el colegio de la frontera sur

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Proponen medidas para enfrentar el colonialismo en el estudio de las aves en América Latina y el Caribe

El colonialismo sigue influyendo fuertemente en la ornitología (el estudio de las aves), expresan 128 investigadoras e investigadores de Latinoamérica y el Caribe en dos artículos publicados recientemente en la prestigiosa revista Ornithological Applications y a los que se puede acceder de forma libre y gratuita.

Este grupo de especialistas —entre los que se encuentran profesores e investigadores de tres centros CONACyT (ECOSUR, INECOL y CICESE), seis universidades estatales y la UNAM— señalan que el colonialismo se manifiesta de numerosas maneras en el estudio y la conservación de las aves. Por ejemplo, muchas de las recomendaciones de cómo estudiar o conservar a las especies en América Latina vienen “desde afuera” sin consultar a especialistas locales, hecho que invisibiliza los conocimientos autóctonos de los pueblos originarios, de las comunidades campesinas y de la comunidad ornitológica de los lugares.

Otro ejemplo se muestra en los nombres de las aves. Los pueblos indígenas de América Latina tienden a nombrarlas por su comportamiento (por ejemplo, los tapacaminos de la familia Carimulgidae, que frecuentamente perchan en veredas o caminos), por sus vocalizaciones (“bien te veo”, Pitangus sulphratus, o “pijuy” o “pijuíl” Crotophaga sulcirostris) o la época del año en que están presentes (las migratorias, por ejemplo la “aguililla cuaresmera” Buteo swainsoni), lo que refleja tanto el conocimiento de su ecología o biología como un método inequívoco de identificación de las especies (sus vocalizaciones).

Aquellas con amplia distribución tienen una gran diversidad de nombres, por ejemplo, la pava moñuda o guan (Penelope purpurascens), es conocida también como pava cojolita, pava crestada, cojolite, ajolite, catita serrana, congona y chonche. En cambio, los nombres en inglés, y cada vez más sus traducciones en español, reflejan categorías taxonómicas amplias y a menudo ambiguas, como su ubicación geográfica general (por ejemplo “Sierra Madre sparrow” o “gorrión serrano” Xenospiza baileyi) o el aspecto de ejemplares de museo (“common yellowthroat” o “mascarita común”, Geothlypis trichas), que no siempre son útiles y que incluso pueden confundir para la identificación en campo.

Los autores y autoras de los artículos, también exponen que el actual sistema de valoración de las contribuciones científicas perpetúa prácticas colonialistas ampliamente extendidas porque utiliza criterios restrictivos —y sesgados hacia el norte— para evaluar la “importancia” y la “novedad” de la investigación. “Aquí en América Latina, en vez de evaluar cuánto aporta un proyecto para conocer y conservar las aves de nuestros países, nos enfocamos en contabilizar el número de artículos que salen en revistas prestigiosas de países ricos, revistas que responden a los intereses y los mercados extranjeros”, explica Ernesto Ruelas Inzunza, uno de los autores y profesor de la Universidad Veracruzana en México.

La hegemonía del inglés, indican los autores, invisibiliza los saberes publicados en los idiomas hablados en Latinoamérica y el Caribe. Le da ventaja, dentro del sistema, a las personas que pudieron pagar costosas escuelas bilingües o clases particulares y perjudica principalmente a investigadores, estudiantes y técnicos que no tuvieron las mismas posibilidades, por lo que el propio sistema circunscribe la producción y acceso al conocimiento a solo una parte de la población, perpetuando inequidades y empobreciendo la ornitología.

Los artículos proponen que los investigadores del Norte Global que realicen estudios en Latinoamérica y el Caribe no solamente obtengan los datos de campo sino que participen en colaboraciones más equitativas, que beneficien a todas las personas involucradas. Piden a toda la comunidad científica a advertir, cuestionar e interrumpir los sistemas que perpetúan las jerarquías de clase, raza, género y geografía en la producción y acceso al conocimiento.

Una de sus recomendaciones es que las instituciones en América Latina financien directamente las revistas regionales y nacionales, brindándoles recursos para implementar y mantener el modelo de Acceso Abierto Diamante, que permite que no se cobre por publicar y que se pueda acceder gratuitamente al conocimiento, en lugar de invertir dinero en pagar las cuotas que cobran las editoriales comerciales. Asimismo, que las instituciones que evalúan el desempeño académico reconozcan el mérito de publicar en revistas nacionales en español de la misma manera que la publicación en revistas internacionales en inglés.

Los artículos también proponen recompensar más a las colaboraciones equitativas y éticamente transparentes y valorar los trabajos con liderazgo compartido. Enfatizan, especialmente, que las personas marginadas dentro de sus propios países ―las mujeres negras e indígenas, las personas trans, las discapacitadas, y las que provienen de entornos familiares y comunidades empobrecidas― deberían participar en el diseño de nuevas políticas científicas y de conservación e idealmente liderarlas.

Las dos publicaciones (Soares et al. 2023, Ruelas Inzunza et al. 2023) comenzaron a gestarse en 2020 como resultado de un proceso de reflexión colectiva sobre los conceptos y la narrativa vertidos en un volumen especial de Ornithological Applications y Ornithology en el que se ofrece una “hoja de ruta” para la Ornitología Neotropical desde una visión sesgada por la lente del Norte Global.

A partir de las discusiones iniciales en pequeños grupos y en redes sociales, se formó un equipo que fue creciendo durante la pandemia hasta incluir a 128 personas de 91 instituciones en 20 países de las Américas. Este grupo tiene una amplia diversidad, e incluye naturalistas, guardaparques, estudiantes y profesores que investigan diversas áreas relacionadas con las aves y que aportaron miradas desde la paleontología, la evolución, la biología de la conservación y la historia natural, entre muchas otras disciplinas.

Los artículos se pueden consultar en:

Soares et al. 2023. Neotropical ornithology: Reckoning with historical assumptions, removing systemic barriers, and reimagining the future. Ornithological Applications. https://doi.org/10.1093/ornithapp/duac046

Ruelas Inzunza et al. 2023. How to include and recognize the work of ornithologists based in the Neotropics: 14 actions for Ornithological Applications, Ornithology, and other global-scope journals. Ornithological Applications. https://doi.org/10.1093/ornithapp/duac047

Para más información contactar a Paula Enriquez (penrique@ecosur.mx) y Jorge Correa (jcorrea@ecosur.mx)

Barberías, el puente laboral de la migración

El auge de las barberías en Tapachula es relativamente reciente, comenzó a aparecer desde hace cuatro o cinco años en diversos puntos de la ciudad. Estratificados por nacionalidad, barberos van y vienen por dos o tres meses mientras se resuelve su situación migratoria y continúan su viaje hacia el “sueño americano”.

El investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Iván Francisco Porras Gómez, presentó la investigación “Entre la estética y la migración. Las barberías en Tapachula”, durante la jornada posdoctoral “Fronteras en movimiento” del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (Cimsur) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Explicó que las barberías comienzan a vislumbrarse como un espacio de “anclaje temporal” y que muchos de estos espacios están en las zonas y calles del centro de la ciudad, las cuales se van distinguiendo una de otra de acuerdo a la nacionalidad.

“Encontramos barberías exclusivas para la población haitiana, y nos explicaban que no todos saben manejar el tipo de cabello que tienen; actualmente se buscan más a los barberos cubanos y venezolanos por los estilos dominicanos que ellos manejan”, detalló.

Las barberías están reconfigurándose, pues ahora es común ver cómo los “pequeños espacios o nichos” donde se espera el trámite migratorio, también fungen como espacios laborales y de ocio.

“Los cuartos que habitan los migrantes son pequeños, y con el calor y la humedad en Tapachula, muchos de ellos dicen que prefieren buscar un trabajo, salir y regresar nada más a dormir o descansar, ya que al esperar caen en depresión o se les hace más larga la espera”, expuso.

Sincretismo social

Las barberías forjan las redes migratorias, ya que en estas se construyen formas de ser, estar y habitar la ciudad, es decir, la comunidad migrante se apoya y crea oportunidades de trabajo para los paisanos de donde se valen para pagar las rentas y comidas durante su estancia.

“En uno de nuestros recorridos conocimos al ‘Jefe’, dueño de una barbería, quien comenta que es originario de El Salvador y que lleva varios años en Tapachula visibilizando el trabajo estético de las personas en movilidad. Él da lugar a barberos de su país, de Cuba, Guatemala y a una joven que se dedica a poner uñas”, narró.

Sobre la infraestructura, el investigador relató que es marcada, ya que los haitianos tienen formas austeras pero con un estilo que los paisanos identifican; otras nacionalidades mantienen diseños particulares, incluso parecidas a las barberías de Estados Unidos.

En todas predomina el ruido de las máquinas, paredes repletas de diseños de cortes actuales, suena fuerte el reggaetón y las pláticas “que se dan con normalidad”, con un costo promedio de 60 a 150 pesos, dependiendo el corte.

NOTA PUBLICADA EN: https://www.cuartopoder.mx/chiapas/barberias-el-puente-laboral-de-la-migracion/439124/

Dalia Luz Hoil enseña la importancia de proteger la flora nativa quintanarroense

La bióloga ha enfocado su investigación en el proyecto ‘Restauración de duna costera en Puerto Morelos

Reforestar la duna costera permitirá mantener el equilibrio ecosistémico, por lo cual desde hace tres años Dalia Luz Hoil Villalobos, bióloga especialista en manejo de recursos vegetales, ha enfocado su investigación en el proyecto Restauración de Duna Costera en Puerto Morelos, al considerar que hay una necesidad de restaurar esos espacios donde no había vegetación.

La también investigadora del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) forma parte de un esfuerzo interinstitucional que consistió primero en identificar las plantas potenciales, porque la duna tiene una gran diversidad (más de 300 especies) y luego hicieron un vivero de plantas de duna costera, donde las cultivan hasta alcanzar cierto tamaño y después hacen la siembra en el litoral.

El trabajo de la bióloga y sus colegas puede apreciarse en el Jardín Botánico Dr. Alfredo Barrera Marín, de Puerto Morelos, espacio que Hoil Villalobos califica como un área de vinculación científica con la comunidad. Para ella es muy importante que las personas conozcan la flora de la región y los diferentes usos que se le puede dar.

La divulgadora científica compartió detalles de su trayectoria e investigaciones en el panel ¿Qué quieres ser de grande?, organizado por el planetario Sayab de Playa del Carmen en el marco del Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia, que se conmemora este 11 de febrero. 

Invitó a las asistentes a despertar su curiosidad científica: “Cuando te despierta la curiosidad, cuando no te quedas a gusto con una sola respuesta, cuando estudias ciencias es porque quieres encontrar respuestas, quieres ver cómo funciona, por qué está allí, tienes el derecho de obtener esa información y poder formarte para tener un mejor criterio. Cuando estudias ciencias tienes la capacidad de filtrar toda la información que te llega y formarte un criterio propio, tener una respuesta más acertadas y para proponer soluciones”.

El conocimiento de las especies vegetales -manifestó- tiene que ver con el rescate de tradiciones, pues es información que se da a través de la cultura, en el caso de la Península de Yucatán del vínculo que tienen las plantas con la cultura maya, en Quintana Roo en particular con la maya macehual.

“Cuando trabajamos con plantas uno de los componentes, además de saber sus datos técnicos, como el nombre científico y la familia, es saber los usos; proveer ese tipo de información ayuda a que la gente tenga más conexión con ellas, empieza a haber esa apropiación porque le das un enfoque diferente”, indicó la bióloga.

Mencionó que aunque es importante también la vinculación a través de lo virtual, no hay nada más importante que tener contacto con la naturaleza, eso da un contexto muy diferente y reiteró la importancia de las especies nativas: “si desaparecemos las plantas por ende desaparecemos otras especies que pueden ser animales, insectos, hongos u otros organismos”.

Los problemas más fuertes que enfrenta la flora son la fragmentación del ecosistema y el cambio de uso de suelo. Además, hay un fenómeno a nivel global, sobre todo en las ciudades, que es la reforestación con especies exóticas o que no son nativas, porque las consideran carismáticas por la forma de sus hojas, sus flores, etc. y se deja de lado la flora nativa, que ya está adaptada a los territorios y los suelos de la región.

Por ello como parte de su labor de divulgación científica está el dar a conocer que se tienen opciones, una gran variedad de plantas nativas que suministran más beneficios que una planta que no es de la región.

“Estamos en un lugar de turismo masivo y el cambio de uso de suelo afecta precisamente a las comunidades vegetales y si no conocemos a las plantas de la región muchas de ellas las comprometemos y estamos hablando de especies que son únicas en la región, lo que se conoce como endémicas, y otro tanto de ellas están en categoría de riesgo cuyas poblaciones requieren ser manejadas”, concluyó la bióloga.

NOTA PUBLICADA EN: https://www.lajornadamaya.mx/quintana-roo/210507/mujeres-en-la-ciencia-dalia-luz-hoil-ensena-la-importancia-de-proteger-la-flora-nativa-quintanarroense