El salón de la Comisión Permanente del Senado de la República quizá nunca había tenido tantos bebés entre sus pasillos y asientos. Algunos están aprendiendo a caminar, otros lloran, e incluso hay quienes son amamantados. Decenas de mamás con sus bebés, también asistieron abuelas y otros familiares, coparon el recinto legislativo en el primer Foro por el derecho a la partería, organizado por el Colectivo Tequio Materno y la senadora Martha Tagle.
El ambiente casi de guardería tiene una justificación y un simbolismo para el acto, se trata de madres, miembros del colectivo, que dieron a luz a sus hijos a través de un parto natural humanizado asistido por una generación de jóvenes parteras. Algunas de ellas fueron atendidas de manera privada en casas de partos o en sus domicilios, donde pagaron una moderada cantidad de dinero, la cual difícilmente podría costear una mujer de escasos recursos. Sus casos han sido exitosos y tienen detrás historias de madres que parieron en sus casas con todas las comodidades, asistidas por parteras y dulas, acompañadas por sus parejas o familiares, y que evadieron la violencia obstétrica que permea los hospitales y centro de salud, principalmente públicos.
Este es un ejercicio de partería privado que ha tomado auge en los últimos años y al que tiene acceso un sector de la población informada y con los recursos para pagarlo. Existe también la práctica de la partería en hospitales y clínicas públicas, así como la partería tradicional, que se realiza principalmente en comunidades rurales e indígenas. Las parteras en estos distintos modelos de atención enfrentan diferentes problemas y complicaciones en la práctica, entre los que tienen en común es la falta de legitimación y reconocimiento a su trabajo.
De acuerdo con Georgina Sánchez Ramírez, investigadora de El Colegio de la Frontera Sur, especialista en salud de las mujeres y estado actual de la partería en el sureste mexicano, hay aspectos centrales que se deben llevar a cabo para que México incorpore al sistema de salud el libre ejercicio de la partería. “Se necesita una norma técnica de competencias laborales y estandarizar los criterios para reconocer las cédulas de las parteras técnicas y sean reconocidas en todo el país”.