OEM. Colaboración de Centros de Investigación Conacyt
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Esperanza Huerta Lwanga
Investigadora del Departamento Agricultura, Sociedad y Ambiente
El plástico ha sido un invento que nos ha resuelto la vida en muchos aspectos, sin embargo, su consumo excesivo y el deficiente manejo de los desechos han provocado que este material se encuentre pululando en el agua de los mares, lagos, ríos, así como quemado, enterrado, y amontonado en el suelo. Todos los países, económicamente ricos o no, tenemos desechos de plástico en exceso.
En sitios tropicales, como Campeche y Tabasco, existen tiraderos de basura a cielo abierto donde cientos de plásticos se convierten en microplásticos al fragmentarse por el efecto de la luz solar, el viento y la lluvia, y sobre todo cuando son quemados.
En los terrenos de cultivo abundan los plásticos y microplásticos debido a que se utilizan acolchados de este material para retener la humedad, los cuales son abandonados y enterrados en el suelo, y también llegan residuos de plástico transportados por las aguas negras. En los huertos familiares, los microplásticos se encuentran debido a que los plásticos son quemados y enterrados en los traspatios, fragmentándose paulatinamente, de tal modo que pueden ser ingeridos por las lombrices de tierra y por otros organismos.
Con el objetivo de generar conocimiento sobre el efecto que tienen los microplásticos en las lombrices de tierra (Lumbricus terrestris), en la Universidad de Wageningen, Países bajos, y en El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) realizamos investigaciones para conocer la magnitud del efecto de los microplásticos en el sistema terrestre.
Mediante experimentos que llevamos a cabo en el Laboratorio de Suelos en la Universidad de Wageningen observamos que Lumbricus terrestris, una lombriz anecica, —que se caracteriza por moverse de la superficie del suelo al interior y viceversa llevando oxígeno y agua al suelo— ingiere el microplástico.
En cajas de cristal realizamos 5 tratamientos con diferentes cantidades de microplástico —polyethileno de baja densidad, que es el que más utilizan las empresas y el más encontrado en el ambiente— y hojarasca. Mezclamos 0, 7, 28 y 60% de microplástico con hojarasca de álamo negro, que es comúnmente ingerida por la lombriz que utilizamos, y observamos que en la combinación 7% de microplástico con 93% de hojarasca, las lombrices consumen el microplástico sin problema.
Lo extraordinario del asunto es que en las heces o turriculos de las lombrices el microplástico sale bioconcetrado, es decir, existe más microplástico por gramo de suelo cuando sale de su tracto digestivo, además de ser más pequeño. Al parecer la lombriz selecciona el microplástico, o el material se degrada en su interior con la ayuda de microorganismos, principalmente bacterias que hemos identificado y con las cuales estamos trabajando.
Las lombrices que consumieron 28, 45 y 60% de microplástico bajaron de peso y, si bien resistieron el consumo de este material, terminaron muriendo. En 60 días murieron entre un 8 y 25% de las lombrices que utilizamos en los diferentes tratamientos. También observamos que después de 60 días las lombrices se reproducían, aunque no todos los cocones (huevecillos) eclosionaron.
En ese escenario, en que las lombrices ingieren el microplástico y lo dejan disponible en el suelo para otros organismos a través de sus turriculos, consideramos importante que se tomen acciones para el manejo de desechos. Es difícil hablar de seguridad alimentaria si en los huertos existe un riesgo eminente de que las lombrices se contaminen por plástico que ingieren del suelo, o que ocurra lo mismo con gallinas y muy probablemente con el ser humano (estamos realizando investigación en esta área).
Si queremos garantizar la seguridad alimentaria de los huertos familiares del sureste de México tenemos que crear un sistema eficiente de recolección de basura, de lo contrario los habitantes la seguirán quemando y contaminando sus huertos, pues en la basura siempre hay plástico.
Existen organizaciones a escala nacional e internacional que promueven vivir sin plástico, cantantes y personas sensibles tratan de concientizar a la población mundial para que lo utilice menos, y regresen aquellos tiempos en los cuales nos ponían las cosas en papel de estraza.
La propuesta es que los consumidores usemos menos plástico y que los productores utilicen plástico biodegradable. Hay mucho por hacer… por lo pronto disminuyamos o dejemos de consumir plástico.
Ver artículos:
Incorporation of microplastics from litter into burrows of Lumbricus terrestris
A partir de este año, la Unidad Villahermosa de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), cuenta con un nuevo módulo del Sistema Acuapónico de Baja Intensidad (SABI), impulsado por Manuel Mendoza Carranza, investigador del Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad y por Fernando Iriarte, posdoctorante de ECOSUR, proyecto que apoya la producción de alimentos en los traspatios de las familias rurales.
Ver nota completa:
ANUIES. http://www.anuies.mx/noticias_ies/nuevo-mdulo-de-sabi-para-apoyar-la-economa-familiar-en-tabasco
Notas relacionadas:
El 27 de enero, en el marco del evento Diálogos sobre la partería, a 15 años de la fundación de la Casa de la Partera en San Cristóbal de Las Casas, se presentó el libro Espacios para parir diferente. Un acercamiento a Casas de Parto en México, de Georgina Sánchez Ramírez, investigadora del Departamento de Salud de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UNACH.
Ver nota completa:
Mural Chiapas. http://www.muralchiapas.com/noticias/local/10760-investigadora-de-ecosur-llama-al-reconocimiento-de-la-parteria-en-mexico
El 27 y 28 de enero se llevó a cabo el Primer Congreso de Medicina General “Los retos en salud del siglo XXI”, en el Auditorio Efraím Hernández X. de la Unidad San Cristóbal de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en el marco del cual se inauguró la Filial Altos de la Asociación de Médicos Generales y Familiares, Capítulo Chiapas.
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ANUIES. http://www.anuies.mx/noticias_ies/inauguran-filial-altos-de-la-asociacin-de-mdicos-generales-y
Nota relacionada:
Fernando Funes Aguilar, investigador de la Estación Experimental Indio Hatuey, en Matanzas, Cuba –institución científica que brinda soluciones en materia de alimentación para el desarrollo de la producción agropecuaria en Cuba– visitó la Unidad San Cristóbal de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), donde se reunió con agricultores de la región y realizó una presentación en la que describió los antecedentes, el desarrollo y el estado actual de la agroecología en Cuba.
Mencionó que Cuba es un ejemplo clásico de conversión, que pasó del monocultivo, la agroexportación y la sobreexplotación de recursos naturales antes de 1959, a una agricultura convencional y sostenible, derivada de la crisis de los 90 y el periodo especial de derrumbe del campo socialista, la desintegración de la U.R.S.S. y el refuerzo del bloqueo de Estados Unidos.
Explicó que después de tres décadas inició un movimiento de “Revolución Verde”, con precursores como pensadores agrícolas cubanos y naturalistas que sentaron las bases de tradiciones agrícolas que siguen siendo utilizadas en la actualidad con gran éxito.
Citó que la agroecología es un paradigma innovador para el diseño de una nueva agricultura del siglo XXI que incluye conceptos como soberanía alimentaria, energética, tecnológica y que es resiliente al cambio climático y a los cambios económicos globales. También es conocida como una ciencia que estudia la estructura y función de los agroecosistemas, desde el punto de vista de sus interrelaciones ecológicas, sociales y culturales.
Funes Aguilar destacó que en Cuba, los campesinos realizan prácticas y forman parte de programas innovadores que han impulsado la agricultura convencional, familiar, urbana y periurbana, tales como el manejo agroecológico de plagas, el programa denominado “Arroz popular”, la medicina verde, la recuperación de la tradición animal, la conservación y el manejo de suelos y nutrición orgánica, la innovación agraria, los polígonos de conservación de aguas y bosques, policultivos y rotación de cosechas, sistemas silvopastoriles, fincas forestales integrales, integración de ganadería, agricultura, forestal y sobretodo la apuesta por la educación y capacitación de técnicos.
Estas prácticas han llevado al crecimiento de la agricultura urbana y periurbana, la cual creció de 200 mil personas empleadas en el 2000, a 450 mil personas en el 2014. Esto gracias a la implementación de programas holísticos como el “Campesino a Campesino”, en el que se da un intercambio horizontal, rescatando experiencias rurales, con campesinos promotores y a través del intercambio con investigadores y profesores.
Indicó que no es posible hablar de eficiencia en la agricultura, sin una agroindustria bien fortalecida y diversificada que responda a las características y necesidades de cada municipio.
Entre los asistentes a la presentación se cuestionó si la agroecología sustentable podría ser suficiente para alimentar a un pueblo, a lo que el investigador respondió que se cuenta con abundantes estadísticas de que con la agroecología se podría tener la capacidad de alimentar a la población urbana y mundial, haciendo frente a una sociedad capitalista y globalizada, lo que significa un reto, al igual de grande que la misma atracción de la gente para trabajar en el campo.
Una de las estrategias para el campo cubano de mayor éxito implementada por el gobierno es el otorgamiento de tierras en usufructo, lo que ha generado desarrollo local a partir del trabajo de más de cien mil técnicos que se han involucrado en la actividad y que han establecido a la producción de alimentos como prioridad en Cuba.
Como conclusión, expresó que el trabajo de campo con bases agroecológicas conducen a la sostenibilidad agropecuaria, generan producciones con eficiencia biológica, productiva, económica, energética y ambiental, conservan recursos naturales sin degradar suelos, eliminan uso de agrotóxicos, reducen la contaminación, protegen y mejoran el medio ambiente y amortiguan efectos de la sequía y el cambio climático.
Asimismo disminuyen la dependencia externa ya que son fuente importante de empleo y suministran alimentos sanos y abundantes para la población, producidos “de manera creativa por los agricultores y sus familias”.
Indicó que aún se necesita mayor apoyo financiero y estimular a los nuevos usufructuarios, una capacitación constante, equipos, implementos, desarrollo rural y cambio de conciencia hacia una agricultura en armonía con la naturaleza y atractivos económicos-sociales para los nuevos agricultores.
Estas experiencias pueden servir de guía para las necesidades que también hay en el campo mexicano, sin embargo, debido a la heterogeneidad de los agroecosistemas, las condiciones económicas y sociales, los gustos y habilidades de los productores directos, expresó que no existe un modelo único de finca integrada agroecológicamente, ni un paquete tecnológico estándar, “no hay recetas en agroecología”, puntualizó.
A partir de este año, la Unidad Villahermosa de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), cuenta con un nuevo módulo del Sistema Acuapónico de Baja Intensidad (SABI), impulsado por Manuel Mendoza Carranza, investigador del Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad y por Fernando Iriarte, posdoctorante de ECOSUR, proyecto que apoya la producción de alimentos en los traspatios de las familias rurales.
Estos módulos, que constan de tinas en las que se pueden producir tilapias, caracol tote y plantas, se han desarrollado en el marco del trabajo doctoral de Fernando Iriarte, profesor-investigador de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), quien en 2014 validó el sistema en las instalaciones de la Unidad Villahermosa y posteriormente lo transfirió a cuatro familias de las comunidades del Cedro Nacajuca, R/a Lagartera y R/a Torno Largo, del Centro Tabasco y una más en la Unidad Villahermosa, las cuales se capacitaron para ponerlo a andar en su traspatio.
Las familias fueron elegidas por el interés y compromiso que demostraron en el tiempo que estuvo validándose el sistema con la asesoría constante de Fernando Iriarte, probando su eficiencia en condiciones reales.
A través de capacitación y visitas periódicas a estas cuatro familias se comprobó que además del impacto positivo en la alimentación –han cosechado tilapia dos veces y plantas que utilizan en su consumo diario— este sistema también ha reforzado lazos familiares y ha apoyado la recuperación de los traspatios, un espacio que era subutilizado.
En este momento las tinas se encuentran en un periodo de reposo, para volver a sembrar en breve, mientras que las plantas continúan produciéndose en el sistema.
Con el nuevo módulo del SABI, son siete funcionando en el estado de Tabasco, además de los cuatro mencionados, los otros están localizados en las comunidades de Monte Largo Macuspana y en la R/a El Guineo 1ra. Sección, Centro; los cuales también fueron solicitados directamente por las y los usuarios, lo que ha permitido que las familias se apropien del proyecto y lo desarrollen con buena respuesta, fortaleciendo su seguridad alimentaria, produciendo alimentos que les permiten tener una fuente importante de proteínas y vitaminas en cada periodo, lo que fortalece directamente la economía familiar.
La instalación del nuevo módulo fue posible, gracias al apoyo de recursos financieros que a finales del año pasado ECOSUR brindó al proyecto.
Más información:
Manuel Mendoza Carranza
(mcarranza@www.ecosur.mx)
Unidad: Villahermosa. Extensión: 3302
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 2 de febrero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Con la finalidad de divulgar el conocimiento científico y tecnológico para mejorar la calidad de vida de la población mexicana, dio inicio el programa multiinstitucional presencial y a distancia Pasaporte al Camino del Conocimiento Científico que, en su novena edición, celebrará la realización de 100 conferencias-talleres y que a lo largo de los últimos años ha contado con la participación de 54 mil 600 niños y niñas en 10 ciudades de la República Mexicana.
Ver nota completa:
Conacyt Prensa. http://www.conacytprensa.mx/index.php/sociedad/politica-cientifica/12834-arranca-el-pasaporte-al-camino-del-conocimiento-cientifico
El 27 y 28 de enero se llevó a cabo el Primer Congreso de Medicina General “Los retos en salud del siglo XXI”, en el Auditorio Efraím Hernández X. de la Unidad San Cristóbal de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en el marco del cual se inauguró la Filial Altos de la Asociación de Médicos Generales y Familiares, Capítulo Chiapas.
Este congreso tuvo como finalidad brindar actualización a médicos generales, enfermeras, estudiantes y personas relacionadas con el área de la salud en temas centrales como dermatosis, hígado graso, obesidad, diabetes, cardiopatías, atención del recién nacido, atención del adulto mayor, guías de práctica clínica, enfermedades transmisibles por vectores, mortalidad materna y rol de la enfermera en el cuidado de la salud, entre otros.
Jorge de los Reyes Herrera, presidente de la Asociación de Médicos Generales y Familiares Capítulo Chiapas, destacó la importancia de la inauguración de la Filial Altos de la Asociación, e indicó que esta asociación, cuyas oficinas centrales están en Tapachula, trabaja de la mano con el Sistema Educación Médica Continua para mantener conocimientos actualizados y ofrecer a los chiapanecos un mejor servicio de salud.
Mercedes Cárdenas Alvarado, coordinadora general del Sistema de Educación Médica Continua y presidenta del Consejo Consultivo Chiapas, indicó que el sistema cuenta con más de 55 mil agremiados a escala nacional y que la apertura de la Filial Altos de Chiapas, es un gran paso para seguir cumpliendo con el reto de la actualización médica continua.
Ivett Reyes Guillén, presidenta de la Red de Investigación en Salud Pública y Atención a Problemas del Desarrollo, inauguró el Congreso y expresó que este es un evento académico de gran importancia para sumar esfuerzos a través de la investigación para atender mejor la salud de la población en Chiapas.
Este congreso contó con el apoyo de Héctor Javier Sánchez, investigador del Departamento de Salud de ECOSUR.
Estuvieron presentes Dora Barragán Solís, vicepresidenta de la Asociación de Médicos Generales y Familiares, Capítulo Chiapas, Miguel Galán, Secretario de Salud de San Cristóbal de Las Casas, Xóchitl Reyes Ovando, jefa de enseñanza de la Red de Investigación en Salud Pública y Atención a Problemas del Desarrollo, Noé Martínez Nájera Ballinas, subdirector del Hospital de la Mujer y Fernando Alí Chacón Domínguez, presidente de la Filial Altos de la Asociación de Médicos Generales y Familiares Capítulo Chiapas.