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Crónica: ¿Qué pasa cuando dos rectores, dos conductores de transporte, dos académicos y un influencer se juntan a conversar sobre masculinidades?

Crónica: ¿Qué pasa cuando dos rectores, dos conductores de transporte, dos académicos y un influencer se juntan a conversar sobre masculinidades?

5 diciembre, 2025

Convocatoria cerrada

Por Abraham Mena (Ecosur)

Lo que sucedió el miércoles 29 de noviembre de 2025 en el  Auditorio Jtotik Jacinto Arias de la UNICH marcó un precedente histórico, un momento de ruptura donde los muros invisibles que suelen separar a la academia de la calle se desmoronaron por completo. Fue la primera vez que un evento de esta naturaleza lograba convocar en un mismo semicírculo a hombres que hablaban de sus malestares y retos. Creando una atmósfera inédita donde las jerarquías profesionales quedaron suspendidas para dar paso a la experiencia humana compartida. No fue un panel convencional donde los expertos dictan cátedra a una audiencia pasiva, sino un ejercicio de vulnerabilidad radical donde rectores y choferes se miraron a los ojos para reconocer que, sin importar el uniforme o el grado académico, todos cargan con las mismas heridas de un sistema que les enseñó a callar.

Abraham, académico de Ecosur, fue quien abrió la brecha confesando que su presencia allí se debía al empuje de las mujeres de la Red Reconstruir, admitiendo con una honestidad brutal que el patriarcado no es solo un privilegio que se ostenta, sino un malestar que se padece en el cuerpo propio, mencionando incluso cómo la salud masculina, desde la próstata hasta la psique, se deteriora por esa incapacidad aprendida de pedir ayuda o expresar dolor. A su voz se sumó la de Javier López Sánchez, rector de la UNICH, quien aportó una perspectiva fundamental desde la cosmovisión de los pueblos originarios; con nostalgia relató que la rigidez de los roles no vino de sus abuelos mayas, quienes le aconsejaban cuidar a la pareja como a una flor delicada, sino que fue la escuela occidental la que comenzó a segregar, narrando además la anécdota de cómo, ya siendo adulto, fue reprendido por hombres de una comunidad simplemente por estar lavando trastes a la vista de todos, ilustrando cómo la presión social vigila y castiga cualquier desviación de la norma masculina.

El diálogo tomó un matiz urbano y contemporáneo con la intervención de Bruno, un joven psicólogo que desmanteló la idea de ser hombre como algo natural para presentarlo como una actuación agotadora, un guión que se repite por miedo al rechazo, ejemplificando esto con una vivencia ocurrida apenas un día antes en una combi local, donde un chofer corregía a otro por radio exigiendo engrosar la voz para no sonar femenino. Pero el punto de quiebre, lo que hizo de este encuentro algo verdaderamente único, fue la participación del sector del transporte. Antonio Córdoba, supervisor de la Ruta 1, narró la resistencia inicial de sus compañeros al programa de masculinidades, describiendo el conmovedor proceso en el que hombres rudos, acostumbrados a jornadas extenuantes, moldearon figuras de barro con sus manos solo para tener que romperlas después, entendiendo a través de ese acto simbólico que quebrarse es necesario para poder reconstruirse.

Junto a él, Armando, chofer y padre de tres hijas, puso sobre la mesa la carga emocional del proveedor, confesando el peso asfixiante de sentir que no tiene derecho a rendirse ni a llorar, y cómo su motivación para cambiar no es teórica, sino el deseo profundo de que sus hijas no normalizan la violencia. Por su parte, Leonardo, quien bromeó sobre su apariencia ruda, ofreció uno de los testimonios más íntimos al relatar cómo la enfermedad de Lupus de su esposa desordenó los acuerdos domésticos tradicionales, obligándolo a aprender a lavar trastes y cocinar no por buscar un certificado de aliado feminista, sino como un acto de amor y supervivencia familiar. Finalmente, Antonio, director de Ecosur, cerró el círculo haciendo una autocrítica institucional, señalando que las universidades a menudo predican valores que no practican y llamando a construir proyectos de felicidad en lugar de obsesionarse con el desarrollo, sellando así una jornada donde quedó claro que la despatriarcalización es una tarea colectiva que, por primera vez, unió manos que manejan volantes con manos que escriben libros.

Liga del evento: https://www.youtube.com/live/iiWQuCVdUWQ

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