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Semillas y alimentación, tema central de Ecofronteras 64

La revista Ecofronteras dedica su edición 64 al tema de la alimentación. Con el título “Semillas y alimentación. Experiencias sociales en la construcción de alternativas” presenta artículos, opiniones, entrevistas e imágenes que reúnen diversas situaciones, contextos y lecciones al respecto.

La editorial está escrita por Víctor Toledo,  investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien inicia su presentación con el texto “Comer o no comer es la cuestión. Comer sano para vivir o comer para morirse”. En su participación, el experto en etnoecología destaca la participación de ciudadanos y colectivos en el impulso de iniciativas alimentarias basadas en sistemas de producción sustentables, con el fin de no enfermar al planeta ni al ser humano.

En el artículo “Nuestro i’inaj (semillas) en la vida”, se toca el tema de las ferias de semillas como fruto de iniciativas de resistencia y parte de la regeneración del tejido comunitario en las selvas de la península de Yucatán.

En “Semillas campesinas, más que semillas botánicas”, se aborda la práctica agrícola y el uso de las semillas entre grupos campesinos como iniciativas sociales de conservación.

“Circulación de saberes y conocimientos para hacer milpa”, es un artículo en el que se destaca a la milpa como un sistema biológico-cultural identitario que vale la pena preservar en la lucha por la construcción de una soberanía alimentaria.

En el texto “Por la soberanía alimentaria y la defensa de nuestras culturas”, se abordan distintas propuestas en torno a la alimentación y la milpa, que se han convertido en símbolos de defensa del patrimonio biocultural e identidad.

“Iniciativas sociales hacia la sustentabilidad en México y Uruguay”, es un artículo en el que se comparten los escenarios de dos encuentros ligados al proyecto “Comunidades de Aprendizaje para la innovación social hacia la sustentabilidad”.

En el artículo los “Círculos de alimentación escolar”, se describen las premisas que impulsan una nutrición sana, diversificada y culturalmente apropiada para enfrentar la pobreza y malnutrición en Chiapas, desde las condiciones y capacidades locales, alejándose del asistencialismo de los programas sociales.

La Red de Huertos Escolares en Xalapa, Veracuz no solo incide en las prácticas alimentarias; también busca sembrar comunidad, esto se puede leer en el artículo “Semillas comunitarias y redes agroecológicas en Veracruz”.

En está edición, la sección “A puertas abiertas” se enfoca en temas como “Zancudos, enfermedades y participación comunitaria”, “Parasitoides vs. broca de café: 30 años de historia en México” y “Regeneración celular: una segunda oportunidad de vida”, éste último es el tema también de la galería fotográfica.

En este número, el personaje central de la entrevista es Benjamín Morales Vela, investigador del Departamento de Sistemática y Ecología Acuática en la Unidad Chetumal de ECOSUR, quien se ha unido al trabajo colectivo para averiguar la causa de un evento insólito de mortandad masiva de manatís en Tabasco en los últimos meses, en el texto ¿Por qué están muriendo manatís en Tabasco?

Por último, la sección “De literatura y otros asuntos”, presenta el texto “A cuatro años de la noche oscura”, en el que se aborda el tema Ayotzinapa como un espacio de solidaridad.

La revista puede consultarse y descargarse en el siguiente enlace:

http://revistas.ecosur.mx/ecofronteras/index.php/eco/issue/view/160

 

Reflexionan sobre la agroecología en tiempos de crisis ambiental y alimentaria

El 6 de marzo, 21 agroécologas de México, Guatemala, Argentina, Puerto Rico y Canarias pertenecientes a la Alianza de Mujeres en Agroecología AMA-AWA reflexionaron sobre el poder de la agroecología en tiempos de crisis ambiental y alimentaria en el encuentro “Mujeres por la agroecología y la soberanía alimentaria”, realizado en San Cristóbal de Las Casas.

Helda Morales, investigadora del Departamento Agricultura, Sociedad y Ambiente de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), señaló que el objetivo del encuentro era conmemorar el día internacional de las mujeres visibilizando el trabajo “que hacemos las mujeres en la agroecología”, la cual busca producir alimentos sanos y limpios protegiendo el medio ambiente y favoreciendo que las familias productoras tengan suficientes recursos para tener una vida digna.

Mencionó que muchas mujeres están involucradas en la agroecología y que sin embargo cuando se habla del campo se piensa muchas veces en masculino, por lo que el evento busca mostrar el trabajo que las mujeres realizan para la producción de alimentos.

Compartió que la AMA-AWA nació en 2012 para visibilizar el trabajo que realizan las mujeres agroecólogas y acompañar a las nuevas generaciones con su experiencia, para que su trabajo sea reconocido y no tengan que enfrentar los obstáculos que han tenido sus colegas mayores como son la discriminación y el acoso de sus compañeros de trabajo, tanto en la academia, como en el campo y en el activismo. Asimismo destacó que AMA busca desde la diversidad cultural de sus integrantes buscar soluciones a los problemas que enfrentan la agricultura y los sistemas alimentarios actuales.

Por su parte, Patricia Susial, estudiante del doctorado en Ciencias en ECOSUR y organizadora del evento, destacó “con nuestras investigaciones y acciones, las mujeres que trabajamos la agroecología desde la parcela, la academia y desde el activismo queremos co-construir y co-elaborar proyectos de vida que estén basados en la agricultura limpia, sana, cercana y sustentable, que recupera saberes y conocimientos tradicionales, que incorpora conocimientos también desde la academia y contribuye en general a la soberanía alimentaria de nuestras comunidades y de nuestros pueblos, así como también a conservar la diversidad, tanto biológica como cultural”,  expresó

En el encuentro, 21 agroécologas hablaron de los proyectos que realizan desde la academia, la parcela y las organizaciones de la sociedad civil en sus países. Algunos elementos en común que tienen los proyectos son el papel protagónico de las mujeres y el interés en transformar las lógicas que el capitalismo ha impuesto para “la producción de alimentos orientados al mercado, que abocan a las familias al consumo, cada vez mayor, de alimentos procesados ricos en grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas con el consiguiente impacto en la salud”.

Es importante destacar que las mujeres de Puerto Rico hablaron del papel que han realizado para la producción de alimentos después del paso de los huracanes que el año pasado golpearon fuertemente a su nación.

Algunas otras ideas que destacaron en el encuentro fue que no se puede hablar de la agroecología sin hablar de la defensa de los comunes, sin el rescate de saberes de las campesinas y campesinos, sin el papel vital de las mujeres en la producción de alimentos, sin el intercambio de saberes entre campesinas, campesinos y la academia, y sin la reflexión de dónde vienen nuestros alimentos, quién los produjo y cuándo, y cuánto ganó por la venta de sus productos.

Más informes: Helda Morales (hmorales@www.ecosur.mx), investigadora del Departamento Agricultura, Sociedad y Ambiente de ECOSUR.

Reconocernos, compartir y fortalecer los circuitos alimentarios locales

El 14 y 15 de septiembre de 2017 se realizó en la Universidad del Caribe, con sede en Cancún, el Primer Encuentro Peninsular de Iniciativas de Alimentación y cuidado de semillas criollas y nativas por la soberanía alimentaria y el desarrollo local, convocado  y organizado por miembros del Grupo Procesos Culturales y Construcción Social de Alternativas de la Unidad Chetumal,  perteneciente al Departamento Sociedad y Cultura de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), la Universidad del Caribe y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).

El evento contó con la asistencia de más de 60 personas, principalmente jóvenes, y organizaciones dedicadas a la producción y comercialización de alimentos agroecológicos y semillas nativas y criollas que se producen y conservan en espacios vivos, las milpas y huertos rurales y urbanos, y que circulan a partir de distintos espacios como los mercados locales alternativos.

A partir de dinámicas participativas, los asistentes discutieron sobre las distintas problemáticas que tienen para producir e intercambiar sus productos, destacando que ellas —transporte, comercialización, cuestiones climáticas, entre otras— difícilmente pueden resolverse si no se reconoce la solidaridad como potencia para trabajar juntos y alcanzar acuerdos para mejorar la organización.

Asimismo, se trabajó sobre los aportes que cada participante hace o puede hacer para fortalecer los sistemas alimentarios locales y sobre sus necesidades para alcanzarlo. Se observó una gran variedad de prácticas, herramientas y  conocimientos presentes relacionados con formas de alimentación saludable que incluyen desde la producción, hasta el intercambio y la transformación (cocina). Por otro lado, se expresó la necesidad de mejorar la organización, contar con capacitaciones, difundir estas actividades en distintos espacios públicos para dar a conocer qué es la soberanía alimentaria y promover el patrimonio intangible de los pueblos relacionado con las prácticas productivas y alimentarias.

Para seguir caminando hacia la articulación e integración, las personas y colectivos suscribieron un documento-compromiso para la formación de la Red Peninsular de Iniciativas de alimentación y cuidado de las semillas nativas y criollas que buscará promover el intercambio de saberes y herramientas prácticas vinculadas con la creación y funcionamiento de mercados locales comunitarios, sistemas justos de comercialización y sistemas participativos de garantía, entre otras cuestiones nodales, para fortalecer los circuitos alimentarios locales.

Las dinámicas participativas fueron facilitadas por Nicolás Roldán, Rocío García y María Amalia Gracia, de ECOSUR y Alejandra Casal y Christine Mccoy, de la Universidad del Caribe; Sandra Flores, de la CONANP.

Realizan II Foro sobre Soberanía Alimentaria

El II Foro “Soberanía Alimentaria: Agroecología, cadenas cortas agroalimentarias y alimentación infantil”, se realizó el 6 y 7 de julio en las instalaciones de la Unidad San Cristóbal de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR).

Los objetivos de este evento fueron conocer, compartir y proponer alternativas sobre la implementación y promoción de sistemas agroalimentarios locales y estrategias de comercialización productor-consumidor e intercambio local productor-productor, para asegurar la alimentación nutritiva y culturalmente apropiada de la población infantil tseltal y tsotsil de Los Altos de Chiapas. Asimismo, fortalecer las alianzas entre distintos sectores de la sociedad en un contexto de participación y aprendizaje colectivo.

Arturo Arreola, del Instituto para el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica, A.C. (IDESMAC), además de inaugurar el evento dio la bienvenida a los asistentes y expresó que la agricultura, la producción y el acceso a los alimentos son temas que se encuentran en el centro de un debate no resuelto correspondiente a los intereses del Estado y las empresas trasnacionales.

“En la construcción de la soberanía alimentaria se plantea la necesidad de fortalecer y promover los sistemas alimentarios locales de las familias campesinas, de las comunidades y de la región  hasta llegar a una escala nacional. La agroecología es la punta de lanza de la soberanía alimentaria desde la que se recupera el traspatio, el solar y la casa como lugares necesarios para la alimentación y la armonía de las familias campesinas, fomentando la dignificación de saberes tradicionales, la defensa de las semillas nativas y la integración de otros conocimientos y tecnologías orientadas a la salud, los lazos comunitarios y el cuidado de la Madre Tierra”, expresó.

Asimismo dijo que las relaciones que se establecen entre la producción y el consumo deben de redefinirse de manera urgente y enfocarse a la localización de los sistemas productivos y a la construcción de respuestas colectivas para hacer frente a demandas sobre la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios, la distribución de beneficios en la cadena alimentaria y la continuidad de territorios rurales vivos.

Posterior a la inauguración, Ron Nigh, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) del Sureste impartió una conferencia magistral sobre Agroecología, y se realizaron las mesas de trabajo con temas como “La protección de semillas y la agricultura campesina”, coordinada por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS); “El rescate y dignificación de la memoria y los saberes tradicionales agroecológicos”, por  S’na Jtz Ibajom; “Agroecología y el cuidado de los recursos naturales comunitarios: cómo hacer frente a la brecha medioambiental desde la agricultura campesina”, por ECOSUR; y “En busca del derecho universal a la alimentación infantil: asegurar una nutrición culturalmente apropiada a través del fomento a la producción local”, por la Facultad de Ciencias de la Nutrición y los Alimentos.

Asimismo, se presentó una mesa redonda sobre los Círculos de Alimentación Escolar y los Acuerdos de Colaboración para la Gestión Territorial; una feria gastronómica, feria de la agrodiversidad de los Altos, intercambio de semillas,  muestra de productos artesanales.

También se presentaron los libros: “Sembrando Ciencia y Conciencia. Manual de Huertos Escolares para Docentes” y “Sembrando Jovel, Sembradores Urbanos”, así como obras de teatro con la participación del colectivo S’na Jtz Ibajom.

El programa incluyó diversos talleres, entre ellos: “Cómo iniciar una cooperativa”, por la asociación K’inal Antsetik; “La creación de fondos de ahorro”, por la cooperativa Kiptik; “El derecho al acceso a agua de calidad y en cantidad”, por la Fundación Cántaro Azul; “La realidad de la comida chatarra y elaboración de dulces saludables”, por Círculos de Alimentación Escolar.

Este Segundo Foro fue organizado por ECOSUR y el Círculo de Organizaciones Aliadas de los Altos de Chiapas, el cual está conformado por nueve organizaciones entre ellas: IDESMAC, COFEMO, Cántaro Azul, DIFA, Kinal Antsetik y Patronato Pro-Educación, y se plantea en un marco común de aprendizaje y procesos de participación social y con justicia.

SABI gana Premio Nacional Innovación Tecnológica para la Inclusión Social, INNOVATIS

El proyecto “Producción acuapónica en el traspatio tabasqueño: fortaleciendo la seguridad alimentaria”, de Fernando Iriarte Rodríguez, estudiante de doctorado en Ciencias de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), fue uno de los ganadores de la primera edición del “Premio Nacional Innovación Tecnológica para la Inclusión Social” INNOVATIS, realizado este 7 de marzo en el marco del Seminario Académico Internacional (SAI): Explorando tecnologías de punta para el combate de la pobreza en México.

El proyecto de Iriarte Rodríguez consiste en un paquete tecnológico denominado Sistema Acuapónico de Baja Intensidad (SABI), cuya base de funcionamiento son tinas —que se colocan en los traspatios de los hogares— en las que se producen peces y caracoles comestibles, así como hortalizas y leguminosas, con lo que se apoya la seguridad y soberanía alimentaria de las familias rurales.

Actualmente existen 7 módulos del SABI operando en diversas comunidades del estado de Tabasco que han probado su efectividad en términos tecnológicos y sociales, pues su operación la realizan familias que se han involucrado en el proyecto y que cuentan con la capacitación y asesoría constante de Iriarte Rodríguez.

El SABI fue desarollado por Iriarte Rodríguez, también profesor-investigador de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), como parte de su proyecto de doctorado, que dirige Manuel Mendoza Carranza, investigador del Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad en la Unidad Villahermosa de ECOSUR.

La Convocatoria de Innovación Tecnológica para la Inclusión Social INNOVATIS tuvo como propósito identificar y distinguir experiencias innovadoras en la aplicación de tecnologías de avanzada que demuestren un impacto directo en favor de la población, para disminuir la pobreza y la exclusión social.

El Premio INNOVATIS fue impulsado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), UNIVERSIA de Santander, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (INFOTEC), el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), la Red Latinoamericana de Universidades por el Emprendimiento Social (RedUnEs), y la Fundación Planeta.

El SAI realizado en el Auditorio del Centro Cultural Roberto Cantoral, en la Ciudad de México, fue un espacio en el que se discutieron y analizaron, desde un punto de vista académico, las mejores prácticas nacionales e internacionales en torno al uso de la tecnología para atender las causas sociales usando las tecnologías como herramientas para la lucha contra la pobreza en México y en toda la región mediante alianzas entre la comunidad científico-tecnológica.

Más información:
http://www.innovatis.org.mx/sai

Proyecto de Sistema Acuapónico de ECOSUR es finalista de la convocatoria Innovación Tecnológica para la Inclusión Social INNOVATIS

El proyecto “Producción acuapónica en el traspatio tabasqueño: fortaleciendo la seguridad alimentaria”, de Fernando Iriarte, estudiante del Doctorado en Ciencias de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) –del cual es director de tesis Manuel Mendoza Carranza, investigador del Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad– es finalista de la Convocatoria de Innovación Tecnológica para la Inclusión Social INNOVATIS, que busca iniciativas que tengan un beneficio directo para la población, para disminuir la pobreza y la exclusión social.

En ese contexto, el 13 y 14 de febrero, Fernando Iriarte presentó los distintos módulos del Sistema Acuapónico de Baja Intensidad (SABI) instalados en la Unidad Villahermosa de ECOSUR y en diferentes comunidades tabasqueñas a Catalina Reyes, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Emanuel Flores, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), José Rubén Fernandez, delegado federal de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), quienes fungen como evaluadores.

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Visitaron los módulos 3 y 7 del SABI en la Unidad Villahermosa, donde don Netalí, quien es responsable del módulo 3, platicó el reto que para él implicó conocer el manejo del SABI y explicó a los evaluadores algunas de las actividades que cotidianamente realiza para que opere de manera eficaz. También compartió que tiene la expectativa de contar con un módulo del SABI en su traspatio, ya que durante este periodo ha constatado el beneficio de sus productos y que apoya directamente a su economía familiar. Entre otras especies, cultiva chile, cebollín, yerbabuena, hoja santa, y algunas hierbas medicinales.

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Fernando Iriarte explicó el proceso por el cual ha pasado el módulo 7 que está en fase de preparación para pronto recibir alevines —cría de pez que incluye la fase comprendida entre la larva y el adulto—.

Posteriormente visitaron el SABI 5, ubicado en la ranchería Guineo 2da. Sección, en el cual José Rubén Pineda, joven emprendedor que está financiando su SABI, compartió con los evaluadores su interés por tener este sistema en su terreno, aprender su manejo y desarrollar un proyecto emprendedor más amplio a partir de este sistema.

El recorrido del primer día culminó en la comunidad de Tornolargo 3ra. secc. municipio del Centro, donde vive doña Rocío, quien está a cargo del SABI 4. Ella comentó que ha tenido excelentes resultados, ya que ha incorporado a su alimentación todo lo que produce en el SABI. Indicó que su satisfacción es tal, que promueve el sistema entre sus vecinos, quienes la apoyan para el cultivo de tilapias y para sembrar plantas, y que comparte con ellos la producción obtenida. Cabe resaltar que doña Rocío se sumó recientemente a los productores que participan en el mercadito solidario Ixim Ixic, donde vende plantas producidas en el SABI.

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El 14 de febrero visitaron los módulos del SABI 1, 2 y 6, ubicados en los municipios de Nacajuca, Centro y Macuspana, respectivamente, en donde las personas usuarias compartieron con los evaluadores datos de sus proyectos y los retos que se han presentado cuando la energía eléctrica falla.

El recorrido inició en el SABI 1, donde doña Marlene produce tilapias en este momento y está próxima a cosecharlas e iniciar el ciclo nuevamente. Comentó que el SABI ha infuido en la unión de su familia, porque generalmente sus días de pesca son el fin de semana y aprovecha para invitar a la familia a comer. Explicó que sus hijos que son universitarios llegan a pescar  y convivir, y en algunas ocasiones invitan a compañeros de escuela, quienes han manifestado el interés de contar con un módulo.

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Dijo que inicialmente ella no pensaba trabajar en el proyecto, que únicamente lo harían su hija y esposo, pero que en la medida que Fernando Iriarte los fue capacitando, ella se fue involucrando y ahora es la administradora. Expresó sentirse muy contenta porque la familia participa en las actividades.

En el SABI 2, doña Briseida compartió cómo fue el reto de iniciar el proyecto y las dificultades que se le presentaron. En este módulo se observaron alrededor de 80 mojarras grandes, lo que indica una próxima cosecha.

El recorrido del día cerró en el SABI 6, donde María y Anny, encargadas de este módulo, compartieron sus aprendizajes e inquietudes sobre la operación del módulo.

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Capacitación como un componente fundamental

En todos los módulos se comentó que desde el inicio han recibido capacitación por parte de Fernando Iriarte, y que cuando él no está presente lo consultan vía Whatsapp para despejar sus dudas o comentarle algo que observen.

El SABI es un paquete tecnológico que incluye la capacitación como un componente fundamental para su buen desarrollo, ya que se busca la apropiación por parte de las personas usuarias, de manera que después de 6 meses cuenten con los conocimientos para desarrollar solos el proyecto. Durante estos 6 meses se promueve el autoconsumo, de manera que la familia pueda ir haciendo los ajustes necesarios para tener plantas para la alimentación familiar.

Para la Unidad Villahermosa de ECOSUR contar con este proyecto ha sido una experiencia que ha permitido aportar a algunas familias un proyecto diferente, en el que el compromiso de las personas usuarias y del asesor van de la mano, lo que permite tener logros compartidos.

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Peter Rosset participa en jornadas académicas sobre movimientos sociales rurales y agroecología en Brasil

Del 31 de enero al 10 de febrero, Peter Rosset, investigador del Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), participó en una serie de actividades académicas derivadas de un convenio de colaboración entre ECOSUR y la Universidade Estadual do Ceará (UECE), Fortaleza, Brasil.

Las actividades estuvieron relacionadas con los temas de movimientos sociales rurales, escuelas de campo y la agroecología en el contexto latinoamericano.

Del 31 de enero al 3 de febrero, Rosset, junto con la profesora Lia Pinheiro Barbosa, del Programa de Pós-graduação em Sociologia (PPGS), participaron en la Semana Pedagógica de Escuelas de Campo del Movimento Sem Terra (MST), en el municipio Canindé – CE.

Los académicos asistieron a la inauguración de la Semana Pedagógica, en la que Pinheiro Barbosa participó en la mesa de apertura con el análisis de la situación educativa en Brasil. Mientras que Peter Rosset participó en una mesa sobre educación rural y agroecología.

En un segundo ciclo de actividades, el 7 de febrero, los académicos participaron en un conversatorio con estudiantes y profesores del grupo de investigación dirigido por Pinheiro, quien también presentó algunos datos y resultados del trabajo de investigación que ha venido realizando sobre movimientos sociales y educación rural.

Finalmente, el 10 de febrero el investigador de ECOSUR presentó, en una plática sobre sociología rural, sus experiencias en el estudio e investigación de los movimientos sociales rurales en el contexto latinoamericano.

Peter Rosset es Doctor en Filosofía, de la Universidad de Michigan en los Estados Unidos y su trabajo se ha centrado en la investigación relacionada con los movimientos sociales rurales, la agroecología, la soberanía alimentaria, la reforma agraria y territorio.

Nota relacionada:

UECE. http://uece.br/ppgsociologia/index.php/noticias/14-lista-de-noticias/763-professor-mexicano-participa-de-atividades-no-ppgs

Destacan ventajas de la agroecología en Cuba para la sostenibilidad agropecuaria y el desarrollo local

Fernando Funes Aguilar, investigador de la Estación Experimental Indio Hatuey, en Matanzas, Cuba –institución científica que brinda soluciones en materia de alimentación para el desarrollo de la producción agropecuaria en Cuba– visitó la Unidad San Cristóbal de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), donde se reunió con agricultores de la región y realizó una presentación en la que describió los antecedentes, el desarrollo y el estado actual de la agroecología en Cuba.

Mencionó que Cuba es un ejemplo clásico de conversión, que pasó del monocultivo, la agroexportación y la sobreexplotación de recursos naturales antes de 1959, a una agricultura convencional y sostenible, derivada de la crisis de los 90 y el periodo especial de derrumbe del campo socialista, la desintegración de la U.R.S.S. y el refuerzo del bloqueo de Estados Unidos.

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Explicó que después de tres décadas inició un movimiento de “Revolución Verde”, con precursores como pensadores agrícolas cubanos y naturalistas que sentaron las bases de tradiciones agrícolas que siguen siendo utilizadas en la actualidad con gran éxito.

Citó que la agroecología es un paradigma innovador para el diseño de una nueva agricultura del siglo XXI que incluye conceptos como soberanía alimentaria, energética, tecnológica y que es resiliente al cambio climático y a los cambios económicos globales. También es conocida como una ciencia que estudia la estructura y función de los agroecosistemas, desde el punto de vista de sus interrelaciones ecológicas, sociales y culturales.

Prácticas y programas innovadores

Funes Aguilar destacó que en Cuba, los campesinos realizan prácticas y forman parte de programas innovadores que han impulsado la agricultura convencional, familiar, urbana y periurbana, tales como el manejo agroecológico de plagas, el programa denominado “Arroz popular”, la medicina verde, la recuperación de la tradición animal, la conservación y el manejo de suelos y  nutrición orgánica, la innovación agraria, los polígonos de conservación de aguas y bosques, policultivos y rotación de cosechas, sistemas silvopastoriles, fincas forestales integrales, integración de ganadería, agricultura, forestal y sobretodo la apuesta por la educación y capacitación de técnicos.

Estas prácticas han llevado al crecimiento de la agricultura urbana y periurbana, la cual creció de 200 mil personas empleadas en el 2000, a 450 mil personas en el 2014. Esto gracias a la implementación de programas holísticos como el “Campesino a Campesino”, en el que se da un intercambio horizontal, rescatando experiencias rurales, con campesinos promotores y a través del intercambio con investigadores y profesores.

Indicó que no es posible hablar de eficiencia en la agricultura, sin una agroindustria bien fortalecida y diversificada que responda a las características y necesidades de cada municipio.

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Entre los asistentes a la presentación se cuestionó si la agroecología sustentable podría ser suficiente para alimentar a un pueblo, a lo que el investigador respondió que se cuenta con abundantes estadísticas de que con la agroecología se podría tener la capacidad de alimentar a la población urbana y mundial, haciendo frente a una sociedad capitalista y globalizada, lo que significa un reto, al igual de grande que la misma atracción de la gente para trabajar en el campo.

Estrategias para la soberanía alimentaria

Una de las estrategias para el campo cubano de mayor éxito implementada por el gobierno es el otorgamiento de tierras en usufructo, lo que ha generado desarrollo local a partir del trabajo de más de cien mil técnicos que se han involucrado en la actividad y que han establecido a la producción de alimentos como prioridad en Cuba.

Como conclusión, expresó que el trabajo de campo con bases agroecológicas conducen a la sostenibilidad agropecuaria, generan producciones con eficiencia biológica, productiva, económica, energética y ambiental, conservan recursos naturales sin degradar suelos, eliminan uso de agrotóxicos, reducen la contaminación, protegen y mejoran el medio ambiente y amortiguan efectos de la sequía y el cambio climático.

Asimismo disminuyen la dependencia externa ya que son fuente importante de empleo y suministran alimentos sanos y abundantes para la población, producidos “de manera creativa por los agricultores y sus familias”.

Indicó que aún se necesita mayor apoyo financiero y estimular a los nuevos usufructuarios, una capacitación constante, equipos, implementos, desarrollo rural y cambio de conciencia hacia una agricultura en armonía con la naturaleza y atractivos económicos-sociales para los nuevos agricultores.

Estas experiencias pueden servir de guía para las necesidades que también hay en el campo mexicano, sin embargo, debido a la heterogeneidad de los agroecosistemas, las condiciones económicas y sociales, los gustos y habilidades de los productores directos, expresó que no existe un modelo único de finca integrada agroecológicamente, ni un paquete tecnológico estándar, “no hay recetas en agroecología”, puntualizó.

 

Nuevo módulo de SABI para apoyar la economía familiar en Tabasco

A partir de este año, la Unidad Villahermosa de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), cuenta con un nuevo módulo del Sistema Acuapónico de Baja Intensidad (SABI), impulsado por Manuel Mendoza Carranza, investigador del Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad y por Fernando Iriarte, posdoctorante de ECOSUR, proyecto que apoya la producción de alimentos en los traspatios de las familias rurales.

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Estos módulos, que constan de tinas en las que se pueden producir tilapias, caracol tote y plantas,  se han desarrollado en el marco del trabajo doctoral de Fernando Iriarte, profesor-investigador de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), quien en 2014 validó el sistema en las instalaciones de la Unidad Villahermosa y posteriormente lo transfirió a cuatro familias de las comunidades del Cedro Nacajuca, R/a Lagartera y R/a Torno Largo, del Centro Tabasco y una más en la Unidad Villahermosa, las cuales se capacitaron para ponerlo a andar en su traspatio.

Las familias fueron elegidas por el interés y compromiso que demostraron en el tiempo que estuvo validándose el sistema con la asesoría constante de Fernando Iriarte, probando su eficiencia en condiciones reales.

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A través de capacitación y visitas periódicas a estas cuatro familias se comprobó que además del impacto positivo en la alimentación –han cosechado tilapia dos veces y plantas que utilizan en su consumo diario— este sistema también ha reforzado lazos familiares y ha apoyado la recuperación de los traspatios,  un espacio que era subutilizado.

En este momento las tinas se encuentran en un periodo de reposo, para volver a sembrar en breve, mientras que las plantas continúan produciéndose en el sistema.

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Con el nuevo módulo del SABI, son siete funcionando en el estado de Tabasco, además de los cuatro mencionados, los otros están localizados en las comunidades de Monte Largo Macuspana y en la R/a El Guineo 1ra. Sección, Centro; los cuales también fueron solicitados directamente por las y los usuarios, lo que ha permitido que las familias se apropien del proyecto y lo desarrollen con buena respuesta, fortaleciendo su seguridad alimentaria, produciendo alimentos que les permiten tener una fuente importante de proteínas y vitaminas en cada periodo, lo que fortalece directamente la economía familiar.

La instalación del nuevo módulo fue posible, gracias al apoyo de recursos financieros que a finales del año pasado ECOSUR brindó al proyecto.

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Más información:
Manuel Mendoza Carranza
(mcarranza@www.ecosur.mx)
Unidad: Villahermosa. Extensión: 3302

Inauguran foro sobre Soberanía Alimentaria

El 1er Foro de “Soberanía Alimentaria: Buen comer, buen vivir, Lek Ch’ij beotik sventa lekil kuxlejal”, se inauguró el 11 de julio en las instalaciones de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en San Cristóbal de Las Casas, y continúa con actividades y ponencias sobre Soberanía Alimentaria, hasta el 12 de julio.

Los objetivos de este evento son examinar y debatir los problemas actuales que reproducen la lógica del hambre, la pobreza y la desnutrición, y revisar las iniciativas, políticas y proyectos desarrollados en el marco de la Soberanía Alimentaria por diversas instituciones públicas, ONGs, OSCs, organismos multilaterales y actores sociales. Asimismo, fortalecer las alianzas entre distintos sectores de la sociedad en un contexto de participación y aprendizaje colectivo.

Arturo Arreola, del Instituto para el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica, A.C. (IDESMAC), dio la bienvenida a los asistentes y expresó que el buen comer y el buen vivir tienen que estar enfocados principalmente  en los primeros años de vida de los niños y las niñas, y que los cambios que puedan surgir a partir de la ejecución de estos programas podrán garantizar una niñez consciente de que el derecho a la alimentación se tiene que ejercer.

Ricardo Iglesias, de K’inal Antzetik A.C., mencionó que este foro surge del proyecto Círculo de Alimentación Escolar (CAE), que desarrolla el Círculo de Organizaciones Aliadas de Los Altos de Chiapas, el cual está conformado por nueve organizaciones entre las que mencionó: IDESMAC, COFEMO, Cántaro Azul, DIFA, Kinal Antsetic y Patronato Pro-Educación.

Por su parte, Guadalupe Cárdenas, del Colectivo Feminista Mercedes Olivera y Bustamante A.C. (COFEMO), indicó que el proyecto CAE se basa en los principios de Vía Campesina para la soberanía alimentaria, una propuesta muy vinculada a los pueblos que ha permitido avances en relación al tema de la Soberanía Alimentaria a través de la colaboración entre los involucrados.

Antonio Saldívar Moreno, investigador del Departamento de Sociedad y Cultura de ECOSUR, además de inaugurar el evento, resaltó la importancia que tiene este foro para ECOSUR, pues favorece el intercambio de experiencias en materia de la soberanía alimentaria.

Posterior a la inauguración, comenzó el ciclo de conferencias: soberanía alimentaria y derecho humano a la alimentación y nutrición adecuada; Vía campesina; estrategias conflictuadas de seguridad alimentaria frente al cambio climático; y geopedagogía sociocultural del patrimonio gastronómico, impartidas por Islandia Bezerra, de la Universidad Federal do Paraná, Brasil; Peter Rosset, investigador del Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente de ECOSUR; Marcos Arana, del Centro de Capacitación en Ecología y Salud para Campesinos y Defensoría del Derecho a la Salud (CCESC-DDS Chiapas); y Federico Mancera, del Centro de Investigación y Docencia (CID), respectivamente.

Asimismo hubo mesas de trabajo en las que participaron estudiantes, académicos, organizaciones integrantes del Círculo de Aliadas, organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, instituciones académicas y comunidades locales.

 

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