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Presentan resultados de estudio sobre consumo del pozol entre jóvenes chiapanecos

El investigador Morgan Jenatton, estudiante de la Maestría en Agroecología en el Instituto de París de Tecnología para las Ciencias de la Vida, Alimentación y Medioambiente (AgroParisTech) y colaborador de la Red de Laboratorios para la vida (LabVida) impulsada por investigadores del Departamento de Sociedad y Cultura de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), presentó por primera vez los resultados de su trabajo de investigación en el que analiza el consumo de la bebida tradicional pozol entre los jóvenes de cuatro escuelas secundarias de Chiapas.

Su estudio incluyó a estudiantes de la Telesecundaria 1164 José María Pino Suárez, en San Pedro Yutniotic, Las Margaritas; la secundaria Técnica Industrial No. 146, en Nichteel San Antonio, San Juan Cancuc y la secundaria José María Morelos y Pavón y la del Pequeño Sol, en San Cristóbal de Las Casas, a quienes entrevistó para conocer el tipo de bebidas que tomaban, qué pensaban en cuanto a su valor nutritivo, sus representaciones socioculturales sobre las mismas, y su frecuencia de consumo.

Jenatton categorizó e hizo la comparativa de consumo de bebidas hechas de maíz (pozol, atole, tascalate), refrescos y bebidas energéticas, café, jugo de frutas o aguas frescas, jugos embotellados, agua y lácteos. A través de una comparación gráfica demostró que los jóvenes sí consumen el pozol con frecuencia, pero que también los refrescos embotellados son parte importante de su vida cotidiana, y que además el contexto rural/urbano influye en el nivel de consumo.

Por ejemplo, indicó que mientras que en la Técnica Industrial No. 146 de la comunidad Nichteel San Antonio, la mayoría de los participantes en el estudio tomaba pozol, en la escuela Pequeño Sol de San Cristóbal de Las Casas, el mayor porcentaje se lo lleva el consumo de bebidas de frutas.

Jenatton, además de comparar el consumo de refrescos embotellados y del pozol, intentó observar cómo son percibidas estas bebidas. En cuanto a los refrescos, explicó que para las y los jóvenes el refresco es rico, llamativo por sus colores, sirve para quitar la sed, y que es refrescante pero que también es dañino para la salud. En un enfoque de percepción social y económica, encontró que los jóvenes consideran que los refrescos son consumidos en su mayoría por personas con un nivel económico alto que tienen el dinero suficiente para gastar en estas bebidas.

Por otro lado, consideran al pozol como una bebida muy saludable que les brinda mucha energía, fuerza y que los alimenta. Sin embargo, en cuanto a las representaciones socioculturales, el investigador encontró que los jóvenes consideran al pozol como una bebida para los pobres. “Desafortunadamente, se considera al pozol como algo de pobres”, expresó.

“El refresco es de los ricos porque pueden pagar. En las ciudades no les gusta el pozol. La gente de otros países no toma pozol porque son “civilizados”. Es bebida de campesino, de trabajo de campo, de caminar una hora o más para ir a la milpa o a la escuela”, citando a algunas de las expresiones de los jóvenes participantes.

Durante su presentación “El pozol: entre la milpa y el mercado”, Morgan Jenatton también presentó datos de su investigación referentes a los tipos de pozol y sus procesos de producción, clasificándolos a partir de su consistencia, sabor, mezcla, cocción y tipo de masa. Así como también de su valor nutritivo a partir de esas características. A través de pruebas de laboratorio encontró que el pozol es una gran fuente carbohidratos y proteína, pero que sí hay diferencias nutrimentales entre sus variedades. El pozol de cacao es más rico en fibra y proteína, mientras que el pozol blanco es más rico en carbohidratos, informó.

Además, observó que, a pesar del valor nutricional de esta bebida, la problemática en las ciudades no es la falta de consumo del pozol, sino que se consume con demasiada azúcar, como lo observó en un mercado de Tuxtla Gutiérrez, en donde encontró que el consumo es alto pero agregan tanta azúcar a la bebida que se podría comparar con las mismas cantidades que contiene un refresco embotellado.

Esta presentación se llevó a cabo el 28 de agosto, en las instalaciones de la Unidad San Cristóbal de ECOSUR y contó con la asistencia de investigadores y colaboradores de la Red LabVida y público en general.

Más información: Morgan Jenatton (morjena@gmail.com)