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Historias no contadas del Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco (JESS), Chiapas

Wilber Sánchez Ortiz (wilber.sanchez@ecosur.mx) y Anne Damon (adamon@ecosur.mx),

Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco, El Colegio de la Frontera Sur, Unidad Tapachula, Chiapas

Los tuzantecos han sido minimizados desde siempre, pero ahora trabajamos para que vuelvan a lucir su historia, su legado y su estrecha relación con las selvas del Soconusco. Ellos son mayas, hablantes de qato’ok, y pasaron desapercibidos en el recuento de los pueblos indígenas de México desde el período colonial hasta los tiempos actuales. Hoy en día, ya no queda ni un solo hablante de su lengua, aunque algunos ancianos longevos sí la recuerdan.

Los habitantes de la selva alta perennifolia del Soconusco fueron obligados a reducir la extensión de sus tierras comunales desde fines del siglo XIX, y no fue sino hasta el período de la reforma agraria del siglo XX cuando tuvieron que gestionar los derechos para usar la tierra que antaño les pertenecía. Así fue como fraccionaron sus formas de vida vinculadas a la cacería, la recolección de cacao y la vida familiar y comunitaria, centrada en los quebraderos de la mazorca e inmersa en su rica tradición oral. Ésta fue una vida que a su vez garantizaba la disponibilidad de los múltiples satisfactores que la selva les proporcionaba, así como la posibilidad de producir tres cosechas habituales de maíz: dos en las tierras medias y una adicional llamada “chahuite”, en la zona pantanosa de las tierras bajas.

Con el reparto agrario de los años 30´s, los tuzantecos, por su cercanía geográfica, genética y cultural con los mayas guatemaltecos, fueron sometidos a un brutal y exitoso proceso de mexicanización que los obligó a negar su lengua, rituales y vestidos tradicionales, mientras que de manera colateral fueron inf luenciados para desapegarse de la selva. Su población autóctona tendió a separarse entre quienes habitaron la cabecera municipal, ligada al bosque, y los que se desplazaron a las tierras bajas a vivir en los pantanos, mismos que se convirtieron en su reservorio para la pesca de agua dulce, pero quea partir de entonces los han ido desecando. Nuestro jardín, creado en 1994 bajo el nombre de “Jardín Botánico Regional del Soconusco (JBRS)”, fue establecido en el municipio de Tuzantán, en la costa de Chiapas. A partir del año 2021, asumimos las metas promovidas por la nueva Red Nacional de Jardines Etnobiológicos (RENAJEB) y aprovechamos la oportunidad para lograr un mejor acercamiento hacia los tuzantecos, siento éste uno de los principales enfoques y objetivos del ahora denominado “Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco (JESS)”.

Para comenzar nuestro trabajo, realizamos un estudio etnobotánico y etnoecológico con los descendientes de quienes hablaban el qato’ok; incluso todavía hubo oportunidad de entrevistar a hombres y mujeres que hablaron la lengua durante su infancia. Estos individuos ahora se encuentran totalmente abandonados por los tres órdenes de gobierno, viviendo en la penumbra de la pobreza, las enfermedades y el olvido. Quisiéramos pensar que, a través de nuestro trabajo, aportamos un poco de paz y reconocimiento a estas personas que han sido y son el resguardo de la memoria viva de su pueblo.

A través de estudios posteriores, identificamos las plantas de interés cultural para los tuzantecos, entre las más de quinientas especies que albergan las colecciones botánicas vivas del JESS. Así, destaca el policultivo de cacao, una de las aportaciones más importantes de este pueblo a la cultura mesoamericana y que permite conservar elementos valiosos de la selva original dentro de un agroecosistema que a su vez ofrece sustento al tuzanteco. En estos policultivos se refugian animales como aves, insectos, mamíferos y reptiles, mientras que entre las especies de plantas se encuentran las espectaculares lianas, los últimos árboles con más de 30 m de altura asociados a la selva tropical alta húmeda, tales como el zope negro Vatairea lundellii, de la familia Fabaceae. A la par, estos árboles proveen de sombra, leña, alimentos, herramientas y materiales para rituales y construcción de casas.

En el JESS hemos priorizado el resguardo audiovisual de las f iestas rituales, siendo testigos de la última celebración a Las Ánimas, ocurrida en los primeros días del mes de noviembre en el año 2021; como resultado, editamos un video que, además de compartir en nuestras redes sociales, distribuimos al interior de la comunidad. Asimismo, la comunidad tuzanteca nos invitó a compartir otras manifestaciones de su cultura, por lo que logramos realizar un video sobre el “pash pash” (juego de pelota con hojas de maíz) y otro más sobre la persecución política de los años veinte, misma que las familias todavía recuerdan.

Con el fin de fortalecer la historia oral, se montó una exposición museográfica en la cabecera municipal y en sus comunidades aledañas. Además, en el JESS se encuentra instalada una representación de las casas tradicionales techadas con hojas de la palma manaca (Attalea butyracea: Arecaceae). Como parte de nuestro trabajo, contamos con trípticos, artículos científicos, infografías y dos libros: “Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco” (ECOSUR, 2022) y “Los tuzantecos” (Conaculta-UNACH, 2022).

A pesar de nuestros logros, el JESS afronta diversos obstáculos. Por ejemplo, cada vez tenemos mayores problemas para entrevistar, organizar y estudiar a los depositarios del conocimiento de los tuzantecos, debido a que la población niega sus propios orígenes o los desconocen. Si bien es posible que al menos haya una pareja de ancianos que aún utiliza la lengua entre sí, niegan su uso ante la gente externa a la comunidad, siendo incluso vilipendiados dentro de la misma unidad familiar cuando la emplean.

¡Te invitamos a conocer nuestro jardín! Ya que por medio de tu visita puedes conocer en vivo a las plantas y a los animales utilizados por “Los tuzantecos” y ayudar a difundir el conocimiento de este pueblo que aporta de manera significativa a la diversidad de los pueblos mexicanos. ●

Videos disponibles:

El Jardín Botánico Regional del Soconusco, Halagar a la muerte: el ritual tuzanteco de festejar a Las Ánimas del purgatorio, Pash pash: El juego de la alegría qato´ok, Verdes y colorados: una historia que no ha sido contada en Tuzantán del Soconusco

ARTÍCULO PUBLICADO EN: La Jornada del campo 16/11/24, Pag. 18

ECOSUR a Puertas Abiertas en el centro de San Cristóbal

En el marco de su 30 aniversario, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) realizará su evento “ECOSUR a Puertas Abiertas” el 16 de noviembre de 10:00 a 14:00 horas en las instalaciones del Museo de San Cristóbal (MUSAC) – antigua presidencia municipal de San Cristóbal de Las Casas.

Escucha la entrevista realizada a Jesus Carmona de la Torre, Coordinador de Vinculación en la Unidad San Cristóbal, por el periodista Enoch Gordillo el 13/11/2024

Escucha la entrevista realizada a Cristina Guerrero, Coordinadora de la Unidad San Cristóbal, en el programa “Suprema Noticias” transmitido en la estación XHWM Suprema Radio, por la periodista Saskia Hernández Paniagua, el 14/11/2024.

Escucha la entrevista realizada a Jesus Carmona de la Torre, Coordinador de Vinculación en la Unidad San Cristóbal, por el periodista Enoch Gordillo, en el programa “El mensajero del aire” transmitido en la estación XERA Radio Uno 670 AM, con Zuly Flores, el 15/11/2024.

Luchar contra el glifosato sin tocar el capital

Por Fernando Pérez, investigador por México comisionado a ECOSUR

De acuerdo con la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, “el glifosato es el ingrediente activo en algunos productos herbicidas como Roundup. […] Estos productos contienen una combinación de glifosato y otros ingredientes que mejoran la absorción de glifosato en las plantas”. Roundup es un herbicida que fue fabricado por Monsanto, pero después de su venta en 2018 quedó en manos de Bayer, otra empresa de capital transnacional. En la página oficial de Bayer se menciona que Roundup “es un herbicida sistémico para el control de malas hierbas vivaces y anuales en cultivos, forestales, praderas, áreas no cultivadas, jardinería exterior doméstica, pastizales, canales de riego y linderos”. Es decir, este tipo de producto químico es utilizado para fumigar desde el jardín de una casa o la parcela de un campesino hasta un campo de cultivo industrial. Sin embargo, más allá de sus funciones en el campo en general y en la agricultura en particular, el glifosato no solo es un producto que causa daños a la salud humana y ambiental, si no también es una mercancía producida por el capital para reducir las pérdidas de dinero generadas por las malezas, las plagas y enfermedades que se desarrollan en el proceso de producción agroindustrial.

El uso del glifosato como herbicida para plantaciones agrícolas fue impulsado por Monsanto desde la década de 1970, pero a mediados de la década de 1990 su uso se intensificó en los campos de cultivos genéticamente modificados, principalmente en Estados Unidos. En la primera década del siglo XXI, este tipo de cultivo se propagó rápidamente a varios países del mundo, entre ellos México. De 2012 a 2022 la superficie cultivada con semillas transgénicas pasó de 163,5 a 202,2 millones de hectáreas, un aumento del 23.6% en diez años. De los 27 países que producen plantaciones transgénicas sobresalen Estados Unidos con 74,7 millones de hectáreas, Brasil con 63,2 millones de hectáreas y Argentina con 23,5 millones de hectáreas, los cuales concentran casi el 80% de la superficie total. Los cultivos que abarcan las mayores superficies de este tipo de producto son la soya, el maíz y el algodón con 98,9, 66,2 y 25,4 millones de hectáreas, respectivamente.

En México, aunque los ensayos autorizados de organismos genéticamente modificados tienen registro desde 1988 con una variedad de cultivos, fue a partir de 2005 que se aprobó la siembra comercial de algodón y soya transgénicos, bajo la cobertura de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados publicada por el gobierno de Vicente Fox y del Tratado de Libre Comercio con América del Norte. De 2005 a 2017 las empresas que lideraron las solicitudes para este tipo de cultivo fueron Monsanto, Bayer, PHI-Pioneer, Syngenta y Dow AgroSciences, cuya siembra principal fue el algodón. De hecho, para 2018, de acuerdo con los registros de AgbioInvestor GM, en el país se sembraron 243 mil hectáreas de este producto transgénico, pero para 2020 la superficie sembrada empezó a descender debido al decreto presidencial del gobierno de la 4T.

Lee el texto completo en: https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2024/11/luchar-contra-el-glifosato-sin-tocar-el-capital/

Urbanización afecta diversidad de mariposas

La investigadora Lizbeth Cárdenas González realizó un estudio con el objetivo de evaluar los cambios en la riqueza, abundancia y diversidad de mariposas a lo largo de un gradiente de urbanización en el paisaje de San Cristóbal de Las Casas, encontrando, entre otros resultados, 21 especies no reportadas.

La ahora maestra en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural por el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Unidad San Cristóbal, señaló que la urbanización es una de las amenazas más significativas y crecientes para la biodiversidad a nivel mundial.

Los procesos geográficos de urbanización resultan en cambios en el paisaje donde prevalecen los organismos resilientes como algunas especies de mariposa.

Registró 21 especies no reportadas previamente para el área de estudio, que posiblemente son colonizadoras recientes debido a los incrementos en las temperaturas de la región de Los Altos.

Diversidad

La mayor diversidad de mariposas se observó en sitios con heterogeneidad intermedia. “Advertimos que sitios reconocidos como ‘prístinos’ hace una década, se han tornado más heterogéneos debido al impacto del humano”.

En contraste, los sitios altamente urbanizados registraron niveles inferiores de heterogeneidad y densidad de vegetación resultando en una menor diversidad de mariposas.

Su investigación tuvo como objetivo evaluar los cambios en la diversidad de mariposas en el municipio de Los Altos. Se hipotetizó que las zonas con disturbio intermedio incrementarían los niveles de diversidad de mariposas.

Registró en campo la riqueza y abundancia de lepidópteros de siete sitios con diferentes características geográficas urbanas, desde el centro de la ciudad hasta la periferia.

Además, realizó diversos análisis para evaluar parámetros de diversidad de mariposas, explorar los cambios en la composición de especies entre los sitios de estudio y examinar la asociación de las especie con las diferentes categorías de hábitats.

NOTA PUBLICADA EN https://www.cuartopoder.mx/chiapas/urbanizacion-afecta-diversidad-de-mariposas/512474