Un estudio reciente de la Universidad Nacional Australiana (ANU), publicado en la revista Science, ha identificado áreas críticas en los océanos para la conservación de la megafauna marina. La investigación, en la que participó Ramón Bonfil, Investigador por México comisionado a El Colegio de la Frontera Sur, rastreó más de 100 especies como tiburones, ballenas, tortugas y focas.
El proyecto MegaMove, una iniciativa global respaldada por la ONU que reunió a casi 400 científicos de más de 50 países, busca optimizar los esfuerzos de conservación marina de la megafauna marina. Actualmente, solo el 8 % de los océanos cuenta con protección, cifra que el Tratado de Alta Mar de la ONU pretende ampliar al 30 %.
El estudio concluye que, aunque el Tratado —firmado por 115 países, pero aún pendiente de ratificación— representa un avance significativo, no cubre todas las áreas clave utilizadas por estas especies. Por ello, se requieren medidas adicionales para reducir las amenazas generadas por la actividad humana.
Según Ana Sequeira, ecóloga marina de la ANU y autora principal, la investigación identificó espacios cruciales para la alimentación, descanso y migración de la megafauna, revelando una preocupante superposición con amenazas humanas como la pesca, el tráfico marítimo, el aumento de la temperatura y la contaminación por plásticos.
Ramón Bonfil, Investigador por México comisionado al Departamento de Sistemática y Ecología Acuática de Ecosur, especialista en tiburones y rayas con más de 40 años de experiencia, aportó datos sobre el seguimiento satelital de tiburones blancos en Nueva Zelanda, el cual desarrolló con colegas de ese país. En relación con los hallazgos, comentó que la meta de protección del 30% es útil pero insuficiente, lo que hace imprescindible la adopción de estrategias de mitigación adicionales.
La investigación se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, específicamente el Objetivo 14 sobre la conservación del agua y el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, enfocado en frenar la extinción de especies amenazadas.
Sequeira, fundadora de MegaMove, resaltó la importancia de complementar las áreas protegidas con estrategias como cambios en las artes de pesca, el uso de iluminación especializada en redes y la modificación de rutas marítimas para reducir la presión sobre estas especies.
Por su parte, Jorge Rodríguez, coautor del estudio y miembro del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos de la Universidad de las Islas Baleares, enfatizó la importancia de priorizar las áreas utilizadas por la mayor cantidad de especies.
Finalmente, Sequeira advirtió que, aún si se logra proteger el 30 % de los océanos, la medida por sí sola sería insuficiente para la conservación efectiva de la megafauna marina.
El artículo se puede consultar en https://www.science.org/doi/10.1126/science.ady4423
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Dr. Ramón Bonfil, Investigador por México
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