Sarai Miranda Juárez
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Sarai Miranda Juarez
Este 20 de noviembre se cumplieron 30 años de la adopción a nivel mundial de la Convención de los Derechos de las Niñas y los Niños y 21 años de que el Estado mexicano ratificó dicha convención. Asimismo, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional contra la Violencia de Género. La coincidencia de estas fechas exige una reflexión seria sobre la condición de las niñas y las adolescentes en el mundo.
El informe “Niños y niñas en América Latina y el Caribe. Panorama 2016”, registró que dos de cada tres niños y niñas menores de 15 años habían experimentado algún tipo de disciplina violenta en el hogar; uno de cada dos niños y niñas habían sido sometidos a castigos corporales en sus hogares (UNICEF, 2019). Las violencias se profundizan aún más cuando se trata de las niñas y las adolescentes, ya que una de cada cuatro niñas y adolescente en la región, se casa antes de cumplir los 18 años; cuatro de cada 10 adolescentes entre 15 y 19 años, casadas alguna vez, fueron víctimas de violencia por parte de su pareja y 1.1. millones de adolescente de 15 a 19 años habían experimentado violencia sexual o cualquier otro tipo de acto sexual forzado (UNICEF, 2019).
Al incluir la categoría étnica, las niñas y las adolescentes se ven aún más vulneradas y violentadas. Hay evidencias sobre la influencia de la pertenencia étnica frente al mayor riesgo de sufrir diferentes tipos de violencias. El Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos da cuenta de que las niñas indígenas tienen más del doble de probabilidades que el resto de las niñas de ser víctimas de violencia y una de cada tres será violada en algún momento de su vida. El informe muestra que aproximadamente 80% de las violaciones de mujeres y niñas indígenas son cometidas por hombres no indígenas (ONU, 2017).
México no es la excepción, la Encuesta Nacional sobre Dinámica de los Hogares 2016, identifica que 6.4% del total de las mujeres de 15 años y más tuvieron contacto sexual sin su consentimiento durante la niñez y 3.9% reportaron haber tenido algún intento de sexo forzado. Siendo familiares cercanos los principales perpetuadores de estas violencias: tíos (20%), primos (16%) y hermanos (8.5%), lo que sugiere que ni el hogar ni los espacios domésticos son seguros para las niñas y las adolescentes (Estimaciones propias con base en INEGI, 2017).
El estado de Chiapas es una entidad con rezagos estructurales históricos que impactan en la niñez que vive y transita por este territorio. Solo los datos de pobreza más recientes dan una idea de la precariedad en la que crecen y se desarrollan las niñas y los niños pues Chiapas encabeza la lista de entidades con mayor proporción de pobreza a nivel nacional, 77.1 de cada 100 chiapanecos y chiapanecas viven en esta situación (CONEVAL, 2018). Múltiples carencias afectan a la población, lo que se profundiza al tratarse de las niñas y las adolescentes. Por su condición de género las niñas están más expuestas a cargar con las actividades domésticas y de cuidados, dando como resultado menores niveles de educación frente a los niños de su misma edad, pues ellas invierten mucho más tiempo en actividades no remuneradas al interior de los espacios privados. Si a ello se le agrega la condición étnica las desventajas son mayores.
En Chiapas las adolescentes que tenían 15 años al momento de la Encuesta Nacional sobre Dinámicas de los Hogares 2016, estuvieron expuestas a diversas violencias de orden sexual durante su niñez; 7.6% contestaron que en su niñez “les tocaron sus partes íntimas o las obligaron a tocar las partes íntimas de otra persona sin su consentimiento”, muy por encima del nivel nacional de 3.3%. Al preguntarles si alguna vez “las obligaron a mostrar sus partes íntimas y/o mirar las partes íntimas de otra persona” 2% respondieron de forma afirmativa (Estimaciones propias con base en INEGI, 2017).
Llama la atención que 4.3% de ellas dijeron que en algún momento de su infancia “las obligaron a tener relaciones sexuales bajo amenazas o usando la fuerza”, lo que coloca a la entidad en el primer lugar en abusos sexuales de las niñas a nivel nacional; además 5.6% experimentaron al menos un “intento de forzarlas a tener relaciones sexuales”. Otro 2.5% afirmó que en su niñez fueron “obligadas a realizar actos sexuales a cambio de dinero o regalos” (Estimaciones propias con base en INEGI, 2017).
Los principales agresores de las niñas y las adolescentes chiapanecas de quienes sufrieron abuso sexual en la niñez fueron sus propios padres con 42.6% y otras personas ajenas al hogar de origen con 57.4%. El total de quienes fueron abusadas sexualmente a cambio de dinero o regalos declararon que los agresores fueron sus padrastros (Estimaciones propias con base en INEGI, 2017).
Otras violencias extremas también están presentes en la vida cotidiana de las niñas y las adolescentes de la entidad. Desde el años 2011 a las fecha se han cometido 57 feminicidios contra niñas y adolescentes (Melel Xojobal, 2019). Sin mencionar las violencias que sufren las niñas que migran y atraviesan por el territorio estatal. Se desconocen las cifras exactas a nivel entidad federativa, pero se estima que hay un alto riesgo de que padezcan violaciones sexuales durante su tránsito por esta región.
Estas cifras representan un desafío para quienes diseñan e implementan las políticas públicas que garanticen una vida libre de violencia a las niñas y las adolescentes chiapanecas. No basta con firmar y ratificar convenios internacionales si no se realizan acciones concretas para mejorar las condiciones de vulnerabilidad que las expone a violencias a razón de su género. Es un tema de interés público que atraviesa la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Solo mediante el reconocimiento de estas realidades será posible desmontar los complejos nudos de la desigualdad que afectan a las niñas desde tempranas etapas de la vida.
CONEVAL (2018), Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018. Resumen Ejecutivo, México.
INEGI (2017), Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, INEGI, México.
Melel Xoxobal (2019), Registro de feminicidios de niñas y adolescentes de 2013 a octubre de 2019, Chiapas, México.
ONU (2017), Efectos de las formas múltiples e interseccionales de discriminación y violencia en el contexto del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia sobre el pleno disfrute por las mujeres y las niñas de todos los derechos humanos. Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
UNICEF (2019), Niños y niñas en América Latina y el Caribe. Panorama 2019.
Texto publicado en:
TERCERA VIA: http://terceravia.mx/2019/11/chiapas-el-estado-con-mas-abusos-sexuales-hacia-las-ninas/