San Cristóbal de las Casas.- David Ismael Gutiérrez Gamboa, egresado de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en su tesis de maestría titulada “Violencia hacia mujeres transgénero trabajadoras sexuales en el estado de Chiapas”, destaca que las mujeres transgénero son un grupo expuesto a diversas expresiones de violencia por transgredir la heteronormatividad a través de características, comportamientos y prácticas sexuales no correspondientes a su sexo biológico, pues en la sociedad las prácticas sexuales que se consideran correctas son las heterosexuales.
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis.- Especialistas ubicaron la población de una nueva especie de orquídea en el Valle Mezquital del estado de Hidalgo, llamada Ponthieva nicolasii.
Los investigadores Vincenzo Bertolini, del Departamento de Conservación de la Biodiversidad de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y Fredy Archila, botánico de la Estación de Orquídeas y del Herbario BIGU, de la Universidad de San Carlos de Guatemala son los descubridores.
El miércoles 4 de enero, la comunidad de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) ofreció una cálida bienvenida a los nuevos estudiantes del posgrado, a quienes se les exhortó a ser promotores del cambio.
Esta generación está integrada por 126 estudiantes, 74 ingresaron a la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural, 52 al Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable y 8 a la Maestría Profesionalizante en Ecología Internacional, la cual tiene como socio a la Universidad de Sherbroke. La Unidad San Cristóbal tendrá 53 estudiantes, las Unidades Campeche y Chetumal recibieron a 18 estudiantes cada una, 23 la Unidad Tapachula, y 14 la Unidad Villahermosa.
Vincenzo Bertolini, investigador del Departamento de Conservación de la Biodiversidad de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y Fredy Archila, botánico de la Estación Experimental de Orquídeas de Guatemala y del Herbario BIGU, de la Universidad de San Carlos de Guatemala, ubicaron la población de una nueva especie de orquídea en el Valle Mezquital del estado de Hidalgo, México: Ponthieva nicolasii.
Este descubrimiento se registró durante estudios de campo que llevaron a cabo para realizar un inventario botánico por parte de la Universidad Tecnológica del Valle del Mezquital. Los especialistas en orquídeas reportaron la especie por primera vez en 2009, en un sitio de recolección entre el Alto Mezquital y la Sierra Gorda, en la ecorregión de la Sierra Madre Oriental con un ecosistema de bosque pino-encino.
Desde entonces y hasta 2015 los expertos mantuvieron la población bajo observación, realizaron análisis del material recolectado y lo compararon con otras especies del mismo género, concluyendo que debido a sus patrones taxonómicos distintivos se trataba de una nueva especie del género Ponthieva, a la cual denominaron Ponthieva nicolasii (Orchidaceae), etimología dedicada a Nicolás Bertolini Luna, hijo de uno de los autores.
A partir de un diagnóstico taxonómico describieron e ilustraron las diferencias entre la Ponthieva nicolasii y las otras especies de Ponthieva mexicanas, de tal modo que indicaron que P. nicolasii se diferencia de las otras dos registradas para el estado de Hidalgo —la Ponthieva racemosa y la Ponthieva schaffneri—, y aunque es una especie muy afín morfológicamente a la última, se diferencia por su ginostemio con la base de la columna oblicuamente orbicular o elíptica y por su labelo basalmente orbicular, trilobado.
“Este descrubrimiento hubiera sido imposible de realizarse sin el inmenso conocimiento que Francisco Luna Tavera, historiador de la cultura Otomí, tenía del territorio. Él fungió como guía de campo para esta investigación y falleció en 2015, dejando un enorme vacío intelectual para su región de origen”, expresó Vincenzo Bertolini.
El artículo del hallazgo fue publicado en septiembre de 2016, con el título Ponthieva nicolasii (Orchidaceae), una nueva especie para Hidalgo, dentro del Volumen 73 Número 2 de la Revista Gayana Botánica, Órgano Oficial de la Sociedad Botánica de Chile de la Universidad de Concepción, en Chile. Dicha publicación está acreditada por la International Association for Plant Taxonomy para propósitos de registros de nuevos nombres de plantas vasculares y hongos.
MÉRIDA, YUCATÁN, A 10 DE ENERO DE 2017.- Investigadores de la Unidad de Energía Renovable del Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. (CICY), así como del Cinvestav-Unidad Mérida y de ECOSUR Chiapas, estudian el potencial energético de las bacterias marinas, así como diversas microalgas de la zona costera de Yucatán, que podrían generar energía eléctrica.
En entrevista, la Dra. Ruby Valdez-Ojeda, investigadora de la Unidad de Energía Renovable del CICY y líder del proyecto, explicó que las condiciones de la costa son propicias para la proliferación de microorganismos debido la acumulación de residuos orgánicos que impera en la zona. Por ello, escogieron tres zonas de estudio: los puertos de Sisal y Dzilam de Bravo, ubicados en la desembocadura del anillo de cenotes en Yucatán, y Progreso, que por su intensa actividad turística es atractivo para la proliferación de microrganismos.
Alejandro Morón, investigador del Departamento de Conservación de la Biodiversidad
La zona arqueológica de Calakmul, que se ubica en la zona sur del estado de Campeche, es un gran atractivo turístico, cada vez más visitado, y un importante lugar para la ciencia. Los vestigios de este antiguo reino prehispánico se encuentran enclavados en la Reserva de la Biósfera de Calakmul, la más grande del país (722,925 ha), la cual es accesible por carreteras recientemente remodeladas y ensanchadas, e incluso por caminos bien pavimentados que van al interior de la selva.
En toda esta región, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) desarrolla y ha desarrollado diferentes proyectos de investigación, que abarcan desde aspectos antropológico–sociales hasta inventarios de algunos grupos de insectos, pasando por proyectos con aves y mamíferos en peligro de extinción. (Ver listado de algunos proyectos al final del texto).
Calakmul fue una ciudad-estado que perduró por más de 1500 años y que tuvo a su alrededor al menos a otras cinco ciudades-estado las cuales le rendían tributo, sus habitantes eran sus vasallos y sus tributos y mano de obra le permitieron a la élite de Calakmul construir enormes edificios, como la ahora llamada “Estructura II”.
El nombre de “Calakmul” le fue dado por uno de sus primeros visitantes “modernos” y quiere decir “entre dos cerros o lomas”; sin embargo, de acuerdo con descubrimientos recientes de arqueólogos y epigrafistas, su nombre real debió ser algo similar a “el reino de la cabeza de serpiente”.
Cosechando chiles. Alejandro Morón, Armando Alayón y Yuriko Cruz.
Cabe destacar que esta zona no siempre fue tan accesible y que llegar a muchos de los sitios donde hoy es sencillo introducirse, era —hasta hace algunos años— casi una aventura, intentada por muy poca gente. Por ello, me interesa presentar una breve historia en la que describo cómo era esta zona y los accesos que tenía, además de mostrar que prácticamente toda la península de Yucatán fue una gran selva, la cual actualmente es difícil imaginar.
Hoy, la totalidad de la península de Yucatán es un mosaico con diferentes usos del suelo, pues si bien existen grandes áreas de selva, como la reserva de Calakmul, éstas se encuentran rodeadas por campos de cultivo, pastizales inducidos, poblados, carreteras, caminos, áreas de cultivo abandonadas y degradadas, y por zonas de desarrollo urbano.
Aproximarse a la historia de lo qué había, cómo eran aquellos lugares, qué poblados existían y cómo se acercaba la gente de fines del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX a esta región, no es sencillo, pues las fuentes son escasas, dispersas y mencionan vagamente algunos detalles del paisaje, de las rutas, de las distancias o de los transportes.
Mapa Región Campeche
Por empezar en algún punto, el poblado que ahora se llama Escárcega —llamado así en honor al Ing. Francisco Escárcega Márquez, quien dirigió inicialmente la construcción de la línea del ferrocarril Coatzacoalcos-Mérida en el estado de Campeche— no existía antes de 1940, en dicho lugar solo había selva.
Posteriormente, se estableció ahí el campamento chiclero “Km 47”. En estos años, la extracción de la resina o látex del árbol del chicozapote, es decir, el chicle, era tan importante que generaba prácticamente la totalidad de los ingresos del gobierno del estado de Campeche.
En el sur–sureste del territorio campechano abundaban los árboles de chicozapote que formaban parte de las selvas que cubrían esta región. La extracción del látex se hacía marcando en zig-zag la corteza de los árboles y colocando en su base una bolsa de lona que captaba el látex, después se recogía y el chiclero, la persona que hacía esta labor, lo llevaba a un campamento. En estos campamentos se juntaban las marquetas de chicle y era el lugar donde vivían los chicleros, capataces y cocineras por aproximadamente seis meses que era el tiempo que duraba la temporada de extracción.
Tapir en Calakmul. Rafael Reyna.
Antes del trazo del ferrocarril Puerto México-Mérida, hoy Coatzacoalcos-Mérida, no había forma de ingresar a la zona sur del estado de Campeche, mas que por veredas o por barcaza, como lo había hecho The Laguna Corporation (Compañía maderera y chiclera de los Estados Unidos de América), desde El Carmen a través de la Laguna de Términos hasta el sitio llamado Pital, y desde ahí por tren de vía angosta, construido por la misma compañía años antes, hasta el campamento que la empresa también construyó como el principal centro de operaciones y que se llamó campamento Matamoros.
El otro acceso a la zona de Calakmul era por lancha, se embarcaba en Champotón y se navegaba a través del río Champotón hasta el poblado de Canasayab, luego hasta otro lugar llamado “La Gloria” y de ahí hasta una central chiclera llamada “Bonfil”. Esta fue la ruta de la expedición de Sylvanus Morley y de C.L. Lundell en la década de 1930, Morley fue un arqueólogo y epigrafista que visitó y describió parcialmente las ruinas de Calakmul, y Lundell un botánico que recolectó ejemplares de plantas en el sur de México y Centroamérica para una institución de Washington, DC, Estados Unidos, a él se atribuye el descubrimiento de las ruinas de Calakmul.
La ruta por el entonces llamado Partido del Carmen, hoy municipio de Ciudad del Carmen, había sido utilizada por los madereros, desde mediados a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Otro sitio de ingreso al sur peninsular era por el poblado de Dzitbalchén, en el actual municipio de Hopelchén, que se ha llamado “la montaña” y que era utilizado por los chicleros para ingresar a la selva y a las zonas de explotación. Un campamento chiclero al sur de aquella zona, que tal vez se formó hacia principios del siglo XX, se convertiría en el actual poblado de Xpujil, cabecera del municipio de Calakmul, y al que se llamó así debido al nombre maya de una aguada cercana al mismo, cuya traducción es “cola de gato”. El término aguada se refiere a una depresión en el terreno, de tamaño variable, en la que se acumula el agua de la lluvia y usualmente se mantiene por algunos meses.
Lindero bajo Balamku. Alejandro Morón.
Cerca de este sitio se fundó el actual poblado de Zoh-laguna, en 1947, por iniciativa de una empresa maderera de Yucatán, llamada “Maderera del Trópico”. El primer viaje de exploración a esa zona se realizó en 1946, cuando ya se había hecho la brecha de lo que sería la carretera Escárcega-Chetumal. Vale la pena mencionar que esta empresa maderera fue el frente de apertura y colonización del oriente del estado de Yucatán, que desde la década de los 30 se dedicaba a la explotación de caoba y cedro fundamentalmente. Para tener una idea de su tamaño, es importante mencionar que el dueño de la “Maderera del Trópico” tenía una concesión de 75,000 hectáreas en el oriente de Yucatán y en el período 1940–1945 esta compañía cortó 190, 962 árboles con un volúmen total de 389,925 m3.
Por el lado este de la región —el sur del actual estado de Quintana Roo—, las brechas y caminos en la selva existían desde siglos antes; algunos de ellos formaban parte de la red de caminos desarrollada por el pueblo maya, a través de los cuales los comerciantes llevaban sus productos de un lugar a otro. Esta región también fue territorio dominado por los indios rebeldes que huían de los blancos e iban hacia la región del Petén-Itzá, en la actual república de Guatemala. Durante el periodo colonial esta parte de la península fue zona de dominio de los indios rebeldes, quienes realizaban con los ingleses —en lo que hoy es Belice— el intercambio de madera de caoba, cedro y palo de tinte, por armas, pólvora y perdigones.
Parte de la zona descrita comprende poco más de 37,400 km2 del estado de Campeche, es decir, el 64% de la extensión de su actual territorio. 18,760 km2 de la superficie correspondiente al sur del estado de Quintana Roo, lo que es el actual municipio de Othón P. Blanco, y 2,065 km2 que corresponden a la mitad del actual municipio de Tizimín, en el estado de Yucatán. 58,225 km2, equivalentes a poco más de la superficie de los estados de Puebla y Tlaxcala juntos, de selva aprovechable desde el punto de vista maderero y de la extracción del chicle.
Calakmul, Campeche, México. Luciano Pool.
El tipo de selva a la que me refiero técnicamente se le denomina “selva mediana”, en la que crecen especies como la caoba, el cedro y el chicozapote. Si consideráramos la selva más seca del norte de la península de Yucatán, el área sería prácticamente igual a la superficie de los tres estados que conforman la península.
Esta inmensa área fue durante más de 15 siglos el espacio geográfico en donde nació y se desarrolló la cultura maya y, sin lugar a dudas, puede ser considerado como el laboratorio natural en donde se perfeccionó el uso de los recursos naturales de la zona, sin que éstos llegaran a agotarse. A final de cuentas, el ser humano sólo tenía y tiene prestado el uso del monte, que conforme la cosmovisión maya, en sus más antiguas creencias, pertenece sólo a los señores del monte y está resguardado por los aluxoob o guardianes del monte. Quizá por esto es que prevalece hasta nuestros días y podemos considerarla como una selva con historia.
Investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) y de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) desarrollaron un sistema, de bajo costo, para producción doméstica de peces y caracoles comestibles, así como de hortalizas y leguminosas. Su nombre es Sistema Acuapónico de Baja Intensidad (SABI) y permite que, cada seis meses, una familia pueda producir en el traspatio de su casa 150 kilogramos de pescado, caracoles y acociles. Además, 40 kilogramos de vegetales comestibles.
El sistema facilita la circulación de nutrientes al conectar estanques de acuacultura con filtros y tubos que llevan minerales de alto valor para la producción de vegetales, por medio de agroponia. La aportación central del modelo, llamado Acuaponia, es la separación y aprovechamiento de los minerales útiles para la nutrición de plantas como chile, cebollín, frijol y jitomate, entre otras.
La Fundación Arcoíris, una asociación que trabaja por el reconocimiento de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans en México, presentó este fin de semana dos guías centradas en informar sobre la procuración de los derechos a la salud y el trabajo de las personas migrantes LGBT en la Ciudad de México.
Los documentos, llamados “Salud y Migrantes LGBT en la Ciudad de México” y “Trabajo y Migrantes LGBT en la Ciudad de México”, presentan las formas en las que se puede hacer frente a los obstáculos que afrontan estas personas para ejercer sus derechos, esto a través de la socialización de los programas que dan atención a esta población en materia de salud y trabajo, del marco normativo vigente en la materia, y de una serie de recomendaciones para mejorar el trato y la experiencia de las personas LGBT que son migrantes.
Para la elaboración de las guías, la Fundación Arcoíris tuvo diversas reuniones con asociaciones civiles, albergues, académicos y dependencias de gobierno, como el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (Copred), el Instituto de las Mujeres (inmujeres), El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHDF), el Centro Comunitario de Atención a la Diversidad Sexual, entre otras.
El estudio El conocimiento ecológico local coincide con las estadísticas de pesca: Un ejemplo de la pesquería de abulón en Baja California, México, realizado por Andrea Sáenz Arroyo, profesora investigadora del Departamento de Conservación de la Biodiversidad de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en colaboración de Daniel Revollo Fernández, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reconoce el conocimiento ecológico local de pescadores como una de las herramientas disponibles para entender la dinámica de las poblaciones silvestres desde una perspectiva histórica.
La investigación se realizó a través de entrevistas a buzos experimentados de abulón de comunidades pesqueras de Baja California, en las que se captura más del 80% del total de la producción de esta especie en México y donde la población disponible ha disminuido en alrededor del 80% en cuatro décadas.
Los resultados del estudio, en el que participaron pescadores de diferentes generaciones, indican que a escala regional las poblaciones de abulón han disminuido como resultado de una combinación de la explotación en el pasado y una alta vulnerabilidad al cambio climático, de esa manera el estudio analiza “cómo se puede usar la memoria de los pescadores para entender el estatus de conservación de especies en riesgo”, explica Sáenz Arroyo.
Este estudio compara casi 50 años de datos de pesca totales con las percepciones de la mejor captura registrada por los pescadores de abulón del centro de Baja California y expone cómo esos recuerdos de los pescadores se correlacionan con la tendencia a la disminución de las capturas totales de abulón, de tal modo que hace énfasis en la importancia de abordar las tendencias, en lugar de la abundancia, para utilizar adecuadamente el conocimiento ecológico local.
Ante la situación de peligro de extinción del abulón en estado silvestre en la región de Baja California debido a la sobrepesca en el pasado y a la vulnerabilidad natural de esta especie, los investigadores proponen el fortalecimiento de los derechos de los pescadores a cambio de las reservas marinas para ayudar a hacer frente a una alta mortalidad.
“Las comunidades de pescadores cuyo sustento depende de las poblaciones de abulón podrían ser incentivados para cerrar algunas zonas de pesca como reservas marinas si su cartera de especies, para las que tengan derechos exclusivos, se expande”, concluye el estudio.
Abalone diver from the mid 20th century in California (Cox, 1962) [3] (Photo courtesy of the California Department of Fish and Wildlife; a modern-day abalone diver from Isla Natividad, Photo courtesy of Leo Vazquez).Estudio completo:
El proyecto científico MEXBOL, que elabora una Biblioteca Mexicana de códigos de barra de la vida para ayudar a la ecología, la taxonomía y la genética, ya cuenta con información hereditaria o secuencias relevantes de ADN de 5 mil 232 animales y vegetales endémicos u originarios de este país. El esfuerzo mexicano forma parte del proyecto mundial llamado International Barcode of Life.
De acuerdo con el informe 2016 que presentó este mes la alianza científica MEXBOL al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el proyecto de Código de Barras de la Vida alcanzó el 90% del objetivo original planteado en 2010, que era obtener marcadores genéticos de 6 mil ejemplares endémicos mexicanos.