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La SOCLA reconoce el trabajo de Helda Morales en la Agroecología

Helda Morales, investigadora del Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente (DASA) de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), recibió un reconocimiento por el trabajo que ha venido realizando en la construcción y promoción de la Agroecología en México, por parte de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), durante el VI Congreso Latinoamericano de Agroecología, realizado el 12 al 15 de septiembre en Brasilia, Brasil.

El reconocimiento fue otrogado “por su incansable trabajo de investigación, enseñanza y diseminación de la agroecología como ciencia para una agricultura soberana y resiliente en América Latina”, en un evento que reunió a más de cinco mil personas en el Centro de Convenciones Ulysses Guimarães.

Este congreso fue un espacio de encuentro de movimientos sociales de América Latina integrados por campesinos, indígenas y jóvenes, así como miembros de instituciones de investigación, educación y ONG que tienen como base de sus movimientos sociales y sus procesos políticos a la Agroecología.

Este evento tuvo como objetivo la integración de estos sectores para compartir experiencias y conocimientos en pro de buenas prácticas capaces de hacer la agricultura más justa y sostenible, además de estimular a los agricultores de Latinoamerica para mantener sus sistemas de cultivo tradicionales, evitando la pérdida de diversidad genética y contribuir a la soberanía alimentaria de los pueblos.

Al Congreso asistieron también por ECOSUR los doctores Bruce Ferguson, Peter Rosset investigadores de DASA y Julián Pérez, quien realiza una estancia sabática en DASA.

Presentan resultados de estudio sobre consumo del pozol entre jóvenes chiapanecos

El investigador Morgan Jenatton, estudiante de la Maestría en Agroecología en el Instituto de París de Tecnología para las Ciencias de la Vida, Alimentación y Medioambiente (AgroParisTech) y colaborador de la Red de Laboratorios para la vida (LabVida) impulsada por investigadores del Departamento de Sociedad y Cultura de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), presentó por primera vez los resultados de su trabajo de investigación en el que analiza el consumo de la bebida tradicional pozol entre los jóvenes de cuatro escuelas secundarias de Chiapas.

Su estudio incluyó a estudiantes de la Telesecundaria 1164 José María Pino Suárez, en San Pedro Yutniotic, Las Margaritas; la secundaria Técnica Industrial No. 146, en Nichteel San Antonio, San Juan Cancuc y la secundaria José María Morelos y Pavón y la del Pequeño Sol, en San Cristóbal de Las Casas, a quienes entrevistó para conocer el tipo de bebidas que tomaban, qué pensaban en cuanto a su valor nutritivo, sus representaciones socioculturales sobre las mismas, y su frecuencia de consumo.

Jenatton categorizó e hizo la comparativa de consumo de bebidas hechas de maíz (pozol, atole, tascalate), refrescos y bebidas energéticas, café, jugo de frutas o aguas frescas, jugos embotellados, agua y lácteos. A través de una comparación gráfica demostró que los jóvenes sí consumen el pozol con frecuencia, pero que también los refrescos embotellados son parte importante de su vida cotidiana, y que además el contexto rural/urbano influye en el nivel de consumo.

Por ejemplo, indicó que mientras que en la Técnica Industrial No. 146 de la comunidad Nichteel San Antonio, la mayoría de los participantes en el estudio tomaba pozol, en la escuela Pequeño Sol de San Cristóbal de Las Casas, el mayor porcentaje se lo lleva el consumo de bebidas de frutas.

Jenatton, además de comparar el consumo de refrescos embotellados y del pozol, intentó observar cómo son percibidas estas bebidas. En cuanto a los refrescos, explicó que para las y los jóvenes el refresco es rico, llamativo por sus colores, sirve para quitar la sed, y que es refrescante pero que también es dañino para la salud. En un enfoque de percepción social y económica, encontró que los jóvenes consideran que los refrescos son consumidos en su mayoría por personas con un nivel económico alto que tienen el dinero suficiente para gastar en estas bebidas.

Por otro lado, consideran al pozol como una bebida muy saludable que les brinda mucha energía, fuerza y que los alimenta. Sin embargo, en cuanto a las representaciones socioculturales, el investigador encontró que los jóvenes consideran al pozol como una bebida para los pobres. “Desafortunadamente, se considera al pozol como algo de pobres”, expresó.

“El refresco es de los ricos porque pueden pagar. En las ciudades no les gusta el pozol. La gente de otros países no toma pozol porque son “civilizados”. Es bebida de campesino, de trabajo de campo, de caminar una hora o más para ir a la milpa o a la escuela”, citando a algunas de las expresiones de los jóvenes participantes.

Durante su presentación “El pozol: entre la milpa y el mercado”, Morgan Jenatton también presentó datos de su investigación referentes a los tipos de pozol y sus procesos de producción, clasificándolos a partir de su consistencia, sabor, mezcla, cocción y tipo de masa. Así como también de su valor nutritivo a partir de esas características. A través de pruebas de laboratorio encontró que el pozol es una gran fuente carbohidratos y proteína, pero que sí hay diferencias nutrimentales entre sus variedades. El pozol de cacao es más rico en fibra y proteína, mientras que el pozol blanco es más rico en carbohidratos, informó.

Además, observó que, a pesar del valor nutricional de esta bebida, la problemática en las ciudades no es la falta de consumo del pozol, sino que se consume con demasiada azúcar, como lo observó en un mercado de Tuxtla Gutiérrez, en donde encontró que el consumo es alto pero agregan tanta azúcar a la bebida que se podría comparar con las mismas cantidades que contiene un refresco embotellado.

Esta presentación se llevó a cabo el 28 de agosto, en las instalaciones de la Unidad San Cristóbal de ECOSUR y contó con la asistencia de investigadores y colaboradores de la Red LabVida y público en general.

Más información: Morgan Jenatton (morjena@gmail.com)

Se gradúa primera generación del diplomado “Alimentación, comunidad y aprendizaje”

24 docentes de distintos niveles educativos, así como educadores de organizaciones de la sociedad civil y de proyectos independientes comunitarios interesados en los sistemas alimentarios se graduaron el domingo 14 de mayo del diplomado “Alimentación, comunidad y aprendizaje”, del programa Laboratorios para la Vida (LabVida).

Helda Morales, investigadora del Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), organizadora del diplomado junto con Bruce Ferguson, investigador del mismo departamento, indicó que el objetivo del diplomado consiste en alcanzar la masificación de la agroecología y los sistemas alimentarios sustentables, mejorar la enseñanza de la ciencia y revalorar los saberes locales.

“El diplomado pretende impactar en los conocimientos teórico-prácticos en agroecología y la salud alimentaria, se desarrollan herramientas para el diagnóstico de los sistemas agroalimentarios y la experimentación, se promueve la capacidad de planear y desarrollar actividades educativas que parten de las actividades prácticas en los sistemas agroalimentarios locales, se genera mayor relevancia pedagógica a través del constructivismo, el trabajo en equipo y la investigación-acción participativa”, expresó.

Por medio de conferencias, talleres, trabajo práctico en el huerto y en la cocina, y un proyecto de investigación-acción, las maestras y maestros realizaron con su comunidad  estudiantil un diagnóstico participativo de su sistema alimentario, el cual les permitió reflexionar y buscar soluciones con sus propias comunidades a los problemas encontrados.

En su diagnóstico, los docentes descubrieron que en general, sus estudiantes se alimentan sanamente en sus hogares y que en la mayoría de los casos tienen una dieta basada en la milpa, y reconocieron que el problema de la alimentación surge en la escuela —desde el jardín de niños hasta la universidad— porque ahí consumen alimentos altamente industrializados y con altos contenidos de azúcar.

Ante esta situación, los docentes presentaron los resultados del diagnóstico alimentario y algunos planes para mejorar su sistema alimentario, entre los que destacan la creación de una tienda-cooperativa de venta de productos ricos y sanos manejada por los estudiantes de la preparatoria de Mitontic, taller de meriendas sanas y sustentables para familias del jardín de niños de Ocosingo y el estableciemiento de un huerto escolar en una primaria de la periferia de San Cristóbal de Las Casas.

Esta primera generación que egresó del diplomado, que inició en julio del 2016, estuvo conformada por docentes que trabajan en organizaciones o escuelas de los municipios de San Cristóbal de Las Casas, Amatenango del Valle, Aguacatenango, Las Margaritas, Amatenango de la Frontera, Tenejapa, San Juan Cancuc, Pantelhó, Ocosingo, Tila, Zinacantan, Tzimol, Mitontic, Teopisca y Aldama; tuvo una duración de 140 horas y se realizó durante los fines de semana.

LabVida es un programa conformado por personal académico de ECOSUR y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, que se dedica a la investigación-acción en torno a los huertos escolares y la alimentación consciente. Impulsan diplomados y talleres de formación a docentes interesados en utilizar los sistemas alimentarios como una herramienta pedagógica.

En LabVida y en el diplomado participan Bruce Ferguson y Helda Morales, de ECOSUR; Ronald Nigh, del CIESAS; Kimberly Chung, de Michigan State, y el personal del proyecto de ECOSUR LabVida: Isabel Reyes Posadas, Mercedes Cristóbal Pintado, Nancy Serrano, Ruve Culej, Amparo Perez Hernández y Alejandra Maldonado, quienes impartieron las conferencias, talleres y prácticas.

La segunda generación del diplomado “Alimentación, comunidad y aprendizaje” iniciará actividades el 24 de julio de este año.

Más información:

Fotos: LabVida

Presentan Manual de Huertos Escolares para docentes

Helda Morales y Bruce Ferguson, investigadores del Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente (DASA), y el equipo asesor de Laboratorios para la Vida (LabVida) presentaron el Manual de Huertos Escolares para Docentes, en el Centro de Formación Agroecológica de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) de la Unidad San Cristóbal, el pasado 20 de febrero.

Ante maestras y maestros de escuelas primarias de la región, Helda Morales explicó que este manual nació de la necesidad de contar con un material de apoyo para el proyecto de “Huertos escolares”, tras reconocer que una de las limitaciones que tienen los docentes para implementar el trabajo en el huerto escolar, es el desarrollo y diseño de actividades.

Durante la edición 2015 del diplomado “Alimentación, Comunidad y Aprendizaje”, que organizan Ecosur, LabVida y el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), dirigido a educadores y educadoras, se pidió a los participantes que realizaran una serie de actividades que desarrollarían en su huerto, las cuales posteriormente fueron incluidas en el manual.

El material comprende también un capítulo sobre agroecología, alimentación consciente y el rescate de los saberes de la comunidad, así como una guía para la preparación del suelo, la elaboración de composta y recomendaciones para hacer sustentable el huerto escolar.

El manual estará disponible en formato impreso y digital, y será distribuido a los docentes para facilitar su tarea de acercar a niñas, niños y jóvenes a la ciencia, “además de sembrar el amor por la naturaleza, el cuidado del medio ambiente y las buenas practicas alimenticias”, expresó la investigadora de Ecosur.

Durante la presentación se dio a conocer la nueva convocatoria para el diplomado “Alimentación, Comunidad y Aprendizaje”, que abrirá en abril del presente año.

Por último, Helda Morales agradeció al equipo de LabVida y demás colaboradores que hicieron posible el Manual de Huertos Escolares, ya que reconoció que sin el apoyo colectivo no hubiera sido posible la culminación de dicho proyecto.

Más información: hmorales@www.ecosur.mx

Información y fotos: Esthefanía Munguía