

Con información de Carla Cecilia Quiroga Carapia
Los manatíes se originaron hace varios millones años –mucho antes que los humanos– de un linaje ancestral que vivió en el río Magdalena en Colombia, el mismo río donde dos septuagenarios se entregan a El amor en los tiempos del cólera, como narra en su novela Gabriel García Márquez. Estas líneas forman parte del Prólogo del libro Manatíes de la costa maya, de Benjamín Morales Vela, editado por ECOSUR este año.
La obra contiene experiencias y avances en el estudio y conservación del manatí en el estado de Quintana Roo y el país vecino de Belice, y es también testimonio de los saberes populares al respecto. La edición, totalmente a color y en pasta dura, está enriquecida con magníficas imágenes captadas por Humberto Bahena Basabe y otros fotógrafos, como Alonso I. Rodríguez de la Parra.
El libro, además, da cuenta de una relación conocida a voces y entrañable para muchas personas en Chetumal aunque también más allá. Se trata de Benjamín (el investigador) y Daniel, (un manatí). “Los dos se conocieron el catorce de septiembre de 2003 en la Laguna Guerrero. Daniel estaba solito, varado en la playa, había nacido hacía muy poco tiempo y ya era huérfano. Aún conservaba el cordón umbilical que por doce meses lo conectó a su mamá; la cual desapareció por causa desconocida. Sin pensarlo dos veces, Benjamín decidió adoptar a Daniel.
Me pregunto si Benjamín pensó qué iba a hacer –exactamente– con un manatí bebé. Conociendo a Benjamín, lo dudo. La irresistible sonrisa del crío lo debió cautivar, súbitamente y para siempre. El caso es que Daniel fue trasladado a un estanque en El Colegio de la Frontera Sur-Chetumal en donde por muchos días y muchas noches, fue amamantado con biberón y leche de fórmula por su nuevo padre y por entusiastas jóvenes chetumaleños que también sucumbieron al hechizo de la sonrisa más encantadora del reino animal”…, nos comparte Omar Vidal en el Prólogo.
Manatíes de la costa maya se expuso como novedad editorial en el stand de ECOSUR en la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del 29 de agosto al 3 de septiembre. El libro causó gran interés entre el público conformado principalmente por estudiantes de los niveles medio y medio superior, personas de la academia y personal bibliotecario, quienes reconocieron la importancia del tema, la edición y calidad del libro. Este fue el inicio de una serie de presentaciones, exposiciones y la distribución a diferentes librerías a nivel nacional, señala Óscar Chow, responsable de Distribución de Publicaciones de Fomento Editorial y Difusión de la Ciencia de ECOSUR.
Los esfuerzos de investigación, participación ciudadana y financieros que la obra muestra, son acciones corresponsables a favor de la conservación del manatí en la costa maya. Con el mismo objetivo, desde 1999 el 7 de septiembre se celebra el día nacional del manatí (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Gobierno de México).
En esta cápsula Benjamín Morales Vela, autor de la obra, nos presenta de manera general el contenido del libro https://www.youtube.com/watch?v=infaT8PQYLA
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Del 28 de agosto al 1 de septiembre, ECOSUR realizó su Semana de Intercambio Académico 2023, un evento anual que en esta ocasión tuvo como tema central la “Retribución social e incidencia en la investigación y posgrado de ECOSUR”.
En cada unidad se presentó una plática sobre Experiencias de la incidencia o retribución social. En la Unidad Chetumal se llevó a cabo el 28 de agosto y la ponente fue Amalia Gracia, quien compartió el espacio con dos estudiantes y Nicolás Roldán; en Tapachula, el 29 de agosto, Juan Francisco Barrera fue el expositor; en San Cristóbal Trinidad Alemán impartió la plática el 30 de agosto, en Campeche Luvia Padilla expuso el 31 de agosto y el 1 de septiembre Everardo Barba en Villahermosa. Estas académicas y académicos dieron cuenta de cómo desde cada unidad se ha realizado retribución al vincularse con distintos grupos sociales y al trabajar para dar soluciones a los problemas de la región.
Como parte del programa cada unidad tuvo mesas de diálogo durante tres días sobre sobre cuatro temáticas Retos para la investigación científica con pertinencia social; Retribución social para qué, para quien, para fines de qué; Rutas y habilidades creativas para la retribución social, y ¿Cómo incentivar vocaciones científicas? En ellas 65 personas hablaron sobre los temas antes expuestos y 20 personas fungieron como relatores y relatoras.
Es importante mencionar que la Unidad de Igualdad de Género y las personas consejeras realizaron el taller Tender lazos contra la discriminación y la violencia de género, en el que la comunidad expresó cómo se vive la violencia en nuestra institución y cómo desean que la institución actúe en estos casos. Como resultado de este taller se realizaron tendederos en las cinco unidades para visibilizar estas situaciones, los cuales quedaran expuestos en las unidades para el conocimiento de la comunidad.
En el marco de este evento se realizó un concurso de productos de comunicación sobre procesos la retribución social en la investigación, en el que participaron estudiantes del posgrado. Las personas ganadoras fueron:
En la categoría de infografía, Nancy Aideé Reyes Méndez con el tema Microbiota intestinal y obesidad
Unidad San Cristóbal, en la categoría de cartel Oscar Lozano Loaiza con el trabajo Explorando la vitalidad de la diversidad funcional en los cíclidos, en la categoría de reflexión César Enrique Montiel Sánchez con el texto Reconociendo frutas de Tabasco. La memoria como resistencia a la colonización del paladar. Se dio un reconocimiento especial Wilberth Andrés Pérez Pech por su cartel chabil ja’/Ositos de agua/ Water bear, que recibió muchos votos por parte de la comunidad.
En la categoría podcast Ana Lilia Palacios Vázquez ganó con el trabajo Efectos de la extracción de resina de pino en Chiapas, en la categoría de fotografía Francisco Javier Torres Aguilar con la imagen Graduación alcohólica del pox y en video Juan David Ricárdez Pérez con la obra El equipo micorriza.
Cada unidad llevó a cabo actividades culturales y deportivas, y se realizó en Torneo virtual de Ajedrez, en el que resultaron ganadores: Francisco Xavier Guillén Reyes en el primer lugar; Stephanie Ximena Guillen Reyes en segundo lugar y Juan Carlos Rocha Pardo ocupó la tercera posición.
En la clausura del evento, Antonio Saldívar Moreno, director general interino de ECOSUR, agradeció su trabajo a Dora Ramos Muñoz, coordinadora general del posgrado y a sus colaboradoras cercanas Limbania Vázquez, Luisa Ballinas, Landy Rafael y Yanelli Briceño, quienes estuvieron en la organización y desarrollo del evento.
Asimismo extendió su reconocimiento a las coordinaciones de posgrado de las unidades, a las responsables de servicios escolares en las unidades, a las coordinaciones de las unidades, las representaciones estudiantiles, posdoctorantes, asistentes de investigación. Al personal de la UTIC y del Área de Comunicación.
La Unidad Villahermosa llevó a cabo la siembra de un huerto el pasado 1 de septiembre con el objetivo de que la comunidad se lo apropie, aprenda a sembrar y realice los cuidados de este.
Rodimiro Ramos, coordinador de la unidad, comentó que en la visita pasada de Antonio Saldívar Moreno, director general interino de ECOSUR, habían recibido una charla y la invitación a llevarlo a cabo, y que la propuesta se pudo concretar con la coordinación de Diana Ayala, investigadora por México en la unidad.
Para la instalación del huerto se utilizó material que se había desechado de la poda de árboles que afectaban los edificios, así como composta que se genera en los laboratorios de la Dra. Ayala. Con el apoyo del personal de jardinería se realizó la primera parte y con las camas establecidas, se hicieron 4 equipos, de manera que las actividades de riego y cuidado puedan distribuirse fácilmente.
Cada equipo nombró su espacio, de manera que en él se pueden encontrar: archivero de semillas, la yerbabuena, corazón de tierra, huerto feliz, que en conjunto se denominan Huerto comunitario, un espacio de convivencia e intercambios para tejer conocimientos en nuestra comunidad.
Entre las hortalizas que se sembraron se encuentra cebollín, chile, hierbabuena, menta, perejil, té de zacate limón, entre otras. La invitación a colaborar queda abierta en la comunidad, esperando que a partir de esta acción las personas interesadas puedan replicarlas en su hogar, de manera práctica y sencilla.
La pesca de atún, microplásticos y embarcaciones estarían vinculado con la disminución de especies, explica Ramón Bonfil, experto de ECOSUR
“Los humanos estamos acostumbrados a que los animales más grandes del océano son las ballenas, entonces cuando vieron por primera vez a este animal tan grande pensaron que era una ballena”, señala Ramón Bonfil investigador especialista en tiburones y rayas, acerca del que sí es el pez más grande del mundo, el tiburón ballena (Rhincodon typus).
“Posteriormente, se dieron cuenta de que no era una ballena, que es un tiburón; por lo que se le quedó el nombre de tiburón ballena”, relata el académico de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), unidad Chetumal.
En los años noventa la población de tiburones ballena disminuyó drásticamente y en el 2000 fue declarada especie vulnerable en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En 2006 se recategorizó a un nivel más grave: en peligro de extinción.
“Esto significa que debemos de cuidarlos, especialmente porque si no podrían pasar a estar ‘peligro crítico’, o sea a punto de extinguirse. Como muchas otras especies de tiburones y rayas que están en peligro de extinción; por ejemplo, los peces sierra —que son una de las especies que yo estoy estudiando— están en peligro crítico porque ya han desaparecido de muchas partes del mundo y quedan muy pocos. Si no revertimos el proceso y hacemos algo por ayudarlos, entonces sí la situación del tiburón ballena sería muy mala y podríamos dejar de verlos”.
Su vulnerabilidad se debe a muchas razones. Algunos conservacionistas creen que influye su lento crecimiento, ya que tardan mucho en alcanzar la madurez sexual y cuando se reproduce sobreviven pocas crías. De hecho, todavía no se sabe dónde dan a luz las hembras, por ello es difícil crear hábitats de protección. Se piensa que en Filipinas podría estar una zona de crías.
“Cada vez son menos susceptibles a la caza. Hace 20 o 30 años todavía se capturaban comúnmente en la India, Pakistán, en las Islas Filipinas, en Indonesia, poco a poco la gente ha dejado de hacerlo. En Vietnam son casi sagrados”.
Otros expertos creen que la sobrepesca y la pesca de arrastre ha afectado mucho, no sólo al tiburón ballena.
El doctor Ramón Bonfil fundador de Océanos Vivientes A. C., una organización sin fines de lucro para la investigación y conservación de rayas y tiburones, considera que una de las razones por las cuales está en riesgo en el Pacífico es debido a la pesca de atún.
“Con frecuencia, los atunes se sitúan debajo de los tiburones ballena siguiéndolos, porque los ven como una plataforma o una cubierta donde ellos se pueden esconder, entonces a veces los barcos pesqueros tiran las redes de pesca de atún alrededor de los tiburones ballena y eso sí implica una cierta mortalidad también”.
Considera que otro grave problema es la contaminación por plásticos en los océanos.
“No sólo para el tiburón ballena, sino para toda la fauna marina. Los plásticos que estamos produciendo y tirando a la basura a nivel mundial todos los humanos ya se nos salieron de las manos, ahorita hay concentraciones de basura y de plástico en medio del Pacífico Norte que son más grandes que México.”
“Entonces, todo este plástico se va destruyendo y haciendo pedacitos pequeñitos (microplásticos) con el embate de las olas o con el choque entre el mismo plástico y se van formando partículas muy pequeñitas, a veces hasta microscópicas que se las están comiendo el fitoplancton, el zooplancton y así toda la cadena trófica marina y que también llega a nosotros porque consumimos animales marinos”.
Otra de las amenazas es por la invasión de su hábitat, en general por embarcaciones comerciales como los buques que transportan bienes y cosas a través de todo el mundo. Estas ocasionalmente pueden golpear a un tiburón, lastimarlo o matarlo con sus gigantescas propelas (hélices del motor).
Las pequeñas lanchas de pesca y turismo también implican un riesgo para el tiburón ballena.
TURISMO.
Esta especie es dócil y amigable. La peculiaridad de este gigante es que nada a cinco kilómetros por hora, por ello nadar junto a él es un atractivo turístico. En muchas partes del mundo es de gran importancia para las economías locales. En México, Belice y Honduras es una especie protegida, pero también asediada por el turismo masivo.
“Todo tiene su lado bueno y su lado malo, definitivamente. Es un uso no letal, pero si no es bien llevado o no se siguen las reglas como se debe causan molestias y estrés a los animales, se podría interferir en su ciclo de alimentación y de vida”.
Asegura que en México y en otras partes del mundo hay evidencia de que algunas veces las lanchas turísticas hieren a los tiburones, les pasan por encima y los golpean o les causan cortaduras muy graves, sobre todo en la aleta dorsal y en la parte del lomo. Todo por falta de cuidado y atención de los operadores de los botes o embarcaciones turísticas.
El investigador cree que se podría hacer mejor la actividad turística, con más orden y menos cantidad de personas y de botes.
“Ahorita hay unos 300 permisos en el Caribe mexicano, es una cantidad enorme de embarcaciones persiguiendo a un grupo de entre 1 y 50 tiburones, depende del día. Pero yo he estado varias veces ahí porque trabajo con mantarrayas y he contado a lo mucho 50 tiburones, pero al mismo tiempo hay 60 embarcaciones —cada una puede llevar entre 6 y 12 personas—. Con un mundo de gente ahí interfiriendo, persiguiendo, tratando de tocar a los animales y pues esto no es lo mejor para ellos que digamos, no es natural”.
Como turistas podemos ser parte de un cambio más responsable, en el que exijamos mejores prácticas a los operadores de embarcaciones, a los guías y a las personas que se acercan a convivir con el tiburón ballena.
Liliana Morán Rodríguez, Ciencia UNAM-DGDC*
*Colaboración de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.
NOTA PUBLICADA EN: https://www.cronica.com.mx/academia/tiburon-ballena-vez-peligro-extincion.html
La directora general del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), María Elena Álvarez-Buylla Roces, tomó protesta a Antonio Saldívar Moreno como director general de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) por un periodo de tres años, que inició este 19 de septiembre y concluye el 18 del mismo mes de 2026, tal como establece Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (LGHCTI).
NOTA PUBLICADA EN:
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Te invitamos a leer el Boletín de la Sociedad Científica Mexicana de Ecología, Volumen 3 / Número 6 / agosto 2023, en el que participó el M. en C. Benigno Gómez y Gómez, académico del Departamento Conservación de la Biodiversidad, con el artículo Antropoentomofagia en México y su impacto en el declive de poblaciones de insectos
Enlace del boletín: https://www.flipsnack.com/8D6766CC5A8/volumen-3-n-mero-6-agosto-2023/full-view.html