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Realizan diálogo y reflexión entre hombres

Realizan diálogo y reflexión entre hombres

22 octubre, 2025

Convocatoria cerrada

Juan Iván Martínez jimartinez@ecosur.mx

Sergio Cortina scortina@ecosur.mx

El pasado 3 de octubre se realizó un minitaller presencial y participativo denominado Platiquemos entre hombres, en el marco del Proyecto Semilla “Agenda socioambiental para San Cristóbal de Las Casas”,

El objetivo del encuentro, realizado en las instalaciones de la Unidad San Cristóbal de Ecosur, fue abrir un diálogo horizontal para pensar de manera conjunta cómo se nos ha enseñado a ser hombres, cómo nos sentimos con esos modelos y qué tipo de hombres queremos ser para mejorar la convivencia con nosotros mismos, con otras personas y con el mundo. La actividad fue facilitada por Juan Iván Martínez y Sergio Cortina, académicos de Ecosur, y contó con la participación de trece humbres de distintas edades, ocupaciones y procedencias.

La herencia de la socialización y las huellas emocionales

La primera parte del taller se centró en identificar los mandatos rígidos de la masculinidad tradicional a través de la construcción de una figura del “hombre ideal,” una silueta que se llenó de atributos que reflejan las presiones sociales recibidas desde la infancia. Entre las cualidades identificadas destacaron ser fuerte, trabajador, proveedor, ser ligador, valiente, no ser mandilón y saber “rifarse un tiro”. Estos modelos también implican restricciones resumidas en frases como “no hablar de las emociones” y “los hombres no lloran”. También se mencionaron roles de protección familiar y cumplimiento, como ser puntual, formal, ser caballeroso y el jefe del hogar. La internalización de estos mandatos sugiere que la valía personal a menudo se vincula con la capacidad de provisión, la fortaleza física y la represión de la fragilidad.

Distanciamiento y violencias

Las reflexiones se profundizaron al abordar las huellas de las relaciones con otros hombres importantes en la niñez, como padres, tíos y hermanos. Se identificaron experiencias recurrentes relacionadas con la distancia y carencia afectiva. Para algunos de los participantes, el padre o las figuras masculinas importantes eran distantes, indiferentes o incluso ausentes, lo que derivó en la poca o nula comunicación de emociones con ellos.

Asimismo, se compartieron experiencias relacionadas con la violencia y el autoritarismo. Se mencionaron situaciones de presiones, regaños y golpes por parte de figuras parentales, así como problemas de adicciones, específicamente alcoholismo, en hombres de la familia. También se identificó la competencia con hermanos o primos como una forma habitual de relacionarse, y el hostigamiento por ser emocional o el más joven.

A pesar de estas experiencias, también se rescataron aspectos positivos que se desean preservar, como la honestidad, la lealtad y el respeto, a ayudar en el trabajo o a manejar herramientas. La discusión de estas experiencias contrastantes llevó a considerar que las prioridades relacionales han cambiado, manifestando la intención de desaprender enseñanzas consideradas negativas y de no transmitir a los hijos e hijas aquello que nos lastimó cuando fuimos niños.

La crisis del modelo y las preocupaciones actuales

El diálogo condujo a los desafíos que se enfrentan hoy como hombres. Las preocupaciones reflejan una crisis del modelo masculino tradicional, que no ofrece herramientas para navegar la complejidad del mundo actual. Se mencionaron temas vinculados a la inestabilidad económica como el no tener un trabajo estable ni un patrimonio -como una casa-. De igual forma, surgieron preocupaciones relacionadas con la salud emocional, la soledad y la vejez.

En el ámbito social y político, surgieron inquietudes sobre la violencia y la desconfianza entre los géneros. Otras preocupaciones giraron en torno a la radicalización de la derecha y el impacto de las noticias falsas. Una de las reflexiones importantes fue la conexión directa entre la falta de autocuidado y la enseñanza de que “debemos ser fuertes y valientes”, reconociendo que no nos sabemos cuidar y, en ese aspecto, dependemos mucho de las mujeres.

Construyendo masculinidades alternativas

Para enfrentar mejor estas preocupaciones, se reflexionó en torno a la necesidad de una transformación profunda en la manera de vivir la masculinidad. Se dialogó sobre la importancia de aprender a cuidarnos -con énfasis particular en la salud emocional- y de participar en espacios que nos permitan aprender y practicar los autocuidados.

También se resaltó la importancia de mejorar la forma de comunicarnos, de hablar de lo que nos preocupa y de establecer nuevos vínculos y redes de apoyo entre hombres. Se sugirió practicar la comunalidad para evitar el aislamiento y ayudarnos más entre nosotros. Se reconoció que, en este aspecto, así como en otros, tenemos mucho que aprender de las mujeres, quienes se comunican y solidarizan, pues “nos llevan mucha ventaja en eso”.

Los participantes hicieron el compromiso de seguir en comunicación, reunirse a menudo y seguir reflexionando y dialogando entre sí y con otros hombres en la vida cotidiana. Estos diálogos son el primer paso para construir una masculinidad más equitativa, responsable y consciente, que promueva el bienestar individual y colectivo.

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