para concienciar y visibilizar los problemas ambientales y sustentar las opciones de mejora.
El grupo de investigación de ECOSUR tiene la visión de continuar trabajando en las líneas de investigación identificadas a través de procesos transdisciplinarios reconociendo que el conocimiento de la población es relevante para construir un ambiente sano.
El estudio tuvo por objetivo proponer líneas de investigación y acciones de vinculación que contribuyan a la construcción de ambientes sanos en San Cristóbal de Las Casas y su región.
Investigadores en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Unidad Chetumal, impartirán el curso “Cámaras y Drones: Fotografía de Naturaleza” e “Introducción al análisis en Ecología del paisaje”, cuyas convocatorias ya están disponibles en la página web y redes sociales del centro de investigación.
El curso “Cámaras y Drones: Fotografía de Naturaleza” es presencial, con de cupo limitado, con fecha límite de inscripción el 9 de marzo de este 2024; y los participantes aprenderán los principios básicos de la fotografía y el manejo de la cámara, incluso del teléfono celular completamente manual, así como el manejo de drones para filmación y fotografía aérea.
El curso se impartirá del 12 al 16 de marzo de este año, de martes a viernes de 4:00 de la tarde a 8:00 de la noche, y el sábado de 7:00 de la mañana a 2:00 de la tarde; el costo por el curso es de dos mil 500 pesos.
Será impartido por el biólogo Humberto Bahena, el doctor Joan Sánchez y la maestra en ciencias, Carmen Rosas.
Para mayores informes, se pueden comunicar al correo electrónico corosas@ecosur.mx, al número telefónico 83 50440 extensión 4866 o acudir a las instalaciones de Ecosur Unidad Chetumal, ubicadas en la avenida Centenario kilómetro 5.5, colonia Pacto Obrero, en Chetumal.
En tanto que el curso “Introducción al análisis en Ecología del paisaje” es en línea y la fecha límite para inscribirse es el 1 de junio, y se impartirá del 3 al 9 de junio de 2024, con horario de 10:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, con una duración total de 70 horas.
El objetivo de aprendizaje es introducir a los alumnos del curso en el manejo de herramientas y datos geoespaciales aplicados a temas de ecología del paisaje, con el fin de que realicen análisis e interpreten resultados sobre ecología del paisaje.
Para mayor información e inscripciones, escribe a la doctora Diana Abilene Ahuatzin Flores, al correo electrónico diana.ahuatzin@ecosur.mx, o a la doctora Susana Maza-Villalobos Méndez, sumaza@ecosur.mx.
Debido a su gran tamaño, el tapir necesita consumir entre 10 y 15 kg de alimento diario; esto lo hace ingiriendo pequeñas raciones durante sus períodos de mayor actividad
JONATHAN PÉREZ-FLORES (1,2*), GIBRÁN SÁNCHEZ-HERNÁNDEZ (3) Y HUMBERTO BAHENA-BASAVE (2)
Los tapires desempeñan un papel importante en la reforestación de los bosques tropicales, debido a que dispersan las semillas de una gran variedad de plantas. Este trabajo no lo realizan solos, cuentan con la ayuda de los escarabajos peloteros, los cuales son considerados dispersores secundarios.
El tapir centroamericano (Tapirus bairdii) es el único perisodáctilo silvestre que vive en México y es el mamífero nativo terrestre más grande de Mesoamérica, con un peso aproximado de 200 a 250 kg. Debido a su gran tamaño, el tapir necesita consumir entre 10 y 15 kg de alimento diario; esto lo hace ingiriendo pequeñas raciones durante sus períodos de mayor actividad, ya que tiene una capacidad estomacal muy limitada (10 a 15 litros). En todo su intervalo de distribución geográfica, se ha registrado que su alimentación consta de más de 450 especies de plantas. Los tapires suelen consumir con mayor frecuencia hojas y frutos, y ocasionalmente cortezas y flores. Cuando hay una alta disponibilidad de frutos, los tapires consumen una gran cantidad de estos, ya que les ayuda a mantenerse hidratados durante los días más calurosos y húmedos, debido a su alto contenido de agua. Por otro lado, al consumir estos frutos, los tapires ingieren las semillas, las cuales son tragadas enteras o en partes, ya que se quiebran durante el proceso de masticación. Las semillas pasan el tracto digestivo del animal y luego son defecadas en un cuerpo de agua (laguna, río, aguada, jagüey) o en la tierra, en donde forman letrinas, las que son visitadas frecuentemente por el mismo individuo o por otros individuos.
Las letrinas tienen diferentes funciones, por ejemplo, sirven para que los individuos marquen su territorio o para comunicarse químicamente por medio del sentido del olfato con otros individuos. Las señales químicas que dejan los animales en las heces, les permite incrementar su éxito reproductivo, ya que, por medio de éstas, pueden conocer la condición reproductiva de potenciales parejas con las que podrían aparearse. También sirven para evitar la transmisión de endoparásitos por vía fecal-oral, ya que los animales seleccionan sitios de alimentación donde no exista una acumulación de heces evitando así la ingesta de parásitos. Además, son consideradas ecosistemas efímeros (que desaparecen rápidamente), y debido a la gran cantidad de nutrientes (minerales, vitaminas, carbohidratos, nitrógeno, aminoácidos y lípidos) que contienen, muchos organismos se reúnen para buscar sacar provecho de ellos.
Entre los organismos que se han documentado alimentándose de las heces de los tapires, se encuentran los escarabajos peloteros. Estos escarabajos son atraídos por los compuestos orgánicos volátiles que emiten las heces de los tapires. Los compuestos orgánicos volátiles son sustancias químicas que se convierten fácilmente en vapores o gases y que son captadas por los escarabajos con la ayuda de unas diminutas cerdas sensoriales que tienen en sus antenas y que son conocidas como sensilias olfativas. Los compuestos orgánicos volátiles actúan como una señal química que ayuda a los escarabajos a detectar y seleccionar sus heces favoritas.
Los escarabajos peloteros son conocidos también como escarabajos del estiércol o estercoleros, nombres que hacen alusión a su principal fuente de recursos, que son las heces de diversos animales (aves, reptiles y mamíferos). En el mundo existen alrededor de 7000 especies de escarabajos peloteros, pero su mayor diversidad y abundancia se encuentra en los bosques tropicales y las sabanas, en donde habitan la mayor cantidad de mamíferos que les proveen su principal fuente de alimento. En el caso del tapir centroamericano, se han registrado un total de 32 especies de escarabajos que se alimentan de sus heces. La mayoría de ellas son de hábitos generalistas (14 especies) o especialistas de heces de mamíferos (16 especies), y en menor cantidad las especies que se alimentan de carroña (necrófagas), pero que de manera eventual acuden a otros recursos dependiendo de su disponibilidad (2 especies).
Especies de escarabajos reportados alimentándose de las heces de tapir centroamericano (Tapirus bairdii).
Los escarabajos peloteros generalistas consumen heces de especies nativas (aquellas que pertenecen a una región o ecosistema determinado) y no nativas (aquellas que se encuentran fuera de su área de distribución natural), carroña de vertebrados e invertebrados, hojas, hongos y frutos. Mientras que los especialistas tienden a alimentarse únicamente de las heces de ciertas especies de mamíferos, que pueden variar de acuerdo con su localización geográfica.
De acuerdo con su comportamiento de anidación, los escarabajos peloteros se dividen en tres grupos funcionales: rodadores, cavadores y moradores. Los rodadores, esculpen pelotas de estiércol que ruedan lejos de la fuente principal de alimento para evitar la competencia con otros escarabajos, para después enterrarlas en túneles y cámaras subterráneas, donde finalmente la hembra pone los huevos dentro de las pelotas o “bolas de cría”. Los cavadores, crean los túneles por debajo o muy cerca de la fuente principal en donde entierran las bolas de cría; en ambos casos, estas bolitas sirven después como alimento para las futuras larvas. Los moradores en cambio, no hacen túneles, sino que utilizan las heces directamente para hacer sus nidos, en donde las larvas pasan la totalidad de su desarrollo.
Las heces son un microsistema efímero, en donde suceden múltiples relaciones ecológicas (competencia y depredación) a una alta velocidad e intensidad. Debido a ello, los escarabajos corren desesperadamente para llegar a ellas, ya que, en este caso, las heces de los tapires además de tener diversos nutrientes tienen una gran cantidad de semillas, lo que las hace irresistibles para algunas especies de insectos, aves y pequeños mamíferos. Al llegar a las heces, los escarabajos comienzan a actuar como dispersores de semillas secundarios, ya que interactúan incidentalmente con las semillas. Los escarabajos mueven las semillas cuando empiezan a esculpir las bolas de estiércol o cuando forman los túneles o cámaras subterráneas. En ocasiones, solo mueven las semillas de manera horizontal algunos centímetros, pero se ha llegado a observar que las pueden mover hasta 20 metros. Esto favorece al reclutamiento de plantas (establecimiento de nuevos individuos), ya que disminuye la aglomeración en el que se encuentran las semillas cuando son depositadas por el tapir (dispersor primario). Accidentalmente, los escarabajos entierran las semillas en el suelo o en el mismo estiércol a una profundidad igual o menor a 10 cm, aunque se ha registrado que pueden llegar a enterrarlas a una profundidad máxima de 40 cm. Esto ocasiona una disminución de la mortalidad de las semillas, ya que pasan desapercibidas ante posibles depredadores (roedores, aves y otros insectos). Además, el enterrar las semillas también favorece el establecimiento de nuevas plántulas, aunque hay que tomar en consideración, que algunas semillas no reaccionan de manera positiva al ser enterradas a ciertas profundidades, ya que puede afectar el surgimiento de las plántulas.
Cómo se puede observar, la dispersión de semillas en los bosques tropicales es una labor que se realiza en conjunto, ya que el tamaño de las semillas en estos ecosistemas es muy variable. En los sitios donde coexisten los tapires y los escarabajos peloteros podemos encontrar semillas muy pequeñas como las de los árboles del género Ficus que miden aproximadamente 1 mm, hasta semillas muy grandes como la del mamey zapote (Pouteria sapota) que alcanzan los 10 cm. Mientras que los tapires gracias a su corpulencia pueden consumir y defecar casi todos los tamaños y tipos de semillas que encuentran durante sus recorridos diarios en la selva. El caso de los escarabajos no es igual, ya que entre más grande es el escarabajo, mayor es la facilidad que tienen para manipular las semillas más pequeñas, las cuales pueden mover a mayores distancias y enterrar más profundamente. Este trabajo en conjunto del tapir como dispersor primario y del escarabajo pelotero como dispersor secundario aumentan la supervivencia de las plántulas que sirven para reforestar los bosques tropicales.
Dispersión de semillas en los bosques tropicales: el tapir centroamericano (Tapirus bairdii) como dispersor primario y escarabajos peloteros como dispersores secundarios. Ilustración: Jonathan Pérez-Flores.
Aunque parezca difícil de creer, los tapires y los escarabajos peloteros son más parecidos a nivel ecológico de lo que llegaríamos a imaginar. Ambos juegan un papel importante dentro de los ecosistemas tropicales y pueden considerarse como “arquitectos o jardineros de las selvas”, ya que influyen en la estructura y composición de las comunidades vegetales. Además, son especies indicadoras de la salud de los ecosistemas, ya que su ausencia nos señala que el ambiente está siendo impactado negativamente (perdiendo salud). Se ha demostrado que en ambientes que han sido perturbados por las actividades humanas (p.ej., agricultura y ganadería), el estado de salud de los tapires se deteriora, lo cual resulta en una disminución de sus poblaciones. Algo similar ocurre con los escarabajos peloteros, cuando los bosques son transformados en zonas agrícolas y ganaderas, la diversidad y riqueza de especies de escarabajos disminuye. La pérdida de tapires y escarabajos peloteros afectaría uno de los procesos ecológicos más importantes de los bosques tropicales, como lo es la dispersión de semillas. La alteración de la dispersión de semillas tendría un efecto negativo en el mantenimiento funcional y la regeneración de los bosques tropicales. Es por esto que nuestra tarea debe ser la de conservar las especies y las interacciones que se dan entre ellas, con la finalidad de tener ecosistemas saludables.
La interacción entre los tapires y los escarabajos peloteros es indispensable para seguir regenerando los bosques tropicales, esto nos ayudará a mantener ecosistemas saludables que nos ayuden a enfrentar la crisis climática en la que actualmente vivimos.
Te presentamos la entrevista realizada al Dr. Juan Manuel Weber Rodríguez, con la temática: Basureros Clandestinos y problemas de salud en el estado de Campeche, el día 22 de febrero, en NCS, programa la delgada línea roja.