El pasado viernes 5 de diciembre, El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) recibió en la Unidad San Cristóbal a niñas, niños, jóvenes, familias y colectivos de rap en un encuentro donde la ciencia, la creatividad y el hip hop caminaron juntas.
Fiel a su vocación de investigación y divulgación científica con enfoque social, Ecosur abrió sus espacios para mostrar que el conocimiento también puede fluir con ritmo y emoción.
La jornada comenzó a las 9:30 de la mañana con las palabras de Antonio Saldívar Moreno, director general de Ecosur, quien invitó a las y los jóvenes a acercarse a la ciencia desde la curiosidad, la creatividad y el pensamiento crítico.
Alicia Martín, directora de Telpochcalli, dio los avisos iniciales e inauguró la primera parte del evento. Inició entonces la muestra de rap, con ocho presentaciones de niñas, niños y adolescentes de Telpochcalli, Tlali, El Nido, Escuela Vigotsky, Patrulla Roja y Semillero. Sus rimas abordaron temas científicos como la célula, el universo, la paleontología, la agroecología o el cuidado del ambiente, demostrando que la ciencia también puede cantarse. El talento y la emoción del público marcaron esta sección, donde se premió el Trabajo en Equipo, el Flow y el Rap.
A media mañana comenzaron los talleres simultáneos, que permitieron a las y los participantes aprender y crear en un ambiente dinámico y colaborativo. Se ofrecieron cinco actividades: graffiti, DJ, rap, breaking y un conversatorio con el Colectivo Rodante. En cada espacio se aprendía haciendo, moviéndose y trabajando en conjunto, reflejando el valor de la educación práctica y vivencial.
Uno de los momentos más destacados fue la presentación del Colectivo Rodante (Hip Hop Triqui), cuyas letras sobre identidad indígena, memoria y dignidad comunitaria llenaron de energía al público y pusieron a todas y todos a bailar.
La premiación contó con el apoyo de El Molcajete, El Eskarabajo, El Paliacate, Tlali Educación Integral, Madonna Mía, Ecosur y Telpochcalli, quienes ayudaron a hacer de este momento una celebración especial para las infancias. El cierre, con la participación final de los colectivos organizadores y un vibrante Cypher, dejó un ambiente de unión, creatividad y alegría colectiva.
En un entorno privilegiado para la naturaleza y la ciencia como Ecosur, este encuentro dejó claro que la educación, aún siendo seria y rigurosa, puede ser también disfrutable, crítica y profundamente humana: un espacio donde se aprende con la mente, el cuerpo, el ritmo y la comunidad.


