Yesid Contreras Beltrán*
Foto: Facebook FestivalBakalarte
La Jornada Maya
Miércoles 6 de febrero, 2019
La laguna de Bacalar es uno de los atractivos turísticos más espectaculares del sur de Quintana Roo. De aguas dulces, se extiende por 42 kilómetros de norte a sur, con anchura variable a lo largo de su ubicación, que alcanza apenas 4 mil metros en su punto más amplio. El desarrollo de la cabecera municipal a sus orillas y un creciente flujo de turistas son una sombra que hace peligrar su ecosistema. Los manglares, la fauna acuática y terrestre y los estromatolitos han sufrido un deterioro paulatino en tiempos recientes. El uso de lanchas y motos acuáticas contaminan día a día la transparencia de las aguas, afectando el conjunto natural.
La dinámica turística de Bacalar causa efectos y daños en la naturaleza que todavía se pueden contener. El proyecto de construcción de una estación del tren maya, así como el auge de visitantes y el crecimiento demográfico previsible pueden causar daños irreversibles en su entorno. Urge el mejoramiento del sistema de drenaje y el control de la costa lagunera, protección del mangle y la aplicación estricta de las normas ambientales, tanto federales como municipales.
La actividad del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) es pieza clave para delinear pautas ecológicas que protejan el patrimonio natural del sistema lacustre en su conjunto, bajo los aportes científicos de diversas investigaciones sobre la problemática ambiental en la región, al igual que la ardua labor de varias organizaciones sociales civiles y ecológicas que pugnan por proteger el patrimonio natural. En el terreno práctico hay que seguir la medida ejemplar de prohibir el paso de motos acuáticas en la zona de los rápidos, restringir su uso en la laguna y reglamentar la navegación de lanchas sin afectar la actividad económica de servicios turísticos ni de pesca, de los cuales viven muchas familias.
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Jornada Maya: https://www.lajornadamaya.mx/2019-02-06/Ecologia-y-cultura-en-Bacalar