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Historias no contadas del Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco (JESS), Chiapas

Artículo de divulgación

Historias no contadas del Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco (JESS), Chiapas

19 noviembre, 2024

Convocatoria cerrada
Anne Ashby Damon

adamon@ecosur.mx

Wilber Sánchez Ortiz

wilber.sanchez@ecosur.mx

Wilber Sánchez Ortiz (wilber.sanchez@ecosur.mx) y Anne Damon (adamon@ecosur.mx),

Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco, El Colegio de la Frontera Sur, Unidad Tapachula, Chiapas

Los tuzantecos han sido minimizados desde siempre, pero ahora trabajamos para que vuelvan a lucir su historia, su legado y su estrecha relación con las selvas del Soconusco. Ellos son mayas, hablantes de qato’ok, y pasaron desapercibidos en el recuento de los pueblos indígenas de México desde el período colonial hasta los tiempos actuales. Hoy en día, ya no queda ni un solo hablante de su lengua, aunque algunos ancianos longevos sí la recuerdan.

Los habitantes de la selva alta perennifolia del Soconusco fueron obligados a reducir la extensión de sus tierras comunales desde fines del siglo XIX, y no fue sino hasta el período de la reforma agraria del siglo XX cuando tuvieron que gestionar los derechos para usar la tierra que antaño les pertenecía. Así fue como fraccionaron sus formas de vida vinculadas a la cacería, la recolección de cacao y la vida familiar y comunitaria, centrada en los quebraderos de la mazorca e inmersa en su rica tradición oral. Ésta fue una vida que a su vez garantizaba la disponibilidad de los múltiples satisfactores que la selva les proporcionaba, así como la posibilidad de producir tres cosechas habituales de maíz: dos en las tierras medias y una adicional llamada “chahuite”, en la zona pantanosa de las tierras bajas.

Con el reparto agrario de los años 30´s, los tuzantecos, por su cercanía geográfica, genética y cultural con los mayas guatemaltecos, fueron sometidos a un brutal y exitoso proceso de mexicanización que los obligó a negar su lengua, rituales y vestidos tradicionales, mientras que de manera colateral fueron inf luenciados para desapegarse de la selva. Su población autóctona tendió a separarse entre quienes habitaron la cabecera municipal, ligada al bosque, y los que se desplazaron a las tierras bajas a vivir en los pantanos, mismos que se convirtieron en su reservorio para la pesca de agua dulce, pero quea partir de entonces los han ido desecando. Nuestro jardín, creado en 1994 bajo el nombre de “Jardín Botánico Regional del Soconusco (JBRS)”, fue establecido en el municipio de Tuzantán, en la costa de Chiapas. A partir del año 2021, asumimos las metas promovidas por la nueva Red Nacional de Jardines Etnobiológicos (RENAJEB) y aprovechamos la oportunidad para lograr un mejor acercamiento hacia los tuzantecos, siento éste uno de los principales enfoques y objetivos del ahora denominado “Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco (JESS)”.

Para comenzar nuestro trabajo, realizamos un estudio etnobotánico y etnoecológico con los descendientes de quienes hablaban el qato’ok; incluso todavía hubo oportunidad de entrevistar a hombres y mujeres que hablaron la lengua durante su infancia. Estos individuos ahora se encuentran totalmente abandonados por los tres órdenes de gobierno, viviendo en la penumbra de la pobreza, las enfermedades y el olvido. Quisiéramos pensar que, a través de nuestro trabajo, aportamos un poco de paz y reconocimiento a estas personas que han sido y son el resguardo de la memoria viva de su pueblo.

A través de estudios posteriores, identificamos las plantas de interés cultural para los tuzantecos, entre las más de quinientas especies que albergan las colecciones botánicas vivas del JESS. Así, destaca el policultivo de cacao, una de las aportaciones más importantes de este pueblo a la cultura mesoamericana y que permite conservar elementos valiosos de la selva original dentro de un agroecosistema que a su vez ofrece sustento al tuzanteco. En estos policultivos se refugian animales como aves, insectos, mamíferos y reptiles, mientras que entre las especies de plantas se encuentran las espectaculares lianas, los últimos árboles con más de 30 m de altura asociados a la selva tropical alta húmeda, tales como el zope negro Vatairea lundellii, de la familia Fabaceae. A la par, estos árboles proveen de sombra, leña, alimentos, herramientas y materiales para rituales y construcción de casas.

En el JESS hemos priorizado el resguardo audiovisual de las f iestas rituales, siendo testigos de la última celebración a Las Ánimas, ocurrida en los primeros días del mes de noviembre en el año 2021; como resultado, editamos un video que, además de compartir en nuestras redes sociales, distribuimos al interior de la comunidad. Asimismo, la comunidad tuzanteca nos invitó a compartir otras manifestaciones de su cultura, por lo que logramos realizar un video sobre el “pash pash” (juego de pelota con hojas de maíz) y otro más sobre la persecución política de los años veinte, misma que las familias todavía recuerdan.

Con el fin de fortalecer la historia oral, se montó una exposición museográfica en la cabecera municipal y en sus comunidades aledañas. Además, en el JESS se encuentra instalada una representación de las casas tradicionales techadas con hojas de la palma manaca (Attalea butyracea: Arecaceae). Como parte de nuestro trabajo, contamos con trípticos, artículos científicos, infografías y dos libros: “Jardín Etnobiológico de las Selvas del Soconusco” (ECOSUR, 2022) y “Los tuzantecos” (Conaculta-UNACH, 2022).

A pesar de nuestros logros, el JESS afronta diversos obstáculos. Por ejemplo, cada vez tenemos mayores problemas para entrevistar, organizar y estudiar a los depositarios del conocimiento de los tuzantecos, debido a que la población niega sus propios orígenes o los desconocen. Si bien es posible que al menos haya una pareja de ancianos que aún utiliza la lengua entre sí, niegan su uso ante la gente externa a la comunidad, siendo incluso vilipendiados dentro de la misma unidad familiar cuando la emplean.

¡Te invitamos a conocer nuestro jardín! Ya que por medio de tu visita puedes conocer en vivo a las plantas y a los animales utilizados por “Los tuzantecos” y ayudar a difundir el conocimiento de este pueblo que aporta de manera significativa a la diversidad de los pueblos mexicanos. ●

Videos disponibles:

El Jardín Botánico Regional del Soconusco, Halagar a la muerte: el ritual tuzanteco de festejar a Las Ánimas del purgatorio, Pash pash: El juego de la alegría qato´ok, Verdes y colorados: una historia que no ha sido contada en Tuzantán del Soconusco

ARTÍCULO PUBLICADO EN: La Jornada del campo 16/11/24, Pag. 18

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