Angélica Navarro Martínez (manava@www.ecosur.mx)[1]
Martín Mendoza Briseño (martinmendoza@yahoo.com) [2]
En los últimos 15 años la actividad del sector forestal mexicano ha ido en declive, la producción se redujo prácticamente a la mitad (de 9’429,800 m3r en el año 2000 a 5’847,772 m3r en el 2015) y en la actualidad solo se satisface la tercera parte del consumo interno. Esta situación ha generado un gran déficit en la balanza comercial del sector forestal y una importante pérdida de empleos e ingresos en detrimento del desarrollo de las zonas rurales forestales con potencial de aprovechamiento maderable.
Esta actividad ha sido un importante generador de empleos e ingresos en los territorios rurales del país y en mayor o menor medida contribuye a la economía local, así como a mejorar la calidad de vida de los 11 millones de personas que se estima viven en las regiones forestales de nuestro país.
Para incentivar la producción forestal en México se implementó la Estrategia Nacional de Manejo Forestal Sustentable para el Incremento de la Producción y Productividad 2014-2018 (ENAIPROS), entre cuyos objetivos centrales está la transformación del manejo de los bosques productivos a través de una mejor ordenación y la aplicación de una silvicultura moderna, a fin de utilizar el potencial productivo de los terrenos forestales.
En este contexto, un grupo de investigadores y prestadores de servicios técnicos forestales (PSTF), con experiencia de más de 30 años en la ecología, silvícultura y manejo de selvas en la península de Yucatán unimos esfuerzos y nos dimos a la tarea de diseñar el Método Silvícola Peninsular (MSP), con el cual buscamos la gestión del bosque maderable y el aprovechamiento socialmente responsable de los recursos de la selva maya, en la península de Yucatán, que se considera la segunda área de bosques tropicales más importante en el mundo y que mantiene las mejores poblaciones de caoba (Swietenia macrophylla King) en el país, especie que ha guiado los aprovechamientos forestales por alrededor de 300 años. En 2016 iniciamos las gestiones con las comunidades del municipio de José María Morelos, Quinta Roo, y en 2018, con la aprobación del Programa de Manejo Forestal para tres ejidos (Kancabche, Candelaria II y Naranjal), ubicados en dicho municipio, el MSP quedó formalizado ante la SEMARNAT.
Para el diseño del Método consideramos las cualidades ecológicas de la región, en particular la dinámica de la sucesión ecológica, es decir, el desarrollo del bosque en el espacio y el tiempo; el papel de la luz —importante fuente de energía para el crecimiento y desarrollo de las plantas— y los disturbios intensos como huracanes e incendios que alteran la estructura del ecosistema y cambian la disponibilidad de substrato o el ambiente físico en la reproducción; y por supuesto el establecimiento de las especies maderables más apreciadas como son la caoba, cedro rojo, tzalam y machiche.
Con este método creamos y mantenemos un mosaico de áreas en distinta etapa de desarrollo del bosque que reproduce el patrón natural de disturbios y perturbaciones lo cual ofrece un amplio espectro de condiciones ecológicas para sostener múltiples funciones y recursos útiles tanto de fauna, composición florística y plantas útiles tradicionalmente apreciadas por la cultura maya.
Las decisiones forestales se proponen de una forma que atienda la custodia responsable del patrimonio del silvicultor, es decir, el valor de la tierra y la vegetación, para lo cual se formulan distintas posibilidades de programas de manejo, aplicando criterios financieros y silvícolas.
Los criterios del plan de manejo son patrimonio, que busca mejorar el patrimonio y renta del suelo; optimizar la trayectoria dinámica de la situación actual (bosque meta no necesita ser logrado ni lograble, sólo necesita marcar el rumbo de las mejoras); legalidad para cumplir con la NOM152 y demás regulaciones ambientales y forestales aplicables al aprovechamiento, manejo y conservación de los recursos forestales; bosque meta para encaminar vigorosa y claramente hacia un mejor balance de etapas sucesionales (cantidad, tamaño, conectividad, función); biodiversidad para reintroducir el patrón natural de perturbaciones; planear y tomar previsiones para detectar y responder ante la eventualidad de siniestros catastróficos (fuego, huracanes, cambios legislativos y normativos, nuevas tecnologías y productos competidores) y factibilidad autofinanciable (mínimos costos); búsqueda de la mejor secuencia de áreas de corta.
El bosque meta es aquél en el que hay una presencia de todas las etapas sucesionales (claros, bosque joven, bosque maduro, bosque viejo), todos los tipos forestales (bosque de interior, bosque de orilla, claro, rivera, cumbre, camino) factibles de ocurrir espontáneamente en el predio, dispersos en cantidades y acomodos que permiten su conectividad y funcionalidad.
Los prestadores de servicios técnicos forestales se encargan de la preparación de los programas de manejo para ejidos forestales de Quintana Roo y Campeche; mientras que los académicos apoyamos el análisis de los datos de inventario y las actividades silvícolas con bases teórico-científicas.
Hoy el MSP es parte del proyecto “Diseño de un sistema de manejo forestal para selvas productivas de México” financiado por el Fondo Sectorial CONACYT-CONAFOR, como un caso concreto que retoma lineamientos nacionales de manejo forestal visto desde del patrimonio y que es liderado por El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR). A la fecha, dicho proyecto tiene un avance del 90% en la generación y diseño del Sistema de Manejo Forestal Patrimonial para las selvas productivas de México.
[1] Técnica Académica Titular C, del grupo académico de Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos, en la Unidad Chetumal de ECOSUR.
[2] Profesor-Investigador del Colegio de Posgraduados, campus Veracruz.
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EL SOL DE MÉXICO: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/el-manejo-forestal-de-los-bosques-del-futuro-4046981.html