el colegio de la frontera sur

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Libros ECOSUR en la FIl Minería 2019

El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) estuvo en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, realizada en febrero pasado, en la Ciudad de México.

Además de tener un stand con más de 90 publicaciones de nuestra institución, se realizó la presentación de dos libros: “Espacios y fronteras de la violencia y el género”, el cual fue comentado por Angélica Evangelista (ECOSUR), Flor Marina Bermúdez (UNICACH) y Ana Laura Lara (CINVESTAV), y “Ecología política de la agricultura. Agroecología y posdesarrollo”, que contó con la participación de Omar Felipe Giraldo (ECOSUR) y Polette Rivero Villaverde (UNAM); ambas presentaciones contaron con la presencia de un público amplio.

La FIL Minería celebró su edición número 40 con más de 140 mil asistentes, quienes se dieron cita en las más de mil actividades culturales realizadas en el marco de esta celebración.

 

Notas relacionadas:

Cuarto Poder: http://www.cuartopoder.mx/chiapas/ecosur-presente-en-la-fil-mineria/279786/

Suprema Radio: http://www.noticias.supremaradio.com/2019/03/ecosur-presente-en-la-fil-mineria.html

Conoce el tianguis de productos orgánicos El Huacalero en Chiapas

El Tianguis de Productos Naturales y Orgánicos El Huacalero nació en Tapachula, Chiapas, en octubre de 2007. Fue impulsado por un colectivo de académicos de ECOSUR y apoyado por el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario 60, la Universidad Nacional Autónoma de Chiapas y la Reserva de la Biosfera del Volcán Tacaná.

El tianguis reúne actualmente a más de 40 familias de productores provenientes principalmente de comunidades de la zona alta de los municipios de Cacahuatán y Tapachula. Aunque también llegan a ofrecer sus productos algunas familias guatemaltecas. Este espacio se establece enfrente de las instalaciones de ECOSUR Tapachula. En el tianguis se pueden adquirir alimentos típicos de la región preparadas con productos locales, frutas y verduras, así como plantas de ornato, todo producido orgánicamente.

 

Leer nota completa: https://www.mexicodesconocido.com.mx/el-huacalero-tianguis.html 

Bosques tropicales deforestados pueden recuperar 80% de sus especies en 20 años

En cinco décadas recobraron la totalidad de su flora, revela estudio realizado por investigadores de 16 países. Participaron cinco instituciones de México en el trabajo.

Después de 20 años de haber sido deforestados, terrenos que pertenecían a bosques tropicales y que quedaron abandonados volvieron a recuperar el 80 por ciento de la diversidad de árboles que tenían originalmente, aunque tuvieron que pasar 50 años desde la deforestación para que se recuperaran todas las especies vegetales que habían sido eliminadas. Ésta es la conclusión de un megaestudio realizado por científicos de 16 países, entre los cuales hay investigadores de cinco instituciones mexicanas y que fue publicado ayer por la revista científica internacional Science Advances.

El estudio realizó observación y medición en mil 800 parcelas de bosques tropicales, de 10 países diferentes de América Latina, para medir los procesos de recuperación. Este tipo de espacios en los que la vegetación de los bosques tropicales volvió a recuperar terrenos que habían sido deforestados, recibe el nombre de “bosques secundarios” y constituyen una de las mayores esperanzas de la humanidad para revertir los daños a la biodiversidad y el clima del planeta.

En síntesis, el estudio muestra que el número de especies (riqueza) de estos pequeños parches de bosque se recupera en unas pocas décadas, pero que pueden pasar siglos antes de que la composición (identidad) de especies sea similar a la de los bosques antiguos.

 

Leer nota completa:

Crónica: http://www.cronica.com.mx/notas/2019/1112390.html

Urge Reconocer la Procedencia de la Violencia para Contrarrestarla: Ecosur

Luego de que el Gobierno Federal anunciara el Plan para Garantizar la Seguridad de las Mujeres en México, la investigadora del Departamento de Sociedad y Cultura del Colegio de la Frontera Sur, Elsa Winton indicó que son buenas las iniciativas pero que lo fundamental y urgente es el reconocer la procedencia de la violencia para contrarrestarla y así cambiar el modelo paternalista en las familias, por ejemplo.

La investigadora de Ecosur informó que los organismos no gubernamentales en apoyo a las mujeres violentadas son el contrapeso y la voz crítica de lo que el gobierno ha dejado de hacer o no lo ha hecho como debiera; por lo que el anuncio de que los albergues para personas maltratadas seguirán en funciones, es un acierto de esta administración, aunque a la par se debe trabajar en diferentes áreas para contrarrestar la violencia contra la mujer.

Ante el anuncio de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero en el sentido de que la Alerta de Género solo se tiene en 17 estados del país; de que el 66 por ciento de las mujeres son violentadas en México; que cada 160 minutos alguna niña o mujer es privada de su libertad o de su vida; y que de acuerdo a estadísticas oficiales del 2018 existen tres mil 500 víctimas de violencia. Elsa Winton apuntó que desafortunadamente muchas de las estadísticas son inferiores a la realidad.

En este sentido, la maestra de Ecosur abundó que otro factor a considerar son los cambios a la ley, aunque el Chiapas el legislativo ha tipificado el maltrato a la mujer como delito grave, en otras entidades aún no; o bien, lo que ocurre en las escuelas, los centros laborales y lugares donde la mujer es discriminada, acosada o violentados sus derechos humanos, que no siempre es protegida por las autoridades.

Finalmente, la entrevistada subrayó que este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no es para celebrar, sino para reflexionar y rescatar el feminismo, así como lograr mejoras integrales para este género que tiene tantos riesgos en México como lo tienen los activistas y periodistas.

 

Notas relacionadas:

Noticias de Chiapas: https://noticiasdechiapas.com.mx/noticia.php?item=2101

Desde Puebla: http://desdepuebla.com/2019/03/06/urge-reconocer-la-procedencia-de-la-violencia-para-contrarrestarla-ecosur/

Firma Ayuntamiento de SCLC convenio de colaboración con ECOSUR

• Con el fin de planear, diseñar, e implementar estrategias para la conservación del medio ambiente

El Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas que preside Jerónima Toledo Villalobos, llevó a cabo la firma de Convenio de Colaboración con el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), con el objetivo de establecer las bases para la cooperación interinstitucional a fin de planear, diseñar, e implementar estrategias para la conservación del medio ambiente y demás temas de interés común.

Con la presencia de la Secretaria Municipal María Eugenia Herrera Díaz, e investigadores de ECOSUR, el Director de Ecología y Medio Ambiente, Manuel Lemus Kourchenko, señaló la importancia de trabajar de una forma conjunta con la academia, incluyendo a la sociedad civil, para buscar soluciones a la crisis ambiental que se vive en el municipio.

“Se está sufriendo un periodo de estiaje muy fuerte, tenemos arroyos que se han secado; en los lagos que se encuentran en María Eugenia y los de la Albarrada, los niveles del agua han bajado mucho, entonces necesitamos una propuesta integral para poder hacer frente a la crisis ecológica, que debe comprender desde trabajos de la parte alta de la cuenca, la restauración, la reforestación y el trabajo de ordenamiento con las comunidades de los alrededores de las montañas de San Cristóbal”, mencionó.

Con ECOSUR, dijo, se trabajará en aspectos muy concretos para rescatar los humedales, creando un jardín botánico, poniendo nombres científicos a los andadores del Parque de los Humedales, “para que sean lugares con una función educativa y los estudiantes puedan ir a aprender la importancia que juegan los humedales y también tener ahí proyectos y programas para el saneamiento de nuestros ríos, la limpieza de los lagos y la conservación de la parte alta de la cuenca”.

En su intervención, el Director General de ECOSUR, Mario González Espinosa, mencionó que el eje central de este convenio es el cuidado del medio ambiente, por lo que, se trabajará en la restauración de los bosques, el aprovechamiento y captación del agua, el asunto de los humedales, las cuestiones del impacto del cambio climático sobre los sistemas productivos y sobre la vida en general sobre el Valle de Jovel.

 

Fotografías: Raul Vera y Manuel Martinez López

 

Fuente:

Raul Vera: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10157208642146979&set=a.481166266978&type=3&theater

Manuel Martinez López: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10210171721368339&set=a.4002899289715&type=3&theater

Reporte San Cristóbal: https://www.facebook.com/notes/reporte-san-crist%C3%B3bal/firma-ayuntamiento-de-sclc-convenio-de-colaboraci%C3%B3n-con-ecosur/2368086056548925/

Reporte Coleto: https://www.facebook.com/542284105913067/videos/313557362850882/

Di Chiapas: https://www.facebook.com/DiPeriodismoContemporaneo/posts/2145648532156529

Foro Chiapaneco: https://www.facebook.com/forochiapaneco/posts/401746813719939

Diario Acontecer Chiapaneco: https://www.facebook.com/diarioacontecer.chiapaneco/posts/829030400771309

Noticias MX: http://pmnoticiasmx.com/2019/03/27/firma-ayuntamiento-de-sclc-convenio-de-colaboracion-con-ecosur-2/

 

Retomando saberes contemporáneos. Un análisis del panorama actual de la meliponicultura en Tabasco.

Guelmy Anilú Chan Mutul, Elda Míriam Aldasoro Maya, Laura Elena Sotelo Santos, Gabriela Vera Cortés

La meliponicultura, practicada por distintas culturas, está constituida de diversos saberes contemporáneos (conocimientos, prácticas y creencias en constante producción y reproducción). El presente estudio aborda el estado actual de la meliponicultura en Tabasco, considerándola como patrimonio biocultural. Se realizaron entrevistas semiestructuradas sobre la relación que tienen las personas con las abejas que cultivan y los saberes contemporáneos que poseen. Se registraron 101 meliponicultores en 15 de los 17 municipios, el 24% pertenece a un grupo indígena. El municipio con mayor número de meliponicultores es el de Tenosique (37), seguido de Tacotalpa (14) y Balancán (11). Se cultivan once especies de meliponinos. Se entrevistaron 81 meliponicultores y se clasificaron en tres tipos de acuerdo a su objetivo: tradicionales (52%), resignificados (42%) y conservacionistas (6%). Lo más común es tener la colmena en troncos (52%), un 32% las tiene en cajas y un 16%, tanto en troncos como en troncos modificados y cajas. El 11% de los meliponicutores sabe dividir sus colmenas. La miel, la cera y la colmena tienen diferentes usos: comestibles, medicinales y religiosos. La relación de los meliponicultores con las abejas es compleja y va más allá de lo utilitario; esta práctica implica saberes contemporáneos sobre la etología, ecología y morfología de las especies de meliponinos. Hay un declive de la meliponicultura en Tabasco por lo que es apremiante tener un mayor conocimiento de ésta y fomentarla entre las nuevas generaciones a partir de un diálogo de saberes.

 

Leer texto completo

Revistas filológicas UNAM. Estudios de Cultura Maya: https://www.revistas-filologicas.unam.mx/estudios-cultura-maya/index.php/ecm/article/view/947?fbclid=IwAR0keCRlM6Kr0oAaxt37gR5a1og3EvXX42d8AKqgrJ0zj3ZZfQ1mDGcsaH8

Académica de ECOSUR recibe reconocimiento internacional en la Premier Internacional de los Búhos

En el mes de febrero la doctora Paula Enríquez Rocha, investigadora del Departamento de Conservación de la Biodiversidad de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), fue reconocida internacionalmente durante la Premier Internacional de los Búhos (Owl Premier) del XVII Festival Internacional de los Búhos en el “Owl International Center” en Houston Minesota (USA).

Los Owlies (Oscares), como son denominados estos reconocimientos, se entregan a aquellas personas que contribuyen al conocimiento y la conservación de los búhos a nivel Internacional y en este 2019 Paula Enríquez ha sido galardonada con este reconocimiento, de esta forma se une a reconocidos Investigadores de búhos a nivel Mundial en el Salón de la Fama.

Los búhos de los trópicos y el hemisferio sur están mucho menos estudiados que los del hemisferio norte, es por eso que Paula Enríquez ha pasado 25 años estudiando predominantemente en México, pero también en Costa Rica y ahora en Colombia a no menos de 15 especies de búhos, sus investigaciones se han centrado principalmente en la ecología y la conservación. Sus estudios de The Bearded Screech-Owl dieron como resultado que la UICN la reclasificara de casi amenazada a vulnerable.

Ha publicado 40 artículos científicos sobre búhos, 22 capítulos de libros, 42 documentos de divulgación y ha realizado al menos 38 presentaciones para llegar a audiencias científicas y populares. Además, organizó el primer y segundo simposios sobre búhos neotropicales en Perú y Costa Rica, y creó un grupo de investigadores, estudiantes y público en general para compartir información.

 

Leer texto original: https://www.festivalofowls.com/2019.html

“Estamos al margen”. Vida y trabajo de mujeres guatemaltecas en la frontera sur de México

Martha Luz Rojas Wiesner, investigadora del Departamento de Sociedad y Cultura

 

En México en los últimos años hemos avanzado en estudios sobre la migración internacional en la llamada frontera sur de México, pero tales avances aún son incipientes y contamos con un conocimiento fragmentario de las características de las distintas modalidades de movilidad poblacional y, en particular, de las experiencias de vida y de trabajo de personas de distintos países que han llegado a localidades de la región, ya no sólo a Chiapas, sino a los cuatro estados fronterizos de México con Guatemala y Belice. Como ya lo señalara Martha García, en un boletín anterior a éste, la mayor parte de los estudios se han focalizado en el estado de Chiapas, pero hay distintas razones para que haya ocurrido así, entre las que se pueden mencionar solo algunas, como la manera cómo se poblaron o colonizaron tierras próximas a la frontera, la afluencia histórica de trabajadores y trabajadoras de Guatemala a zonas agrícolas, la infraestructura vial que permite una mayor interacción y la intensa movilidad por los llamados cruces formales.

Ver Texto completo: Colaboracion-ECOSUR_270219_web

Residuos sólidos urbanos… “basura” para los cuates

*Arely Martínez Arce/ **Ligia Isabel Serrano Crespo

Introducción

 De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, cada persona (adulto o niño) que vive en nuestro país genera a diario casi un kilogramo de basura (700 gr) (INEGI, 2016). Hasta el 2010 Quintana Roo con una población de 1,325 578 habitantes generaba 1644 toneladas de basura (INEGI, 2016). Actualmente podríamos considerar que estas cifras no han cambiado y son mayores, pues tenemos una mayor población, más industria y cambios en los patrones de consumo (SEMARNAT, 2014). Esta información pone de manifiesto que la cantidad de basura que se genera cada día es un problema real y creciente, y se convierte en un dolor de cabeza para las autoridades, los habitantes y el ambiente.

La problemática de la basura radica en la acumulación de residuos y contaminación del aire y agua, y actualmente además de la acumulación, los cuerpos de agua subterráneos están siendo contaminados por escurrimientos de lixiviados (liquido resultante de la degradación de residuos y agua de lluvia) mismos que pueden contaminar el agua con metales pesados considerados tóxicos como son: cadmio, plomo, zinc, cromo, níquel y arsénico (Bernarche, 2012). Por tal motivo, la cantidad y calidad de agua disponible para consumo humano se ve limitada (Bernarche, 2006). La afectación por la basura se ve reflejada directamente en la salud humana, pues puede causar infecciones en ojos, vías respiratorias y piel, además de generar problemas gastrointestinales o producir desde alergias hasta cáncer (Giusti, 2009; Auta et al 2017). En términos ambientales, podemos ver estragos, como, perdida de insectos como, arañas, mariquitas y hormigas, esto también derivado de la quema de basura (Sajjad et al 2012). En los ríos, lagunas y mares se ha observado tortugas y peces de importancia comercial, alimentándose de desechos, en su mayoría plástico, lo cual puede llegar a generar complicaciones letales en los animales (Schuyler et al 2013). Además, se ha observado que este comportamiento va en aumento debido a que cada vez hay más desechos depositados en los cuerpos de agua (Neves et al 2015; Pellini et al 2018).

La “basura” es denominada como cualquier material inservible, que no es aprovechable, y que debe ser desechado (SEMARNAT, 2014); pero esta definición no puede ser aplicada en términos generales, pues no todo lo que desechamos es basura. El término adecuado es Residuos, específicamente Residuos Sólidos Urbanos (RSU). Y estos corresponden principalmente a todos aquellos residuos que son generados en los hogares como resultado de la eliminación de los materiales que se utilizan en las actividades domésticas; aquellos que provienen de establecimientos, o los que resultan de la limpieza de las vías o lugares públicos y que tienen características como los domiciliarios (SEMARNAT, 2014).

Dentro de los RSU que desechamos, algunos son aprovechables aún después de ser usados, por lo tanto, son señalados como reutilizables; también se encuentran aquellos materiales reciclables, es decir, los que son desechados y posteriormente procesados para ser transformados y utilizados nuevamente como materia prima. Dentro de estos se encuentra el papel, el cartón, el vidrio, los metales como el aluminio y los plásticos. Estos últimos son el residuo con mayor importancia debido a su presencia tanto en ambientes terrestres como acuáticos (Cole et al 2011; Lebreton et al 2017; Auta et al 2017) y a que representan un alto porcentaje de los desechos totales, entre 60 y 80% (Sutherland et al 2010). Si bien el origen de los desechos se da en el ambiente terrestre derivado de actividades antropogénicas, su destino final son los cuerpos de agua, iniciando en los ríos, donde se calcula que entre 1.15 y 2.41 millones de toneladas son arrastradas hacia el mar (Lebreton et al 2012), de tal forma que se encuentran flotando en el océano más de 250 000 toneladas de plástico principalmente (Eriksen et al 2014).

Se ha documentado que de las más de 320 millones de toneladas de plástico que se producen año con año a nivel mundial, el 40% corresponde a empaques que se usan una sola vez y se desechan (Waring et al 2018). Y menos del 5% de los plásticos desechados se reciclan, debido a que están contaminados con residuos orgánicos en putrefacción (Sutherland et al 2010). De tal forma que la problemática en torno al alto volumen de desechos es debida principalmente a la falta de educación en términos de consumo y separación, así como, a un mal manejo y la mala administración para la disposición de los RSU (Ojeda-Benitez y Beraud-Lozano 2003; Giusti, 2009; Bernache, 2012).

Existe evidencia de que la contaminación por residuos puede causar daños al ambiente y esto repercutir en la salud humana, pero el conocimiento de estos efectos adversos aún es limitado, por lo tanto, sigue siendo un tema controvertido y difícil de evaluar (Barboza et al 2018). La realidad es que el consumo de productos no disminuye, por el contrario, aumenta de manera exponencial y afecta severamente al ambiente, sobre todo al acuático, de tal manera que se ha observado en algunas regiones, que la presencia de RSU, sobre todo partículas de plástico, es seis veces mayor que la presencia de microorganismos del plancton marino (Moore et al 2001).

 

El origen del problema: del consumo al consumismo

De acuerdo con Brown (2015) algunas preguntas interesantes para entender la problemática de la basura desde su origen son ¿Cómo y porque generamos tantos residuos? ¿Qué uso le damos a los artículos que consumimos? ¿Dónde desechamos los residuos? ¿Por qué los desechamos? ¿Están en mal estado? ¿Se ha cumplido si vida útil? ¿Fue adquirido sin ser necesario o sin ser requerido? Todas estas preguntas tienen una respuesta en función del consumo. Pues nivel global el rápido crecimiento poblacional y los cambios en los hábitos de consumo generan una cantidad considerable de desechos (Ojeda-Benitez y Beraud-Lozano 2003).

El consumo es considerado como un hecho cotidiano e inamovible de la vida, que no está atado ni a la época ni a la historia. La mayor parte del tiempo el consumo se realiza rutinariamente y sin pensarlo (Reyes-Ruiz 2009); fenómeno que no se reduce al uso de bienes y servicios para satisfacer necesidades, sino que se trata de un proceso mucho más complejo que hoy en día se ha convertido en algo fundamental para las relaciones sociales (García, 1995). García (1995) también señala que esta acción innata de los seres vivos nos ha llevado a lo largo de la historia a diferentes procesos, no solo consumimos objetos, también alimentos, servicios, y recursos naturales como el aire y el agua. Sin embargo, en la actualidad el consumo se ha vuelto excesivo, irresponsable y descontrolado; tiene un papel importante en el estilo de vida social y este inevitable consumo se ha convertido en “consumismo”.

Pasamos de tener una economía basada en la agricultura y el comercio a una economía industrializada y mecanizada (García, 1995). Tuvimos nuevos recursos que nos dieron mayor confort: la luz eléctrica, el teléfono, la tv, la radio, los autos, entre otros. Pero estos privilegios trajeron generaciones con mayores demandas, surgieron nuevas “necesidades” y el tamaño de la población aumentó. Además, se formaron nuevas ciudades con mayor comunicación, pero desaparecieron grandes bosques y selvas… esto no importó porque la industria revolucionó a la humanidad. De acuerdo con Robert Lucas, Premio Nobel de Economía 1995, se puede decir que: “Por primera vez en la historia, el nivel de vida de la sociedad experimentó un crecimiento sostenido (…) y se considera que no hay nada remotamente parecido a este comportamiento de la economía en ningún momento pasado…”

Desde hace dos siglos la sociedad busca “mejorar” su estilo de vida, comenzó entonces la llegada de la industria que generó cambios importantes en lo económico, social y tecnológico.

 Y es así como desde entonces la forma de relacionarse entre las sociedades cambió. Se iniciaron las luchas generacionales acerca de lo necesario y lo deseable, se mostró una forma distinta de establecer las identidades y construir lo que nos distingue. Nos alejamos de la época en que las identidades de cada país se definían por su historia y, sus productos. Ahora todo se mueve en torno al consumo, pues como lo menciona Néstor García (1995), en esta época “nuestra identidad depende de lo que uno posee o es capaz de llegar a tener. Las transformaciones constantes en las tecnologías de producción, en el diseño de los objetos, la comunicación más extensiva e intensiva entre sociedades —y de lo que esto genera en la ampliación de deseos y expectativas — vuelven inestables las identidades fijadas en repertorios de bienes exclusivos de una comunidad étnica o nacional. ¿Cómo vamos a estar felices con lo propio cuando ni siquiera se sabe qué es?”

En estos tiempos, el consumismo osadamente se ha apropiado de todo, del deporte, de la cultura y hasta de la alimentación. Preferimos consumir las importaciones, aunque adquirirlas resulte más costoso y contaminante, en lugar de productos frescos y de la región, pues con esto, nos mantenemos en un estatus socialmente “aceptable”. Por su parte, las grandes empresas, hacen lo suyo porque son las mejores aliadas de la sociedad de consumo, nos hacen comer nuestros alimentos producidos nacionalmente, pero importados, vestir ropa de menor calidad, pero de marca aceptable y seguramente manufacturada en malas condiciones laborales, y es que, gracias a la globalización se busca producir a gran escala en países que vendan sus productos a muy bajo costo.

La tecnología y las telecomunicaciones también han hecho lo propio, pues ahora la sociedad tiene los medios precisos para interrelacionarse, aunque en esta época la comunicación personal es menos común y cada vez más lejana, mientras esto sucede, la globalización es alimentada por las nuevas tecnologías, y como resultado hay una explotación excesiva de recursos. De acuerdo con Ramón Fernández y Luis González (2014) (activistas de ecologismo social), a nivel global estamos agotando nuestros principales motores para vivir, es decir nuestros recursos naturales, energéticos y el agua.

Estamos en una crisis que va más allá de la acumulación de residuos sólidos o el agotamiento de los recursos, el problema más grave es que la sociedad cada día va abandonando los mecanismos de cooperación y va adquiriendo los de competencia, somos indiferentes y esto evita que tengamos conciencia para consumir de manera responsable (Fernández y González, 2014). De tal forma que, para lograr resultados, es necesario recuperar voluntades y promover la cooperación entre la sociedad, y posteriormente identificar de manera consiente el consumo y desecho de los residuos, pues es tiempo de culturalmente tener mejores prácticas de manejo y disposición de residuos (Brown, 2015).

El reciclaje cómo parte de la solución

 El objetivo de muchos países es aumentar el reciclaje en la mayoría de los hogares y así disminuir la cantidad de residuos, por ejemplo, algunos países utilizan incentivos económicos para propiciar esta actividad, sin embargo, en otros, existen pocos o nulos incentivos y esfuerzos (Halvorsen, 2012). Aunque existen hogares que realizan actividades de reciclaje aun sin tener una recompensa económica, pues tienen cuestiones morales y de compromiso con el ambiente que los motiva a realizar esta práctica, de tal forma. El reciclaje de residuos ha sido una estrategia para “salvar al planeta”, pero la realidad es que muy poco se ha logrado. En México los gobiernos federal y municipal buscan la apertura de nuevos programas para fomentar el manejo adecuado de los RSU, debido a muchos factores como, la falta de personal, de infraestructura y educación, apenas un 8% de los residuos son separados para el reciclaje (Bernarche, 2012).

Por su parte, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha abierto convocatorias para que los municipios accedan a recursos económicos con los que se realicen estudios para prevenir o gestionar el manejo integral de los RSU, pero enfocado al desarrollo de mejores sistemas de recolección, transporte y disposición final. No obstante, el consumidor no es considerado en dichas estrategias, pues la opción de tener un mayor número de camiones recolectores de basura, podría resultar contraproducente y fomentar que los consumidores realicen un mayor consumo.

Para lograr mitigar la cantidad de residuos que llegan al basurero; el gobierno y diferentes instancias realizan campañas de separación de basura y reciclaje (Sidique et al 2010), aunque en Países desarrollados continuamente se realizan estudios que permitan mejorar el manejo y disposición de residuos (Sidique et al 2010; Crociata et al 2015); pero en nuestro País aún faltan estudios. Y es que hay cuestiones que aún no están claras, por ejemplo, ¿Es claro el papel que tiene el consumidor en la generación de los residuos que se desechan diariamente? ¿Las autoridades fomentan el consumo responsable entre los ciudadanos? ¿Es el reciclaje la única estrategia para reducir la cantidad de basura? la respuesta a estas preguntas es NO.

Si bien la separación, la reutilización y el reciclado de los RSU disminuyen la cantidad de basura, el mensaje para el generador de residuos es que no importa cuánto consuma, a través del reciclaje se podrán recuperar los materiales, de tal forma que hace falta cultura y educación que permitan adoptar al reciclaje como una práctica recurrente, pero tomar conciencia desde el consumo. La cantidad de desechos sigue en aumento, el consumo diario cada vez es mayor, y la práctica de usar desechables, es decir aquellos productos utilizados una sola vez e inmediatamente descartados, cada día es más aceptada, (Brown 2015), por ejemplo, en Estados Unidos se desechan anualmente 25 mil millones de vasos, mismos que pasaran 500 años sin degradarse. Por otro lado, si consideramos que nos han vendido la idea de que todo debe ser desechado inmediatamente podemos observar que frecuentemente consumimos y desechamos sin haber usado, porque la mercadotecnia constantemente nos ha hecho creer que cada día “necesitamos” más objetos para vivir. Esto debido a que “en el corazón de toda sociedad está la demanda de satisfacer con objetos las necesidades individuales y colectivas”; además de que tenemos vivimos en una sociedad en donde “nadie está contento con lo que tiene”.

El problema de la basura radica desde la cultura o educación de un consumidor, por los siguientes factores: a) los consumidores desconocemos el producto que compramos, b) el consumo que realizamos es inconsciente, c) evitamos productos elaborados de materiales que pueden ser reciclables o reutilizables, d) nos despreocupamos de cómo será desechado el empaque del producto que consumimos, e) desconocemos a donde van a parar nuestros residuos y el daño que pueden ocasionar a nuestra salud y al ambiente, e) ignoramos la cantidad de residuos que generamos en conjunto como sociedad, y h) nosotros mismos convertimos los residuos en basura, mezclando todo con restos de alimentos que generan putrefacción. Brown (2015) menciona que los países siempre producirán desechos, pero lo que se convierte en desperdicio, y en qué cantidad, es responsabilidad de la sociedad en particular y la tecnología que tenga para eliminarlo. En conclusión, los generadores de RSU carecemos del conocimiento (o no lo aplicamos) para consumir de manera consciente, para darle a nuestros residuos un destino más amigable con el ambiente.

Trabajo en equipo: estrategias para atenuar el daño

 Desde el 2002, un grupo de académicos de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) se ha preocupado por abordar la problemática de la generación de RSU, y es a través de su Plan Ambiental Institucional (PAECOSUR) y en cumplimiento a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, que se han desarrollado acciones para obtener resultados en el manejo y disposición de los RSU a mediano plazo. Específicamente en la Unidad Chetumal de ECOSUR, para un adecuado manejo de los RSU se colocaron contenedores para diferentes tipos de residuos.

De esta manera se separan inicialmente los desechos en orgánicos, inorgánicos (metal y plástico PET), y papel/cartón; también hay recipientes para las baterías (pilas). Y de manera periódica, los residuos separados que tienen propiedades reutilizables o reciclables, como son: papel, cartón, plástico y aluminio, se entregan a un centro de acopio donde se asegura un mejor manejo.

En el caso de los residuos orgánicos, estos son depositados en un compostero para producir tierra fértil para plantas. Previo a la separación de los RSU hay talleres de inducción para el personal de limpieza, donde se resuelven dudas de los diferentes tipos de residuos, su manejo y disposición.

También se realizan campañas anuales internas para acopio de pilas y electrónicos, que son destinados a una empresa que también se encarga de una correcta disposición final.

En ECOSUR Unidad Chetumal son tres las principales estrategias que se han implementado para abordar la problemática de la contaminación por RSU:

1- Capacitación al personal del servicio de limpieza, brindando conocimiento para la separación y el manejo de residuos sólidos (Figs. 2 y 3), ya que son actividades en los que están directamente involucrados;

2- Compra y uso de una vajilla para disminuir el consumo de utensilios plásticos desechables;

3- Trabajo colaborativo con la administración y altos mandos de la institución, a quienes se les ha proporcionado información detallada de las implicaciones del uso y desecho de los residuos sólidos; a partir de este conocimiento se puede incidir en la toma de decisiones al adquirir bienes y servicios que sean amigables con el ambiente.

La primera estrategia incluye talleres de capacitación a los prestadores de servicios, gerentes y empleados de la empresa de limpieza y de cafetería; así como al personal administrativo de servicios generales ya que son los encargados de las compras. Respecto a la vajilla comprada en el 2014, ha sido usada en la mayoría de los eventos institucionales, que son alrededor de 85 eventos a la fecha, lo que ha evitado la generación excesiva de residuos como utensilios desechables de plástico y, sobre todo aquellos altamente contaminantes como el unicel.

Sin duda, la última estrategia, pero no menos importante, ha rendido frutos para lograr resultados y ha sido el trabajo en colaboración con la administración y los altos mandos de nuestra institución, ya que durante la gestión 2013-2018, nuestras autoridades han reconocido la problemática de los RSU y se han sumado a la reflexión, lo que permite tomar mejores decisiones en materia ambiental para la implementación de las diferentes estrategias. Por otro lado, se ha contado con recursos institucionales, para cumplir con la parte operativa, tal es el caso de la construcción de la bodega para almacenar papel/cartón, la compra de materiales biodegradables y el apoyo para desarrollar de talleres relacionados al manejo de RSU.

Resultados

A pesar de tener dieciseis años del inicio de la implementación de estrategias y acciones, fue desde hace seis años que se han integrado los elementos para mejorar el manejo de RSU. Ello incluye la motivación del personal que labora en ECOSUR Chetumal para que realice compras conscientes, que los residuos que generen sean canalizados de manera adecuada, y que se evite el consumo desmedido de productos desechables que se usan una sola vez. Un logro destacado ha sido el evitar enviar al basurero municipal 5.5 toneladas de papel y cartón, 600 kg de PET, 35 kg de plástico duro, 30 kg de aluminio, 21 kg de otro tipo de metales y 625 kg de “chatarra”.

En el ámbito de contaminación a cuerpos de agua, además de evitar la llegada de residuos como el plástico principalmente, se ha evitado que 373 kg de pilas sean enviados a la basura donde pudieran generar gases tóxicos y carcinogénicos. Siendo esto importante el ambiente, ya que el 87% de los basureros en nuestro país son a cielo abierto y no cuentan con una membrana que evite que los jugos generados por la mezcla de basura y agua de lluvia, migren al subsuelo y regresen a nosotros por diversas vías. Desde nuestro punto de vista, existe cierto grado de avance en materia de RSU, pero persisten problemáticas que no han sido atendidas, como la concientización hacia una mejor alimentación para minimizar la generación de residuos. Hace falta también concientizar y convencer a un mayor porcentaje del personal que labora en la institución para tomar acciones en la disminución y manejo de los RSU.

Conclusiones

Para resolver el problema de la basura es urgente entender y modificar el concepto de basura… Entender que nosotros convertimos a los residuos en basura y la generamos de manera desmedida por desconocimiento o indiferencia. Es necesario valorar los productos generados en esta región, porque el consumo local permite minimizar costos, disminuir residuos y conservar recursos. Es necesario un gran esfuerzo para regresar al proceso de cooperación en la sociedad, pues entre más competencia hay, mayor es el consumo. Los esfuerzos por tener una mejor calidad de vida se minimizan frente a un mundo globalizado, que entiende como “mejor calidad de vida” el “poseer más”. Aún nos queda un largo camino, pero tenemos un objetivo trazado.

Autoras

* Maestra en Ecología Marina, Técnica Titular del Grupo Académico “Estructura y función de Bentos” de ECOSUR, Unidad Chetumal. Ha participado principalmente en proyectos de investigación sobre códigos de barras de la vida. Es responsable del Programa de Residuos Sólidos del PAECOSUR Chetumal.

**Personal administrativo. Responsable de Activo Fijo de ECOSUR Unidad Chetumal, apoya actividades del PAECOSUR, principalmente el Programa de Residuos Sólidos.

Leer artículos de divulgación publicados en la revista “AGUA en Quintana Roo”, de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Q. R., resultado del trabajo de integrantes del Plan Ambiental de ECOSUR Unidad Chetumal: Revista AGUA #2D-2018

Avances y experiencias del Plan Ambiental de ECOSUR, Unidad Chetumal

*Gabriela Zacarías de León,** Nuria Torrescano Valle, ***Janneth Padilla Saldívar, ****Adriana Zavala Mendoza, *****Arely Martínez Arce,****** Ligia Serrano Crespo

Introducción

La sustentabilidad la concebimos como una nueva forma de simbolización y valorización de la naturaleza, y la armonía en el encuentro de la sociedad, la cultura y el medio ambiente. Sin embargo, el estilo de vida occidental dominante que caracteriza al mundo moderno está muy lejos de ser sustentable. Para revertir los efectos del estilo de vida actual, son necesarios otros referentes, nuevas formas de visualizar y entender el mundo, de vivir en él y con nosotros mismos, de convivir en la diversidad cultural y biológica. Los seres humanos estamos inmersos en una aventura colectiva, debido a que construimos nuestras identidades relacionándonos unos con otros, y nuestros entornos se tejen en la confluencia entre naturaleza y cultura. Aprender a ser, significa vivir aquí, juntos, así es el núcleo de un proceso educativo global (Sauvé 2009).

En el marco de la educación ambiental para la sustentabilidad, ésta debe ser considerada como un proyecto de comunidad, en donde resalta la importancia de entender procesos sociales, económicos y ecológicos a nivel de una comunidad específica; al mismo tiempo también hay que entender los vínculos entre la comunidad y su entorno regional, nacional y global, así como entre la naturaleza, el ambiente y lo sustentable (Dieleman y Juárez-Nájera 2008). Dado lo anterior y partiendo de la necesidad de la sociedad de un cambio de forma de vida y de la búsqueda de opciones que nos encaminen a la sustentabilidad, las instituciones de educación superior deben asumir un papel protagónico. En estas instituciones se tiene el conocimiento, la estructura y facultades humanas para actuar en forma clave, con pluralidad e inclusión, lo cual facilita la participación democrática y equitativa de todos.

Como un gran esfuerzo para encaminarse a la sustentabilidad en nuestro país, después de un largo periodo de trabajo que inició en 2002, en octubre de 2006 arrancó el proyecto interinstitucional “Plan de Acción para el Desarrollo Sustentable en las Instituciones de Educación Superior en México. Segunda Etapa: Los Planes Ambientales Institucionales”. Este proyecto fue producto de un trabajo en conjunto del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (CECADESU; dependencia de la SEMARNAT), el Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU) de la UNAM (ahora Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación: IISUE) y las instituciones de educación superior (IES), afiliadas a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). El objetivo de dicho proyecto fue que los académicos de cada institución participante elaboraran un plan ambiental, en el sentido de diseñar una estrategia institucional que de manera transversal articulara, coordinara, promoviera y facilitara acciones encaminadas a incorporar la perspectiva ambiental y de sustentabilidad en las tareas centrales de cada institución (Bravo-Mercado 2011). En este sentido, los Planes Ambientales Institucionales (PAI) pretenden contribuir a la sociedad con un proyecto importante: aprender a habitar la Tierra (de manera sustentable).

A pesar de ser un proyecto creado únicamente para las IES, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) como Centro Público de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), tomó la iniciativa en el año 2002 ify;”>integrarse a la ANUIES Región Sur-Sureste; después se incorporó también el Instituto Nacional de Ecología (INECOL), lo que demuestra y augura que con el tiempo otros CPI se seguirán integrando.

 

ECOSUR: buscando la congruencia institucional

El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) es un centro de investigaciones que cuenta con cinco unidades en cuatro estados de la frontera sur de México: San Cristóbal de las Casas y Tapachula, Chiapas; Villahermosa, Tabasco; Campeche, Campeche y Chetumal, Quintana Roo. Tiene como Misión contribuir al desarrollo sustentable de la frontera Sur de México, Centroamérica y el Caribe a través de la generación de conocimiento, la formación de recursos humanos y la vinculación con la sociedad desde las ciencias sociales y naturales. En la búsqueda de la congruencia institucional con la sustentabilidad, a partir de su ingreso a la ANUIES en 2002, se comenzaron las tareas para la conformación del Plan Ambiental de ECOSUR (PAECOSUR), cuya misión es establecer políticas y lineamientos ambientales aplicados a procesos operativos y de toma de decisiones en ECOSUR, con el fin de mejorar su desempeño ambiental.

A través del PAECOSUR se pretende promover una cultura ambiental y aplicar criterios ambientales, para predicar con el ejemplo en una estrategia transversal que facilita acciones “amigables” con el ambiente en las tareas sustantivas de la propia institución.

Mediante un proceso planeado se conjuntan esfuerzos para convertir las unidades de ECOSUR en organizaciones modelos con una gestión integrada de los recursos naturales y económicos, así como de residuos sólidos y peligrosos; transversalmente asociados a un proceso de educación ambiental, e incorporando programas específicos que permitan lograr objetivos y metas (Carmona de la Torre 2012).

Dentro del PAECOSUR se han propuesto los siguientes tres ejes de acción:

  1. Normatividad ambiental. Se realizan actividades en apego a la legislación ambiental vigente, por ejemplo, la separación y manejo de residuos sólidos urbanos como lo indica la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología 1988), o la gestión para la canalización de residuos peligrosos de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-052-SEMARNAT- 2005 (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2006).
  2. Consumo responsable y uso eficiente de recursos. Se diseñan estrategias que promuevan acciones para optimizar el uso de los recursos, como el aprovechamiento eficiente de la energía eléctrica y el agua, compras responsables de bienes y servicios, evitar el uso de productos desechables, y la gestión para la permanencia de áreas verdes, entre otras acciones.
  3. Educación ambiental. La formación de los individuos debe orientarse a la enseñanza del funcionamiento de los ambientes naturales, para adaptarse a ellos sin dañarlos. Este eje tiene una función transversal y se trabaja en conjunto con los dos anteriores. Pretende contribuir a resolver problemas socio-ecológicos para crear una identidad de convivencia con el ambiente.

Bajo estos tres ejes de acción del PAECOSUR, se han diseñado los siguientes programas permanentes de trabajo:

a) manejo de residuos sólidos (RS), b) manejo de residuos peligrosos (RP), c) consumo responsable y uso eficiente de recursos d) educación ambiental, y e) biodiversidad.

Las actividades y avances del PAECOSUR en sus cinco unidades son diferentes, en virtud de que se empezó a trabajar en periodos distintos en cada una, además de que el personal que lo conforma realiza las actividades de manera voluntaria. De forma general se presenta en este escrito la estructura y funciones del PAECOSUR, y más específicamente, los avances y experiencias de la aplicación del plan ambiental en la Unidad Chetumal.

 

El PAECOSUR en la Unidad Chetumal

 Para colaborar de manera voluntaria en el PAECOSUR se puede integrar cualquier persona vinculada a la institución (personal de nómina, personal de limpieza, estudiantes internos o externos).

Desde su formación en 2002, el PAECOSUR en la Unidad Chetumal ha realizado diversas actividades para establecer lineamientos ambientales aplicados a procesos operativos y de toma de decisiones al interior de la unidad, con el fin de mejorar su desempeño ambiental. Si bien aún hace falta mayor esfuerzo para obtener mejores resultados y definir indicadores de desempeño, se han obtenido avances y experiencias exitosas aplicando en los programas las siguientes estrategias.

a) Capacitación y sensibilización. Se realizan pláticas y talleres dirigidos al personal en todos los niveles (administrativos, servicio de limpieza, académicos, estudiantes de posgrado).

b) Difusión al exterior. Pláticas al público en general o personal de otras instituciones, sobre la importancia de la conservación del medio ambiente, de la flora y la fauna regional, reducción, re-uso y reciclaje de RS, entre otros temas.

c) Participación conjunta. Trabajo colaborativo con el departamento administrativo para la toma de decisiones en la contratación de bienes y servicios, que promuevan la conservación del ambiente.

 

Manejo de residuos sólidos

Para la operación de este programa, se han colocado contenedores para diferentes tipos de residuos, en lugares visibles y de mayor tránsito. Se separan los desechos en orgánicos, inorgánicos (metal y plástico PET), y papel/cartón. También hay contenedores para las baterías (pilas).

Para almacenar los residuos de papel/cartón de forma ordenada, apilados y amarrados, se destinó una pequeña bodega, y se construyeron un par de contenedores de mayor volumen, uno para los plásticos y el otro para las latas de aluminio. El apoyo del personal de limpieza así como su capacitación, son esenciales para el manejo y separación de los RS.

Por otra parte, en las áreas verdes se colectan las hojas secas y se apilan en la base de los árboles. Para procesar residuos orgánicos, se implementó un contenedor.

 

Manejo de residuos peligrosos

Los RP son materiales o productos que tienen por lo menos una de las siguientes características: corrosivo, reactivo, explosivo, tóxico, inflamable, o biológico-infeccioso, por lo que requieren sujetarse a otro tratamiento o disposición final. Para este tipo de residuos, se cuenta con un programa de manejo que incluye el acopio una vez al año en la Unidad Chetumal, después son llevados a la bodega que se construyó para su almacenamiento temporal. El último paso es la colecta de RP por una empresa certificada que les da un destino final acorde con la legislación para minimizar su impacto al medio ambiente. Esto se ha llevado a cabo por tres años consecutivos (2015-2017) en la Unidad Chetumal.

 

Consumo responsable y uso eficiente de recursos

Dentro de este programa, se han sustituido las luminarias de alto consumo energético por otras que son ahorradoras de energía, lo que ha llevado a reducir los costos de energía eléctrica en la unidad. También se han instalado captadores de agua de lluvia para reducir el consumo de agua potable.

 Para evitar el uso de utensilios desechables en el consumo de alimentos, se fomenta el uso de vaso o taza personal, y desde julio de 2014, se utiliza una vajilla de porcelana, lo que ha llevado a alcanzar la importante meta de cero uso de utensilios desechables en eventos institucionales en ECOSUR Unidad Chetumal. También se promueve el evitar impresiones de documentos para minimizar el gasto de papel y tinta de impresoras. Para la limpieza se usan productos biodegradables como bicarbonato de sodio y vinagre, en lugar de cloro y ácido muriático (sarricida). Incluido dentro de este programa, cada dos meses se realiza el “Tianguis de Consumo Responsable”, al cual se invita a productores locales para promocionar y vender sus artículos o productos, los cuales incluyen: frutas, verduras, plantas, flores, artesanías, productos orgánicos o biodegradables, alimentos saludables, entre otros. De esta manera, el personal de la institución tiene la oportunidad de conocer, adquirir y difundir estos productos regionales más “amigables” con el ambiente.

 

Educación ambiental

Para difundir, fomentar, sensibilizar y capacitar al personal, se han impartido pláticas y talleres sobre manejo de RS, RP, consumo responsable y biodiversidad. De igual forma, se hacen labores de difusión al exterior, con estudiantes de distintos niveles educativos, sector gobierno y otras instituciones académicas.

 

Biodiversidad

En colaboración con investigadores de la misma institución, se lleva el inventario de las especies silvestres de flora y fauna que habitan en el predio de ECOSUR Unidad Chetumal, y se implementan acciones para su conservación. A la fecha se cuenta con el registro de 21 especies de árboles, 7 de anfibios, 30 de reptiles, 43 de aves, 7 de mamíferos no voladores y 15 de murciélagos. También se lleva a cabo un programa de control de fauna doméstica invasora.

 

Conclusiones

La construcción de la sustentabilidad implica transitar por un camino largo y sinuoso. En este proceso las instituciones de educación superior surgen como una alternativa donde existe el conocimiento, la estructura y facultades humanas para actuar en forma clave en el camino hacia la sustentabilidad. Como parte de un proyecto nacional, ECOSUR se integró a la ANUIES e implementó su plan ambiental (PAECOSUR) para sus cinco unidades: San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Villahermosa, Campeche, y Chetumal. A través del PAECOSUR se pretende una gestión integrada de los recursos naturales y económicos, así como de residuos sólidos y peligrosos, transversalmente asociados a un proceso de educación ambiental.

El PAECOSUR funciona bajo tres ejes de acción: 1) normatividad ambiental, 2) consumo responsable y uso eficiente de recursos, y 3) educación ambiental; y se trabaja con cinco programas permanentes: a) manejo de RS, b) manejo de RP, c) consumo responsable y uso eficiente de recursos, e) educación ambiental, y f) biodiversidad.

Para desarrollar las acciones del PAECOSUR en la Unidad Chetumal, se han desarrollado las siguientes estrategias: a) capacitación y sensibilización, mediante pláticas dirigidas al personal en todos los niveles; b) difusión al exterior, a través de pláticas al público en general; y c) participación conjunta con el departamento administrativo, para la toma de decisiones en la contratación de bienes y servicios que promuevan la conservación del ambiente.

Aplicando los ejes de acción, programas y estrategias, los avances más importantes que se han logrado en materia ambiental en ECOSUR Chetumal son: la separación de RS, el acopio y la disposición final de RP, el uso de una vajilla en eventos institucionales para llegar a cero uso de utensilios desechables, la disminución en los costos de energía eléctrica, la utilización de productos de limpieza biodegradables prescindiendo de ácido muriático y cloro, así como el inventario de las especies silvestres de flora y fauna circundantes. A pesar de los esfuerzos realizados en el camino a la sustentabilidad, aún queda mucho por andar. La resistencia al cambio en las personas es difícil de vencer y hay que ir más allá de dar una plática o consejos para evitar dañar el ambiente. Con la promoción de una cultura de responsabilidad ambiental y la aplicación de criterios ambientales que contribuyan a la sustentabilidad, el PAECOSUR mantiene la convicción de seguir en la dirección correcta.

 

Autoras

* Maestra en Educación Ambiental. Técnica Titular del Sistema de Información Bibliotecario de ECOSUR. Responsable del Área de Servicios al Público de la Biblioteca y del PAECOSUR en la Unidad Chetumal.

** Doctora en Ecología y Desarrollo Sustentable. Directora de ECOSUR – Unidad Chetumal, Investigadora Titular y Profesora, miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Ha realizado estudios de polen fósil en la Península de Yucatán. *** Maestra en Admón. de Tecnología de Información, Técnica Titular del Grupo Académico “Sistemática, Ecología y Manejo de Recursos Acuáticos” de ECOSUR – Unidad Chetumal. Ha participado principalmente en proyectos de investigación sobre manatíes, así como en actividades de divulgación científica, es Responsable Institucional del PAECOSUR.

**** Ingeniera Bioquímica, Técnica Titular del Laboratorio de Química de ECOSUR – Unidad Chetumal. Es responsable del Programa de Residuos Peligrosos del PAECOSUR – Unidad Chetumal.

***** Maestra en Ecología Marina, Técnica Titular del Grupo Académico “Estructura y Función de Bentos” de ECOSUR – Unidad Chetumal. Ha participado principalmente en proyectos de investigación sobre códigos de barras de la vida. Es responsable del Programa de Residuos Sólidos del PAECOSUR – Unidad Chetumal.

****** Personal administrativo. Responsable de Activo Fijo de ECOSUR – Unidad Chetumal, apoya actividades del PAECOSUR, principalmente en el Programa de Residuos Sólidos.

 

Leer artículos de divulgación publicados en la revista “AGUA en Quintana Roo”, de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Q. R., resultado del trabajo de integrantes del Plan Ambiental de ECOSUR Unidad Chetumal: Revista AGUA #2D-2018