La cantidad y variedad de seres que habitan el Mar es inmensa. A los seres del mar los encontramos en el plancton, el necton y el bentos, es decir: los que viven en la superficie en el vaivén de las olas, los que nadan libremente o los que se encuentran en el suelo limoso, arenoso o rocoso de los océanos, respectivamente.
Del latín mare, se refiere a la porción de agua salada que forma los mares y océanos de la Tierra (71% de la superficie del planeta). Medio acuoso y salado donde se originó la vida, de donde venimos. Es el que termorregula el clima de nuestro planeta. A veces en calma , casi sin olas; otras veces inquieto, tempestuoso, con olas enormes. Así es el lugar que contiene miles de especies de las cuales no conocemos ni la mitad. Conocemos más del espacio exterior que de las especies marinas. Tal vez por eso el mar nos cautiva, nos atrae, nos parece misterioso, fascinante. Nos abruma su inmensidad. Tal vez por eso Benedetti preguntó: ¿por qué seduce el mar? Y quizás Neuruda tuvo la respuesta: “Necesito del mar porque me enseña… Es aire, incesante viento, agua y arena”.
Texto y fotografías: Humberto Bahena