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“Agrobiodiversidad y valores de uso: de la genética a la composición de las comunidades”

El doctor Lev O. Jardón Barbolla, quien estudia la domesticación y diversificación de las plantas cultivadas desde un punto de vista evolutivo y genético en su relación con la dimensión política del valor de uso, ofreció el seminario “Agrobiodiversidad y valores de uso: de la genética a la composición de las comunidades”, el pasado 23 de octubre en la Unidad Villahermosa.

El investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, señaló que el trabajo presentado se inserta en una línea de investigación interdisciplinaria que analiza “diferentes niveles de la agrobiodiversidad como parte de un proceso evolutivo del nivel genético y fenotípico manifestado en los organismos, al manejo del agroecosistémico y la formación de cultura; incorporando elementos de la crítica de la economía política en el análisis de la domesticación”.

Durante el seminario el Dr. Jardón abordó el análisis de la diversidad asociada a sistemas agrícolas en Mesoamérica, que es un importante centro de origen y diversificación de muchas plantas cultivadas. Además, considerando a la biodiversidad desde distintas dimensiones: la diversidad de genes, la diversidad en los agroecosistemas y la diversidad cultural.

Se refirió al estudio de la diversidad genética del chile Capsicum annum en Oaxaca, considerando un gradiente de domesticación (silvestre, arvense, cultivado) en dos transectos (uno a lo largo de la costa de Oaxaca y otro altitudinal). Se encontró dos grupos genéticos que se asocian principalmente a las regiones de la costa y la zona montañosa. Asimismo notaron que algunos aspectos de la estructura genética de las poblaciones analizadas responden a cuestiones de manejo campesino. Por otra parte, analizaron la composición y diversidad de plantas presentes en diferentes sistemas de manejo, proponiendo algunas métricas que permiten analizar la diversidad de valores de uso a partir de datos obtenidos por medio de entrevistas semiestructuradas, haciendo explícito el papel de la producción de valores de uso para moldear la agrobiodiversidad.

 

Puedes ver el video del seminario en:

https://www.facebook.com/EcosurVillahermosa/videos/2766218483650749

 

Marlen Palma obtiene grado de Maestra en Ciencias con tesis sobre conflicto territorial

Marlen Anaid Palma Cruz Blanca, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Agricultura, Sociedad y Ambiente (Generación 2018 – 2019), en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias con la tesis denominada “Del conflicto territorial a la acción colectiva. Un estudio de caso: San Francisco Tlalcilalcalpan”, el pasado 20 de octubre.

Su propuesta de investigación tuvo como objetivo contribuir al análisis de los fenómenos sociales relacionados a procesos de acción colectiva derivados de conflictos territoriales. El estudio de caso se presenta en la comunidad de San Francisco Tlalcilalcalpan, Estado de México, donde debido a una historia prolongada por el control y modificación del territorio ha emergido y se ha configurado el actor colectivo conocido como “Grupo Juan Corrales”, quién se posiciona en defensa del territorio en contra de los gobiernos municipales de Almoloya de Juárez y Zinacantepec. Se enfatiza en el último episodio del conflicto suscitado a partir de 2018.

La identidad ligada al territorio y el sentimiento de agravio son elementos que posibilitan la acción colectiva del actor, quien comunica a nivel municipal, estatal y federal su demanda para recuperar el territorio, así como su propuesta de constituirse como un nuevo municipio. En las interacciones que mantienen dichos actores se hace manifiesta la existencia de alianzas con otras organizaciones, así como una serie de repertorios de acción desplegados en función del nivel de conflicto y la estructura de oportunidad política.

La investigación se aborda desde un enfoque cualitativo, a través de los métodos utilizados, que incluye observación participante, entrevistas semiestructuradas a actores clave y triangulación de la información, fue posible: 1) realizar la reconstrucción histórica del conflicto; 2) analizar la constitución del actor colectivo, el Grupo Juan Corrales y su estructura organizativa; 3) detallar el proceso de acción colectiva durante el último episodio del conflicto.

Entre los resultados de este trabajo destaca la dimensión identitaria con respecto al territorio, como elemento de cohesión que permite comprender los procesos de acción colectiva en un  contexto de conflicto territorial.

El Consejo Tutelar estuvo conformado por la doctora Carla Beatriz Zamora Lomelí (directora de tesis), como asesores el doctor Eduardo Bello Baltazar y la doctora Celia Ruiz de Oña Plaza. Fungieron como sinodales la maestra y los maestros en ciencias Christiane Junghans, José Francisco Hernández Ruiz y Gerardo Alberto González Figueroa.

Se puede acceder al examen en en siguiente enlace: https://ecosur365p-my.sharepoint.com/:v:/g/personal/coordinacionposgrado_ecosur_mx/EQAbRx4DpuRJg_kAFgCDErkBRqjpJeJOWsU9JxiAeaBYnw?e=bVbx3u

 

El dictamen del jurado se encuentra en https://ecosur365p-my.sharepoint.com/:v:/g/personal/coordinacionposgrado_ecosur_mx/Eb302mhPmjlOvpgtfzEY4OgBPAZWZQDP80BlObBBMQhAsA?e=Tgxumo

Andrea Venegas obtiene grado de doctora con tesis sobre resiliencia de sistemas socioecológicos del café

Andrea Venegas Sandoval, estudiante de Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable con orientación en Agroecología y Sociedad (Generación 2015 – 2018) en la Unidad San Cristóbal, obtuvo el grado de Doctora en Ciencias con la tesis denominada “Resiliencia de sistemas socioecológicos del café: lecciones aprendidas ante la emergencia de la roya (hemileia vastatrix)”, el pasado martes 13 de octubre de 2020.

Las familias campesinas y sus agroecosistemas representan sistemas socioecológicos complejos que continuamente se enfrentan a diferentes amenazas. A pesar de las emergencias, las familias productoras de café persisten y resisten mediante procesos de adaptación y transformación, generando resiliencia, la cual, desde el punto de vista socioecológico, es la capacidad del sistema de mantener o favorecer el bienestar de las familias y la persistencia de los servicios agroecosistémicos después de someterse a una perturbación.

El presente estudio tuvo por objetivo analizar las estrategias que influyen en la resiliencia de los sistemas socioecológicos cafetaleros ante perturbaciones debidas principalmente por enfermedades del cafetal. Se planteó la hipótesis de que las familias campesinas seguirán cultivando café si sus modos de vida son suficientemente robustos para enfrentar los impactos provocados por las crisis en la cafeticultura, reajustándose mediante mecanismos sociales y estrategias que les permitan persistir.

Este estudio parte de las siguientes categorías analíticas: resiliencia socioecológica, ciclo de renovación adaptativa, mecanismos sociales, estrategias campesinas y modos de vida. Con lo cual se abona al conocimiento teórico sobre las estrategias campesinas desde la visión de la resiliencia socioecológica. Se realizaron entrevistas a productores y a técnicos de las organizaciones, se realizó observación participante en talleres y reuniones de las organizaciones cafetaleras, y se revisaron fuentes secundarias de información sobre la historia de la cafeticultura en México y en Chiapas; está información se procesó mediante análisis de contenido y análisis estadístico.

La cafeticultura es un sistema complejo y dinámico; que ha pasado por diferentes periodos de crisis y de transformación. Al analizar el contexto histórico se identificaron tres períodos principales en la cafeticultura chiapaneca. 1) de arribo y consolidación de la actividad en Chiapas (102 años); 2) institucional (44 años) y 3) de organización para la comercialización (20 años).

Asimismo, se encontró que los mecanismos sociales que operan en el sistema socioecológico de café son formación de creencias, coordinación, innovación tecnológica y diversificación. Estos mecanismos explican la implementación de estrategias que pueden fortalecer la resiliencia del sistema.

El mecanismo social de diversificación se observa en el desarrollo de las siguientes estrategias: 1) diversidad de fuentes de ingreso; 2) distintas formas de uso del suelo; 3) variedad de prácticas para hacer frente a la roya; 4) manejo de la diversidad de especies de sombra en el cafetal y 5) cultivo de diversas variedades de café. Estas estrategias se implementan a diferentes escalas espaciales y temporales. Los procesos que ocurren a una escala influyen sobre las condiciones en las que se presentan las fases del ciclo de renovación adaptativa a otras escalas.

De acuerdo con el análisis realizado y las observaciones en campo se identifica que la mayoría de los caficultores presentan actitud positiva y anuente ante la actividad cafetalera. Se concluye que para comprender los mecanismos que inciden en la resiliencia es necesario el reconocimiento de la dinámica histórica y trans-escalar del sistema cafetalero. Asimismo, para que los mecanismos sociales a través de las distintas estrategias conduzcan a la resiliencia del sistema es clave la organización familiar y la administración, calidad y cantidad de los acervos familiares tangibles e intangibles, durante los periodos de estabilidad y de crisis. A pesar de las crisis socioambientales, las familias campesinas continúan y seguirán cultivando café mientras que sigan persistiendo a través de la transformación y sigan definiendo su identidad como cafeticultores.

 

El Consejo Tutelar estuvo conformado por la doctora María Lorena Soto Pinto (directora de tesis), fungieron como asesores la doctora Guadalupe Álvarez Gordillo (asesora), el doctor Armando Alayón Gamboa (Asesor) y el doctor Juan Francisco Barrera Gaytán. Los sinodales fueron el doctor Obeimar Balente Herrera Hernández, la doctora Claudia María Monzón Alvarado y el doctor José Nahed Toral.

 

Principios agroecoalimentarios para cuidar el cuerpo y la tierra

Bruce G. Ferguson, Investigador de El Colegio de la Frontera Sur

 

La pandemia de COVID-19 reveló la vulnerabilidad de nuestros cuerpos por enfermedades crónicas asociadas a la alimentación industrial. La agroecología es un antídoto contra las soluciones simplistas que vende la industria agroalimentaria. Al abrazar la complejidad, propone principios que deben adaptarse a cada contexto y encuentra paralelos en corrientes de la nutrición que abordan la salud alimentaria desde ópticas ecológicas y evolutivas. A continuación, propongo algunos principios para la alimentación basados en el encuentro de estos dos campos.

Milpa, imitando a la naturaleza.Bruce Ferguson

Diversidad en el campo y en el plato

La agroecología reconoce a la diversidad biológica como fuente de estabilidad y productividad. Los agroecosistemas tradicionales biodiversos evolucionaron junto con las tradiciones culinarias, y ofrecen pistas para recuperar una alimentación sana, sabrosa y culturalmente significativa. La milpa mesoamericana es un ejemplo clásico. Sus componentes cultivados y silvestres se complementan ecológicamente y brindan una alimentación equilibrada y variada.

Es mejor prevenir que curar

Un enfoque agroecológico emergente explora el “sistema inmune” de los agroecosistemas complejos. La investigación de Ivette Perfecto, John Vandermeer y colaboradores en la Finca Irlanda, en Chiapas, demuestra que aunque un cafetal biodinámico albergue hongos e insectos capaces de volverse epidemias y plagas del café, éstas son controladas por una red compleja de interacciones que incluye otros artrópodos, microorganismos y vertebrados.

Nosotros también participamos en redes complejas; por ello debemos buscar soluciones sistémicas y preventivas a nuestros retos de alimentación. La deficiencia de la vitamina A nos ilustra cómo la agroindustria e instituciones científicas intentaron remediarla con la biofortificación, una solución técnica que no ha funcionado, según informa Aya Hirata Kimura en Hidden Hunger: Gender and the Politics of Smarter Foods. Es el caso de los arrozales en Asia, donde se cosechaban decenas de especies que brindaban macro y micronutrientes, incluyendo hojas con altas concentraciones de vitamina A, pero la Revolución Verde desplazó esas variedades tradicionales con monocultivos menos nutritivos. Una solución sistémica sería la recuperación de arrozales biodiversos.

Vida en el suelo, vida en la panza

En la absorción de nutrientes de las plantas interactúan hongos, bacterias y animales. La materia orgánica del suelo juega un papel clave como hábitat y alimento para muchos de estos organismos; la transformación agroecológica incrementa la materia orgánica para aumentar y diversificar la vida del suelo.

Por razones parecidas, se agudiza el interés en nuestro microbioma como mediador de la nutrición. Como señala Michael Pollan en “Some of my best friends are germs”, en nuestro cuerpo 90% de las células no son humanas. En su mayoría son bacterias que residen en el tracto digestivo, regulando el metabolismo y aportando nutrientes esenciales. La fibra, escasa en la dieta occidental, provee hábitat y alimentación a un microbioma sano, papel análogo al de la materia orgánica del suelo.

La leche materna contiene oligosacáridos que funcionan como fibra en la dieta de los lactantes y favorecen el crecimiento de una cepa particular de la bacteria benéfica Bifidobacterium. Así, una alimentación ecológicamente informada incluirá la leche materna y después fibra vegetal variada, para construir un microbioma sano.

El encuentro de saberes

El diálogo entre saberes y formas de saber permite la retroalimentación constante entre los principios agroecológicos y su aplicación en contextos particulares, afirman Martínez Torres y Rosset en un artículo. Transitar hacia un enfoque holístico en la alimentación también requiere de diálogo horizontal y aprecio por los saberes que nacen en cada territorio.

En Por qué a algunos les gusta el picante: alimentos, genes y diversidad cultural, Nabhan, relata cómo diabéticos indígenas, motivados por las investigaciones que demuestran las propiedades preventivas de la dieta de sus ancestros, empezaron a retomarla. Iniciaron con caminatas en el desierto de Sonora, consumiendo lo que cosechaban en su camino. Al comprobar la capacidad de estos alimentos de dar sustento durante largas jornadas, decidieron ofrecerlos en sus eventos comunitarios.

Soluciones comunes

Es esperanzador que las mismas formas holísticas de pensar –a veces las mismas acciones– puedan mejorar simultáneamente la agricultura y la alimentación. Por ejemplo, manejar una diversidad de cultivos en nuestros campos aporta materia orgánica y nutre la vida del suelo, previene plagas, minimiza riesgos económicos y aporta diversidad y sabor a nuestros platillos.

En síntesis, nuestra salud se relaciona con las comunidades de microbios del suelo y de nuestro tracto digestivo, con la maravillosa diversidad de especies comestibles y formas de colectar, cultivar y prepararlas, con nuestras culturas y con justicia social. •

Paisajes alimentarios.Guillermo Bermúdez

Transitar hacia un enfoque holístico en la alimentación también requiere de diálogo horizontal y aprecio por los saberes que nacen en cada territorio.

 

TEXTO PUBLICADO EN LA JORNADA DEL CAMPO: 

https://www.jornada.com.mx/2020/10/17/delcampo/articulos/principios-agroecoalimentarios.html?fbclid=IwAR1iJdgL_KUI56xm1za2DMOFJ3adOqp8qbEXMOnSqhMs_iuowtvV1I3aiCw

La escuela como oportunidad para una alimentación sana y culturalmente apropiada

Helda Morales Investigadora de El Colegio de la Frontera Sur, y maestras integrantes de la Red Chiapaneca de Huertos Educativos hmorales@www.ecosur.mx, Candelaria Hernández, Claire Morille, Carmen Ruth Ortiz, Verónica Peregrino, Ausencia Ruiz, Edith Santiz, Verónica Tamayo, Alba Zuñiga

 

La dieta mesoamericana, basada en productos de la milpa como el maíz, frijol, calabaza y quelites, es una dieta sana. Lamentablemente el racismo, que desprecia los sistemas de producción y alimentos indígenas, y la penetración de alimentos de la agroindustria están desplazando los alimentos tradicionales.

A nosotras nos preocupa cómo se están alimentando nuestros estudiantes y que se avergüencen de consumir alimentos indígenas. Reconocemos que la escuela es en gran parte responsable de ello. Es allí donde muchos empiezan a desarrollar el gusto por alimentos y bebidas altamente procesados.

Vemos que nuestro papel como docentes es fundamental para solucionar el problema y que el tema de la alimentación debe ser un eje transversal en nuestro sistema educativo. Por ello, junto con el equipo de Laboratorios para la Vida de El Colegio de la Frontera Sur y la Red Chiapaneca de Huertos Educativos, estamos desarrollando actividades para mejorar el sistema alimentario desde las escuelas.

Practicamos la investigación-acción participativa (IAP) para tener datos sobre la situación de la alimentación en nuestras escuelas, y junto con las familias y autoridades escolares pensamos en varias medidas a implementar:

“Realicé un diagnóstico para saber las preferencias de mis alumnos ante la comida, y regularmente anoto las observaciones en clase sobre sus desayunos.”

(Alba)

“Ellos mismos hicieron un cuestionario para preguntarle a las personas mayores”.

(Edith)

“Les entregué una carpeta individual con fotos de los alimentos que cada niño come. Solo elaboré unas preguntas, sin decir qué estaba bien o mal, y propicié la participación de las madres para que reflexionaran sobre lo que sus hijos consumen. A partir de esa reunión realizamos un plan de trabajo; todas fueron ideas de las madres.”.

(Ausencia)

A partir de esto, hemos desarrollado actividades que empatan el tema de la agroecología y la alimentación con las materias del plan de estudios:

“Hicimos un plato del buen comer y un plato del mal comer. Decidimos traer alimentos sanos y que se puedan conseguir en la comunidad”.

(Verónica A.)

“Construimos un horno de leña e iniciamos un taller de preparación de alimentos. Seguimos trabajando el huerto escolar de forma reflexiva y aprovechándolo como espacio científico. Analizamos el contenido de azúcar en diferentes bebidas en los temas de concentración, y revisamos etiquetas de polvos para preparar bebidas e investigamos sus ingredientes”.

(Carmen Ruth)

“Abrimos una cooperativa de venta de productos sanos en la escuela, que nació como sugerencia de los estudiantes cuando presentamos el diagnóstico”.

(Verónica T.)

“Hicimos ferias de alimentación y establecimos un mercadito con los productos del huerto. Los niños se han convertido en promotores de los huertos agroecológicos con sus familias”.

(Claire)

“Como directora busco apoyos para que haya agua para beber en las aulas; además estoy convenciendo a los profesores para lograr un eje que articule el currículo escolar con la alimentación de forma crítica.

(Cande)

“Una de las reglas es que en el salón pueden consumir pozol u otro alimento natural que hayan traído de casa”.

(Edith)

 

Estos testimonios de maestras comprometidas de las escuelas chiapanecas dan cuenta del gran poder que los y las docentes tenemos para resolver los problemas alimentarios que hoy agobian al mundo. No hemos llegado a imponer nuestras ideas de lo que debe ser una buena alimentación o no, sino que involucramos a las y los estudiantes y a sus familias en proyectos de investigación-acción participativa para que, con base en la evidencia, sean las personas afectadas las que encuentren estrategias para resolver los problemas de producción y consumo de alimentos.

Vemos con tristeza que nuestros esfuerzos no podrán ser lo común en las escuelas mexicanas si la SEP no toma medidas para proveer de agua potable, brindar desayunos escolares basados en la producción local agroecológica, además de lograr la permanencia y el arraigo de los profesores para conocer e involucrarse en proyectos a largo plazo en las comunidades.

Consideramos también que es necesaria la formación docente en temas de agroecología y soberanía alimentaria, pues son trascendentales para la salud y la vida.

El involucramiento de las familias es otro factor indispensable para planear una buena alimentación en las horas escolares, así como el impedir que la necesidad de las escuelas por recursos económicos se convierta en el detonador de la venta de comida chatarra•

Lamentablemente el racismo, que desprecia los sistemas de producción y alimentos indígenas, y la penetración de alimentos de la agroindustria están desplazando los alimentos tradicionales.

 

 

TEXTO PUBLICADO EN:

LA JORNADA DEL CAMPO:

https://www.jornada.com.mx/2020/10/17/delcampo/articulos/escuela-oportunidad.html

 

Entrevista a Saraí Miranda / Realidades y experiencias de las niñas, niños y jóvenes migrantes en la frontera sur de México

Les compartimos el diálogo con la Dra. Saraí Miranda, investigadora del Departamento Sociedad y Cultura de ECOSUR; con el tema: Realidades y experiencias de las niñas, niños y jóvenes migrantes en la frontera sur de México.
Enlace de acceso a la entrevista:

Podcast: “Roedores: Importancia de las ratas y ratones en el ecosistema”

Programa: Voces de la ciencia desde el sur

Participa: Jorge Eduardo Bolaños Citalán

Tema: Roedores: Importancia de las ratas y ratones en el ecosistema

Estación Radiofónica: La Radio del ColMich

 

Te invitamos a escuchar nuestro programa “Voces de la ciencia desde el sur” transmitido todos los jueves a las 12:00 hrs por www.radiodelcolmich.com