El basurero municipal de Tapachula, que abarca una superficie de 44 hectáreas, enfrenta una grave crisis ambiental. Las quemas constantes, la emisión de gases tóxicos y el incumplimiento de normativas ambientales lo han convertido en un foco de alto riesgo para la salud pública y el medio ambiente. Según especialistas, estas condiciones podrían derivar en su clausura por parte de autoridades federales.
Raúl Cuevas González, técnico académico de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), explicó que los incendios en el basurero, aunque han disminuido en su intensidad superficial, persisten en las capas profundas debido a la acumulación de desechos orgánicos. Estos, al descomponerse sin oxígeno, generan biogás, entre ellos metano, ácido sulfhídrico y dióxido de carbono.
El especialista señaló que uno de los principales problemas radica en la nula separación de residuos desde su origen. “Toda la basura va revuelta: orgánica e inorgánica. Eso provoca una descomposición anaeróbica en el subsuelo, lo cual genera metano y otros compuestos inflamables y contaminantes”, detalló.
Actualmente, el sitio recibe residuos no solo de Tapachula, sino también de municipios como Mazatán, Huehuetán, Tuxtla Chico y Huixtla, lo que incrementa la carga diaria a más de 600 toneladas, superando con creces su capacidad.
Cuevas advirtió que la quema de residuos genera humos cargados de compuestos peligrosos como furanos, dioxinas y metales pesados, producto de la combustión de plásticos, llantas y aparatos electrónicos. Estos contaminantes afectan directamente la calidad del aire, provocando riesgos respiratorios y problemas de salud pública en las zonas aledañas.
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003, un sitio de disposición final debe ubicarse a no menos de 500 metros de una fuente de agua. El basurero actual incumple esta disposición, ya que se localiza cerca de cuerpos de agua, lo que incrementa el riesgo de lixiviados tóxicos en ríos y zonas agrícolas.
“La acumulación de agua por las lluvias, la mezcla de residuos y el paso de lixiviados hacia fuentes hídricas son indicadores claros de que el sitio ya no es apto. La norma establece que, en estas condiciones, debe ser clausurado”, subrayó Cuevas.
A pesar de la gravedad de la situación, hasta el momento no se ha tomado una acción concreta por parte de las autoridades locales o federales. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y otras instancias ambientales tienen la facultad de evaluar y sancionar al municipio si se comprueban violaciones a la normatividad ambiental.
Cuevas propone que la solución debe comenzar desde los hogares, mediante una separación efectiva de residuos. “Si separamos los residuos orgánicos para hacer composta o lombricomposta, podemos reducir hasta un 50% de la basura. Otro 25% puede recuperarse mediante el reciclaje de materiales inorgánicos como vidrio, metales o PET. Solo un 25% del total debería llegar al basurero”, puntualizó.
Su propuesta contempla un sistema municipal de recolección diferenciada: residuos orgánicos por la mañana, inorgánicos por la tarde. No obstante, reconoce que esto requerirá voluntad política, educación ambiental integral y una participación coordinada entre los tres niveles de gobierno, la sociedad civil y organismos de investigación.
Actualmente, Tapachula carece de un plan viable para sustituir el sitio de disposición final. La posibilidad de habilitar un nuevo relleno sanitario se complica por las características del suelo y el alto nivel de precipitación en la región, lo que comprometería cualquier infraestructura sin una adecuada planeación técnica.
La situación ha generado preocupación entre especialistas y organizaciones ambientales, quienes advierten que, de no tomarse medidas urgentes, las consecuencias ecológicas y sociales podrían ser irreversibles.
NOTA PUBLICADA EN: https://oem.com.mx/diariodelsur/local/especialistas-advierten-que-el-basurero-de-tapachula-ya-no-es-apto-para-operar-23300226
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