Sergio Prieto Díaz
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Autor: Sergio Prieto Díaz
Hace poco presenciamos el hundimiento, cerca de Grecia, de un barco con más de 750 personas de África y Asia. Cada vez con más frecuencia vemos a miles de personas abandonando sus países y arriesgando sus vidas, atravesando fronteras (ríos, montañas, desiertos, mares, muros). Su emergencia desaparece con otra tragedia y resurge con la siguiente.
¿Por qué se arriesgan? ¿Cómo viajan en esas condiciones? ¿Qué ocurre mientras transitan o cuando llegan a otro lugar? Incluso con conocimientos especializados, lo que atisbamos es la punta del iceberg de un problema mucho más complejo y de difícil definición.
Los propios organismos especialistas (Derechos Humanos, Naciones Unidas, la Organización Internacional para las Migraciones, etcétera), no alcanzan a abordar esta complejidad al centrarse exhaustivamente en alguna de sus características: país de origen/tránsito/destino, condición de expulsión, remesas…
Una expresión epidérmica que impide ver lo que subyace y progresivamente se hace más sólida e impenetrable.
No es igual mirar la frontera “desde afuera”, que vivirla “desde adentro”. Para acercarse a este núcleo, hay que vivir los espacios fronterizos que producen migrantes, hacerse parte presente en los lugares y sentir su esencia con todos los sentidos. Posicionarnos en los espacios fronterizos nos permite construir “el ojo del huracán”. Esta metáfora permite visualizar la complejidad de los procesos y, sobre todo captar la estructuralidad de los problemas. […….]
Lee el artíulo completo en la Gaceta #70 del Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado de Yucatán (SIIDETEY), página: de la 13 a la 16, y de la cual participa ECOSUR como comité editorial.